lunes, 4 de mayo de 2015

TRABAJOS PRECARIOS, SALARIOS ENVILECIDOS

     Llamamos trabajo precario al de poca duración o falto de estabilidad; y salarios envilecidos a aquellos cuyo valor se ha depreciado respecto a la media del mercado, dicho así un poco a la llana para entendernos. La acusación con la que  atacan al Gobierno los discrepantes con su política laboral, se resume: no hay trabajo y cuando se consigue es precario y con salario envilecido.
     Al parecer, si se pusieran más trabas a los despidos o se subieran por decreto los salarios, aumentaría el paro de forma fabulosa y sería más  difícil, de lo que ya es, activar la economía de una nación; en tal caso, desaparecerían mas empresas de las que ya  cerraron por no poder vencer, unos, a la competencia que ya padecemos en España a cuenta de países con contratos más precarios y salarios más envilecidos que los nuestros, u  otros, porque, con la tecnología de vanguardia -de la que España carece- producen más, mejor y más barato que nuestros industriales.
     El recurso está en manos de los Gobiernos de estos países con problemas, -caso  de España- que deben cargar con la obligación de ayudar a  todos los que padecen necesidades,  para lo cual, hasta el momento, actúan  presionando a las clases productivas -es decir a la iniciativa privada-  a las que muchas veces se descalifica por parte de los políticos más exigentes. La respuesta está a la vista: unos empresarios se marchan a países más tolerantes, y otros cierran pues, ya se sabe, que de donde no hay no se puede sacar.
     El problema nos vino por gastar los Gobiernos más de la cuenta,  en asuntos no productivos. Hemos de ser conscientes de que, luego, son siempre los mismos quienes pagan con mayores sufrimientos: los más  necesitados.
     Uno no es político profesional ni tiene poder alguno, que si  lo fuera y lo tuviere,  en honor a tantos  que sufren,  empezaría  suprimiendo de raíz todo gasto inútil, reduciría  alguno de los no tan necesarios y cumpliría mejor con los deberes que afectan.a las personas que más padecen.
    No es un programa inasequible. Por decirlo con claridad en España se derrocha dinero  en inversiones disparatadas. Por ejemplo en el exagerado número de políticos que hemos movilizado a los que dotar de rica parafernalia;  habría  que reducir la nómina.  Como  sobran tantas  elecciones. ¿No se podrían hacer todas de una tacada y en una misma fecha? ¿Para qué tantos Gobiernos autonómicos, tanta burocracia,   tantos funcionarios y tantos boletines oficiales si luego cada uno va por libre? ¿No sería posible arreglarnos con cierto rigor intelectual y menos intermediarios entre el legislador y los legislados? ¿Ni vivir sin tanto tinglado oficial, sin tantas universidades, sin tantas televisiones públicas, sin tantos aeropuertos y autopistas y automóviles y escuelas vacías, etc. etc.?
  Nos sobran políticos y  faltan Estadistas, con mayúscula.  Ellos harían posible un auténtico cambio. Pero es que a la gente le  gusta el subsidio, los coches oficiales, estar en nómina con cargo al erario público y eludir el pago de impuestos. (Me incluyo; yo también soy celtibérico, con cataláunicos y vascones dentro).
    Y para todos no llega. Por eso, no hay que chingar a la iniciativa privada. ¡A ver si  nos damos cuenta!
   

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