sábado, 30 de noviembre de 2019

EL ATASCO QUE NOS FRENA

     Estimado lector: siempre tuve en cuenta, desde la apertura de la senda democrática en 1978,  que el centro derecha vasco estaba -o debería de estar- en todo lo referente a una posible demanda secesionista, más cerca del PSOE que del PNV.
    Por esas fechas, y años anteriores, el tardo franquismo trataba de llegar a un reconocimiento económico-mercantil con la Europa unida, sin que se lograra dar un paso en ese sentido. Más o menos los socialismos europeos no estaban por la labor y así nos mantuvieron aislados a los españoles, victimas de los más simples efectos.
    No hacía falta ser muy listos para comprender que en Europa nos darían paso libre si España jugara la baza democrática con otro naipe y otros compañeros de mesa. A partir de esta realidad y de la crisis que nos inquieta, a la Unión Europea actual le tiene más cuenta una hispanidad-portuguesa unida (que incluya a Vasconia y Cataluña) que fraccionada y dividida en territorios regionales. ¿Por qué? Porque la unión da la fuerza y ésta da poder, entendido en sentido constructivo y potencial del bienestar europeo.
    Tengo testimonios ya históricos que prueban cómo la UCD de Alava, partícipe con dos  miembros alaveses del Consejo Preautonómico Vasco en 1978, decidió con su votos que el Presidente fuera un socialista, hecho que fue denostado por ilustres politólogos de la época. Uno de los votos decisivos fue de un servidor. ¡Y no tengo por que, arrepentirme! Aquello solo duró unos meses.
    Posteriormente, en los días actuales, fui muy osado al exponer por escrito que si España quiere salir del atasco, ha de aliarse con el PSOE y viceversa. Tampoco me arrepiento. Ellos no quieren.
    Pero Dios castiga a los que quieren perder. Y los de a pie que se preparen. Hay que buscar otras palancas para salir del barro.



viernes, 29 de noviembre de 2019

LA DEMOCRACIA CLIENTELAR

     Ustedes me entienden pero, por si acaso, conviene aclarar que un buen  "cliente" es aquel que detecta dónde y cómo se puede chupar de la goma conectada con el erario público. El abrazo casi erótico que Pablo le dio a Pedro,  cuando éste abrió la espita, fue una muestra de gratitud clientelar inmediata y precursora, en prueba de lo agradecido que uno puede llegar a estar de cara al futuro. ¿Se entiende?
     Insisto "chupar de la goma" es propio del que pone precio al que influye desde el Poder para conseguir votos en su beneficio  sin que se note. Y si se nota, tampoco la desgracia lleva al impostor -salvo contadas excepciones- a la cárcel.
     Creo que con lo dicho se entiende mejor y se comprende que los beneficiados -los que manejan la goma- estén orgullosos de la democracia -modélica para ellos- que parece estar en forma hasta el punto de costear la presencia de caballos de Troya desde los que se ataca a los más leales e inocentes demócratas: cuando les conviene desde el caballo, se acogen a la ley imperante y, cuando no, a la legitimidad rampante.
      Al final -y para vestir al muñeco- lo mismo otorgan libertades en pro de la voracidad que se esconde tras las braguetas, que  machacan al insensato que pide una regulación generosa para corregir excesos migratorios, o que ignoran los abusos que nos enferman, para tener contenta a a una clientela abusiva.
     ¿Estamos de acuerdo? Los ricos de casta se engrandecen; los de baja clase se empobrecen; y las clases medias desaparecen.   
     ¿Democracia? Sí: clientelar.


miércoles, 27 de noviembre de 2019

PRELUDIO



       A la crisis económica que padece España, como otros países europeos, se ha unido la crisis territorial que se puso en marcha durante la transición democrática y que está viciada por un defecto originario: creyeron los autonomistas que la forma de armonizar la vida política española era  oponer al centralismo estatal, quince centralismos regionales.
          De ahí que planteadas las competencias que debería  asumir cada territorio  autonómico, fueran éstas maximalistas, fiel reflejo del  comportamiento político de Cataluña y del País Vasco, a las que pretendieron emular, sin tener en cuenta (o puede que sí) que estas dos comunidades, manejadas por los nacionalistas, en el fondo no aspiraban a ser autónomas, sino a instituirse como naciones soberanas e independientes. Los políticos no dudaron  en copiar el modelo vasco y el catalán -dos regiones desarrolladas- por no ser de inferior categoría, sin tener en cuenta los costos  de  sus aspiraciones que, al final, han de soportar los contribuyentes.
      Ahí están para demostrar este aserto  el excesivo número de organismos autónomos, pseudo embajadas, universidades, aeropuertos, vías de comunicación, emisoras de TV y radio, sociedades públicas, etc. de muy costoso sostenimiento que, además, han servido de pretexto para un despilfarro que ha escapado a todo control del poder central.
        Al final, el autonomismo descontrolado nos ha metido a todos los españoles en un ciclo  ruinoso: en una generalizada deuda que,  sumada a la creada y soportada  por una mayoría de Ayuntamientos, nos puede costar años de esfuerzo fiscal para poder liquidarla; una deuda paralizante de las empresas privadas productivas.
    ¿Cómo  corregir todo esto sin incurrir en lo que podría ser otro pendulazo que nos lleve a hundirnos más aún?
       Cuando apelo a la actualización del espíritu foral de nuestros antepasados vascos, soy consciente de que más de uno se preguntará: ¿hacia dónde camina este iluminado queriendo revivir antiguallas superadas en todos los países?
    No obstante, llamo a la reflexión a mis detractores, pues ¿qué otra cosa están haciendo los nacionalistas vascos y catalanes que basarse en unos hechos históricos acaecidos hace siglos, para en virtud de su parcialísima interpretación sentar las bases del derecho a la independencia de los respectivos pueblos vasco y catalán?
       Voy a referirme al caso vasco. Los nacionalistas vascos hicieron acto de presencia en la política española a finales del siglo XIX. Por esas fechas airearon sus principios para abrirse paso entre la opinión pública. Sabino Arana valoró por encima de todo la adscripción católica del PNV. Por encima de todo, como sucedía con los carlistas, estaba Dios. La ley divina era  guía  del Pueblo Vasco.  Este principio ha caído en desuso.         
       Luego, en segundo término, estaba la ley vieja que los carlistas llamaban Fueros  Vascongados. Como los fueros  eran otorgados por reyes con poderes superiores, Arana quiso demostrar que no era éste el caso vasco. Sus leyes, derivadas de los buenos usos y costumbres de los vascos, eran “originarias”.    
     Rechazó esta denominación de “fuero” otorgado  y adoptó la de “ley vieja”  (legi zarra) originaria. A partir de esta realidad, la independencia de los vascos, estaba para ellos más que legitimada. Era, además, una ley democrática y paradigmática.  Sabino Arana interpretó que este dato, -unido a  la singularidad del Pueblo Vasco- dimanada de su raza, su idioma y sus costumbres: todos ellos  constituían elementos suficientes que justificaban sus aspiraciones independentistas.
   Estos  factores de identidad, -raza, idioma propio, costumbres, leyes- a fuerza de repetidos, subyacen en la conciencia de muchos vascos;  han ido recuperando  valor. 
   Curiosamente, como esta interpretación de lo medieval, no cuadraba con la democracia representativa implantada en España a lo largo del siglo XIX –voto universal,  tres poderes independientes y otros principios inexistentes en las tradiciones vascas- no tuvieron inconveniente en encajar sus aspiraciones en los modelos liberales, con tal de seguir defendiendo las “libertades vascas”; en suma,  el derecho de los vascos a constituirse, en su territorio, como nación soberana. El factor más singular para identificar a los vascos, quedó reducido al idioma y a unos cuantos mitos y costumbres que sirvieron no solo para enriquecer su  folklore, sino como modelo de país moderno.
     Todo ello sucedía pese a que, -siendo el reino visigodo  invadido por los árabes la España cristiana constituida por gentes de distinto origen- los naturales del país empezaron a tomar conciencia de la necesidad de organizar su defensa. Desde la zona septentrional de la Península, donde se refugiaron las gentes  llegadas de las zonas invadidas, se inició una tarea que sería secular. Desde  Asturias, Cantabria, Vasconia, sus moradores participaron a lo largo del tiempo en esa tarea y fueron ganando el territorio  que sería conocido por Castilla. Don Claudio Sánchez Albornoz, al reconstruir la historia de esa época, valora la participación vascongada en la construcción de Castilla,  previa a la de España, y no tiene remilgo alguno al señalar que Vasconia fue  la madre de Castilla y  la abuela de España. 
    Henos aquí que frente a la posición excluyente de Sabino Arana y de sus seguidores más acérrimos, está la integradora de Sánchez Albornoz que da un protagonismo principal a los vascos en la formación de España.
          ¿Por qué los separatistas pueden mostrar con orgullo las raíces de su independentismo y no han de poder los integradores sostener la tesis que da relevancia a la participación principal de los vascos a lo largo del tiempo –de lo que hay decenas de testimonios históricos- en la construcción de lo que luego sería la nación española? ¿Por qué los vascos de nuestros días, no pueden sentirse orgullosamente herederos de aquellos esforzados varones que lucharon por la España cristiana al fin triunfante sobre el  Andalusí  musulmán?
          Ser vasco integrador se ajusta más a la historia que ser vasco secesionista. El vasco integrador no es ser anti vasco. Y convencer a los demás de estas verdades, es una tarea pedagógica, fase previa para cualquier recuperación de votos vascos-españoles.
        Abierto este cauce, no se podrá negar cómo, en la evolución de la vida medieval prosperaron,  entre los vascos, un conjunto de valores que conectarían al cabo del tiempo con las ideas defendidas desde posiciones humanistas cristianas: valores cono el respeto de los derechos individuales sobre los colectivos, la defensa del principio de subsidiariedad en la organización político social de los pueblos y el espíritu de cooperación como principio básico de una justicia social moderna y progresista.

(Del libro "EL FUERO, EL HUEVO Y LAS VERDADES DEL TINTERO" de próxima edición.  Autor:Pedro Morales Moya). 
                           

FUNDAR UN POPULISMO

     Cuando me vi comprometido, en unas oposiciones, a demostrar mis conocimientos sobre una Diputación Foral, tuve que reconocer: no sé  dónde consultar este concepto. Al fin, alguien me dijo que tal vez podría dar con algún  libro que tratase de los fueros en la biblioteca pública. Y yo me dije: "Siete años de bachiller,  con su reválida, y aquí me tienen,  ¡ni zorra idea!".
      Entonces me encontré con un tiempo ya ido,  lleno de andanzas que fueron pasando al desuso, pero no del todo: y en tal circunstancia estaba la Diputación Foral de Alava, aunque no fuera fácil de entender.
      Los primeros foralistas en la edad media llegaron a descubrir, sin pensarlo dos veces,  un conjunto de normas  favorables a las familias por medio de concesiones o derechos individuales reconocidos y vigentes en pequeñas comunidades. La evolución de los pueblos a medida que se repoblaron villas y ciudades, les llevó a reclamar las ventajas forales y a ser atendidos. Hasta que otra revolución liberal implantó nuevas leyes que reconocieron como derechos colectivos la libertad, la igualdad y la fraternidad; derechos que irían barriendo los abusos generados por los fueros con el paso del tiempo, lo cual supuso dar a las versiones democráticas señales de progreso.
     Como comprenderán el tema da para una pila de libros, porque la foralidad es tan compleja como los tiempos idos y hacen imposible entenderlos con -podríamos decir- una ráfaga de luz.
     ¿Sería posible hoy una foralidad como la del medievo? Pues no.
      Pero sigue vivo el régimen que defiende los derechos individuales y no supeditado al frecuente abuso del derecho colectivo en perjuicio de las personas y sus libres aspiraciones.
     Sistema que favorece al caciquismo populista al amparo de la justicia social. Populismo a marchas forzadas. Algunos le llaman comunismo.
   

martes, 26 de noviembre de 2019

ES UNA CORTA EDICIÓN.

     Una confidencia: me vi metido en enredos políticos en los  años 1977-78, días de la Transición, a ciencia y conciencia de ser tachado de fascista, porque desde los años de la guerra y el estraperlo, seguían haciendo efecto ciertos calificativos: y si no eras "rojo" eras "facha".
     Para quedar bien y no meterse en líos, podías ser del "Atlétic" o del "Real Madrid" que venían a dulcificar las diferencias.
     Yo era del "Alavés" con tan poco fuelle que solo podían disgustarme los de Eibar o los de Miranda que -en cierto modo-  se sentían iguales o mejores:  nos perdonábamos los resultados porque, aunque distintos, todavía inflábamos el balón con la bomba de la bicicleta y sin salir de casa.
     En suma, ¿dónde podíamos situarnos políticamente sin meter ruido y sin perder la condición de alaveses con un par de fueros? Y así se hizo. Era difícil porque los fueros, en su pura esencia, estaban tan olvidados como los huevos de gallina pueblerina alimentada con piensos silvestres, auténticos hasta ser estrellas para el paladar humano.
     Un pequeño grupo de alaveses, no sé cómo, fue premiado por los electores de la primera cita democrática electoral. Jugaron con lo lo propio, sin salir del caserío y en primera división, sin refuerzos para defender los fueros..
     Pero... todo, más tarde,  se fue a pique porque se falseó lo auténtico y para conservar los huevos, se desnaturalizó la materia prima. ¡Tiene pelotas la carga de basura!
     En suma, a mí, ahora, a punto de cumplir noventa y siete años, me da el antojo de escribir un librito para interpretar el viejo fuero -punto de arranque del nacionalismo de Sabino de Arana- y ver si puede servir de algo a estas altura, ahora cuando la "nación", se está tropezando con la "globalización" de turno.
   El título, el del libro citado, con deliberada intención, es: "El fuero, el huevo y las verdades del tintero". Y lo considero un "Desgarro satírico".
    Lo voy  regalar. El regalo, es para un fin benéfico.  No tiene mérito. Es una corta edición. Y no es una chaladura.
     La política si no se ennoblece es basura.

sábado, 23 de noviembre de 2019

DECAER DE LAS CLASES MEDIAS

     Por mucho que redoblen los tambores la democracia -a la española- está viciada de punta a cabo. Soy un fiel seguidor de la Sexta, estación televisiva,  y trato de digerir su noticiero comentado porque es sustancia pura. Tendenciosa, pero pura y cargada de pensamientos  nutritivos. ¡Qué sería del Sr. Sánchez sin el apoyo de don Antonio!
     El caso es que uno no puede decir que España se desnorta y que sus políticos -unos por fas, otros por nefas- han llegado a extremos confusos y paradójicos y están acabando con la fe del paisanaje. Ahí los tienes ahormando el zapato a Pedro y a Pablo para ir de la mano a chingar el futuro de les españoles de clase media, el sector más sano de la cuadra peninsular (salvo los que llenan de mierda hasta el mar). 
      Pedro y  Pablo -todo virtud- queman tiempos sin darse cuenta de que nos están metiendo en una caverna oscura y sin salida normalizada. Y digo "todo virtud" porque estoy de acuerdo con la buena fe y deseos de acierto de Antonio el de la Sexta.
       El caso es que un servidor -viejo, gastado y cochambroso- se mete a discurrir y descubre que el punto débil de las masas,  está sometido a la podredumbre de nuestra democracia o se basa y engancha en un vicio celtibérico-latino que nos arrastra a no distinguir al guapo, con su quehacer irresoluto y tirando como los bueyes de Villalpando, para contentar el buen gusto de su aliado sin perder la calma y ¡Dios dirá!
      La que no tiene remedio es la clase media llamada a pagar los atractivos de la feria.

viernes, 22 de noviembre de 2019

EL IDIOMA Y SU IMP0RTANCIA

     Si uno dijera que el mayor enemigo de una costumbre funciona  soportándola con indiferencia y dando buen ejemplo, le contestarían  más o menos: usted se equivoca. No hay que frenar al que por rutina es como es: un noble defensor de una idea patriótica que mamó desde niño.
    Ante la imposición de un idioma por razones políticas suelen surgir opositores a cara descubierta y, como consecuencia, saltan indignados a llevar la contraria a la iniciativa calificada como noble defensora de la lengua autóctona.
     El uso y abuso de la blasfemia era costumbre española muy extendida hasta el punto de tenerla por original  y sumamente expresiva. Aun perdura en ciertas latitudes y disminuye en otras, afortunadamente, a medida que el blasfemo percibe el grado de idiotez que supone ensuciar el sitio más barrido creyendo que su decir es gracioso.
     Los idiomas prosperan o decaen en el momento y espacios donde dejan de ser útiles como medio de comunicación para vivir mejor. Pasó con el latín y otros muchos idiomas que fueron desapareciendo o disminuyendo en su uso siempre por razones prácticas. Y los demás si se sostienen, no es por decreto sino por costumbres acomodadas al hábito de vivir mejor.
     Los más auténticos y eficaces defensores del euskera quieren que la prosperidad funcione en provecho de los vasco parlantes y,  con tal fin,  dotan a su idioma nativo de virtudes discriminatorias,  prácticas y aplicables a quienes lo hablan.
     En casos así lo que procede en favor de los demás, es tener mejor escuela y más beneficios en la pujanza del entendimiento oral mediante el uso de los idiomas más extendidos.
   

jueves, 21 de noviembre de 2019

ADEMÁS, NO PUEDE SER

     ¿Por qué quieren convencernos los políticos de oficio,  gracias a sus "virtudes", con promesas  orientadas a mejorar las pensiones de los jubilados?
     Es imposible si no cambian de  método y orillan el sistema  llamado "de reparto".   Lo cual, tiene sus perendengues. Y aún así habrá que dar tiempo al tiempo porque los embalses sólo se llenan de agua cuando llueve a chorros impetuosos con cierta frecuencia.
      Me pueden decir que es muy duro reconocer la existencia de esta desgracia pero... nadie tiene la culpa de lo que sucede y se palpan y padecen millones de personas.  ¿Qué hemos hecho para merecer ésto? No se quieren reconocer las causas del mal que se mastica. Y esto, empezar por reconocer la verdad, no interesa: descubrirían las mentiras de los gobernantes de turno y esto no da votos; ¡lo sabe un niño!
      El cambio de un sistema autoritario padecido años ha,  por otro democrático, tiene un precio. Nadie sabe por qué, pero la democracia exige un gasto creciente y esto obliga,  a los que mandan,  al incremento de la presión tributaria que la soportan los que obedecen. En decir con el sacrificio de aquellos que discurren, invierten, trabajan y dan trabajo a sus congéneres.
      Pese a todo, el sistema electoral funciona con éxito, sin duda porque  el ejército de colaboradores políticos está estimulado con promesas económicas generosas. Promesas que tienen su riesgo, ya que si no se triunfa, no se puede cumplir lo prometido. Y los perdedores, si no vencen, perecen y dejan "pellas" allí por donde pasan.
       El caso es que el partido triunfante  coloca a sus fieles y si no hay sitio, lo busca anticipando la jubilación de los que andan en las cercanías sexagenarias y así abren huecos para satisfacer a sus  amiguetes.
       En fin, llegaríamos a llorar si supiéramos  cómo termina este episodio. El gasto sube, la presión tributaria aumenta y los ingresos disminuyen sin respetar ni al pan ni a la sal.
      ¿Donde termina este callejón sin salida?
     

martes, 19 de noviembre de 2019

NO Y TRES VECES NO

     Es tal el número de falsos políticos que manejan los poderes de España, tal su influencia, tal su seguridad cuando hablan, tal su confianza de futuro, que uno -tras paciente escucha- desearía ser oveja en fase de pastoreo, a sabiendas de que los perros no muerden.
     Pero... estos políticos ignoran que todo tiene un precio y lo que importa es no darlo a conocer, y si no hay tutía...ya llegará el verano con el pienso en las cunetas.
     Corre la noticia de que van a mejorar las pensiones de los jubilados que no pueden subsistir por lo cara que está la vida. Y como de algún sitio ha de salir el dinero piensan  sacárselo a los que se forraron cuando les  dieron facilidades para que su ganancia en negro circulara como auténtica y tener donde morder la chicha.
      Era una injusticia más, ya que en el fondo la ganancia procedente del timo era premiada, y la que llegaba a cambio del duro trabajo,  castigada. Tiene pelotas el caso que provoca el desprestigio y resta votos.
      Dado que este comportamiento crea escuela, se nos anuncia otra solución parecida: vamos a limpiar las carteras de quiénes ganan mucho y pagan poco, para dárselo a los proletarios que se lo sudan. Y los huidizos -cada día más a causa de la globalización rampante- ya están completando la emigración de su dinero a chorros.
      ¿Y cómo se arregla el desaguisado? A costa de las clases medias que también se lo sudan, pero no escapan, o cerrando las empresas,  ya que solo dan disgustos. Y  las cuentas de la Nación España  reflejan la deuda creciente de un país que se siente demócrata para terminar en una dictadura a la latina.
      "No y tres veces no", decía el buen samaritano, y ahí está hoy, crecido y satisfecho con sus alianzas en gran parte anti españolas que resultarán premiadas.

lunes, 18 de noviembre de 2019

DUDOSA RESPUESTA

    Claro está que los políticos pendientes de su futuro, procuran actuar de forma que -una vez definida la doctrina de su cuerda- no se contradiga con sus actuaciones y mucho menos con sus palabras.
     Estaba yo distraído a la escucha televisada del interrogatorio con el que una periodista joven. guapa y ocurrente tenía acorralado a un conocido político derechoide -en ejercicio más por conveniencia que por persuasión- que anda en esta crisis a la deriva, despistado, también porque
las aguas bajan turbias.
     La política tiene ese inconveniente: si te pillan metiendo el gol fuera de juego, pierdes votos y pierdes cargos bien remunerados. Y si se cae el árbol,  que sostiene la farsa del triunfante, se pierde todo y se llena de olvido. ¡Irremediable desgracia!
    Veo al político aludido -no importa quién es:¡son tantos los caídos!- desconectado, indeciso, cauto. a la espera, y... -pese a todo veo - corto de doctrina y pobre de recursos dialécticos.
    Lo malo del  caso es -por citar un ejemplo- que la escuela está en manos de sus adversarios y las generaciones jóvenes votan a los que alimentaron su credo: el de quien manda. ¡Así de sencillo!
    A nuestro político le consuela haberlo anunciado a tiempo: si perdemos la escuela perdemos el poder.
    Falsa deducción. No basta con decirlo. Hay que no perder la escuela. Los nacionalistas vascos construían y regentaban "ikastolas" por medio de sus fieles en pleno franquismo.
    Obras son amores y los vasco españoles no tienen...


sábado, 16 de noviembre de 2019

LA DECADENCIA DE UN PARTIDO

    Que la vida tenga sus más y sus menos es tan normal como el desarrollo de una flor: ésta termina por desaparecer de escena antes que el escenario. Lo anormal es que sean los encargados de cuidar el jardín quienes, por ignorancia, desidia o latrocinio, figuran como responsables de esa muerte.
     Le veo al PP pasando por una crisis que no acaba de superar. Y las causas no son imputables a sus adversarios; se  desarrollan en su propio jardín donde se guarecen muchos ratones que ya no tienen queso suficiente al que morder.
     No quiero enumerar a esos roedores caseros -que viven del PP- porque son tantos y tan resabiados como para echarse a temblar. Sí; es cierto que estamos ante una endemia de la que no se libran ni las mejores familias.También lo es que un apreciable grupo de recta conducta, se desvive por acabar con el dañoso contagio. Pero... no aciertan a dar en la diana.
    Puede parecer un tópico, pero estamos ante un renovarse o morir; estamos esperando a la vuelta de la esquina y si esto no se aprovecha, lo más práctico es sentarse al sol hasta ver pasar el cadáver del partido aludido.
    Y ¿cómo dar en la diana? Me comprenderán si quieren, porque  es cosa de cuatro palabras: hacerse con la escuela, cedida de forma estúpida, en nuestros días , al adversario.
     Y ¿cómo legalizar el tema si nos han echado a la calle?
      Muy sencillo de entender: promoviendo todos los avances que el ingenio humano ha puesto al alcance de los docentes. Hoy puede enseñarse a todos desde otro continente. Hay que hacerse con el magisterio libre, si no queremos caer en manos del populismo.
     Pero... mucho temo que tan simple idea, por necesitar una compleja organización, no esté al alcance de las masas políticas que si saben  gastar  el tiempo y el dinero -que es de todos-, como si fuera humo -que no es de nadie-.

viernes, 15 de noviembre de 2019

PUEDO EQUIVOCARME

     Lo dije ayer: puedo equivocarme. Sinceramente, hay una derecha distinguida, acomodada y viviendo holgadamente, que no quiere mojarse en las sucias aguas de la política. Hay otra derecha trabajadora y responsable, que -sintiéndose obligada por tareas profesionales- dice no tener tiempo y lo dedica a cuidar de su familia.  Hay una camada de derechistas de ocasión que combinan su estilo embaucador con un morro de rompe y rasga que chupa sin decir basta: una derecha de cínicos sin vergüenza. Y nos queda la derecha del montón, buena gente, que dedicada a tareas de subsistencia, tan nobles como rutinarias, son las que tiran del carro y consiguen que una sociedad, como la española, pueda mantener un Estado cargado de parásitos que no se cansan de crecer y gastar en su insatisfecho buen vivir.
     Y las izquierdas, ¿qué?  Son de la misma materia  -salvo excepciones, se entiende- capaces de lucir osadamente su "generosa dedicación" a empobrecer nuestra tierra, echándole la culpa del desaguisado al maestro armero hasta hacerse los amos de la barraca.
     ¿Por qué no hablo de los nacionalistas anti constitucionales? ¿O de los que hacen del ocio una vida llorona y se apuntan a llenar las calles de basura, o basan su futuro en la mentira?
      Ya vemos. Son consideradas buenas personas, marcan estilo, están junto al que gana... Por lo general llenan -con su patriotismo multitudinario, abigarrado, procesional y arrasador - calles, plazas y comercios y  nos conducen  con su doctrina totalitaria, creyendo que son demócratas, a darnos el coscorrón.
      Pero insisto: puedo equivocarme. Y si me hago el distraído y me presto a dar leña a los propios antes que a los ajenos, no nos engañemos: es porque con tontos o pillos (o miedosos) puestos a dirigirnos no crecen ni las ortigas.
      Tiene usted razón Sr. Del Arco Casaos.

jueves, 14 de noviembre de 2019

EL ERROR DEL ESPAÑOL DERECHOSO

       Quiero no equivocarme; quiero pensar que los jerifes de las  derechas españoles no son responsables de sus desgracias. Quiero convencerme: no son malos: es que no saben. Les falta escuela,  pese a su paso por colegios de pago. Y si no saben, mal pueden ejemplarizar a nadie.
       Los socialistas -según ellos modélicos hasta las cachas- presumen de limpieza espiritual y se quedan tan anchos. Claro  que no se acuerdan de cómo Largo Caballero, mandamás en el año 36 del pasado siglo, al frente entonces  de este partido marxista, ganaba adictos para proclamar la dictadura  del proletariado. La democracia para sus seguidores, en mayoría, era el cuento de la buena pipa. Y llegó la guerra. Largo Caballero se hizo el amo en su zona. Los de enfrente, pusieron en juego la dictadura del fascio. Y entre unos y otros se cargaron la maltratada democracia republicana en beneficio de nadie del montón.
       Y los españoles de uno y otro lado se olvidaron -por más que lo nieguen- de la generación de compatriotas que siguió en ruta después de la guerra, -que remedio- y se morían de hambre por carencias derivadas de la pasada pelea. Obligados a comer mierda, vieron cómo no llegaba para todos.
       ¿Qué pasó? Que endurecidos por los malos recuerdos de la guerra y hartos de padecer la posguerra, prosperó un dicho evasivo: "no me cuente usted su vida; me basta con la mía".
        Y ahí, en esa fase y medio muertos de asco, los españoles en mayoría se inhibieron y orillaron la presión política excepto unas minorías que dieron vida a la frase italiana elusiva y muy del fascio: "el jefe se equivoca, pero manda".
        Quería dar a entender que los políticos que padecemos -salvo media docena de excepciones- tienen la culpa de haber ignorado lo que es la decencia y se dejan llevar por cualquier robaperas que presume de todo lo contrario.
        Pero nadie se inmuta. Estamos saliendo de una democracia muy defectuosa y ¿ahora qué?

miércoles, 13 de noviembre de 2019

EL TRIUNFO COLGADO DE UN HILO

     Sin duda alguna el triunfo se los seres humanos depende de su basamento: Si tiene buen apoyo, perdura; si cuelga de un hilo, perece antes de tiempo.
      En las circunstancias actuales la política en España está en manos de un contado número de profesionales con talento -más apreciable en ellas que en ellos- y una dilatada concurrencia de interesados en su particular prosperidad, metiéndose a enredar en el revuelto río de un país -como el español- que cuenta siglos y gentes sin pisar tierra firme.
      Ahora -y me refiero a los años en crisis que en España vienen durando lo suyo- los mejor preparados, los más pudientes, se internacionalizan y huyen con sus medios de valor en busca de nuevos siervos; entre éstos, los más necesitados no se mueven y se ven en el trance de contar años de hambre o de de huir con lo puesto a lucir su pobreza en condiciones lastimosas, sirviendo de pretexto para mantener a una oleada de pseudo políticos que prometen su salvación que nunca llega por esa vía.
       ¿Y cuál es es la senda que les puede salvar?
        El estudio y su aplicación de signo positivo, también llamada enseñanza.                                              ¿Y eso acabaría con los pobres?
        En cierto modo. Porque por más que se predique las gentes tienden a dejarse llevar por la pereza o ley del mínimo esfuerzo.
        Entonces prosperan los pillos.

martes, 12 de noviembre de 2019

EL MAL QUE NOS PIERDE

     Estamos en la Unión Europea, es decir en una Europa unida, con un fin muy bien definido: colaborar todos para vivir mejor y, sobre todo, vivir en paz. ¿Estamos de acuerdo?
      Los españoles -descendientes de tribus peleonas e inconformistas- no suele adaptarse fácilmente a las reglas del juego y cuando lo hacen es por haber llegado a casos de inmediata necesidad. Y tan pronto supera las dificultades, vuelven a chinchar al débil. 
      Esto nos pasa por dar por válidos dos axiomas, o sea a dos evidencias que no necesitan demostración, a saber: el que no llora no mama y más vale pájaro en mano que ciento volando.
      ¿Y esto es todo?
       Dos ejemplos:
       La dimisión de Albert Rivera, caudillo del partido "Ciudadanos": venía advirtiendo que España estaba llena de ejemplos copiados de Ali Baba y sus ladrones. Cuando despejó el horizonte se acabó la gasolina. Se le fue el pájaro de la mano. Y dimitió. Le honra,
      Y por otro lado, el caso de Pablo Iglesias, convencido de que si no llora no mama, que  viene -lacrimoso hasta las cachas- dándonos la tabarra a todos los españoles: el quiere ser ministro. Ya tiene un chalet. ¿No será que busca la puerta giratoria que hace milagros?
      ¿Y no será que la Europa se ayuda de otros horizontes que los políticos españoles no los huelen ni de cerca?

lunes, 11 de noviembre de 2019

TODO SIGUE IGUAL

     Mis recuerdos de la guerra del 36 me llevan a una conclusión: los odios entre personas integradas en sus luchas políticas, habían llegado a extremos mortales.  Lo que se esperaba resolver con un golpe de mano a despachar en tres días,  se convirtió en una guerra que duró tres años y una paz impuesta que duró cuarenta.
      Los perdedores -implicados en la II Guerra Mundial que siguió a la  española- se sintieron victoriosos y creyeron que Franco terminaría entregándose sin remedio al triunfo de la democracia. Pero no sucedió tal cosa y la división entre españoles, buenos y malos o malos y buenos, se fue cultivando en los huertos más dispares. ¿En paz? Ni pensarlo. Los odios suelen ser duraderos. Y media España, la perdedora,  cree haber ganado la paz en las urnas  y no advierte que vuelven a ser, con otros collares, los mismos canes con parecidas ansias.
      ¿Qué  no es lo mismo? ¿Qué son otros los tiempos que corren? 
       La presencia externa de los dirigentes de una contienda puede ser distinta, como distintos son los instrumentos bélicos; pero el odio se cultiva en los mismos huertos y, cuando fructifica,  arrasa.
       La verdadera alianza -precedida de una virtud que se llama lealtad- apta para llevarnos por derroteros pacíficos y fructíferos, debería acabar en manos de socialistas o liberales llamados a ejercer el mando, siempre y cuando tengan en cuenta que el uso del dinero, la batalla económica, no consiste en aumentar el gasto público y endeudarse y empobrecerse hasta inducir a los contribuyentes a no hacer nada, porque la tajada más sabrosa siempre se la lleva el león de turno. 
       España va mal porque gasta más de lo que tiene y los que pagan la factura son los más débiles. Los dineros mal distribuidos y peor gastados, siempre se llevan por delante a los más pobres.
      Y por si fueran pocos los pobres de casa, tenemos  incontrolada la presencia de forasteros que llegan con lo puesto.  
       Todo sigue igual.

sábado, 9 de noviembre de 2019

LA VIDA QUE NOS ESPERA.

     Más bien, la vida que les espera a los que se levantan y se sienten dueños de un tiempo que, por lejano, se les hace eterno. Tengo la suerte de ser un viejo reflexivo -y en esas condiciones me muevo-que se siente animado a manosear conjeturas; -y ustedes me perdonen- conjeturas previsoras y limpias de malas intenciones.
     No soy adivino. Solo me aplico a deducir, al ver la creación persistente de muros y fronteras protectoras de los poderosos ayudados por los pobres, para adivinar a dónde nos llevan con estas conductas.
     Muros y fronteras, creadas desde el poder, que sirven para conservar los bienes acumulados por los pocos ricos censados, eso sí, a cambio de grandes injusticias. Las mayorías al servicio de los ricos con tarifas de hambre, no se inmutan y poco a poco sus componentes, asisten a un cambio pernicioso: ver cómo sus "amos" -los ricos- más dados a salvarse con la huida que a resistir las bondades de la pobreza masiva,  al procurar su fuga van hacia países dormidos donde terminan por dar con la ayuda de pobres todavía propensos a sentirse agradecidos.
     ¿Cómo hacer para sacar de la pobreza a todo un país como España?
      Siguiendo un proceso de aprendizaje en muy buenas escuelas. Pasando de la ineptitud con corbata
al estudio con posible valor añadido. Y eso no lo pueden regalar los políticos a cambio de papeletas
preñando urnas. Es algo que se aprende en casa  si la madre es lista y se la considera por su valía.
      Y usted político, no prometa lo que no puede hacer, como matar a los muertos.
       Su tarea es reanimar a los vivos. 

     

viernes, 8 de noviembre de 2019

¿POR QUÉ TAN POCAS ESPERANZAS?

     España está mal organizada desde hace siglos. ¿Por qué? Sencillo y en cierto modo lógico. La Península Ibérica fue y es una plataforma muy dada a ofrecernos fenómenos geográficos e históricos  llenos de contrastes. Y los sucesivos habitantes que en estos parajes arribaron, siempre quisieron que triunfaran sus hábitos, sus idiomas, sus manías hasta el punto de ir a la guerra inter-próximos para imponer sus costumbres y  ser felices.
     A mí -aburrido comentarista de cuanto me rodea- me surge la idea que  conduce a constatar hechos: Álava, donde resido, pequeño territorio de la antigua  Vasconia peninsular con poco más de trecientos mil habitantes, está supeditada en modos y maneras a una emergente nación vasca, que ha seleccionado lo que podríamos llamar hábitos y costumbres autóctonos, con su idioma propio incluido,  así como aquellos distintivos que nos separan de otras tribus.
    Pero, claro está, cuando un pueblo -en el sentido étnico cultural- impone sus consignas raciales y domina los manantiales del buen pasar económico, y nos invita a sumarnos a las corrientes nativas porque ellos -buena gente- lo primero que desean es vivir en paz, tenemos que comprender que los buenos son ellos que nos dejan pasar hasta la cocina del hogar querido y suyo hasta las cachas.
    Entonces, sin quererlo, advierto que poco a poco se van perfilando dos comunidades:una que manda y domina y otra que obedece y mal camina. Algo que ya pasaba en la Roma imperial o en la España visigótica.
     Entonces ¿qué procede o qué camino seguir? Tengo hechas mis reflexiones. Esto ha motivado el libro -corta edición- que D.m. lo tendré en mis manos (El fuero, el huevo,  y las verdades del tintero)
antes de que acabe este mes de noviembre.
    He vivido una larga historia.¡Ya veremos!

jueves, 7 de noviembre de 2019

UNA DEMOCRACIA FUNESTA.

     Es decir,  un acuerdo entre pares dispuestos a practicar el juego sucio para resolver diferencias y acordar soluciones con las que medrar los de la misma camada.
     No me animo a concretar las posiciones de apoyo de las que se valen una mayoría de políticos, capaces de falsear cualquier intento democrático, por lo general con promesas de mala moneda caracterizada  por su escaso valor; promesas que suelen ser insuficientes o nulas para la mayoría de votantes.
     Al estar sujetos a soluciones nefandas, los malos políticos que tanto prometieron recurren a toda suerte de explicaciones para justificar su pesca en río revuelto;  pero  el beneficio de unos pocos es cargante para unos muchos.
     Por ejemplo me atrevo a citar las escuálidas pensiones de una mayoría de jubilados. Los recursos en juego no llegan para dar de comer a muchos, no solucionan los problemas de las masas y, ante esta evidencia, los políticos -al no tener medios creibles- se callan.¡Y a esto le llaman democracia!
     Otro caso, la enseñanza. Toda prosperidad y progreso, propios  de las sociedades civilizadas,   no avanza eficazmente en una sociedad dominada por el oleaje de conocimientos sectarios, pero poco dedicados a los avances científicos.
    España necesita un profunda reforma para mejorar las condiciones vitales de nuestros jubilados más pobres. Pero nuestros demócratas no aciertan -o no quieren- luchar por el alivio a tantos  necesitados.
    España precisa una gran reforma de la enseñanza si queremos progresar como nación. Estamos consintiendo todo lo contrario. Nadie se afana en buscar el bienestar colectivo desde la escuela.
    ¿Ustedes han visto a nuestros jerifaltes preocupados en el estudio de soluciones para superar ambas carencias?
    Pues bien: presumen de demócratas y se auto-consideran progresistas pero no dan en la diana ni por casualidad. 
    ¡Que tropa!
   

miércoles, 6 de noviembre de 2019

DEBATES ANACRÓNICOS

     Nada mejor que los días previos a una elección de cargos políticos parlamentarios para gozar con promesas  materiales que harían felices a millones de electores. Nada mejor si las multitudes electoras creyeran los cuentos esperanzadores que prodigan para ganarse una plaza por la que se alcanza un poder bien remunerado.
     La falta de fe entre los llamados a votar, conduce a  la abstención de buen número de votantes  y las elecciones terminan por  interesar solo a los que esperan chupar de la goma enchufada a las barricas oficiales de donde se surten los políticos de casta, cazadores con trampa.
     Y de  los demás, de los que superaron rigurosas pruebas por la vía de la oposición o garantías probadas, ¿qué me de dice?¿También chupan?
      No. Porque lo normal, cuando algo cuesta y se paga con méritos, esfuerzos, experiencias o dineros del protagonista, la respuesta se cuida y hasta se mima porque con el prestigio se garantiza  la ganancia.
      Si ustedes observan, advierten y examinan con la mejor intención la escuela y argucias de un alto  porcentaje de nuestros políticos, pueden adivinar el porvenir que nos espera.
      Me pueden preguntar: ¿Por qué no habla usted de su aprendizaje? Este es el caso. Tengo mucha historia que contar con pruebas. Lo hago. Pero cuesta tiempo, dinero y disgustos.
       Mi ante-último libro "El fuero, el huevo y las verdades del tintero", a punto de aparecer en público en muy corta edición, va a ser -eso espero- muy expresivo. No es un libro de historia. No soy historiador. Ni siquiera valgo como testigo presencial de muchos desvíos. Sencillamente hago de intérprete. Por eso dudo que mi último libro -más valioso y de dudosa edición-  intitulado "Los fueros, los huevos y las verdades de los porqueros" -que están de moda- me costarían la vida y dirían que he muerto por viejo.



sábado, 2 de noviembre de 2019

UN CAMBIO QUE NO LLEGA

    No llega porque los mandamases trajinan como si viviéramos los tiempos de hace cien años. Les cuesta adaptarse y no echan de menos una modernidad capacitada para enfrentarse a los problemas que tantas desgracias causan en el escenario actual. Para ellos, los mandamases, la historia no enseña. Ahí los tienes. Se sienten suficientes respirando mierda -y haciendo que los demás la mastiquen - en las grandes ciudades para demostrarnos su eficiencia, que quiere decir su valía, tanto como la anuncian para rodearnos con un mínimo bienestar.
     A un quinteto elegido para ganarse el voto, ante una inmediata renovación de diputados y otros cargos, les dieron la oportunidad de mostrar su talento y valía por medio de un debate televisado.
     El tema discutido en primer termino fue la llamada unidad de España y la forma de joderla -en el mejor sentido de la palabra y perdonen la grosería- en perjuicio de todos. Cuando medio mundo está forjando uniones de pueblos vecinos para vivir mejor y combatir los peligros y guerras de pequeñas o empequeñecidas naciones, nos ponen como remedio el repartirnos fronteras y deificar idiomas para encontrar un medio de justificar nuevas guerras en nombre de la pequeña patria, donde los que mandan viven y los mandados padecen en el olvido pertinaz y pobre. Estamos ya en ese camino, y no  a la vista del progreso de los mejor unidos de verdad y no con estatutos y apaños abusivos.
     Pero ¿acaso por el camino de la grandeza se gana en felicidad?  Se gana en medios materiales para vivir mejor. La felicidad se gana por otros derroteros. Pero... es difícil de explicar.