lunes, 31 de agosto de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XXXIX

    EL VOTO CLIENTELAR.-  La sensación que de España tienen por esos mudos de Dios, sobre todo entre las naciones que integran la Unión Europea, es  que, gracias a la política aplicada con rigor desde que el PSOE perdió el poder en 1911,  el panorama ha cambiado de sesgo: de estar al borde de la quiebra,  el País va adelante,  crece y  afianza los indicadores positivos  en el plano socio-económico.
    Al PSOE le cuesta reconocer públicamente esta realidad,  tiene el valor de negarla y de ofrecerse como la gran promesa de cambio que -como casi todos lo recuerdan- viene a recaer en la política del gasto (al que llaman inversión); gasto que el vulgo español delimita con  acierto, anunciándonos que es pan para hoy y hambre para mañana.
    Lo malo de la democracia, tal y como se ejerce en una gran parte de Europa, es que las  elecciones se han convertido en una especie adulterada del "lobby" americano,  donde los fieles  tratan de buscar remedio a sus necesidades. La moneda de cambio es el voto, que lo supeditan,  no a un partido preocupado por  favorecer los intereses generales de la Nación,  sino al que, aunque fuere bajo cuerda, protege  el interés inmediato del votante que, al depositar su papeleta, piensa en su propio beneficio a corto  plazo.
    No hacen falta encuestas para saber  quien tiene más probabilidades de ganar las elecciones en Andalucía, Cataluña, País Vasco, Castilla León, Madrid y otras comunidades, siempre y cuando las candidaturas sean prácticas en su oferta a  cambio del voto clientelar. Por ejemplo defender al sector público enfrentándolo por sistema al sector  privado, tiene su clientela, no lo duden, aunque la practica demuestre que lo positivo es un ponderado equilibrio ente ambos sectores, por más que muchos no lo quieran ver.
    No hay mejor sordo que quien no quiere oír.

sábado, 29 de agosto de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XXXVIII

     LA LEY DESASISTIDA.- Desasistir equivale a dejar a alguien solo, desamparado para que se las arregle como pueda. Aplicado a una ley, dictada con la mejor intención, este desamparo significa que algo no funciona y que, en consecuencia, a los contribuyentes afectados se les hace víctimas de una corruptela que, prolongada en el tiempo,  puede tener consecuencias graves.
    En el artículo 1º.  de la Constitución Española se dispone: "La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado".
    En el artículo 103º. -  1, del mismo texto legal,  se indica: "La Administración Pública sirve con objetividad los intereses generales y actúa de acuerdo con los principios de eficacia, jerarquía, descentralización, desconcentración y coordinación, con sometimiento pleno a la ley y el derecho ".
    Viene demostrándose de forma palmaria (es decir de forma clara, patente y manifiesta) que la Administración Pública en Cataluña, no cumple con las obligaciones  dictadas en  los  textos constitucionales  y esta conducta debe rectificarse según  el artículo 155º - l, de forma que: "Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes les impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación de la mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar  a aquélla  al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general".
     Todo lo previsto en la Constitución, así como la falta del cumplimiento por parte  de las autoridades responsables de Cataluña y de sus obligaciones,  y la comisión de atentado grave en perjuicio   del interés general de España, está siendo asumido con vergüenza y desencanto  por una inmensa mayoría de españoles. Inmensa mayoría que echa de menos una sencilla y clara aplicación del principio de soberanía nacional que radica  en el pueblo español.
     Lo que ahora sucede nos traerá muchos males  y -sin  duda- activará la defenestración política de los responsables del  estragamiento que padecemos; es más, si no se ajustan las conductas a las disposiciones legales vigentes,  perderán -así de sencillo-  las  próximas elecciones.
     Más grave que la recesión económica es la desmembración de España. Cuando el pueblo calla, no quiere decir que otorga.
   

viernes, 28 de agosto de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XXXVII

      LA REFORMA CONSTITUCIONAL ESPAÑOLA.- Un buen día, un periodista de confianza lo pilló bienhumorado al Presidente del Gobierno de España e hízole esta pregunta: ¿Qué me dice usted de una posible reforma constitucional?
       El Sr. Rajoy, optimista y precavido, contesto mas o menos: Yo creo que si el tiempo lo permitiera y hubiere espíritu de consenso, podría convenirse la apertura de un diálogo que sirviera para estudiar un acuerdo que nos condujera a una reforma constitucional siempre que los dos primeros partidos tuviéramos voluntad de hacerla.
       ¿Que no lo dijo exactamente así? Les doy la razón. Pero lean el texto original e inalterado, lo interpretan, sacan sus conclusiones y luego me lo cuentan
       El PSOE - partido aludido- se expresa, como es lógico, por boca de sus Secretario general que -en forma parecida a como hacía el aspirante  a la Alcaldía de Madrid,  Antonio Miguel Carmona- se proclama ganador universal de las elecciones generales próximas y contesta como jefe del Gobierno "in péctore": ¿Yo con el PP? Ni a ordeñar orugas.
       Por eso... hay que entender al Sr. Rajoy y no especular con aquello que terceros lo hacen inviable.
       Además, a una Constitución tan farragosa como la actual, conseguida para un "tente mientras cobro", habría que despiezarla minuciosamente; y bien se crea una nueva mirando a Europa, -competencias autonómicas racionalmente compartidas, inspiradas en los principios de proporcionalidad y subsidiariedad-  o se deja como está  hasta restañar heridas, que las hay y gordas, vigentes ahora en perjuicio de los de siempre, que no son los que más lloran. ¿O no?
      ¡Mucha carga para un carromato sin tiro ágil y fuerte!

jueves, 27 de agosto de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XXXVI

     LA CORRUPCIÓN POLÍTICA.- Casi nadie señala como causa de las crisis políticas que sufren
los pueblos, el grado de corrupción que se instala dentro del sistema político democrático que, por principio, debería siempre estar más limpio que la patena eclesiástica. El asunto tiene su miga.
     En los EE.UU. tuvieron el descaro de legalizar los "lobbys"  y de señalarles oficialmente unos cauces de los que no deben salirse, entre los  cuales está el de la transparencia. Es decir que resulta legítimo defender los intereses de un grupo de presión, siempre y cuando se conozcan los fines  que se persiguen y los medios que se utilizan.
     Lo malo del caso es que también han encontrado la fórmula oscura de presionar. Y  si bien se sabe quiénes están detrás de cada "lobby", los modos y maneras que condicionan el ejercicio de presiones ilegales, parecen quedar ocultos.
    ¿Qué pasa en España y en otros Países europeos? Pasa que existen esos grupos de presión, con la agravante de clandestinidad  y enquistados en los partidos políticos, desde los que buscan  la forma de quedar impunes.
     En resumen los partidos políticos en España, están condenados a corromperse tan pronto la sociedad de trepadores rampantes tenga noticia de que desde ellos se pueden, moviendo las fichas con habilidad, conseguir pingües beneficios. ¿Que caen algunos de estos "chorizos"? Sí los más tontos y confiados, aunque los aludidos piensen de sí mismos todo lo contrario. Pero los avisados y  fuertes rompen la malla y escapan de la redada.
      Y si no: ¿Por qué hay paraísos fiscales? ¿Por qué los grupos de presión tienen  allí domiciliadas sociedades financieras? ¿Por qué multinacionales  diversas se acogen a esos paraísos a sabiendas de que sus gobiernos de origen o  los partidos que pueden gobernar  no moverán un freno que inutilice su acción?
      Tenemos -por fortuna, pensará más de uno- la esfera mediática desde la que se encargan de limpiar de corruptos el aparato  estatal con todos sus añadidos. Abran, por favor, los signos de interrogación; conviertan la afirmación en pregunta. ¿Son los medios informativos y de opinión tan neutrales e independientes como para tomarlos por una nueva especie de ángeles de la guarda que nos salven del peligro corruptor?
     Ustedes perdonen: es un asunto para meditar.
     

miércoles, 26 de agosto de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XXXV

      LOS PARTIDOS POLÍTICOS EN ESPAÑA.-  Entre mis nietos hay uno en el que me veo reflejado: le atraen las conversaciones de los mayores y se mantiene en silencio, cauto, despierto de oído, sin perder ripio de lo que se habla, sobre todo si se trata de un tema político.
     Siendo  niño,  los españoles amanecimos republicanos un catorce abril. España se llenó de partidos políticos y de organizaciones sindicales, todos reivindicativos. "Por pedir que no quede" decía mi abuelo materno, que había vivido la primera República; y añadía: "No se entienden entre ellos, ¡cómo van a entenderse con los monárquicos!".
     Mi nieto, en los días que corren, oyó  decir -cuando parecieron consolidarse dos nuevos partidos- a uno de sus parientes mayores: "Se acabó el bipartidismo". Y  asumió la respuesta  de otro mayor dicha con voz grave y discurso lento: "No  se entienden entre dos y ¿acaso piensas que lo hagan entre cuatro?".
     No nos engañemos. En esta pseudo democracia que nos hemos dado (insisto, no seamos ingenuos,  para constituir una democracia lo primero que hacen falta son demócratas, rara "avis" en España) son muchos  los   que presumen de ser unos pura sangre  al servicio del pueblo,  pero no lo son ni nunca lo fueron. Los partidos políticos  subsisten no por su democracia, sino por haberse organizado  clientelarmente; es decir si sus socios, afiliados o votantes conspicuos, en mayoría,  gozan de alguna prebenda, favor o negociete. El partido que no quiere o no puede organizarse así, desaparece y -como dicen los bárbaros que aún quedan- ni dios se lo agradece. ¡Que se lo pregunten a doña Rosa Díez!
     En suma, los nuevos partidos, grupos o sociedades que aspiran a ostentar poder político, juegan con nosotros como las razas caninas:  para no parecer los mismos,  cambian de collares. ¡Qué nadie se alarme! Esto pasaba ya en la antigua Grecia. Y  en la actual.
     Mi nieto, el escucha, ya lo sabe: las democracias auténticas, necesitan  un ochenta por ciento de adeptos que, también, sean auténticos demócratas. Y en España esto es difícil que suceda. ¿Por qué?
      Aquí la escuela es doctrinaria. Por lo menos, no hay libertad de enseñanza. Los niños y niñas difícilmente estarán libres de prejuicios. Por eso no hay demócratas... Políticos de toda laya negarán esa realidad; lo hacen en defensa de sus intereses, aunque en público sostengan lo contrario.

martes, 25 de agosto de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XXXIV

     EL PROBLEMA AÑADIDO DE LAS MIGRACIONES.- Los  problemas socio políticos tienen distintos orígenes: Unos se crean en las tertulias mediáticas, otros obedecen a intereses partidistas mal digeridos y, por fin, hay otros que nacen en las entrañas del pueblo soberano. Entre éstos está el descontento popular a cuenta de la inmigración, poco o nada controlada, que nos invade.
     Son muchos, cada vez más, los que se quejan de esa invasión,  a medida que crece por días  el número de extranjeros que se refugian en Europa huyendo de sus pueblos  de origen. Hasta el momento la Unión Europea no ha dictado una norma con la que encauzar la acogida de estas mesnadas en pie de fuga. Y parecer ser que urge la unión de esfuerzos  que eviten la agravación del problema.
     Los nacionalismos periféricos que desde finales del XIX y comienzos XX,  protestaban contra la llegada de maquetos (en el País Vasco) y de murcianos (en Cataluña), están ahora callados ante la invasión de extraños llegados de muy diversos países; la pelota ha pasado a estar en el tejado de España. En más, en Cataluña y en el País Vasco se protege a, los llegados de fuera de  España con un interés desusado respecto al que aplicaban a "murcianos" y "maquetos". ¡Qué paradoja!
    En un país democrático todos los que residimos  dentro de sus límites deberíamos tener aprendidos nuestros derechos y deberes, cosa que no sucede en la actualidad entre propios ni con extraños. Esto para empezar, porque luego convendría estudiar y debatir, si  los derechos y deberes  de un nativo, --.allí donde los suyos, durante generaciones y con su esfuerzo, vienen colaborando al crecimiento del país - y los de un recién llegado -que se lo encuentra todo hecho-, han de ser los mismos que los  del pueblo que los acoge.  (Digo estudiar y debatir, para proceder con lógica justa y duradera; no nos pasemos de la raya; luego vendrá el decidir).
    La protesta de los ciudadanos que se sienten invadidos y desplazados por  forasteros, está  ahí en fase de crecimiento. Los políticos con olfato suelen prever la llegada del cambio. Salvo casos aislados, a sólo unos pocos de la superabundante familia de nuestros políticos, le da a la nariz que este asunto huele y que nos puede estallar en las manos. Los gobiernos parece  no estar en onda.
   El problema, con su valor añadido, lo tenemos encima para unirse   a los ya existentes, que no son mancos.

lunes, 24 de agosto de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XXXIII

     LA INTOLERANCIA POLÍTICA.- A raíz de la Revolución Francesa, en  la zona fronteriza española, empezaron a cobrar  arraigo los primeros liberales vascos. Da la sensación de que los más destacados formaron parte de una corriente de "ilustrados" que,  por su manera de proceder se proclamaron partidarios de la libertad, la igualdad y  la fraternidad, primer paso -según viejas tradiciones- para seguir por la senda de la masonería.
    Puede uno imaginarse que a los seguidores de la Compañía de Jesús, fundada por Iñigo de Loyola, -con votos de pobreza, obediencia y castidad  y el muy singular de obediencia sumisa  al Papa- les sonara la señal de alarma; el caso es que el enfrentamiento entre jesuitas y masones constituyó el ejemplo de intolerancia mutua más irrefrenable de los último siglos.
    Es indudable que tal enfrentamiento ha perdido interés en la época actual; a una inmensa mayoría no les preocupa ni los unos ni los otros, en razón, muy posiblemente, a que  ambos  han perdido también poder. Pero la intolerancia, diversificada hoy sobre todo entre políticos,  está presente sin remedio en nuestro País y se manifiesta a diario ante los hechos más insulsos. Esto sucede porque los tales personajes son en España más importantes de lo que les corresponde serlo; tienen demasiado poder. Y se les da demasiado relieve y protagonismo por los medios de divulgación.
    Intolerancia, por cierto,  mal aplicada, puesto que permite construir un aeropuerto -que cuesta un ojo de la cara- en un desierto,  y no digiere que  a un emigrante irregular se le exija tener en regla sus papeles para disfrutar de los mismos derechos que un nativo cuando  cumple con los mismos deberes. ¡A nada que uno se descuide al partidario de la igualdad lo llaman racista!
    La intolerancia en España creó escuela; y hasta podría resultar aceptable si  no  fuera porque permite la existencia de personajes que, como jinetes académicos, se las dan de tolerantes  y viven de ello valiéndose de toda clase de artimañas entre las que incluyen la injuria.
    ¡A quién insulta sin decoro la Zapatones!
 

sábado, 22 de agosto de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XXXII

     NUNCA LLEGA PARA TODOS.- Todos mis recuerdos son pocos en homenaje a los que sufrieron, en el bando que fuere, las calamidades de la guerra civil española. En la mayoría de los casos, la desgracia pilló a las víctimas desprevenidas; todo porque los radicales de opuestas tendencias no se toleraban y  decidieron  resolver sus problemas a garrotazos, tal cual los pintó  Goya en  tiempos que crearon estilo. La fatalidad arrastró a demasiados inocentes.
     Por la misma razón tampoco puedo olvidarme de las miserias de la posguerra, cuando los españoles se dieron cuenta de lo importante que era estar equilibradamente alimentados -sin que faltara el pan de cada día- para no terminar en  un sanatorio antituberculoso o lamiéndose uno las heridas como pordiosero ante el pórtico de una iglesia, en busca de la caridad cristiana.
    - Esto va tan mal que de seguir así -se decía-  terminaremos todos comiendo mierda.
    - ¿Ya llegará para todos? -preguntaba desconfíado el interlocutor de turno.
    Nunca pensé en vivir tantos años,  ni mucho menos en que las gentes llegaran a pensar un día
 que hay tanto de todo que nunca a nadie le dieron el derecho a dejar a un semejante en ayunas.
    Y es verdad: no hay derecho. Pero pensar que llegará un día el bienestar para todos, puede ser un buen deseo pero utópico.
    Todo, desde que el sol fuera sol, tuvo un límite; nada hay que llegue siempre para todos, por mil motivos. Hay momentos en que hasta el aire puede faltar.
    ¿Quiere esto decir que las carencias han de padecerlas siempre los mismos?  No. Este es el problema, pero no caigamos en el desánimo. Sin embargo, suponer  que los políticos  nos pueden arreglar esta situación,  no deja de ser un sueño. El hombre y la mujer no son pastueños que se conforman con su ración  de  hierba. Nacieron depredadores y para colmo con el derecho a pensar y a a ser cada uno como Dios le dio a entender: desde un cabroncete (dicho por lo suave) hasta una angelical criatura. Pero de esta última especie, entre los políticos que quieren arreglar el mundo, se cuentan muy pocos.
     No obstante, seguiremos votando. Como humanos también tenemos derecho a soñar.

viernes, 21 de agosto de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XXXI

     LA INCONFESABLE ATRACCIÓN  MORBOSA.- Todos los días me desayuno con noticias referidas al último crimen o al latrocinio político de turno. Es la mantequilla del morbo con la que, desde los medios con mayor audiencia, se nos ayuda a iniciar la jornada. Me pregunto si estamos ante una rectitud informativa o la cosa tiene truco.
    Me dicen  que  el "morbo" atrae a las masas y que el mérito periodístico consiste en tener enganchada a la audiencia, sirviendo la noticia con buena dosis de intriga y haciendo rodar  la bola con un creciente interés y buenas dosis de comportamientos escabrosos a cargo del aún presunto culpable o presuntos  si fueran varios. Es como el cine negro, del que se  diferencia por sus protagonistas, reales como la vida misma,  y por su desenlace imprevisto y, a veces, de larga duración. La búsqueda y el encuentro de los fallecidos fuera de escena, puede llegar a ser un culebrón.
    El caso es que la política española -con todo lo democrática que pueda parecer-  recibe un tratamiento parecido, pese a dar muestras de agotamiento. Cada día aburre  más si está libre de morbo,  pues es cierto que los jerifes del caso han aprendido a no poner la mano en el fuego por los imputables; y a demostrar que una cosa es la camaradería y  otra la responsabilidad. Es decir que, como en el  mundo de los perros,  cada chucho, por instinto, ya sabe dónde lamerse.
    Hay que precisar: al ladrón hay que llamarle ladrón (presunto ladrón, por supuesto; la gente lo entiende) y al angelical tontainas que lo tuvo a su lado sin darse cuenta, hay que llamarle tonto y echarle a un lado.  Es lo que está pasando: hay más  tontos que chorizos y tanto revolver basura, la gentes se cansan. Pierde interés el caso.
    Por eso en las próximas elecciones (encuestadores aparte), habrá sorpresas.
 

jueves, 20 de agosto de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XXX

         ¿QUIÉN PROTEGE A LOS PARAÍSOS FISCALES? - Es innegable que La Roca funciona como un paraíso fiscal; un excelente negocio para unos pocos en perjuicio de muchos españoles. Parece fácil instalar y dar vida a estas prácticas,  pese a estar radicalmente condenadas desde las mas honestas instituciones de ámbito mundial que dicen velar por los derechos humanos.
         Usted lector juzgará. Decido libremente desde mi rincón hogareño, donde funciona mi ordenador, preguntar por internet: ¿quién protege a los paraísos fiscales? El primer texto, que encabeza una larga serie referida  este tema, es publicitario y trata de convencer a los pudientes de lo felices que pueden ser defraudando al fisco de su país.
         Al revés que los políticos, que siempre ponen a bajar de un burro a sus contrarios para convencer al electorado, estos propagandistas de los paraísos fiscales no se andan con medias tintas y van derechos al grano;  no dudan en servirse de sencillos ejemplos. Supongamos que a un fabricante de pilas, le sale a un euro la unidad y las vende a cinco. Tendrá que tributar  por el beneficio, que es de cuatro euros.  Si esas mismas pilas se las vende a una sociedad propia, domiciliada en un paraíso fiscal por cuatro euros con cincuenta  céntimos,  su ganancia de tres con cincuenta euros, no paga impuestos. Última operación: esta sociedad vende las pilas por cinco euros fuera del paraíso fiscal. Sólo tiene que pagar sobre un beneficio de cincuenta céntimos.
         Dicho esto en una página publicitaria, con naturalidad, como quien vende melocotones, hace que mi pregunta esté necesitada de una respuesta categórica. Pregunto:  ¿Quién entre los países punteros del Mundo, consiente que  funcionen a todo  gas los paraísos fiscales? ¿Quién protege a este lucrativo negocio?
         Sería interesante y provechoso, a la par que justo, equitativo y necesario, que los políticos en el poder y quienes practican su oficio desde la oposición, se pusieran de acuerdo por una vez para cerrar los dos paraísos fiscales incardinados uno al norte y otro en el sur de España.  Y de no ser  posible, decidirse por abrir un tercer paraíso, a poder ser en las cosas mediterráneas, que funcionara como imán para atraer a un turismo de lujo, de forma  que los beneficios llegaran de alguna forma y de una vez a los españoles.
         ¿Qué no se puede? ¡Ya me dirán por qué si se puede en Andorra y Gibraltar y no en Oropesa del Mar, que cito a título de ejemplo!





miércoles, 19 de agosto de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XXIX

       CATALUÑA Y SUS SOBERANISMOS. Es indudable que la, globalización tiene sus pros y sus contras. El cambio no viene impuesto por los apóstoles de la política, sino por los mercados; no por los teóricos, sino por la dura realidad que nos imponen desde las lejanías cada vez más próximas.
       El problema de las migraciones, por citar un caso, crece de forma exponencial y gravita sobre los pueblos mal dotados que, por sus condiciones de vida,  expulsan a los más audaces y resistentes entre sus moradores; y gravita, también,  sobre los pueblos que ostentan un mejor nivel de vida, pero que  no están preparados para acomodar a los que, por millares, piden un sitio donde vivir  dentro de sus fronteras.
       Este problema,  acogida de emigrantes,  no puede resolverse país por país. Hay que asociarse, por un lado los países que generan las migraciones  y por otro los que figuran como destinatarios de acogida.
       Solo las naciones que concierten soluciones, y estén unidas,  podrán atender este problema; unirse equivale a perder soberanía, como les sucede a todos los Estados, que se agrupan con un fin determinado. El caso de las emigraciones es un ejemplo que se multiplica en miles de casos que afectan a diario a millones de personas. Al final, para atender éste y otros muchos asuntos, lo más eficaz es federarse. Europa tiende  a ser una federación de Estados. Y dentro de esa Europa en marcha, por razones prácticas, los pequeños Estados tenderán a buscar alianzas y uniones que les den mas poder.
       No está  el horno para  bollos y los nacionalismos soberanistas regionales están intentando deshacer lo ya existente y que otros países tendrán que construir.
       El destino de los europeos está en alcanzar una Europa unida, proyecto que ha de vencer numerosas dificultades. Por tal razón los sentimientos de cada uno han de moderarse para hacerlos compatibles con un asociacionismo bien negociado para que sea justo; asociacionismo, donde se concedan derechos y se asuman deberes.
      Esto se sabe ya entre los mas progresistas de Europa porque la necesidad obliga. Lo vieron el día en que decidieron suprimir fronteras. No están los tiempos para crear otras nuevas.
     
     

martes, 18 de agosto de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XXVIII

      ADIVINOS DEL FUTURO POLÍTICO.- Cuentan que, en la antigua Roma, al encontrarse dos arúspices -adivinos del futuro político de los famosos de aquel entonces- se desternillaban de risa. En nuestros días, es posible que los encuestadores profesionales hagan otro tanto, es decir carcajearse hasta caer rendidos. Los arúspices examinaban los higadillos de algunos animalejos; los profetas, al día de la fecha, clasifican las respuestas de cientos de  personas elegidas a estos fines.
      Como toda persona de buen conformar suelo dar la bienvenida a las encuestas porque sus autores acreditan su honradez, diciéndonos: estos datos que ofrecemos no son una predicción de futuro, sino una constatación del pasado.
      O sea que si las elecciones se hubieran celebrado el día en que se hizo la encuesta, el resultado habría sido el que se publica. Estos datos no valen para hoy ni,  mucho menos para dentro de tres o cuatro meses. Son útiles para el día concreto en que se hizo la encuesta, que ya pasó. En resumen, nadie que se pare a pensar podrá explicarnos que confianza se merece el anuncio de una inundación, si tan solo se basa en contar las  aguas que ya pasaron de largo y han llegado al mar.
     El creyente -y casi todos pertenecemos al rebaño- necesita creer y tanto cuentan los higadillos para unos, como las confidencias verbales para otros: la credulidad es la reina de los enviciados o abducidos por la  política.
     Ya con los datos en la mano, las especulaciones ocupan a cientos de miles de personas, capaces de llegar a paradójicas conclusiones. Entre todas estas conclusiones, hay una que se merece la más grande y  profunda admiración. ¿Cómo es posible que en España, al menos, el líder de la lista más votada sea siempre el peor valorado entre los políticos rivales que salen en  las encuestas? ¿Es que los encuestados están locos o contestan con mala intención? ¿Como siendo el malo, va en cabeza en la,predicción del voto?
     No puede ser una rareza ni extrañar a nadie que si dos competidores dedicados a preparar encuestas  se encuentran al azar,  se descuajaringuen  de risa.




lunes, 17 de agosto de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XXVII

     PROMESAS DE DUDOSO CUMPLIMIENTO. - Una gran parte de los políticos españoles demuestra que  se sienten seguros, por lo menos, de dos cosas: de su honradez (rectitud de ánimo, integridad en el obrar) y de que esta virtud no la tienen sus adversarios (síndrome del fariseo: "yo soy el bueno y no como los demás, que siempre son los malos").
     Estos políticos -machaca que machaca- no paran y repiten hasta la saciedad: "yo soy el bueno; mi adversario es el malo". Entienden que al elector hay que repetirle la consigna hasta que muera de aburrimiento.
     Para evitar esta muerte lenta, hay que adular a los  electores y nada mejor para conseguirlo como dorarle la píldora y hacerle ver que es muy listo,  que tiene derecho a  participar, a manifestar sus aspiraciones  y a conseguir que los políticos, cuando  alcanzan el poder,  sean meros intérpretes de los deseos multitudinarios.
     La tesis a defender es la siguiente: Cuando las masas hablan hay que darles la razón: Entre Barrabás y el Nazareno ¿a quién crucificamos? ¡Está claro! Haremos lo que ellas quieran. Crucificaremos a Jesús el Nazareno y tendrá que subir el Calvario con la cruz a cuestas para su escarnio y goce de las sedientos  de justicia. Cuando esta situación se reproduce, tú, toma  puerta porque,  abierta la espita, ríete  de la persecución de los judíos por los nazis. No es miedo: es precaución.
     Así funciona la simpleza dialéctica de una inmensa mayoría de políticos en vías  de abrirse un futuro;  es siempre la misma: dar esperanza a las sufridas gentes de buena voluntad. ¿Cómo?  Nada como insistir: "Tú, y sólo tú, portador de todos los derechos y exento de deberes, eres la víctima de los abusos del poder. Y yo te voy a redimir".
     Sobre este eje, en tono seductor, sereno y complaciente -aunque cargado de energía- has de preparar tú relato, con parábolas y ejemplos que aflorarán con rapidez si el político, como nuevo profeta, acierta a identificarse con las masas.  Parábolas y ejemplos de lo malos que son tus adversarios (de los que haces tus enemigos) y los buenos que son aquellos que te siguen.
     Directamente  insistirán: "Tú eres bueno, las gentes, que te acompañan, son buenas. Yo estoy con vosotros, os comprendo porque,  como vosotros,  soy bueno. Si yo fuera político, os daría todo lo que ahora os niegan aquellos que mandan..."
    ¿Así de elemental? Resulta que sí. Sólo falta probar que son pobres y sufren la escasez porque los codiciosos, los ricos, los malos,  con tal de vivir ellos bien, son capaces de consentir que el número de parados sea alto, para tener así una mano de obra barata.
    Paradógicamente, los países más pobres no hacen sino generar la emigración que se encamina hacia las naciones donde residen los ricos explotadores. ¿Alguien me lo quiere explicar? Y conste que estoy de parte de los pobres.
 
   

sábado, 15 de agosto de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XXVI

     EL MEJOR SORDO.- Lo menos que se le podía  exigir a todo político prudente (a un ministro, por ejemplo) es que ajustara su conducta  a la  norma sugerida por  Fernán Caballero reinando Isabel II de Borbón:  "verlas venir, dejarse ir y tenerse allá", algo así como manejarse con paso corto, vista larga, oído sordo, paciencia y mala intención.
     Verán: un político no puede decir en tono dogmático aquello de  "no hay peor sordo que quien no quiere oír" para rendir al adversario;  no puede hacerlo porque es falso y los  políticos han de ser auténticos si quieren ganar las elecciones.
      Por principio, uno es sordo cuando no oye. El buen sordo, no  oye en absoluto. Aquel sordo que  oye algo, es un mal sordo. El peor sordo (aunque no quiera oír) resulta ser el que oye mucho. Por consiguiente: "no hay mejor sordo que el que no quiere oír".
     El centro derecha de España tiene tantos puntos débiles como sordos (políticos que van para peces  y salen rana) y, en consecuencia, toda precaución es poca; y  cuenta con tantos enemigos que a nada que se descuide le fundan un Frente Popular contando con "Podemos" convertidos ya en "casta" .
     Es de señalar ésto, porque al centro derecha le crecen los enanos a la orilla del camino o les pillan con sordera  cada vez que  se anuncian elecciones.  Me acuerdo del chapapote o del atentado de Atocha; o de los rampantes tesoreros que guardan los dineros con tres llaves y además en Suiza; y ahora de la chusma rateril y autora de otras gracietas, la que  ha pringado a todo lo elegible  y encima, si, los llevan a la cárcel, salen para ir de vacaciones cerca de Andorra; digo yo que por algo será cerca de un paraíso fiscal.
     Me da en  la nariz que en casos así lo que procede es tocar  a rebato y que sea un colectivo de significados políticos sensibles a la llamada razón de Estado,  el  que decida lo que proceda para acabar con tanta  podredumbre. Y no como ahora donde las reclamaciones se despachan  entre politólogos de secano cuando no se pierden en el despacho del  maestro armero.
   


   
     

viernes, 14 de agosto de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XXV

     DERECHO A UN TRABAJO DIGNO.- Cuando los legisladores se enfrentan  a un asunto espinoso y tienen que elegir entre el débil y el fuerte -por ellos que no quede- tratan de favorecer por ser de justicia al que menos puede.
    En consecuencia, todo ser humano tiene derecho a un trabajo digno y justamente remunerado. Esto afecta al horario, a las vacaciones remuneradas, a la  salubridad de las tareas, a los seguros sociales, al derecho a sindicarse, a ir a la huelga, etc., etc.
    Si se hace una  consulta entre los millones de personas en paro forzoso y se les pregunta: "Usted, laboralmente,  ¿a que aspira?" La respuesta: "A encontrar un trabajo".  Y si se le repregunta: "¿Público o  privado?". Mayoritariamente le dirán: "Público".
    No hace falta explicar la razón de esa respuesta. Quieren el trabajo público por razones de seguridad y, porque -como decía un viejo empleado oficial,  "ganar no se gana mucho, pero compensa ya que  el trabajo es llevadero".
    ¿Por qué hay tanto paro en España? Porque el posible pequeño o mediano empresario, no quiere asumir excesivas  obligaciones ni los riesgos que con lleva mantener una empresa, para encima ganar poco, pagar mucho al fisco y verse en la calle el  día menos pensado. Con lo que tiene y un poco de ingenio financiero, puede ir tirando.
   ¿Y las grandes empresas? Son multinacionales y pueden en el ancho mundo poner ellas las condiciones, porque las leyes pueden ser utópicas, pero don sin din puñetas en  latín.
   No queda otro remedio: El Estado poco a poco se reconvierte y asume las respondabilidades de la empresa. Todos  funcionarios públicos. Socialismo del puro.
   Entre la ley de la selva donde el fuerte siempre gana para la conservación de la especie, y las soluciones que viene arbitrando  el género humano, para lo mismo, tienen que aparecer fórmulas equilibradas y sostenibles. Pero los políticos al uso no parecen ser los llamados a resolver estos problemas. Vuelven a recurrir  a fórmulas gastadas que se revelan utópicas por imposibles. Ademas, estamos en el mundo de los"robots" y, a este paso, van a sobrar  parados por encima de los que ya existen.
   Quedemos a  la espera -es la hora de las ofertas electorales- a ver si alguien es capaz de dar con  emprendedores aptos para ofrecer  un trabajo digno a los miles de personas (deliberadamente pongo "los miles"y  no "las miles", que es incorrecto)  enquistadas en el paro.
   Tal vez la solución esté en la política del menos: menos Estado, menos expansión autonómica, menos ayuntamientos, menos sociedades públicas... Menos ruido para tan pocas nueces... Menos cargas y menos trabas para los que no eluden riesgos para crear empresas.

jueves, 13 de agosto de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XXIV

     LA SOÑADA FEDERACIÓN AUTONÓMICA.- El problema de la secesión planteado en Cataluña por los independentistas de este territorio, es irresoluble si no se otorga la  soberanía al pueblo catalán; es decir si  no se independizan, en su caso, de España.
     Por tanto, si este grupo crece en número y en poder político, ellos confían, y no sin razón, en  que la independencia catalana caerá como una fruta cuando está madura. Para aumentar la presión no hay que cesar en el intento. Su problema se resolverá -según  las previsiones de sus augures- cuando en un plebiscito superen los secesionistas en número,  a quienes se oponen a la ruptura.
     Estos catalanistas irredentos han plantado cara a los argumentos legales,  para ellos negativos,  y se enfrentan al incumplimiento de las leyes vigentes en España que -según razonan- niegan legitimidad al pueblo catalán para elegir su destino.
     Fueron muchos, entre los expertos en derecho constitucional los que advirtieron que el título octavo de la Ley de leyes aprobada en 1978,  fruto de un tira y afloja entre criterios encontrados , podría ser válida si nadie tensaba la cuerda, y preocupante si sucedía  lo contrario.
     El   juego que se trajeron los magos que redactaron  esta Constitución para mal contentar  a los nacionalistas vascos y catalanes, hacía suponer que los requerimientos de los nacionalismos periféricos no tardarían en plantearse con fuerza, como realmente sucedió. En el fondo el separatismo solo se contenta con el todo y lo que se les vaya concediendo, antes de alcanzar la total independencia, lo van a aceptar, siempre, como un anticipo o pago a cuenta; su idea no cejará hasta no conseguir sus propósitos totales.
     Si los independentistas, corrieran el riesgo de quedarse sin nada,, otro gallo cantaría. Vamos -es un supuesto- a plantearlo desde la legalidad, mediante una reforma constitucional, sometida a un  refrendo nacional. En virtud de esta reforma,  todas las autonomías  tendrían los mismos derechos y las mismas obligaciones,  por ser de justicia;  es el argumento más  poderoso.
     Esto fue lo que no se atrevieron a plantear los constitucionalistas de 1978 para favorecer a Cataluña y al País Vasco. Curiosamente los perdedores se callaron; y lo ganadores no dejaron de protestar. ¿Por qué no se organiza un plebiscito nacional para ver lo que quieren todos los españoles?
       Para colmo de desdichas ¿qué hicieron unos y otros para defender sus intereses? Verán: los Gobiernos centrales,  pusieron la escuela  en las manos y al servicio de los independentistas.  Algo sí como darles fabricado el caballo de Troya para mejorar el invento.
      Y ahora, el PSOE salta al  ruedo con otra fórmula que no acaba de explicar en qué consiste: la federación autonómica.  ¿Todos iguales, aunque federados? No se entiende. Los independentistas jamás  hablan de federarse. ¿No será otra trampa?
      Si fuera mejor para todos -lo digo convencido- sería el primero en defender la independencia que hoy pregonan a diestro  y siniestro los consabidos profetas de la autodeterminación. Pero por desgracia, el intento terminará siendo una fuente de conflictos superiores a los que padecemos. Hay un argumento que no falla, tan viejo como la historia  y de superior valía en circunstancias de cambio como las actuales: la unión de los pueblos conduce a la paz.
     Siento estar en minoría,  pero eso ni da ni quita la razón.


miércoles, 12 de agosto de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XXIII

     EPISODIOS PARALELOS.- Es aburrida,  y llama a la desconexión de la TV libre y un tanto despendolada, la continua referencia -para nada práctico, aunque otra cosa se piense- de episodios paralelos a la persecución por la Justicia de los zascandiles metidos a políticos que,  por incuria de los mandamases de alto copete,  llevan años alzándose con el santo y la limosna.
     Esto ha sucedido y sucede en las mejores familias políticas y si algunos piensan que llegará la época de políticos angelicales, como los que ya anuncian llenos de candor las nuevas formaciones, van servidos. En cada organización política desde su  fundación, conviven con las personas honestas, las camadas de descuideros, malandrines  y rufianes capaces de llevar el oro del descuido a la banca suiza.
     Mejor haríamos todos  -directores de coloquios mediáticos y colaboradores fieles que tanto bien derraman en favor de la patria y de sus moradores, así como sus clientes-  en promover una clara y decidida ayuda que sirva para racionalizar  y hacer que la Justicia funcione ágilmente. Y que no pase. como ahora, que los presuntos  llegan a ser tan importantes que hasta se les otorgan vacaciones veraniegas o invernales, para que la espera no sea atosigante.
     De cualquier forma las mareas políticas -cosas del azar- lo mismo arrastran materiales nobles que tontos de baba. Y si el tonto además es inoportuno y no se da cuenta de sus meteduras de pata, no les arriendo la ganancia a sus colegas de partido. Nada hay mas duradero que un tonto inoportuno. Franco tenía para ellos un motorista y un sobre.
     Por eso duró casi cuarenta años en el poder. Eso sí: agradecía siempre los servicios prestados.

martes, 11 de agosto de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XXII

      EL TURISMO DE CALIDAD.- El turismo es una máquina de ganar dinero. Y así lo tratamos, como si fuera una máquina.
      En  tiempos pasados, década de los sesenta, sirvió  para sacar a los españoles de una posguerra sórdida. Fue un cambio inesperado que ayudó al desarrollo económico-social y posibilitó -en alguna medida-  nuestro acercamiento a Europa y, paralelamente acentuó los deseos de cambiar el régimen vigente entonces por otro democrático.
      En  una segunda tacada el turismo está sirviendo en nuestros días como alivio de la crisis; se cuenta con el turismo como sector más influyente en la creación de puestos de trabajo y adviertan ese hecho: aumenta la masa turística hasta colocar a España entre los primeros países del  Mundo, por el número de extranjeros que nos visitan.
      ¿Y la calidad de ese turismo, qué? ¿Sube o se degrada?
      A juzgar por la reacción de los obligados a soportar a  turistas del todo vale, se degrada a ojos vistas. Protestan  y se les hace poco caso. Y esto, ¿nos  conviene o nos perjudica? A la larga no nos favorece y si los tales turistas se pasan de la raya, si a los que han tomado a España por el país de las juergas baratas, a base de alcohol, droga y sexo,  se les deja campar a sus anchas, pueden hacernos un daño irreparable. Pueden hacer de nuestro País, el pingajo de Europa.
      España, o sus  gobiernos para ser más exactos, tienen que mirar al turismo como si fuera una inversión  y darle los cuidados que necesita para que no se hunda o pierda por impericia de sus dueños. Es un problema de sensibilidad y cuando hay dinero por medio, la codicia endurece los corazones. Por eso hay  que estar vigilantes.
      De paso, España tiene una riqueza cultural en su  interior  (fuera de playas y chiringuitos) muy poco cultivada y peor divulgada. No es un problema de erudición, porque documentación y quienes la cuiden existen, sino de publicidad que pocos han intentado hacerla de forma asequible, amena y productiva. Riqueza cultural que viene a ser otra  inversión, regalo de nuestros antepasados, que -fuera del Camino de Santiago- no somos capaces de hacer que despierte la atención de  multitudes y sacarle rentabilidad.
        Los españoles, tantas veces seducidos por el cambio, no saben lo que tienen  a pesar -los políticos lo dicen-  de que todos somos muy listos. Me perdonaran: no lo veo así.

lunes, 10 de agosto de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XXI

     EL SECESIONISMO CATALÁN.- Los secesionistas catalanes deberían templar sus ansias soberanistas y tratar de ver la trayectoria trazada por los Estados  mas adelantados de Europa para mejor organizar su futuro.
     La Unión Europa se empezó forjar al término de la II Guerra Mundial por personalidades convencidas de que la exaltación nacionalista de Francia y Alemania (y -correlativamente- de otros países implicados en la contienda) había sido la causa de aquel desastre de dimensiones faraónicas.
     Donde antes hubo lucha era necesario buscar cooperación. Y para eso, por muy costoso que fuera, se hacía necesario moderar los nacionalismos exaltados. Desde un primer núcleo reducido de protagonistas, decidieron cooperar en tareas comunes y poco a poco fue ampliándose la participación a otros países que se beneficiarían del  mutuo entendimiento. Y de ahí vino uno de los más importantes acuerdos: la supresión  de fronteras entre los países asociados.
     No era un símbolo el que se  ponía en juego, sino un hecho. Las banderas seguían, las fronteras no. Parecía que tan solo se trataba de suprimir unas barreras aduaneras, pero no: las personas, titulares de derechos y deberes, se ganaron de una tacada la supranacionalidad europea entre los ciudadanos de países que firmaron el acuerdo. Habían ganado una primera batalla a los nacionalismos exaltados. Es difícil que a estas alturas  se organice una guerra en Europa entre los países asociados en la UE.
     Aunque otras cosa digan, los soberanistas catalanes saben de sobra que levantar fronteras en la Unión Europea, no conviene a los proyectos en marcha;  tarea pendiente y difícil.  Ni se contempla siquiera en el caso planteado en el Reino Unido, en nada comparable al de España: la escisión no habría afectado a los acuerdos sobre fronteras; aquí, sí.
     ¿Cuál es el camino que nos queda para Cataluña?
      Moderar los planteamientos de unos y otros y llegar a entenderse de buena fe para vivir mejor  sin romper un  plato.  Claro que antes de nada hay que hacer cuentas, clarificarlas, ponerlas al día, apartarse de  interpretaciones históricas tendenciosas y calmar los ánimos. Con la mentira no se va a ningún lado.
      ¿Difícil? Claro que sí. Hasta que los nacionalismos pasen a ser historia.

sábado, 8 de agosto de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XX

       ESPAÑA SE ENDEUDA.- Les confieso que mis conocimientos de economía son limitados y, por tanto, en  conciencia, debería de callarme y terminar ahora mismo mi discurso. Pero, mi  abuela que vivió la guerra de Cuba a distancia, la padeció en su bolsillo  porque tenía que dar de comer, vestir y enseñar a ocho hijos; cuando se perdieron las últimas colonias dicen que dijo: "¡Mejor! Y me alegro. Nos costaban mucho dinero y muchas vidas a casi todos, en beneficio de unos pocos".
       Nadie negará que España se endeudaba. Y en nuestros días también se endeuda. Cada año que pasa sube la cifra de este endeudamiento y, aunque algunos sostienen que será imposible abonar el principal para quitarse de encima el empeño (hipótesis con la que un buen cristiano no contaría),  la tajada a cortar de nuestros ingresos como Estado  para pagar los intereses,  crece viento en popa  y resulta ser una alta cifra que  podría destinarse,  a eso que los ingenuos llaman los gastos del "estado del bienestar".
       Las izquierdas generosas aspiran a que sea el sector público (claro está que con el dinero de los contribuyentes) el  que cubra las demandas de los desasistidos:  mejores jubilaciones, suficientes ayudas para los parados, total gratuidad asistencial para los enfermos, más becas para los estudiantes, viviendas sociales, ayudas al inmigrante, etc., etc. Pero ¿con qué, si no hay más? No importa: se aumenta la deuda.
     Solo que cuando el ,Estado se pasa de la raya, el contribuyente se cansa de pagar y como no tiene otra salida, cesa en su actividad, acaba con su fuente de ingresos (y de la parte alicuota que destinaba al Estado) y así uno tras otro, por el efecto dominó, terminan por hacer del país una nación llena de parados y pobre, en la que sus habitantes apenas cuentan; pero tampoco comen y terminan, la mayoría, por carecer de servicios asistenciales en regla y hasta emigran en busca de un clima económico más favorable. Consiguen, al fin, alcanzar el que nadie llama,,aunque exista, el "estado del malestar"
     Así que mi abuela viuda y con ocho hijos, casi todos en edad de trabajar, fue tajante en sus tiempos  y en su casa: "Aquí, el que no trabaja espabila y aprende para ser útil; lo útil siempre vale y da para comer". Y todos aprendimos un oficio.
     Era muy duro. La familia tenía que vivir sin contraer deudas que no se pudieran pagar. Claro que ni mi abuela ni luego yo, eramos economistas. Pero la vida enseña que ... (No lo  quiero decir).
    ¡Bueno! A base de mirarlo, ser útiles y no contraer deudas salimos adelante,  como tantos, en esta afanosa vida: a base de machacar y puntuar entre los mejores.
    Un economista me dice que no hay otro camino.



viernes, 7 de agosto de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XIX

     UN EQUILIBRIO INESTABLE.- La España autonómica es un ejemplo vivo de equilibrio inestable; está en la fase de mírame y no me toques,  porque, a nada que se descuiden los magnates de la política, se puede armar la de Dios es Cristo como sucedió en el concilio de Nicea.
     Entre los nacionalistas catalanes y vascos, hay  un núcleo de separatistas a machamartillo  con fuerte arraigo argumental; en Galicia haberlos "haylos" pero no tantos. Tan pronto se hable de modificar el constitucionalismo autonómico, saltarán como pumas para morder en favor de su ansiada independencia. Y si llegaran a prosperar sus propósitos aparecerían retoños  de nuevos separatistas en toda España. Recordemos el cantonalismo del siglo XIX.
     Ya se sabe que  España aparece en la  historia moderna,  como ejemplo a seguir,  por haber protagonizado la transición entre  la dictadura y el  régimen democrático siguiendo un curso modélico. Pero ya hay críticos que sostienen: si las cosas discurrieron por la senda del consenso, fue gracias a que la CIA y algunas fundaciones alemanas, alertadas  por el triunfo comunista en Portugal tras la revolución de los claveles en 1974, apoyaron a socialistas y centristas -incluso con dinero- para que no se sacaran las cosas de quicio.  Algo hubo porque las cesiones de unos y otros pasaron a ser históricas, hecho notable  entre adversarios que  siguen despellejándose después de cerca de cuarenta años de vida democrática.
     El PP en estos últimos días, por boca fiable,  se ha mostrado propicio -hecho insólito- a dialogar con sus rivales sobre el título octavo constitucional, dando a entender que hay materia negociable para su reforma. No se  ha dado relieve a esta noticia, pero lo tiene en grado importante.
    ¿Qué se puede pensar? Pues que tal vez desde Bruselas alguien ha entrevisto la conveniencia de no elevar de anécdota a categoría el pseudo plebiscito catalán, porque sería malo para todos. También para la Europa unida.
    Cuando los profetas de la política estudian las alianzas posibles entre partidos políticos para asegurarse la gobernabilidad del País después de las próximas elecciones generales, proyectan toda suerte de combinaciones menos una: la del PP y  el PSOE. Si fueran  unidos y  se mostraran capaces de  consensuar ideas en un clima sereno, podrían  aquietar  las movidas separatistas.
    Pero la idea, con Pedro Sánchez,   un líder inmaduro y de cortas miras según lo viene probando, hoy por hoy no pasa de ser un sueño. Es una pena.

jueves, 6 de agosto de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XVIII

       UN EMPLEO ENVILECIDO Y PRECARIO.- Es cierto. Los hechos suelen ser lo que son y además tienen  difícil arreglo: los puestos de trabajo creados en España en los últimos tiempos se caracterizan por su precariedad y por estar mal pagados
       Los afectados  buscan la  causa de esta injusta situación y la encuentran (siguiendo la doctrina izquierdista) en la codicia de los poderosos propietarios de las empresas -grandes, medias y chicas- por la sencilla razón de que  los empleadores nunca se dan por satisfechos:  aspiran a ganar más aunque sea a costa de la pobreza de sus asalariados, cometiendo una injusticia social empobrecedora de todo un país.
      Ademas  se administran mal los recursos públicos.  En el mejor de los casos se  dilapidan -cuando no se roban- y esto crea un clima de desconfianza y desánimo, que termina por retraer el pago de impuestos, aunque sea a costa de cerrar empresas. Si gobernaran las izquierdas no sucedería lo mismo, -dicen  los de su cuerda- la cual por experiencias ya comprobadas, no deja de ser una mentira.
       A pesar de todo, no puede negarse la existencia de ambos fenómenos -codicia patronal en algunos  cotos empresariales y desbarajuste en el uso de los recursos públicos- y no estaría mal que los partidos políticos se comprometieran en sus programas a dictar y disponer  medidas correctoras para encauzar el equitativo y recto proceder de los sectores afectados por sus escandalosos desvíos.
       La realidad es que - sin negar la urgencia para corregir excesos y desmanes-  si los empleos son precarios y están envilecidos es porque, una vez más, actúa la ley de la oferta  y la demanda:  pocos son los llamados para trabajar  y muchos los solicitantes del  puesto que se ofrece; poca  oferta  de trabajo digno y excesiva demanda del  poco  que se crea.
       La solución está en el crecimiento de la oferta  y para ello hay que crear  empresas rentables, lo cual exige una política favorable a los promotores del sector privado, de forma que cambie de signo el mercado laboral. En eso parece estar empeñado el actual gobierno. Pero no basta con tener razón; hay que saberla exponer y que te la quieran dar.
      Todo ello, sin echar en olvido, que el sistema ha de funcionar sin perder de vista un necesario equilibrio, algo difícil de conseguir  en una sociedad que, en gran parte, lo espera todo de un milagro llamado cambio. Lo cual es una falacia. Grecia es una expresiva muestra de que los cambios han de manejarse con pinzas.

miércoles, 5 de agosto de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XVII

      DÍAS  COMPROMETIDOS. - En España, - incluídas Cataluña y Vasconia- país donde la mayoría, pese a lo que nos cuesta,  recibe una enseñanza cuyos resultados son pobremente calificados entre las naciones integradas en la OCDE, se mantienen unos políticos (no todos pero si  la mayoría) cuya conducta se corresponde con la instrucción tan mal asimilada por las sucesivas generaciones de españoles desde hace décadas. A juzgar por la forma en que se expresan son políticos destructivos; nunca ven algo positivo en sus adversarios.
      Para que los pueblos prosperen, ha de procurarse que la política sea eminentemente constructiva y y cuando tal cosa no sucede, no vale que  los políticos mantengan una lucha verbal despiadada para desprestigiarse los unos a los otros.
      No obstante, estamos viviendo días alentadores y en, líneas generales, hacen esperar que España superará la crisis que nos ha tenido agarrotados buen número de años.¿Se puede torcer la cosa, puede surgir el error? Está pendiente de solución el problema creado por los separatistas catalanes.
     El Presidente del Gobierno, Sr. Rajoy,  ha prometido seriamente en muchas ocasiones que estos separatistas  no impondrán sus criterios soberanistas en modo alguno. Sus promesas suponen un serio compromiso.
      El mero hecho de que bajo inspiraciones separatistas se hayan convocado las elecciones del 27-S, (convocatoria precedida de toda una retórica doctrinal) constituye, según expertos juristas, un fraude de ley. Serviría de pretexto para cumplir y hacer cumplir  la ley.  Podría el Gobierno ir directamente a
cortar el despropósito.
      No es el momento de  presagiar desgracias, pero los  días que se aproximan serán  de alta tensión y si la respuesta no fuera acertada...¡mejor no pensarlo!
      A uno le da la sensación de que  España no esta sola. Y tiene la impresión de que por medio existe la unidad europea. No olvidemos  que algunos en Francia y Alemania,  junto a otros europeos, tras la II Guerra Mundial, estuvieron de acuerdo en reconocer que el desastre  empezó por cultivar unos nacionalismos exacerbados, intransigentes, peleones, irrazonables... Paso a paso se fue llegando a la UE, donde los nacionalismos (caso de Grecia) no pueden ser exaltados; han de moderarse, pactar. Nunca chulear a los demás. Todos los nacionalismos.
      Por eso las aguas volverán a su cauce. Cada vez hay más convencidos de esto que digo.
   

martes, 4 de agosto de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XVI

     LA CASTA COMO ARGUMENTO.- Los jerifaltes de "Podemos" pegaron contra los partidos más o menos instalados en el poder con un palo argumental demoledor: la casta.
     La "casta" era a efectos políticos una especie separada de individuos (hombres y mujeres) que, amparados en el noble ejercicio de la política, en realidad perseguían su propio medro y, tras conseguirlo, se afanaban en el logro de un buen pasar, una vez retirados del diario quehacer, a través de "las puertas giratorias".
    ¿Quiénes pertenecían a la casta? Una buena y significativa parte de los políticos que venían ejerciendo el poder desde que se instauró la democracia en España. ¿Cómo  procedían? Con toda  impunidad debido a que -salvo en contadas ocasiones- las instituciones funcionaban sin control,  las decisiones políticas estaban viciadas por la falta de transparencia, la  corrupción había llegado a consagrarse  como válida en los boletines oficiales y las mayorías absolutas lo tapaban todo.
    La protesta llegó a la calle, aparecieron los primeros cabecillas, formaron organizaciones políticas de nuevo cuño y estilo, arremetieron contra los instalados, se presentaron a las elecciones, tuvieron éxito y ahí están  palpando las poltronas y, con el proyecto en marcha, aspirando a  erigirse en gobernantes de España.
    Mas ¡oh sorpresa! Han dejado de hablar de la casta. Y hasta cierran tratos y alianzas con singulares políticos pertenecientes a esa casta. ¿Qué está pasando?
    Se vislumbra el cambio. ¿Desde cuándo? Desde que los "no castizos"  han pisado alfombra. Han comprobado que las mismas cosas, los mismos hechos, se ven de distinta manera desde la calle (desde el "podemos") que desde el poder (desde el "tenemos") . Algo que ya sabe un niño: las cosas, las tentaciones aparecen empequeñecidas desde la lejanía; son tentadoras cuando se ven de cerca,  cuando se miran desde el piso llano.
     Ya no hablan de la "casta". Pronto dejarán de hablar de las "puertas giratorias". No es que hayan perdido frescura; es que ya empiezan a tenerlas  cerca (otro punto de mira) y la golosina es así más tentadora.
     ¡Ya veremos como cultivan sus bellas virtudes estas gentes del "Podemos"! Si son españoles y no han hecho voto de pobreza, dudo que resistan la tentación. ¡Cosas veredes!

lunes, 3 de agosto de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XV

   LA DEMOCRACIA Y LA CORRUPCIÓN. La historia está llena de episodios protagonizados por quienes ejercieron el poder o se asentaban en sus  aledaños; episodios que nos ilustran sobre los abusos de  algunos  políticos a sabiendas de que  su status, a fuer de confortable, le daba impunidad si aprovechaba  lo de todos  en beneficio propio.
   El caso es que esa impunidad ha funcionado en muchos casos y cuando algo falla y se descubre el entuerto no se lo cree ni el propio interesado que, por sistema,  niega lo sucedido e incluso se engalla para defender su inocencia, hasta el caso de fingirla con argumentos pueriles o queriendo negar su responsabilidad dando a entender que no era el único beneficiado, porque tenia cómplices. Eso se llama cinismo.
   Hay quien se queja sobre el procedimiento seguido en los años 1975-78 para poner a España en el carril de la democracia. Los que protagonizaron aquel cambio,  no solo manejaron la  idea generosa del acuerdo o consenso para no repetir los tremendos y penosos errores cometidos por las distintas fuerzas políticas durante  la II República que nos llevaron a la Guerra Civil, sino que permitieron correr un tupido velo sobre el pasado, para no volver a guerrear, y  dotarnos  de una Constitución democrática libérrima que  no excluyera  a nadie de los que el anterior régimen tenía proscritos.
    Todo sonaba muy bien, pero a algunos observadores, sin pretenderlo, de lo que pasaba, les dió la sensación de que, para poner en funcionamiento a los partidos políticos y que participaran en las elecciones, hacía falta mucho dinero; y éste apareció como por encanto. Un dinero sobre el que no funcionó el llamado principio de transparencia, porque ni  siquiera teníamos equipos adiestrados en esas funciones y por más que se diga eso no se improvisa. ¿De donde vino?  Una parte del exterior y otra del crédito fácil en el que intervinieron instituciones  de  ahorro. Y digo fácil, por no decir dinero facilitado  a riesgo y ventura, ya que algunos políticos influyentes, consiguieron  que años después se les perdonara la  deuda.
    Mal principio, dejar que la política manejara algunas entidades financieras, y así pasó lo que pasó más tarde a las Cajas de Ahorro,  que se fueron al carajo por éstas y otras razones que terminaron teniendo consecuencias judiciales.
    No vamos a calificar a nadie y  eludo hablar de personas, pero la falta de transparencia tuvo su origen en  la transición. Eso es todo. No sé por qué andan echándose las culpas los unos a los otros cuando todos metieron la mano en las mismas huchas.
    ¡España es así!

sábado, 1 de agosto de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XIV

    EL GRAVE PROBLEMA DE ESPAÑA.- Pese a los agoreros de turno, el problema grave que desestabiliza a España no es el económico que está siendo controlado,  sino el autonómico que puede llevarnos a la ruina bajo la falsa promesa de un futuro esplendoroso.
    Desde Cataluña  están pujando unos iluminados para conseguir la independencia de su territorio autonómico, recurriendo, a tal fin, a procedimientos  que desbordan los límites de la ley a sabiendas de que se puede producir el estallido; estallido que los  independentistas utilizarían en el ámbito internacional en desprestigio de los Gobiernos de España.  Igual a lo que hacían contra Franco con demoledores resultados para aquel régimen.
    Tal vez esto explique que desde Madrid, los Gobiernos que se sucedieron durante  la democracia  no dieran  a estos pujos de rebeldía separatista de un sector de catalanes, una respuesta enérgica que sirviera de freno a  estos insurgentes (insurgencia: levantamiento contra la autoridad),  tal vez para evitar una reacción que diera verosimilitud al consabido lema de "España nos roba" y una llave mágica que justificase todos los posibles y  futuros desmanes de las multitudes independentistas que se venían movilizando contra España, ante las demás naciones del Mundo.
    Sin embargo, a estas  movilizaciones se les  pudo dar -y se les puede dar- una respuesta razonada. no tanto para los  protagonistas de la insurgencia, sino precisamente para conocimiento de las bases influyentes de los países democráticos. Los Gobiernos de España, en  general, -desde siglos ha- siempre se explicaron mal en el exterior, y al actual (hemos tenido esa mala suerte) le ha fallado la escopeta dentro y fuera de casa. ¡Menos mal que  la Unión Europea está al quite, gracias al peso económico de España!
  No aparece tan difícil, en un país  como el nuestro, donde sobran titulados de la especialidad, montar un buen servicio de publicidad para el exterior y para el interior. Por ejemplo, todos sabemos el mal uso que hacen los delirantes independentistas de Cataluña de las finanzas públicas. Por mucho menos al Gobierno Central lo ponen en solfa y lo sodomizan desde las cuatro esquinas de España. Eso, aunque lo vistan de seda, no se hace gratuitamente; alguien, lo paga. Y ¡qué casualidad!
A los enfrentados con el Gobierno, cuando se les denuncia, tienen a la vuelta  de la esquina quienes les esperan con paños calientes para que no sufran.
   No trato de que se haga un tupido silencio para  encubrir y tapar el abono orgánico, también llamado  mierda, que tantos españoles segregan; pero no es justo que aplique el dispersor al mismo producto cuando solo está en en el área productiva del Gobierno. Trato de que se vea  la doble culpa: de los Gobiernos que se sucedieron,  por haber sido  tolerantes con los suyos al producir basura y a la hora de rendir cuentas, y negligente con los ajenos cuando están haciendo lo mismo.
    Un doble fallo: no saber prevenir lo de casa y lo de fuera, y si se produjera , no saber cortar por lo sano a tiempo, dando, publicidad al suceso en clara demostración de que con las cosas de comer no se juega.
    ¡Gobernante prevenido... vale por dos! También ante los abusos separatistas de algunos catalanes. Revisen si a mal no viene sus sistemas de prevención y los correspondientes a  difusión y propaganda. Tanto para el interior como para el exterior.