jueves, 31 de agosto de 2017

UN PAÍS MUY CABREADO

     No es de mi agrado participar en las peleas patrias y menos cuando rezuman odios insatisfechos. Hay, en España,  muchos  "patriotas" -sobre todo entre políticos de ambos sexos-;  están ideando cómo hacer, unos para conservar y otros para alcanzar el poder.
     Quiero colocarme ante hechos ya pasados y otros que se anuncian como inevitables, en actitud neutral. Pero es imposible : las pasiones humanas pueden con todo. Vivimos y vemos cómo se atacan sin  piedad; cómo  se ponen tibios los unos a los otros. No se perdonan, sin que eso impida alianzas circunstanciales y endemoniadas,  para medrar, con los que ayer se cruzaban  insultos.
      Según  dicen, se fragua un alianza -tipo frente populista- para echar del poder a los enemigos, tildados de heredo fascistas sanguinarios y de ladrones consumados.  Funcionan las predicaderas mediáticas de ambos bandos a toda pastilla. Hay muchos intereses en juego. Van en serio.
      Se anuncia una moción de censura  para salvar a la Patria,  y a los fieles patriotas promotores del cambio; de un desastre irremediable.
      Los enemigos -que no adversarios-  también patriotas, tienen en sus manos los mandos de una respuesta que les asusta: cortar por lo sano sin anestesia. La respuesta que esta medida pueda ocasionar, se desconoce. Pero las cicatrices son duraderas.
     Soluciones prácticas: ninguna.
     ¿Estado de bienestar?  Para unos cuantos, como siempre.
      El que más chifla, capador. De ahí, no pasamos.


miércoles, 30 de agosto de 2017

OTRO TIPO DE EMPRESAS

     España necesita -para el desarrollo de las clases  medias y bajas-  un  tipo de empresas y una legislación laboral que se adapten  a la realidad de nuestro tiempo.
      Tiempo donde las clases medias,  principal basamento de los Estados en alza,  se debilitan, donde decae la prosperidad nacional  y donde, por tal causa,  las clases bajas - castigadas por el paro - resultan además perjudicadas con  impuestos indirectos, nada equitativos, que afectan al consumo de los artículos de comer, beber, arder y parecer, que no se merecen.
      El País decae y languidece aunque intenten demostrarnos lo contrario. Además, la  globalización, -en contra de lo esperado- incrementa las diferencias sociales allí donde las gentes no se ponen al día, es decir en la vanguardia innovadora  que dirige al rebaño. Consecuencias: las empresas medias y pequeñas, cargadas con tantas obligaciones como las grandes, cuando se mantienen, reducen al mínimo la contratación de personal que  no podrían sostener por la merma de sus beneficios que casi siempre derivan en pérdidas.
     En suma, las iniciativas se enfrían y lo único que funcionan son algunas muy personales, de muy difícil control fiscal, que cobran y pagan en dinero negro.
     El freno que impidió, al calor de la crisis, la actividad de las empresas de tipo medio, fue la excesiva presión fiscal y peso de las cargas oficiales y sindicales que, aparte del trasiego propio de cada negocio, recayeron obre ellas. En  cosa de pocos años, por causa del cierre impuesto por sus crecientes pérdidas, mandaron  a la calle a millones de trabajadores.
     ¿No fueron despidos causados por la burbuja del ladrillo? Sería largo de explicar,  pero la tal burbuja se alimentó por la provocada abundancia de dinero, gracias a la que surgió la  especulación de inmuebles, muchas veces negociada desde los planos de un edificio.
     Aquello ya pasó. No volverá a suceder en mucho tiempo. Y las empresas de tamaño medio -salvo algunas bien asentadas- no hay quien las quiera. Exigen mucha inversión, soportan demasiadas dificultades y no son sostenibles.
     Los primeros que están en las nubes aunque otra cosa piensen,  son -en gran parte, no todos -  los políticos. Están inventado naciones  y fronteras cuando la prosperidad va por otros cauces.
     Sostener una  nación con su Estado de bienestar  es muy caro y para abaratarlo, no hay que legalizar hasta el color de los pijamas a rayas. Ni llenar el país  de extranjeros.
     Ya veremos.

martes, 29 de agosto de 2017

EL ÉXITO DE LA FAMILIA

     Las personas, los seres humanos, no pueden contabilizarse como si fueran monedas o piezas coleccionables. Cada cual es como es y responde de muy distintas maneras para satisfacer su necesidades o deseos. A eso -siempre que respete los derechos ajenos- se le llama libertad. Es decir que la libertad tiene sus límites.
    Es más libre, es el que menos necesidades siente o el que de más medios dispone para satisfacerlas. Todos los días surge quien pide más libertad, sin reconocer que  todos y cada uno han de ganársela con su trabajo, su ingenio, sacrificios y constancia. ¡Ah! Sin olvidar unas dosis de sentido común que nadie niega a los escarmentados por errores cometidos.
   Pese a todo, no se pueden evitar las desgracias personales. Ahora bien, una sociedad dispuesta a ser libre de verdad, es solidaria; disminuiría a ojos vista el censo de los desasistidos.
    Los tiempos que vienen, según anuncios precursores,  tienden a que los menos acaparen la riqueza y a que aumente el número de los condenados a repartirse la pobreza. Disminuirá la clase media,
según indicios ya en marcha.
    Lo malo del caso es que  los pueblos, entendidos como colectividades insatisfechas, suelen comulgar con  ruedas de molino: suelen conformarse con el portador locuaz, siempre que prometa felicidad a esgalla  y a ser posible gratis y con buenas maneras. A esto  le llaman política.
    No hay mejor política que la familiar, cuando es sincera,  leal y no se echa atrás ni tiene que remangarse para ayudar a su prójimo a llevar el madero.
    No es broma: todo está inventado, y felices aquellos que cuentan episodios de este estilo. Volveremos a reconstruir la familia y luego al prójimo (al próximo) para salvarnos en  parte de toda desgracia..
    Tengamos en  cuenta que la solidaridad ha de ser mutua. Pocas  veces se regala.

lunes, 28 de agosto de 2017

LA ESCUELA EN CASA

     No es fácil, pero la escuela, tal y como hoy se la concibe, está siendo superada por la realidad invasora de la informática. Coincide la divulgación con el manejo de  receptores electrónicos de bolsillo por una  mayoría de escolares desde muy temprana edad. Un vecino, niño de diez años, demostró en su casa que sabía de enfermedades venéreas más que su propio padre.
      Un padre o una madre, o mejor ambos, dotados culturalmente, con vocación y entrega,  podrían abordar con éxito la enseñanza de sus hijos sin salir  de casa. Es difícil, pero no imposible
       En estas circunstancias, los cambios que están experimentando las sociedades dominadas por la informática, nos llevan a meditar sobre el futuro de muchas profesiones, de otros tantos profesionales y, de rebote, de las minorías cultas frente a las mayorías lúdicas.
      Hay dos  mundos, al menos, que están experimentando el cambio de forma palpable: el de ,los mercados y el de los avances científicos. Rompen los controles establecidos, como el pez grande lo hace con las redes que intentan detener su rumbo.
      Quiéranlo o no los políticos,  estas realidades informáticas están surtiendo sus efectos. ¿En que dirección van  los cambios? Al parecer las respuestas varían. De ellas dependerá que los pueblos progresen o regresen.
      Las propuestas reivindicativas de un pasado de imposible repetición, se intentan superar con un futuro que la mayoría no acaba de presentir.
      La escuela tiene que entrar en las casas. Y hoy por hoy, las familias -muchas deshechas- están  más  inclinadas a la diversión  banal que a la inversión cultural.
     

sábado, 26 de agosto de 2017

NINGUNEAR AL PUEBLO ESPAÑOL

   ¿Hay diferencias entre los españoles de Cataluña y los del resto de nacionalidades y regiones de España? Supongamos que sí. O mejor aún: reconozcamos que, en efecto, hay grandes diferencias .
     El argumento, para los secesionistas, es elemental: hablamos distinto idioma, luego somos diferentes. Y dada esa premisa, es fácil deducir que los catalanes tienen derechos y deberes distintos al resto de los españoles. Es que, -según sus tesis- son catalanes forzados a ser españoles.
     A partir de ese credo, los que no se sienten españoles promueven el uso de los distintivos que favorecen aquello que les distingue;  y ningunean lo que les confunde. De esta práctica hacen un sentimiento, una religión con la que se identifican pasionalmente.
     La forma de entenderse tanto con los catecúmenos como con los veteranos practicantes de una creencia cargada de valores sentimentales, es adoptar la actitud del indiferente. Lo demás es como el viento a la contra; lo único que se consigue es que vuele más alto la cometa.
     Pero esta actitud que conduce al  ahorro de debates inútiles a cambio de una indiferencia reflexiva, no excluye la discreta promoción de valores  prácticos, en  favor de todos: en especial de los que son catalanes sin perjuicio de ser españoles. Algo parecido a lo que hacen los suizos que se entienden en tres  idiomas con lo que consiguen, desde hace ya años, ahorrarse peleas  y alcanzar  los más altos niveles de bienestar.
     Lo  que no es admisible es que con el pretexto de "por la paz un avemaría" se acabe por ningunear al pueblo español.
     Y en eso están incurriendo nuestros sufridos gobernantes.  
     ¡Pueden decirlo hasta los agentes a  quienes se confía la seguridad del pueblo español!

viernes, 25 de agosto de 2017

Y EL SEMINARIO VACÍO

 IX

Aficionado a los libros de historia me siento defraudado porque los autores prestan atención a las figuras que más destacan y difuminan al sufrido pueblo. Y uno, en su inocencia, se queda sin saber que hacían los domingos por la tarde las madres de familia para no aburrirse.
    Por ejemplo, me pregunto: ¿Qué pasa en la católica España que nos hemos quedado sin curas? ¡Quién lo diría!
    Allá por los años cincuenta, del pasado siglo, la ciudad de Vitoria donde resido perdió la capitalidad de la Diócesis del hoy llamado Euskadi, por razones políticas que no evangélicas. Y cuando se temía que el Seminario diocesano entrara en desuso, porque Álava era muy pequeña para llenar tan gran edificio, sucedió lo contrario: nunca tan pocos contaron tantas vocaciones. Vitoria se lleno de curas y algo tenían que hacer.
     La ciudad, por  otro lado, al final de la década de los cincuenta asumió un llamado  desarrollo
industrial y se llenó de emigrantes. Con ellos, se pudo prever, se abonaría  el terreno de la injusticia social. Los curas se sintieron llamados a intervenir. En Vitoria vivimos un nacional-catolicismo  de primera clase, entreverado con ansias de justicia social y virutas euskéricas para camuflar el envite.
     El clero, como nunca, tenía  tomada la ciudad, y hasta se dió el caso de un feligrés que se corto la mano pecadora influido por un sermón de la Semana Santa.
     No quiero entrar en disquisiciones. Vitoria se ha quedado sin curas. Ciertamente, la política ha perdido categoría.  ¿Quién lo iba a decir?
     Dependemos de los más fuertes, y la fuerza no suele cuadrar con la calidad.
     En Vitoria, la caída vocacional eclesiástica, se perdió con la llegada de la democracia. Se secularizó la política. Los políticos se reprodujeron como hongos. Los curas se quitaron la sotana.
Perdieron fuerza y misterio.
     Y el Seminario vacío..
     
      (Continuará)

jueves, 24 de agosto de 2017

FALTAN INVERSORES

   
  VIII

  La tentación de servirse de frases hechas, usuales en mi juventud, caen por su propio peso: hoy no dicen nada. Por ejemplo, hablar de "fuerzas vivas" sirve de poco. ¿Será porque están muertas?
      Sin  recurrir a viejas denominaciones, en España, las personas que, sin pertenecer a organizaciones o grupos partidistas , podrían con  su influencia y medios económicos promover un cambio que creara puestos de trabajo,  no existe. No están ni se les espera.
      Por supuesto no se crearán puestos de trabajo que merezcan la pena, si no tenemos inversores.     ¿Por qué?
      Responden voces sensatas: no merece la pena; no hay quien invierta en empresas de cierta entidad porque, si se hacen cuentas invertir supone, dada las circunstancias, muchos sacrificios para muy dudosos resultados.
     De ahí deriva que los contratos laborales sean precarios y acomodaticios. Y si  se presiona al contratante para que mejore la oferta, es peor: el inversor cerraría la barraca.
     ¿Y quién puede arreglar ésto?
      Aquí es donde uno percibe la falta del, sector más dinámico de una sociedad como la española, poco dispuesta  tomar iniciativas.
      Los políticos tampoco se  ponen de acuerdo para favorecer los ánimos. En todo caso para no  sembrar  incertidumbres. Ahí está la clave del problema.
      La amenaza de que la nación se rompa a cachos, la continua oferta de derechos multitudinarios por parte de los políticos para captar votos, la creciente masificación de la burocracia oficial con políticos aficionados a la mamandurria, el aumento de las plebes migratorias se supone que costosas para el país receptor, la corrupción que sigue porque los elegidos para responder son pocos  y la golfería no descansa...
      Siempre citaré a la escuela, por ahora en manos doctrinarias. ¿Faltan inversores? Es lógico.

(Continuará)
     

     

miércoles, 23 de agosto de 2017

UN PODER EQUILIBRADO

    VII

     Los Ilustrados  del siglo XVIII en Francia, pusieron todo su interés en la división de  poderes. Sería, frente al Antiguo Régimen, una reforma básica. Cualquier Estado se reafirmaría sobre tres poderes independientes:  el judicial, el ejecutivo y el legislativo Así podría asegurarse la equidad vital entre  seres humanos, semejantes, aunque no  iguales.
     Hasta el hombre lobo contra el hombre tendría así asegurado un juicio justo; algo difícil de conseguir si los designados para juzgar eran los mismos que ejercían el poder ejecutivo (los llamados gobernantes) o el legislativo (los elegidos para legislar).
      Poco a poco los países adelantados fueron aceptando el cambio  si bien,  podría  decirse, lo hicieron con reparos, de modo que proclamaron la independencia deseada de los tres poderes pero cumplieron a medias sus promesas.. El  poder ejecutivo era el más fuerte y en su seno este poder siempre se controlaba por uno o varios partidos políticos con mayoría de votos.
      El ideal deseado por los ilustrados renovadores, terminó por  cumplirse a medias en muchos casos, o por no llegar a buen puerto en otros. El auténtico poder lo manejaban las plutocracias, capaces de idear los mas sofisticados sistemas con tal de mantener las apariencias sin perjudicar sus intereses.
      Y cuando  se descubre por los más perjudicados ese poder abusivo  y el pueblo reacciona, caemos en los populismos manejados con criterios apostólicos y con fines crematísticos:  un totalitarismo como otro cualquiera disfrazado con ropaje democrático. Nada nuevo bajo el sol.
      ¿Cómo se llega a estas situaciones límite?
       Muy sencillo: por la debilidad de los demócratas en manos de gentes corruptas y en medio de una tolerancia estúpida. El poder termina en manos aparentemente castas  y redentoras... Pero un poder popular ansiado hasta la médula es un poder sospechoso, frente al poder corrompido del que una mayoría temerosa se irá alejando, más o menos tarde, si no se diera una reacción sincera y  creiblesin pérdida de tiempo.
       En esas estamos. ¡Ya se verá cuando sea tarde!

      (Continuará)

martes, 22 de agosto de 2017

LAS MIGRACIONES COMO PROBLEMA

   
     VI

     Es elemental: las migraciones masivas existieron  siempre  porque todo  ser vivo trata de encontrar el espacio más idóneo precisamente para supervivir. Por tanto estos  traslados  de  masas humanas son inevitables en la situación actual..
     Las  migraciones masivas constituyen un problema para  los que se ve obligados a dejar su país de origen, y otro para los pueblos receptores; problemas  tan graves como para tratar de resolverlos por medios violentos: de ahí derivan  innumerables guerras que en el mundo han sido.
     Estamos viviendo el  problema migratorio en  la Europa  de formación  cristiana, a cuenta de las masas de  formación islámica que huyen, para poder vivir, de sus países de origen. Lo que hace unas décadas era algo incidental, es ahora un fenómeno internacional.
     La respuesta a este problema ha de ser proporcional. No es algo abordable país a país. O se unen los más afectados para buscar remedio o la situación se agravará.  Solución por vías pacíficas, se entiende, porque  las belicosas suelen llegar solas.
     ¿Y dónde hay que aplicar el remedio? ¿En los países de origen o en los del destino  migratorio? Puestos a meditar está claro: en los países de origen.
     Esto es  elemental, pero no se quiere ver, ni  por capricho. Hay intereses creados. Pero esa es otra cuestión.
     Me he servido de esa realidad para exponer dos ideas que usted lector las puede madurar. Una:  el problema en Europa no tiene solución tratado por cada país aunque intenten ser solidarios; ha de resolverlo Europa. Otra: a grandes males, grandes remedios y en la  UE actual,  no muestran voluntad de  coger el toro por los cuernos.
    La proporcionalidad es una exigencia  aplicable en  todo conflicto, pero  falla con frecuencia. Por ejemplo, en la Europa unida. Otro ejemplo: el de la España autonómica. ¿Cómo se ha dejado que un tema tan grave como  el de la enseñanza,  sea competencia de los territorios autónomos?
    España se divide. Se comprende...

    (Continuará)

lunes, 21 de agosto de 2017

ESPAÑA SE ENDEUDA


   

   

      V

      Y cuando alguien, una persona, una familia, un  pueblo, un país se endeudan, no por invertir con rentabilidad, sino por consumir más de lo necesario en puras diversiones o en iniciativas inútiles, resulta que todos se empobrecen. Puede ser el caso de España. Cada año aumenta su deuda. Deduzcan ustedes si es rentable lo invertido o se va, en su mayor parte, por las cañerías de desagüe.
      Hoy toca poner sobre el tapete el principio de subsidiariedad. Es fácil de entender y de lógica aplicación. Es un principio que para ser eficaz exige orden y concierto y,  cumplida esta premisa, es justo y razonable. La Unión Europea aprobó su vigencia y funciona con todo su rigor en el sector económico financiero. No en otros sectores, como el de las  migraciones.
      Ahí esta el caso de los países de la UE afectados  por la última crisis  y en peligro de endeudarse por encima de sus posibilidades. Esos países se van salvando -tras grandes sacrificios, es cierto- gracias al rigor subsidiario prestado desde la Europa unida. No se confundan:  un  subsidio no es un regalo. "Es una acción o responsabilidad que suple o robustece a otra principal".Y no es eterno.Tiene sus plazos de vencimiento.
       Dicho esto, no puede decirse que en España funcione la subsidiariedad. Estamos inclinados, muy al contrario,  a gastar el dinero de la Hacienda pública, en demasiadas ocasiones con generosidad mal entendida. No somos partidarios del subsidio. En la  práctica nos gusta más  la subvención.
       Para no quedar mal y tener satisfecha a ciertas clientelas, los políticos en el poder, con  pretextos varios, suelen otorgar jugosas subvenciones sin  el debido control. La subvención consiste en la entrega de dinero  por parte  de la Hacienda Pública, a un particular o a particulares para iniciativas varias,   sin que luego haya desembolso o compensación alguna por parte de quien sale beneficiado.
      Si nos paramos a pensar y queremos sacar  deducciones de estos comportamientos, veremos que en España -en muy pocas ocasiones holgada de medios- tenemos  unas  estructuras autonómicas   que nos cuestan un ojo de las cara. No hay dinero suficiente para mantener este lujo. Diecisiete autonomías, funcionando en su mayor parte como si fueran naciones.
       Falla la subsidiariedad; triunfa la subvención con claridad en unos casos, encubierta en viles contratos, en  otros.
       Pero hoy otro principio que tampoco funciona: el de la proporcionalidad.
   
       (Continuará)

   

sábado, 19 de agosto de 2017

DIVERSIDAD ES DESIGUALDAD

 
    IV

    El lenguaje de los políticos admite las más sorprendentes interpretaciones. Diversidad es la palabra de moda usada para justificar una mentira: somos iguales pero diversos, es decir distintos. Es tanto como decir que somos desiguales. Por eso los catalanes  y los vascos étnico culturales  (dejemos a un lado los eufemismos) al ser distintos,   "están en su derecho" a organizarse, respectivamente, como sendas naciones independientes y soberanas. La plurinacionalidad histórica a la que recurren, algunos políticos para justificar el invento, no existió; es literatura barata. Digan lo que quieran,  la nación es un modelo tardío.
    La diversidad es tan frecuente como  la desigualdad y menos expresiva. Al final nada cambia por muchas vueltas que demos al lenguaje, y los políticos han de tenerlo en cuenta.  No para idear naciones, porque en España -puestos a marcar distancias-  volveríamos a la división cantonal  del XIX.
    Al fin  hay que reconocer que tanto la diversidad como la desigualdad están implantadas en  España, lo mismo en las comunidades autónomas que en las provincias  casi arrinconadas y que la fórmula "café para todos"  era y es  un recurso de vocabulario que no resuelve nada.
    La tarea pendiente de vascos, catalanes y demás familia empieza por convencerse de que el sistema autonómico actual es muy costoso y además muy leguleyo. Por mi parte creo, y usted lector lo puede comprobar, que tenemos demasiados políticos pegados a la teta uninacional, unos,  y a la autonómica, otros, y esto no hay cristiano que lo resista.
     Se ha de tener en cuenta que la España de nuestros días, territorio a territorio, dada la injusta desigualdad vigente, es insostenible. Y  si no se empieza por disminuir el gasto oficial -hoy poco controlado (por eso la corrupción vigente)- estamos perdidos, digan lo  que quieran los apóstoles de la economía patria.
    El tema exige un  detenido estudio porque de  lo que se  trata, mediante una buena política, es mejorar a todos equilibradamente y no aumentar las  diferencias entre zonas ricas y zonas pobres.
    Esta digresión que me he permitido  antes de seguir adelante con mis reflexiones autonómicas, es para  indicar que  la Unión  Europea aplica a sus socios otros dos principios -el de subsidiariedad y el de proporcionalidad- para equilibrar y hacer posibles  las relaciones entre ellos. Principios que son aplicables a una nación autonómica y casi federal como España, que hoy por hoy ni se usan, ni se buscan provincia a provincia, incluso en aquellos territorios donde, sus gobernantes, se sienten satisfechos del modelo de gestión que vienen aplicando.

(Continuará)
   



viernes, 18 de agosto de 2017

SOLIDARIDAD Y FUEROS

III

     En el comentario anterior traté de informar al lector del imposible logro de la igualdad tal y como se promete en los programas electorales.  Contrapuse los efectos de la equidad, -primar a cada cual según sus méritos-   a sabiendas de que este principio no agrada, cae mal,  porque muchos creen que de ahí vienen las desigualdades. Hemos de admitir que las masas de  electores se muestran más crédulas ante las promesas igualitarias de los políticos que ante los designios de la equidad. Por otro lado, el cabo suelto de todo planteamiento equitativo es la solidaridad. Y a los pueblos que no son solidarios, mal porvenir les espera.
     Hay un período histórico  que -salvando distancias y escenarios- se dio en la Península;  un ejemplo de solidaridad  enraizado en una realidad muy particular: las primeras luchas para enfrentarse a la invasión islámica hacia el siglo IX, en  una zona fronteriza en los límites del  actual País Vasco. Surge una cadena defensiva formada por "aldeas libres".  que van a desempeñar un  papel decisivo en la resistencia cristiana. Aldeas que forman parte de ,la corona astur-leonesa, pero con sus competencias  en el que podríamos llamar costumbrismo local.  
     Me estoy refiriendo a la institucionalización de Valdegovía, Las aldeas entonces existentes aún se conservan. Los  apellidos de aquellos creadores de unas líneas defensivas frente a los invasores árabes, también permanecen. Sus usos y costumbres se mantuvieron vigentes  y aguantaron la embestida árabe solidariamente. El Poder de la Monarquía quedaba lejos. Al pueblo llano le tocó la china. Esa lucha contra los árabes desde su cercanía, fue en muchas ocasiones local y solidaria.
    ¿Estaba escrita ese comportamiento o era un hábito?  Era un hábito. Eran vecinos en casas de puertas abiertas y tierras comunales, Eran condueños de  pastos, montes, ríos. Disponían del aprovechamiento por turno de aguas, molinos,  hornos...  Eran, también, gentes con fe hoy perdida a todos los efectos. Me dirán que estoy haciendo  una interpretación por libre de ,la historia. Pues no.
       Vivimos otros tiempos. No se puede negar. Pero cuando la solidaridad no es habitual, cuando  depende de las leyes, es decir de un mandato, sólo funciona  por imperativo legal  y con el freno echado.
      ¡Claro que han cambiado los tiempos!

(Continuará)
 

jueves, 17 de agosto de 2017

EL FUERO Y EL VOTO

     II

     España y los españoles han sufrido toda suerte de calamidades y padecido por la muerte de seres queridos,  a cuenta de la política equivocada de esclarecidos patriotas que prometían horas de felicidad a cambio de nada o por  un simple voto.
    El manoseado principio  de igualdad se sigue utilizando como si la posesión de bienes, la belleza personal, el talento, la salud o los dolores de muelas,  estuvieran al alcance de todos, uno a uno, en la misma proporción...¡Todos iguales! Pues no: cada persona ha de aguantar su carga, cumplir su programa,  y nadie como  cada uno para resolver sus diferencias y sus problemas que, eso sí, tienen su precio.
     El que crea que los políticos les traerán  la felicidad a su casa a cambio de un voto o poco más,  por aquello de la igualdad predicada, va listo. La igualdad política  se limita, y no es poca cosa, a un trato de  igualdad ante la ley y pare de contar.
     ¿Acaso los fueros se crearon para ser todos iguales? No. Al contrario: se crearon para contentar  a los que fueran en justicia merecedores de un  premio. Funcionaba el principio de la equidad: dar a cada uno lo suyo, según  sus méritos.
      ¿Se cumplía  este mandato del fuero? No siempre, como tampoco se cumple el principio de la igualdad. Pero, lo que aún es peor: los distintos Estatutos autonómicos e igualitarios, que funcionan en España,  han creado las más sangrantes e injustas diferencias, tanto entre los ricos y pobres de su jurisdicción, como respecto a otros territorios. Los perjudicados protestan y los beneficiados también.       Y sin hacer cuentas piden  la independencia porque, así lo anuncian, su prosperidad iría en aumento, se darían mejor vida con la ventaja de no tener que  dar explicaciones a nadie.
       Si por mi parte dijera que, hace mil años, en mi  tierra natal  estaban mejor resueltas las               diferencias gracias a sus buenos usos y costumbres, a sus fueros, muchos se echarían a reír. Pero si les contara como se están despoblando ahora, esa mi tierra querida, se echarían a llorar.
       Les contaré algo más  sobre otro principio básico: la solidaridad.

(Continuará)
   
   
   

miércoles, 16 de agosto de 2017

LOS ESPAÑOLES PIERDEN VOTOS EN EL PAÍS VASCO

 

                                                                 I

     Pierden votos en el País Vasco y en Cataluña. Se supone que me refiero a  los partidos políticos centristas de España, de izquierdas o derechas. .
     Y esta es la pregunta: ¿Por qué muchos partidarios españoles de centro no  votan a los suyos?
      Respondo: porque no dan credibilidad a las iniciativas que ponen en juego  para defender sus ideas: la de sus votantes; no la de los partidos. Es más: niegan a los  suyos un remedio que luego se lo entregan complacientes a sus adversarios. Eso pasó con el Concierto Económico, que pudo devolverse a los vascos al tiempo, por ejemplo,  que se legalizaba el Partido Comunista (demostración de que era posible) y  se lo negaron a los suyos que lo pidieron.
    ¿Por qué tanto en Cataluña como en el País Vasco sucede lo mismo desde hace cuarenta años?
     Es de fácil explicación:  la conducta de los partidos centristas de ámbito nacional, quiso templar gaitas con sus adversarios, creyendo que sus votantes eran muñecos insensibles al desprecio.
      La UCD de Álava, en las primeras elecciones democráticas de 1977, surgió de  un colectivo electoral que se proclamó alavés, foral e independiente y ganó el envite  con clara mayoría. Los alaveses centristas implantaron una  marca que estaba señalando el camino a seguir:  defender las ideas vascas forales, debidamente  actualizadas y compatibles con los derechos de los demás territorios de España. Era posible y sigue siéndolo. El Estatuto Vasco se aprobó atendiendo a las ideas nacionalistas, por  encima de las foralistas. Es que esas últimas no se concretaron,  no se debatieron, no se divulgaron, no se hizo escuela.
     Los políticos centristas, faltos  sensibilidad  foral, nunca llegarían a advertir que para enfrentarse al nacionalismo hacen falta en Vasconia  argumentos vasquistas y no había otros -ni los hay hoy- que los que pueden hallarse en los archivos de cada territorio foral,  debidamente actualizados y debidamente racionalizados.
     Años más tarde surgió  Unidad Alavesa, que también cosechó sonadas victorias electorales con argumentos foralistas,  muy torpemente manejados por algún directivo que terminó por defenestrar el invento con la disolución del partido.
     Y reincidiendo en el tema, el PP. alavés, dirigido con posterioridad por Ramón Rabanera, cosechó nuevos triunfos por defender, bajo ideas forales la política hegemónica -hasta donde era posible- de la Diputación Foral de Álava.
     Volviendo al período constituyente. los comentaristas más  agudos del momento, coincidieron en esta apreciación:  los nacionalistas  vascos y catalanes desean una generosa  autonomía como base inicial preparatoria de una futura independencia,  con la que constituir sendas naciones soberanas.
      Y -no se olvide- los nacionalistas vascos y catalanes  seguirán defendiendo esta idea secesionista, en tanto no surja un partido de signo opuesto que los derrote electoralmente  con un mejor ideario   basado en los valores autóctonos que no tienen por qué ser separatistas.
      ¿Están los aludidos haciendo algo parecido en los días que corren?
       No. Pero cuidado: lo que sucede  no es achacable a los nacionalistas. Ellos están a lo suyo y defienden sus derechos. Es el  resultado de una política de bajo estilo, de subsistencia, de ir tirando ejercida por los políticos que dicen ser españoles.
        Entonces ¿a quién se acusa?
        No se acusa;  simplemente, se constatan hechos. .
        Ya se verá.
         (Continuará)

martes, 15 de agosto de 2017

LO PÚBLICO Y LO PRIVADO.

     En los tiempos,que corren se detectan -por lo menos en España- dos corrientes de opinión, referidas a la eficiencia del sector público frente al sector privado; la critica se agudiza cuando ambos sectores coinciden en la prestación de análogos servicios. Por ejemplo la enseñanza.
     Como puede comprenderse es absurdo llegar a conclusiones definitivas sobre que servicio es mejor o peor porque pueden coexistir, de hecho así sucede, escuelas buenas, medianas o malas,   pertenecientes a uno u otro sector.
     Lo prudente y  juicioso, sería saber dónde está lo bueno y  lo malo  y que las mayorías defendieran y se prodigaran en favor de la buena enseñanza,  tanto si fuera pública como privada.
     En este caso concreto,   según las  evaluaciones de PISA, la enseñanza en España -tanto pública como privada- resulta ser mediocre. Y las familias afectadas, pese a ese hecho que se repite al paso de los años, no piden cuentas por estos resultados. Parece que  no valoran las consecuencias que derivan de esta realidad, que va en perjuicio de sus hijos, primero, y de todos después..
       Pero no creamos que esto sólo pasa en la enseñanza. El sector público en España, puede ser ambicioso en cuanto a progreso y modernidad se refiere, pero algo, tal vez una legislación excesiva, compleja y enrevesada, imposibilita cualquier intento en este sentido.
       La eficiencia, que va unida al progreso económico y social, la que nos aproxima al estado del bienestar, obliga a evolucionar con diligencia y constancia por medio de las nuevas tecnologías.
       El sector privado que va en vanguardia así lo hace, y cuando no, termina por vegetar o desaparecer. El sector público quiere, pero no sigue los mismos derroteros. 
       Claro que para progresar hace falta invertir  y hacerlo bien. Y a los españoles -no a todos, pero a muchos- les va mejor la fiesta.

lunes, 14 de agosto de 2017

SENSACIÓN DE CAMBIO

      Me parece un abuso de confianza sentir como un pálpito agorero y  guardarlo cerrado  con siete llaves; sentir un aviso incierto,  como cuando a uno le duelen los huesos pregoneros de una barrida atmosférica. Barrunto como próximo -plazo medio, unos tres meses-  un cambio, ignoro en qué sentido.
      Hecha la confesión, pido al bien intencionado lector que no haga caso  alguno de estas sensaciones, propias de una persona que padece insomnios y pasa las noches contando ovejas para no aburrirse. Pura paradoja.
      Pero vean: para el día uno de octubre está anunciado un espectáculo lleno de riesgos. Los secesionistas catalanes tienen previsto convocar un referéndum para desconectarse de España. No nos engañemos: es un suceso buscado con un par y por narices para esa fecha. En contrapartida, desde el Gobierno de España responden que no: ni por esas habrá refrendo que valga.
      ¿El cambio?
       Es cierto: no todo seguirá igual. Si no se celebra, malo. Si sucediera lo contrario, peor. Si ganan los secesionistas, la mayoría no podrá negar el fracaso del Gobierno de España. Ese sentimiento de fracaso tendrá sus consecuencias. Y si perdieran, el fracaso del catalanismo en pura esencia haría  que miles de partidarios se sintieran humillados. Pero no por eso se darían por vencidos.
      Cualquiera que fuere el resultado, habría que hacer números. A pesar de todo, el riesgo de una mayor pobreza avanzaría,  lento pero seguro; y nos afectaría  a  todos. Por eso hay que hacer números.
      La mayoría de los habitantes de este  territorio peninsular ibérico no viven con holgura y nunca han salido del error: el error de creer que la prosperidad llega con la desunión y a palo limpio.
      Mi pálpito no es un sueño. Es el miedo a que por ahí venga el cambio.
   
   

sábado, 12 de agosto de 2017

VUELVE LA INFLACIÓN.

    Esto quiere decir que ya funciona -con moderación- la pérdida del poder adquisitivo del Euro.   Las autoridades monetarias consideran que  hasta un 2% de desvío anual,  puede ser conveniente para activar el desarrollo económico. El índice actual inflacionista es del 1,5 por ciento. Todo depende del número de euros puesto en circulación.
    No sabría  meterme en honduras teóricas pero está probado que si aumentara la circulación del
dinero, (del euro, en nuestro caso) subirían los precios de bienes y servicios; y si sucediera lo contrario, irían a la baja. Esto, dirían, es consecuencia derivada de la ley de la oferta y la demanda.
   ¿Quién puede dirigir o controlar que corra o no con abundancia el euro? Sin duda las autoridades que dirigen el dinamismo económico de la Unión Europea. Se entiende que en  España obedecemos órdenes
   Sentadas estas premisas, ¿ha llegado la hora de aflojar las riendas que sujetan los bríos  inflacionistas? Parece que sí. Aflojar no es consentir el galope.
    Y, por otra parte,  ¿quiere esto dar a entender que la respuesta de carestía o abaratamiento de la vida es matemática? Pues no. La vida es muy compleja y la misma lluvia no produce siempre los mismos efectos ni se regula con la misma precisión; mandan también otras circunstancias.
    Sin embargo, la experiencia  me dice que los más sensibles a estas derivas suelen ser  las clases más desasistidas y muy directamente los pensionistas de baja cuantía.
     Como casi siempre, la mayoría de los políticos están en otra onda.

 





¡
 

viernes, 11 de agosto de 2017

TURISMO DESBORDANTE Y GOLFO

     La primera realidad que palpa un español a poco que pase por instruido, es que España, cada año que pasa, está más endeudada y necesita, para enjugar tanto gasto, iniciar una clara promoción de sus ingresos, aunque fuere perdiendo el equilibrio. ¿El recurso? Fomentar el ocio, exaltar la playa, divulgar el magreo de masas, vulgarizar la droga... ir de fiesta por la vida.
     En el fondo un pueblo debería ser como una gran familia,  preocupada de que  no les faltare lo esencial, a cuyo fin estarían muy controlados los gastos superfluos. Llego tarde. Una mayoría   de españoles ha descubierto que la familia es es un invento anticuado que solo  sirve para  llenarnos de hijos y  disgustos. (no lo digo; está en la calle).
     Cuando surge una crítica, desde el marco político,  dirigida a los Gobiernos que descansan tapándonos la boca dando publicidad a los ingresos brutos que España recibe gracias al turismo, es para inquietarse. Nadie  nos dice cuánto gastamos en recoger  basura ni en la  reposición de daños causados por esa tropa desnortada;  ni mucho menos, quién o  quiénes se llevan la tajada del león a la hora de repartir los beneficios obtenidos. Y quede claro: no ataco, sino que defiendo al turista consciente que respeta y sabe respetar lo que es de todos.
     Si de verdad creemos que este turismo que nos devora es el deseable, vean el estado de gran parte de nuestras costas, pueblos y ciudades.  Cada día aumentan los que comprueban que no tienen remedio.  
     Y si vamos a los territorios del interior, donde todavía no es rentable ese turismo de rompe y rasga, uno reza para que no los descubran los agiotistas de turno, que además se tienen por patriotas.
      Para terminar: no se puede tolerar que las iniciativas turísticas se apoyen en el criterio de todo es bueno "p´al convento".
      ¡Así nos va!

jueves, 10 de agosto de 2017

SOMOS DIFERENTES

     Sí. Nos parecemos los unos a los otros, pero somos diferentes. Y los políticos, conscientes de nuestros deseos, lo primero que prometen a su clientela, para ganarse el voto, es la igualdad. 
     Pueden decir que la igualdad por ellos prometida, y deseada por la mayoría,  es la económica, puesto que no hay derecho a que existan esas diferencias salariales o remuneradoras que se dan en realidad.
     Los que sufren esta injusticia -una mayoría de pacientes seres humanos- han vivido experiencias tan amargas, que terminan por  creerse esas promesas; mejor dicho, terminan por ser selectivos para concluir en este axioma: el cambio para todos es imposible, pero si llega para mí, ya es suficiente.
    Yo no digo que todos los que se dedican a la política estén en esa onda, pero no me negarán que en las filas de los que predican la justicia social y otras bienaventuranzas subyace esa tentación de servirse de la política para mejorar su situación social.  
      Ahora mismo, en nuestros días, podrán ir viendo cómo los predicadores de la igualdad se desgañitan ofreciendo la  igualdad a sus votantes, hasta "dejarse la piel" según dicen con harta frecuencia.
       Una mirada hacia atrás suele ser muy instructiva: ¿cómo vivían? ¿Cómo viven?
        Es igual. Los cambios llegarán a través de la política -y del fútbol y otros menesteres-, para unos pocos. También es divertido ver como disfrutan unos pagando la entrada en taquilla y otros echando el voto en la urna.
       Hay sitio para todos.


miércoles, 9 de agosto de 2017

LA QUIMERA PLURINACIONAL

     

     Me planteo  el problema desde la inocencia y la buena fe de un novicio. Y hago esta pregunta.  ¿Qué quieren, o que buscan, los que acaban de ver y de  proclamar que España es un país plurinacional? Y la respuesta cae, como fruta madura, por pura gravedad: quieren medrar

      Dicho de otra manera, la plurinacionalidad es un señuelo lleno de aparente novedad; algo así como cambiar la lombriz del anzuelo, por una mosca. Quiere decir que Pedro Sánchez aspira a ser el amo y, si por él fuera, para  toda la vida. Lo cual puede ser legítimo; pero esto no quita que la plurinacionalidad sea un cebo muy aparatoso, de concepción poco imaginativa: un trampantojo. 

      Bien mirado el caso, hasta los más despistados llegarían a esta conclusión: considerar que los nacionalismos vigentes en Cataluña o en el País Vasco, se darían por satisfechos con un reconocimiento de nación cultural, es de ingenuos. O ¿a quién queremos engañar? El argumento del idioma y otros rasgos culturales para que los pueblos sean  considerados como naciones, es creer que el niño lactante se conformará con el chupete, cuando lo que busca y necesita es la teta.

      Claro está que los nacionalistas auténticos  no se entretienen en rebatir esta simpleza.  El nacionalista de verdad quiere y pide una nación estado soberana; no un chiste, impropio de un partido político que nació  bajo auspicios y horizontes internacionales.

       Ando estos días repasando apuntes sobre el origen  de los Condados de Castilla, Álava y  Lantarón (siglos VIII y siguiente). De ahí surgiría el Reino de Castilla. El concepto de nación soberana, ni existía. El soberano era el Rey, pero tenía sus límites. Aparecieron los fueros, unos  originarios  (buenos usos y costumbres) y otros pactados con la Corona. Los condados, los reinos,  no eran naciones soberanas. Era otros tiempos; eran otra cosa.

       Los socialistas  para ganarse el voto, recurrieron  a la justicia social universal a cambio de la caridad cristiana, también universal.

        ¡Nos quieren pasar al moro! Ustedes me dirán.




































































                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                 zx

martes, 8 de agosto de 2017

NO SUBEN LOS SALARIOS

     ¿Por qué? En primer lugar actúa la ley de la oferta y la demanda: cuando abunda la primera, -mano de obra a pasto-  los salarios se envilecen. Es el caso de España. Y para complicar la cosa, el número de parados puede volver a desmadrarse con el incontrolado arribo de migrantes.

     En segundo lugar, actúa el no poder competir con empresas extranjeras. Los costes de fabricación de un mismo producto de cierta  calidad o la prestación de un mismo servicio técnico, es mas caro en España por la razón que fuere. Casi siempre, porque en otros países emergentes,  el índice de productividad rinde al máximo y aquí no.

     Al empresario de España no le salen las cuentas y al trabajador tampoco. Desaparecieron miles de empresas y millones de trabajadores se quedaron sin trabajo y sin ingresos.

      A los afectados sólo les quedan dos vías:  abaratar el producto o  el servicio, mejorando  la productividad de cada tarea -para subsistir-, o cerrar el chiringuito. Lo más fácil era cerrar.  Y cerraron. Tal actitud  acentuó  la crisis, vinieron los conflictos y, hasta donde se pudo, aumentaron las subvenciones en favor de algunos damnificados. Y aumentó la presión tributaria. No obstante, la mayoría se vio desamparada. Surgió la contratación clandestina a precios tirados.  La vida se encareció para todos. Y cada uno se las arregló como pudo. ¿Incluso robando? ¡Claro que sí! Y  el contagio llegó a la política. ¡En esas esas estamos! 

        El cambio  de políticos y políticas es un sueño, pocas veces tan deseado y pocas veces tan inútil. Servirá para poco. Tienen que cambiar los principios, los valores. Y esa es tarea de escuela. Y la escuela lleva su tiempo.

El horizonte no está despejado. ¡Lo siento!


lunes, 7 de agosto de 2017

GLOBALIZACION Y CLASE MEDIA

     Cualquier persona que siga atenta los cambios derivados, en países como España, de la creciente "globalización", no negará que es la clase media, sin excluir a la baja, uno de estamentos sociales que más están sufriendo una segunda y larga crisis, ensamblada con otra anterior (y negada por muchos) del año 2007.

     ¿Las causas? Es muy complejo clasificarlas para ir venciéndolas ordenadamente y por turno. Da la sensación de que los partidos políticos, todos, no han ahondado en la dimensión del problema, no han actualizado su panel de ideas, no les consta la profundidad del cambio. Están más atentos a las demandas inmediatas de una clientela insatisfecha, que a las inquietudes que provoca  esa globalización que está causando ya graves problemas, como el de las migraciones masivas, por citar un caso.    

      Ya no se trata de abordar las soluciones  políticas nación por nación, no se reduce el problema al control de fronteras nacionales,  ni se resuelve con la construcción de murallas. 

      El problema es "plurinacional", es decir de muchas naciones, de las más  ricas o de mediano  pasar, en favor de las más pobres. Es el momento, como dice el pueblo llano, de jugar todos o  se rompe la baraja. Y tomen nota: nadie dice por qué, pero las clases medias -y no digamos las de más abajo- están perdiendo nivel de vida, son cada día más pobres; y alentadas por los que anuncian que van a dejarse la piel para allanar el camino del cielo a las masas desasistidas, están a lo que están. No soy adivino. Y además, cualquiera puede examinar el muestrario. Está a la vista.

     Ya se sabe por una sociedad con formación suficiente y convencida de que los valores éticos no se pueden echar al vertedero, que éstos no son como un ferrocarril que se pueda confíar a los poderes públicos. Es un tema tan delicado que debe interesar, a todos. No olviden que los pocos buenos políticos que en su tiempo fueron, malamente han sido reconocidos. Y mucho menos por manifestaciones masivas. 

      Como todo cambio que se precie, diríamos que el problema es de escuela.  Ya se  verá.             

sábado, 5 de agosto de 2017

LA POLÍTICA ELECTORAL AL ACECHO

     ¿Pero ustedes saben la que nos espera? No lo digo en sentido negativo. Ni trato de particularizar, pensando que unos (los políticos, se entiende) son los buenos y otros los malos. ¡Nada de eso!

     Si atendemos a los sondeos  del CIS, las izquierdas ganarían por los pelos, pero ganarían, en unas inmediatas elecciones. El caso es cómo provocar el cambio. Y aunque todo meneo - según Ignacio de Loyola- en tiempos de tribulación no es aconsejable, al PSOE le sobra correa para saltar al ruedo.

     Hay que dar como posible -ante los resultados del CIS -  que el PSOE trate de adelantar las elecciones. Estaban, y están,  en ello. Pueden buscar el cambio a través de una moción de censura al Gobierno actual del PP. Si saben esperar con calma,  el día uno  de octubre próximo es probable que fracasen en su intento los secesionistas catalanes. Puestos en su lugar, es también posible que no muestren inconveniente al hecho de prestar sus votos al PSOE, que ya cuenta con PODEMOS para derribar al Gobierno de Rajoy.

     Los del PP no tienen reflejos para la respuesta rápida. Suelen depositar su confianza en el  líder:  -Mariano proveerá- , y como el doncel de la fábula de Samaniego, duermen entre tanto a pierna suelta a la orilla del pozo donde ahogarse pueden.

     Lo bueno de los sondeos es que casi nunca aciertan. Pero  cuando dan en la diana, te dejan seco y sin respuesta.

    ¡Ya veremos!   

      

viernes, 4 de agosto de 2017

ATAQUE AL TURISMO EN MARCHA

    Por los años cincuenta del pasado siglo los españoles de a pie vieron cómo  los precios subían por el ascensor, cuando los sueldos se estancaron y no podían pasar del primer descansillo de la escalera. 

    Pese a la dictadura del nacional catolicismo en marcha, tuvieron cierta resonancia las huelgas laborales organizadas en protesta, y se quiera o no, acabaron con el racionamiento alimentario implantado al término de la guerra. Y ¡oh casualidad! la España de fronteras cerradas y autárquica hasta las cachas, empezó a recibir turistas que con el "bikini" a cuestas (ellas),  trajeron los primeros principios de libertad. ¡Tal y cómo lo cuento aunque el dato pase desapercibido para los historiadores!

      Luego llegaría Fraga a dirigir el Ministerio del  ramo y ¡lo que son las cosas! Se hizo popular el dicho de "con Fraga hasta la braga". Casualmente se acabó el hambre. Justo es decir que por el año de 1953 se firmó un concordato entre la Santa Sede y la España de Franco;  gracias a tal acuerdo, pudo ir  -según viejas tradiciones- como Jefe de Estado,   bajo palio. O sea que todos contentos. Los españoles, ya se sabe, o curas hasta en la sopa o sopa de curas. Tienen su turno. Lo malo  es ir por  medio. ¡No se lleva! Basta seguir a los apóstoles de la democracia.... ¡joder que tropa!

       Pero... me alargo, y no es cosa.  Sólo quería decir que, según parece, hay que arrear estopa al turismo llegado a España en demasía -cierto- cuando lo aconsejable es moderarlo, sin matar a la gallina de los huevos de oro. 

        A  no ser que el tal turismo venga a ser la salvación del odiado gobierno al que yo admiro porque a diario ha de enseñarnos sus intimidades en demostración de limpieza. 

         ¡Vamos  a ver el espectáculo!

jueves, 3 de agosto de 2017

ESCANDALERA MASIVA

     Escandalera masiva, porque a las masas acostumbradas al disparate, les va la marcha; les parece  bien manifestarse al por mayor, para probar que son personas razonables y dadas a la tolerancia mientras no se demuestre lo contrario.

     Pero no dicen, aunque lo saben, que cuando  se agrupan es para imponer su criterio por encima de toda decisión, aun cuando ésta no sea justa, ni equitativa ni  razonable; ni se suponga acordada en  beneficio de una mayoría..

     Los líderes de cualquier sector, preparados para ejercer de políticos,  tratan de influir sobre todo ser humano por el medio que más convenga a sus propias ambiciones, muy relacionadas el afán desmedido  de mantenerse en el opuesto de mando al precio que fuere. Uno e estos medios está definido como "movilización de masas". un espectáculo populista, con grandes dosis de "agitprop" (Agitación y propaganda). 

      No es caso de imaginar casos concretos -que haberlos "haylos"- pero no puedo resistir la tentación: En Cataluña se están preparando para el próximo otoño si, como parece,  llegara a fracasar su convocatoria de  autodeterminación prevista para el uno de octubre.

       Dos advertencias que disparo al aire, sin blanco decidido. 

       Primera: No tiene explicación que desde la cumbre gubernativa, se repita,  hasta sembrar la duda, que no habrá referéndum el 1-O. Tengo mis dudas, porque  al que vas a castigar con obras, no se le maltrata con palabras. 

       Segunda: Es de temer que los llamados "populistas",  especializados en montajes teatrales, organicen una comedia vial de las de Dios te ampare, hermano. Su silencio huele a corrompido. Sería una escandalera masiva.

miércoles, 2 de agosto de 2017

ERA DIFÍCIL PONERSE DE ACUERDO

     España implantó la democracia, en 1976-77, a partir de una idea básica puesta en juego gracias al ingenio jurídico de un hombre  con talento: me refiero a don Torcuato Fernández Miranda,  sin cuya presencia y lúcida intervención  difícilmente se hubiese avanzado en  la desaparición de un Estado totalitario en cosa de meses, para dar paso a otro democrático. El secreto estaba en proceder al relevo del  ideario político vigente, de sus intérpretes y símbolos, con mano izquierda, para cambiarlo por algo más potable, equitativo y justo. 

      Claro está: reconocer este hecho lleva a mal traer a los líderes simplistas de algunas izquierdas que tratan de pasar por genuinas y son incapaces de reconocer que aquel cambio no era una ficción, sino una forma de resolver sin sangre la pregunta: ¿Y después de Franco,  qué...? 

       La lección puesta en juego sirvió para bien poco: los políticos de la transición en mayoría creyeron que la España centralizada era un fracaso y se hacía preciso y urgente darle la vuelta al mapa, en toda su amplitud, sin cambiar el principio de que a iguales derechos corresponden iguales obligaciones. Confundieron el hecho de dar a cada comunidad autónoma un trato  justo, con aquello de que quien más chifla capador.

        Era difícil ponerse de acuerdo y las generaciones actuales de políticos de todas  clases, han puesto de moda el NO. ¡Y de ahí no salimos!

martes, 1 de agosto de 2017

PIERDEN LOS DÉBILES

      ¿Quién está llamado a perder en una  democracia donde son muchos los que mandan y pocos los que cumplen sus obligaciones?

       Estoy acordándome de Venezuela, sin pretender dar o quitar la razón a nadie. Y horroriza pensar si al fin, como último remedio, chocan odiándose los unos contra los otros. Por ese trance pasó España y pasaron las generaciones de los cuarenta (siglo pasado) que sufrieron la posguerra: tuvieron que someterse a la dieta del ajo y agua. ¿No imaginan, las generaciones actuales,  lo que esto significa!

        Pero ¿por qué ir a Venezuela, tan lejos,  cuando en España, por la audacia pseudo democrática de unos y la falta de autenticidad  de los otros (corrupción incluida), estamos poniéndonos a punto para el desguace?

          Verán: existen buenas personas que confían  demasiado y somos tan ingenuos como ignorantes cuando damos cancha a tanto personaje de escasa valía; cancha y votos; muchos votos, a cambio de simples promesas. 

           Los votantes no hemos caído en la cuenta de que,  al fin, les damos la llave  que abre la caja de caudales, llave también de la despensa patria; todo para  que funcione en el País, ese que llaman  estado del bienestar con plenitud y corrección. Pero no funciona.

           En suma, lo que ponemos al alcance de los políticos  es el dinero y la confianza a cambio de que cumplan  lo prometido:  pero todos se quedan cortos, cuando no cambian de opinión si así les parece y hacen lo que les conviene a ellos para mantenerse en el poder.

            Una pequeña reforma de la Ley electoral acabaría con estas incertidumbres. Bastaría con que las promesas electorales partidistas  anunciadas, fueran  acompañadas de una Memoria y su correspondiente Presupuesto. Memoria que justificara la eficiencia de lo anunciado y Presupuesto que indicara la cuantía del dinero a invertir y garantizara la disponibilidad de medios económicos  para realizar lo prometido, si pasarse. Con el dinero no se juega. Y si se falla, se usa la escoba sin piedad.

             De otra forma,  ya lo vemos, ¿promesas?   Juguetes del viento  son.