lunes, 25 de mayo de 2015

EL CENTRO DERECHA VASCO Y SU FUTURO

   Por razones que no hacen al caso, me aparté de la política activa en 1986 y desde entonces he repetido,  ante quien quiso escuchar pero sin éxito, que el centro-derecha vasco perdería peso social y votos si dejara de cumplir con dos condiciones básicas, que hicieran posible captar nuevas generaciones de adeptos.
    Primera condición: unidad entre  los que permanecían  fieles a ciertos principios. Segunda condición: enseñanza libre y tres valores a promover:  justicia social, innovación científica y avance cultural y desarrollo autonómico sin aspiraciones independentistas.
    La escuela libre y propia la tienen hoy en el País Vasco los  nacionalismos independentistas desde los principios de la transición, por un regalo de la UCD entonces en el Gobierno. Nadie puede negar la aspiración de un sector político  a contar con una enseñanza libre organizada de acuerdo con  el artículo 27 de  la Constitución. ¿Cómo? Esa es tarea de los políticos si quieren dar la talla. Tarea del centro derecha vasco, pero no imposible
    Los valores a promover por esta enseñanza libre serían la justicia social, un profundo avance científico y cultural de vanguardia y no sectario  y el desarrollo de un proceso autonómico no independentista, que llevaría implícito el  estudio y desarrollo del principio de subsidiariedad unido al de proporcionalidad, aplicable a provincias y municipios,
    Lo tengo escrito y grabado en la memoria y hasta lo dije de palabra a quienes desde las alturas no lo quisieron oír. Nada se hizo, creo que por falta de agudeza política, por pereza, por falta de interés y hasta por  estos tres reparos juntos. La política da de comer a mucha gente que ni se molesta en pensar. Y si no pìensa ni actúa con acierto, pierde y hasta desaparece.
   El centro derecha vasco tiene su propia tarea pendiente pero ha de saber que  ir unidos da fuerza y da votos. Ejemplo negativo: Guipúzcoa, con un centro derecha desunido..  Lo que ya estamos viendo y casi palpamos no es un imprevisto: es una  consecuencia lógica, ante la falta de un proyecto capaz de unir. Unión  que hoy tendría que analizarse con nuevos horizontes para ver si no convendría ampliarla,  no con  un partido,  sino con personas próximas a una izquierda moderada vasca con proyección europea.
    Las cosas siempre tienen un principio.  Se puede volver a empezar, pero  con otros aires, con otras bases. Porque como dijo Calvo Sotelo, refiriéndose a una posible reedición de la UCD, el suflé no se levanta dos veces.

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