La libertad de enseñanza se da por existente en toda su amplitud, cuando es posible aprender y enseñar sin imposiciones ni interferencias de las instituciones oficiales, dentro del respeto a los principios básicos de cada Constitución en los países democráticos.
Una vez admitido un mínimo de conocimientos básicos ineludibles, el resto de los temas humanistas o científicos a enseñar o aprender, ha de ser de libre elección para sostener la libertad de enseñanza. En España son muy pocos los que piden esa libertad, pocos también los que ejercen este derecho y prácticamente inexistentes los que sienten libres para dar a sus hijos la enseñanza que ellos quieran.
No se confundan: ni la enseñanza oficial, ni la subvencionada son enseñanza libre. El que paga manda y de una u otra forma el que manda limita la libertad.
¿Hay campo para la libertad de enseñanza? Lo hay, como nunca lo hubo gracias a la enseñanza "on line". Y no es algo inabordable, sino que está -en una nación como España- al alcance de muchas familias sin ser poseedoras de medios económicos extraordinarios. Es cuestión de organizarse. Pero ésto ¿ya lo saben los padres? La mayoría no lo sabe, ni les importa. En el fondo, muchos padres perciben que la enseñanza oficial y la subvencionada son una solución para verse libres de sus hijos y poder ir al trabajo sin preocupaciones. Por eso, aunque los escolares españoles ocupan en las pruebas internacionales los puestos de cola (pruebas de la OCDE), no pasa nada. Parece que a los padres lo mismo les da. Se conforman con la seguridad que les proporciona la escuela a sus hijos, aunque aprendan poco.
Esto de la libertad de enseñanza, es uno de los principios constitucionales menos exigido por los contribuyentes y uno de los más importantes para el futuro y para la maduración de un país. No veo políticos que se interesen por la libertad de enseñanza. Si hablan, y mucho, de la enseñanza pública y de la subvencionada. Pero no se dejen engañar. No es lo mismo.
jueves, 30 de abril de 2015
miércoles, 29 de abril de 2015
LA POLÍTICA ATADA POR LA INTENDENCIA
Iba el gobierno de la Nación, hace unos tres años, iniciando la legislatura actual con una reforma del sistema económico, a todas luces prioritaria, cuando -dado el desbarajuste heredado del ejecutivo anterior-, alguien advirtió: mal asunto si la política en general tiene que supeditarse a la intendencia.
En mi casa, antes de la guerra, los mayores -padres,tíos, cuñados, abuelos- hablaban de política y me colaba entre ellos para enterarme de cómo iba la cosa. Sabía que éramos de derechas y que en febrero de 1936 todos iban a votar a Gil Robles. Pero había discrepancias.
Mi madre decía: "Las derechas siempre han dado más importancia a su dinero que a las necesidades de los pobres. Será porque como pudientes, están más familiarizados con la moneda y aprecian lo que vale un duro, sobre todo si es de los suyos. Pero si olvidamos a los más necesitados, esto puede estallar y lo de la hoz y el martillo no es ninguna broma". Con estas intervenciones, mi madre creaba inquietudes; los varones de la familia, la miraban con cierta reconvención y seguían a lo suyo. Pero mi madre tenía razón y la guerra civil que estalló meses más tarde, vino a dársela de forma contundente y expresiva.
El, PP ganó las últimas elecciones generales por mayoría absoluta. Y todos sus planes (reducir la presión tributaria y fomentar una política expansiva) se vinieron abajo cuando, vista la herencia recibida del Gobierno del PSOE, se vio obligado a recortar gastos y subir impuestos o, si no, le impondrían la operación rescate desde Europa, solución mucho más dura para todos. La intendencia dirigiendo la política.
En fin, cuando todos los españoles esperaban días de vino y rosas, les cayó encima - como piensan los gallegos- el "nos mean y dicen que es lluvia".
Sea lluvia o algo peor, quienes más perjudicados iban a salir eran los más débiles, fueran personas, familias o empresas. Y así fue. ¿Pudo hacerse lo mismo pero mejor? No se sabe, pero se sabrá. Yo intuyo que sí. Había y hay mucho gasto innecesario que pudo haberse recortado sin repercusiones para los más necesitados. Pudo haberse entrado por uvas, contra la miriada de ladrones que saqueaban el País a placer. Pudieron haberse reducido sociedades públicas perfectamente innecesarias y tomado otras medidas que no se adoptaron por no herir lo que en tiempos idos se llamaban "respetos humanos".
Pero volviendo a la realidad actual, ¿Por qué cuando toda la Europa unida aprueba al Gobierno español, toda la oposición le niega sus aciertos? ¿A quién creer, desde las masas que sufren privaciones y van a ejercer el voto? ¿Al Gobierno que favorece la creación de puestos de trabajo como mejor remedio contra la pobreza o a las izquierdas que prometen milagros? ¿Al pájaro en mano o a cientos de aves volando?
Parece como si el centro derecha sintiera vergüenza, por haber incumplido unas promesas forzados por la necesidad, y ya no se atrevieran con la oferta de nuevas iniciativas, cuando hasta los socialistas, -además en tono insultante- se atreven a expresarse como si fueran los redentores de un pueblo y no los autores de los mayores desaguisados patrios.
Si el centro derecha revisara sus ofertas y les echara ingenio y valentía, no pasaría nada de signo negativo. En fin.si fallasen, siempre surgiría otro remedio. Aunque como dijo don Leopoldo Calvo Sotelo en memorable jornada, cuando algunos optimistas le pidieron el resurgimiento de la UCD, "el suflé nunca se levanta dos veces".
En mi casa, antes de la guerra, los mayores -padres,tíos, cuñados, abuelos- hablaban de política y me colaba entre ellos para enterarme de cómo iba la cosa. Sabía que éramos de derechas y que en febrero de 1936 todos iban a votar a Gil Robles. Pero había discrepancias.
Mi madre decía: "Las derechas siempre han dado más importancia a su dinero que a las necesidades de los pobres. Será porque como pudientes, están más familiarizados con la moneda y aprecian lo que vale un duro, sobre todo si es de los suyos. Pero si olvidamos a los más necesitados, esto puede estallar y lo de la hoz y el martillo no es ninguna broma". Con estas intervenciones, mi madre creaba inquietudes; los varones de la familia, la miraban con cierta reconvención y seguían a lo suyo. Pero mi madre tenía razón y la guerra civil que estalló meses más tarde, vino a dársela de forma contundente y expresiva.
El, PP ganó las últimas elecciones generales por mayoría absoluta. Y todos sus planes (reducir la presión tributaria y fomentar una política expansiva) se vinieron abajo cuando, vista la herencia recibida del Gobierno del PSOE, se vio obligado a recortar gastos y subir impuestos o, si no, le impondrían la operación rescate desde Europa, solución mucho más dura para todos. La intendencia dirigiendo la política.
En fin, cuando todos los españoles esperaban días de vino y rosas, les cayó encima - como piensan los gallegos- el "nos mean y dicen que es lluvia".
Sea lluvia o algo peor, quienes más perjudicados iban a salir eran los más débiles, fueran personas, familias o empresas. Y así fue. ¿Pudo hacerse lo mismo pero mejor? No se sabe, pero se sabrá. Yo intuyo que sí. Había y hay mucho gasto innecesario que pudo haberse recortado sin repercusiones para los más necesitados. Pudo haberse entrado por uvas, contra la miriada de ladrones que saqueaban el País a placer. Pudieron haberse reducido sociedades públicas perfectamente innecesarias y tomado otras medidas que no se adoptaron por no herir lo que en tiempos idos se llamaban "respetos humanos".
Pero volviendo a la realidad actual, ¿Por qué cuando toda la Europa unida aprueba al Gobierno español, toda la oposición le niega sus aciertos? ¿A quién creer, desde las masas que sufren privaciones y van a ejercer el voto? ¿Al Gobierno que favorece la creación de puestos de trabajo como mejor remedio contra la pobreza o a las izquierdas que prometen milagros? ¿Al pájaro en mano o a cientos de aves volando?
Parece como si el centro derecha sintiera vergüenza, por haber incumplido unas promesas forzados por la necesidad, y ya no se atrevieran con la oferta de nuevas iniciativas, cuando hasta los socialistas, -además en tono insultante- se atreven a expresarse como si fueran los redentores de un pueblo y no los autores de los mayores desaguisados patrios.
Si el centro derecha revisara sus ofertas y les echara ingenio y valentía, no pasaría nada de signo negativo. En fin.si fallasen, siempre surgiría otro remedio. Aunque como dijo don Leopoldo Calvo Sotelo en memorable jornada, cuando algunos optimistas le pidieron el resurgimiento de la UCD, "el suflé nunca se levanta dos veces".
martes, 28 de abril de 2015
EL PESO MUERTO DE UN PARTIDO POLÍTICO.
Mantuve, una charla, seguida de un cálido debate, sobre un tema de alto interés para el futuro de la derecha moderada: ¿Que será de esta gente si su partido pierde las elecciones? Estaban preocupados por dos temas: la escisión de Cataluña y el aumento de la deuda, si las izquierdas abrieran el grifo del gasto a lo que son propensas.
No resolvimos nada, pero me traje para casa una doble pregunta:
- ¿Por qué, reiteradamente, la derecha española concita la unión en su contra de todos los partidos de centro izquierda o izquierda pura - a los que se unen los nacionalismos periféricos -? - Y ¿por qué esa derecha, no ha sido capaz de organizarse para sentirse unida por sus valores, sus principios, en vez de por sus intereses?
Tengo mis dudas, pero empiezo a creer que el centro-derecha actual, integrador de amplios sectores de las clases medias, no vive las preocupaciones educativas que marcaron las generaciones de la España instruida que quería modernizarse desde los comienzos del siglo XX: La España de la generación del 98, de la conciencia crítica, de la evolución social de la Iglesia...
Y poco a poco, dándole vueltas al tema llego a esa conclusión. La guerra civil, y su larga posguerra, -aunque pueda parecer lo contrario-, llenaron el país de escépticos. Un escéptico es un votante inseguro. En esas estamos.
Si no fuera cierto esto que digo, (que tenemos una derecha llena de escépticos) y si lo fuera que el PP cuenta entre sus filas con ochocientos mil afiliados, no tendría por que perder este partido ninguna elección. Si las pierde es porque los tales afiliados pintan los mismo que un jarrón chino en casa de un fabricante de bombillas y los electores tienen sus dudas.Unos y otros son un peso muerto con el que tiene que cargar el partido; son una tara, pero nunca un grupo de gentes motivadas y llenas de vida, con ideas claras;y, por supuesto, con capacidad, ánimo y espíritu decidido para implantar su doctrina.
¿Qué hacer cuando esto no sucede y, además, se le consiente, a una parte de esa afiliación, que que se alce con el santo y la limosna a mitad de camino y deje a sus compañeros lamiéndose las heridas con cara de bobalicones? Por lo que trasciende, poca cosa, cuando lo efectivo sería depurar las aguas contaminadas,
Se gane o se pierda, no hay otra solución que la de organizar la casa, no para presumir de limpios, sino para limpiarla y poder entrar y salir de ella con la confianza puesta en que nadie te birla la cartera. Por eso y porque cuando todos se conocen y juegan sin trampa ni cartón, no se necesita bulto, ni tanto gasto, ya que se supone que allí sólo quedan las personas con talento. Por eso, sin peso muerto, son más eficaces ante los retos que les esperan.
Si me equivoco, díganmelo, para que repase la lección.
No resolvimos nada, pero me traje para casa una doble pregunta:
- ¿Por qué, reiteradamente, la derecha española concita la unión en su contra de todos los partidos de centro izquierda o izquierda pura - a los que se unen los nacionalismos periféricos -? - Y ¿por qué esa derecha, no ha sido capaz de organizarse para sentirse unida por sus valores, sus principios, en vez de por sus intereses?
Tengo mis dudas, pero empiezo a creer que el centro-derecha actual, integrador de amplios sectores de las clases medias, no vive las preocupaciones educativas que marcaron las generaciones de la España instruida que quería modernizarse desde los comienzos del siglo XX: La España de la generación del 98, de la conciencia crítica, de la evolución social de la Iglesia...
Y poco a poco, dándole vueltas al tema llego a esa conclusión. La guerra civil, y su larga posguerra, -aunque pueda parecer lo contrario-, llenaron el país de escépticos. Un escéptico es un votante inseguro. En esas estamos.
Si no fuera cierto esto que digo, (que tenemos una derecha llena de escépticos) y si lo fuera que el PP cuenta entre sus filas con ochocientos mil afiliados, no tendría por que perder este partido ninguna elección. Si las pierde es porque los tales afiliados pintan los mismo que un jarrón chino en casa de un fabricante de bombillas y los electores tienen sus dudas.Unos y otros son un peso muerto con el que tiene que cargar el partido; son una tara, pero nunca un grupo de gentes motivadas y llenas de vida, con ideas claras;y, por supuesto, con capacidad, ánimo y espíritu decidido para implantar su doctrina.
¿Qué hacer cuando esto no sucede y, además, se le consiente, a una parte de esa afiliación, que que se alce con el santo y la limosna a mitad de camino y deje a sus compañeros lamiéndose las heridas con cara de bobalicones? Por lo que trasciende, poca cosa, cuando lo efectivo sería depurar las aguas contaminadas,
Se gane o se pierda, no hay otra solución que la de organizar la casa, no para presumir de limpios, sino para limpiarla y poder entrar y salir de ella con la confianza puesta en que nadie te birla la cartera. Por eso y porque cuando todos se conocen y juegan sin trampa ni cartón, no se necesita bulto, ni tanto gasto, ya que se supone que allí sólo quedan las personas con talento. Por eso, sin peso muerto, son más eficaces ante los retos que les esperan.
Si me equivoco, díganmelo, para que repase la lección.
lunes, 27 de abril de 2015
POR DONDE PIERDE VOTOS LA DERECHA ESPAÑOLA
Hace muchos años, creyendo a los políticos bastante más que ahora, tuve la oportunidad de pasar a un jerifalte de derechas con mando en plaza,-cuyo nombre no hace al caso-, un cuadernillo de ideas con el mismo titular que este breve comentario. Y le dije: ustedes, las derechas, no tienen credibilidad porque hablan y hablan, pero salvo unos pocos, no dan ejemplo. Seguro que el jerife me interpretó mal porque me fulminó con la mirada y del cuadernillo nunca más se supo.
Debemos de tener en cuenta, que las derechas no ganan nunca las elecciones: las pierden sus contrarios.
Verán: si salta a la palestra un actor mejor o peor vestido de "progre" y además se proclama "pobre", puede contar mentiras y el auditorio se las cree. Pero si lo hiciera -como sucede con la derecha- desde la posición de un hombre acomodado, ya puede decir misa, porque no conmoverá ni al más incauto de cuantos le escuchan. Les votarán por interés, pero sin fe.
En los comienzos de la democracia, los líderes del PC reconvertido, se presentaron al publico trajeados a la medida, con corbata y más chulos que un ocho; los del PSOE se pusieron de pana, camisas de camionero y barbas estropajosas. Contra todo pronóstico el PSOE barrió, frente al PC aburguesado.
Lo que yo explicaba en el cuadernillo que cito, eran tres ideas aún válidas: ustedes, las derechas, han de predicar con el ejemplo y tienen que hacer política en tres sectores, por este orden: en el campo de lo social, en el cultural y en el autonómico o nacional.
Pues bien, en el campo de lo social, aún teniendo la razón la derecha no vende una escoba; en el terreno cultural, todos los demás partidos dominan la escuela desde abajo, pasándose por la entrepierna los planes que elabora la derecha y creando votantes a su favor, bien nacionalistas o bien izquierdistas; y en el plano autonómico, se ve, cada día con más naturalidad, que Andalucía defienda lo suyo, como Valencia o Extremadura, etc. -siguiendo el ejemplo de Cataluña y el País Vasco- mientras España se desdibuja como si ya los españoles no existieran; casi, casi no existen ni para el PP.
No renunciaré: la derecha sólo será creíble si predica con el ejemplo, empezando por prescindir del automóvil oficial. Es su servidumbre. Pero claro, yo no cuento con ello.
Debe de saberse que nada me desespera, entre otras cosas porque esa derecha de la que hablo viene suicidándose desde hace años, como lo hizo Roma para facilitar la llegada de los bárbaros.
Debemos de tener en cuenta, que las derechas no ganan nunca las elecciones: las pierden sus contrarios.
Verán: si salta a la palestra un actor mejor o peor vestido de "progre" y además se proclama "pobre", puede contar mentiras y el auditorio se las cree. Pero si lo hiciera -como sucede con la derecha- desde la posición de un hombre acomodado, ya puede decir misa, porque no conmoverá ni al más incauto de cuantos le escuchan. Les votarán por interés, pero sin fe.
En los comienzos de la democracia, los líderes del PC reconvertido, se presentaron al publico trajeados a la medida, con corbata y más chulos que un ocho; los del PSOE se pusieron de pana, camisas de camionero y barbas estropajosas. Contra todo pronóstico el PSOE barrió, frente al PC aburguesado.
Lo que yo explicaba en el cuadernillo que cito, eran tres ideas aún válidas: ustedes, las derechas, han de predicar con el ejemplo y tienen que hacer política en tres sectores, por este orden: en el campo de lo social, en el cultural y en el autonómico o nacional.
Pues bien, en el campo de lo social, aún teniendo la razón la derecha no vende una escoba; en el terreno cultural, todos los demás partidos dominan la escuela desde abajo, pasándose por la entrepierna los planes que elabora la derecha y creando votantes a su favor, bien nacionalistas o bien izquierdistas; y en el plano autonómico, se ve, cada día con más naturalidad, que Andalucía defienda lo suyo, como Valencia o Extremadura, etc. -siguiendo el ejemplo de Cataluña y el País Vasco- mientras España se desdibuja como si ya los españoles no existieran; casi, casi no existen ni para el PP.
No renunciaré: la derecha sólo será creíble si predica con el ejemplo, empezando por prescindir del automóvil oficial. Es su servidumbre. Pero claro, yo no cuento con ello.
Debe de saberse que nada me desespera, entre otras cosas porque esa derecha de la que hablo viene suicidándose desde hace años, como lo hizo Roma para facilitar la llegada de los bárbaros.
sábado, 25 de abril de 2015
LA LIGA DE VASCOS ESPAÑOLISTAS
Muchos ignoran que Sabino de Arana y Goiri, el gran impulsor del nacionalismo vasco y fundador del PNV, tuvo a bien idear, en la última etapa de su vida, la que llamó "Liga de Vascos Españolistas" que introdujo la zozobra y el desconcierto entre sus seguidores, hasta el punto de dudar y de si su líder había o no perdido la cabeza.
Sabino de Arana pidió a sus seguidores un margen de confianza pero la verdad es que al poco tiempo murió el autor de esta Liga y llevó consigo al otro mundo el sentido de su idea.
Entonces se sucedieron las interpretaciones de este suceso que calificaron de "grave y trascendental". Y claro está, los intérpretes no se pusieron de acuerdo. ¿Era una conversión de Don Sabino? ¿Tenía truco lo propuesta?
El caso es que entre los intérpretes estaba el médico e íntimo amigo de Sabino de Arana, llamado José de Arríandiaga. Y he aquí su interpretación en lo sustancial que, según ese médico le transmitió Sabino de Arana: "No es pues, el camino actual (se refiere al de su época, primeros años del siglo XX) el que nos ha de conducir al triunfo". El quid de la cuestión estaba: "...en la gran desproporción entre ellos (España) y nosotros (Euskadi)". Por eso la creación de "la Liga de Vascos Españolistas buscaba que desapareciera esa desproporción". ¿Cómo? "Dándole un plan político a España que la divida en trozos mil haciéndola perder la cohesión que entre sus regiones existe".
Miren por dónde estamos en la situación imaginada por Sabino de Arana. Se ha conseguido que doña Susana Díaz nos diga, que lo importante es lo que digan los andaluces a cuyo dictado se pliega. Veremos lo que tardan sus paisanos en pedir un Concierto Económico como el vasco, eso sí para acabar con el paro. Porque en el fondo, también los andaluces quieren ser independientes y por algo se empieza.
Las autonomías van a terminar siendo un coto de caza en el pueden llevar escopeta unos pocos para cobrarse las piezas más suculentas. Como en la edad media. ¿Para esto se inventó la democracia?
Sabino de Arana pidió a sus seguidores un margen de confianza pero la verdad es que al poco tiempo murió el autor de esta Liga y llevó consigo al otro mundo el sentido de su idea.
Entonces se sucedieron las interpretaciones de este suceso que calificaron de "grave y trascendental". Y claro está, los intérpretes no se pusieron de acuerdo. ¿Era una conversión de Don Sabino? ¿Tenía truco lo propuesta?
El caso es que entre los intérpretes estaba el médico e íntimo amigo de Sabino de Arana, llamado José de Arríandiaga. Y he aquí su interpretación en lo sustancial que, según ese médico le transmitió Sabino de Arana: "No es pues, el camino actual (se refiere al de su época, primeros años del siglo XX) el que nos ha de conducir al triunfo". El quid de la cuestión estaba: "...en la gran desproporción entre ellos (España) y nosotros (Euskadi)". Por eso la creación de "la Liga de Vascos Españolistas buscaba que desapareciera esa desproporción". ¿Cómo? "Dándole un plan político a España que la divida en trozos mil haciéndola perder la cohesión que entre sus regiones existe".
Miren por dónde estamos en la situación imaginada por Sabino de Arana. Se ha conseguido que doña Susana Díaz nos diga, que lo importante es lo que digan los andaluces a cuyo dictado se pliega. Veremos lo que tardan sus paisanos en pedir un Concierto Económico como el vasco, eso sí para acabar con el paro. Porque en el fondo, también los andaluces quieren ser independientes y por algo se empieza.
Las autonomías van a terminar siendo un coto de caza en el pueden llevar escopeta unos pocos para cobrarse las piezas más suculentas. Como en la edad media. ¿Para esto se inventó la democracia?
viernes, 24 de abril de 2015
AMENAZA DE UN PARO CRÓNICO
Cuando hago alusión a un "paro crónico" me refiero a España y a países que tienen una estructura social parecida. Países que no valoran en su justa medida la importancia de una enseñanza libre de adoctrinamientos y volcada en los conocimientos científicos; países que no miman a la iniciativa privada y lo confían todo al sector público; países que no dan ejemplo de honestidad en el manejo de los intereses comunes; países con excesivo números de leyes, demasiados organismos oficiales y complicada, cuando no escasa, seguridad jurídica; países donde se hace necesario contar con un asesor jurídico y otro fiscal hasta para gestionar una simple tienda dedicada a la venta de castañas.
Éstas y otras parecidas circunstancias hacen que no resulte tentador correr aventuras empresariales, en estos países y menos para crear puestos de trabajo, a no ser que estén ligadas a multinacionales o contratas del sector público bien dotadas y de cobro asegurado.
Los partidos políticos con proyectos de futuro, lo fían todo al crecimiento del sector publico en la creencia de que una acción tributaria contra el fraude fiscal y una movilización de recursos públicos permitirá activar la economía. Esto que puede ser cierto y eficaz en países con otra educación y otras miras democráticas (los nórdicos, por ejemplo) es dudoso que surtan el mismo efecto en los países mediterráneos, donde cualquiera se apunta al subsidio y ése se generaliza.
Las consecuencias del fracaso, no se ven a corto plazo. La deuda crecería aún más de lo que ya aumentó y nos conduciría a resultados similares a los que sufre Grecia.
En medio de la jauría que anda suelta para cargarse al actual Gobierno, creo conveniente que triunfen las nuevas promesas para que cuando se den la toña, terminen por convencer al pueblo de que los cambios hay que darlos, primero, en una buena escuela. Para triunfar un país necesita, sobre todo, buenos ciudadanos con las lecciones bien aprendidas. Los políticos y sus palmeros, lo mejor que pueden hacer es no estorbar.
Éstas y otras parecidas circunstancias hacen que no resulte tentador correr aventuras empresariales, en estos países y menos para crear puestos de trabajo, a no ser que estén ligadas a multinacionales o contratas del sector público bien dotadas y de cobro asegurado.
Los partidos políticos con proyectos de futuro, lo fían todo al crecimiento del sector publico en la creencia de que una acción tributaria contra el fraude fiscal y una movilización de recursos públicos permitirá activar la economía. Esto que puede ser cierto y eficaz en países con otra educación y otras miras democráticas (los nórdicos, por ejemplo) es dudoso que surtan el mismo efecto en los países mediterráneos, donde cualquiera se apunta al subsidio y ése se generaliza.
Las consecuencias del fracaso, no se ven a corto plazo. La deuda crecería aún más de lo que ya aumentó y nos conduciría a resultados similares a los que sufre Grecia.
En medio de la jauría que anda suelta para cargarse al actual Gobierno, creo conveniente que triunfen las nuevas promesas para que cuando se den la toña, terminen por convencer al pueblo de que los cambios hay que darlos, primero, en una buena escuela. Para triunfar un país necesita, sobre todo, buenos ciudadanos con las lecciones bien aprendidas. Los políticos y sus palmeros, lo mejor que pueden hacer es no estorbar.
jueves, 23 de abril de 2015
EL PODER OBSTRUCCIONISTA
Para entendernos vamos a pensar en la Nación (pueblo soberano), como si fuera una empresa cuya finalidad es reunir aportaciones y ganancias, administrarlas con rigor y de esta forma procurar el bienestar de las personas y familias integrantes del conjunto nacional.
Vamos a pensar, a su vez, en que las instituciones y demás medios que sirven a los fines de esa empresa, son el Estado y que, como instrumento decisivo para el bienestar general, ha de cuidarse con mimo y han de evitarse los abusos y atender con sumo cuidado el manejo de tan decisivo aparato costeado entre todos los seres humanos que componen la Nación.
Todos estaremos de acuerdo en que, para llevar a buen fin los objetivos de esta empresa, puede y hasta debe existir una confrontación de pareceres, para una vez tomado un acuerdo -es decir, aprobada una ley- todos colaboren a la hora de aplikarla y cumplir sus dictados con eficiencia.
Recapitulemos: la Nación es una empresa con sus correspondientes objetivos recogidos en las Constitución y otras leyes y todos -especialmente los poderes reconocidos (legislativo, judicial y ejecutivo)- están obligados a colaborar entre ellos para conseguir que se cumplan en favor de comunidad nacional soberana.
A mí, me asombra lo mal que se llevan, la falta de respeto que cultivan entre ellos, el desprecio que se tienen, los insultos que se cruzan, y hasta cómo sus discursos los aplican para echarse en cara sus descuidos o negligencias y el odio mutuo permanente. Estoy hablando de los dignos representantes del poder legislativo, algo así como los rectores de la empresa que han de luchar unidos y colaborar por un fin común: el bienestar de sus administrados, de los españoles.
"Esto pasa en los mejores países...", te responden los noticieros más prestigiosos y mejor informados..
"Ya, ya: me hago cargo. Así de enmierdada esta la cosa".
Vamos a pensar, a su vez, en que las instituciones y demás medios que sirven a los fines de esa empresa, son el Estado y que, como instrumento decisivo para el bienestar general, ha de cuidarse con mimo y han de evitarse los abusos y atender con sumo cuidado el manejo de tan decisivo aparato costeado entre todos los seres humanos que componen la Nación.
Todos estaremos de acuerdo en que, para llevar a buen fin los objetivos de esta empresa, puede y hasta debe existir una confrontación de pareceres, para una vez tomado un acuerdo -es decir, aprobada una ley- todos colaboren a la hora de aplikarla y cumplir sus dictados con eficiencia.
Recapitulemos: la Nación es una empresa con sus correspondientes objetivos recogidos en las Constitución y otras leyes y todos -especialmente los poderes reconocidos (legislativo, judicial y ejecutivo)- están obligados a colaborar entre ellos para conseguir que se cumplan en favor de comunidad nacional soberana.
A mí, me asombra lo mal que se llevan, la falta de respeto que cultivan entre ellos, el desprecio que se tienen, los insultos que se cruzan, y hasta cómo sus discursos los aplican para echarse en cara sus descuidos o negligencias y el odio mutuo permanente. Estoy hablando de los dignos representantes del poder legislativo, algo así como los rectores de la empresa que han de luchar unidos y colaborar por un fin común: el bienestar de sus administrados, de los españoles.
"Esto pasa en los mejores países...", te responden los noticieros más prestigiosos y mejor informados..
"Ya, ya: me hago cargo. Así de enmierdada esta la cosa".
miércoles, 22 de abril de 2015
LOS POLÍTICOS Y SUS INTERESES
, Siempre me pregunto por qué, en España, los españoles toleran tanto a los malos políticos, se dejan llevar por el mal camino - me refiero al de la pobreza- y se alejan de los que se muestran dispuestos a trabajar, con sentido común y responsable, en bien de su país y sus paisanos.
Pienso en la credibilidad del pueblo que, ante las ofertas políticas, actúa como inmuno deficiente. Cuando fallan los mecanismos inmunitarios, el sufrido paciente, el ser humano con derecho a voto, está perdido.
Verán: cuando se proclamó la II República un hombre al que yo quería mucho, al ver la alegría con que las masas recibían el cambio de régimen exclamó: "La, gente cree que vienen a resolver los problemas de todos. No puede ser, ya que primero tienen que resolver los problemas de los suyos, los republicanos, que no son pocos. ¡Hay mucho ratón y poco queso!".
Entonces brilló la figura de don Manuel Azaña, un hombre excepcional, bien preparado para ser un buen gobernante. ¿Que pasó? Basta leer sus últimas obras para deducir que vivió horas muy amargas y dio por perdida toda esperanza. Fracasó.
Los políticos, todos, tienen sus particulares intereses. Ninguno de ellos, en su vida, va a entregarse a los demás, contra sus propios intereses; podrán no aprovecharse de las oportunidades que el poder -o sus cercanías- ponen a su alcance, porque de verdad algunos lo hacen. Pocos, ciertamente, pero siempre hay alguno digno de loa.
Escuche con atención a los políticos. Proceda luego a examinarles con el "fonendo" cuando pletóricos y afianzando su voz ante el micrófono, hablan mal de sus contrarios y prometen a los suyos bendiciones mil. ¿Firmarían sus promesas ante un notario poniendo como garantía su vivienda? ¡¡No!! ¿Por qué? Muy sencillo: miente. Y no van contra sus intereses.
Ni la derecha, ni la izquierda, ni el centro han valorado a su mejores políticos, A los mas honestos. Y ¡cuidado con las nuevas generaciones políticas aún muy verdes, que han encontrado un país renovado y distinto! Renovado y distinto -pese a los políticos- por el esfuerzo, ingenio y capacidad de millones de españoles que supieron adaptarse y mantener un ritmo ascendente, estimulados por la conducta de los habitantes de países adelantados de nuestro entorno.
La política es un plato a comer en frío. Esto lo han aprendido muy bien los países que culturalmente van en vanguardia. Por eso tantos se abstienen.
.
martes, 21 de abril de 2015
CORRUPCIÓN Y REGENERACIONISMO
Los españoles, según testimonios históricos y literarios, participaron en aventuras prodigiosas casi todas ellas contadas con apasionamiento patriótico y ensalzadas con si fueran gloria bendita.
Un testimonio inquietante, bien sea historia o simple leyenda, nos lo dejó el Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba, emparentado con Fernando el Católico. Fue precisamente este rey quien le pidió cuentas sobre el manejo de fondos puestos a su disposición para guerrear en Italia.
Don Gonzalo se sintió infamado y se justificó con un rasgo literario chulesco y con ropaje de alta alcurnia. Remitió al rey sus cuentas: "Por picos, palas y azadones, cien millones de ducados. Por limosnas para que frailes y monjas rezasen por los españoles, ciento cincuenta mil ducados..." Y terminaba: "Por la paciencia de tener que descender a estas pequeñeces del rey, al que he regalado un reino, cien millones de ducados..."
Y esta lección nos la enseñaban, ensalzando el señorío del Gran Capitán y la falta de delicadeza del Rey Católico.
De ahí en adelante, los fracasos hacendísticos de los gobernantes que se sucedieron en los distintos reinados de Austrias y Borbones, se silenciaban. Y así llegamos al siglo XIX cuando los españoles padecen los males de una corrupción heredada que deriva en ignorancia, hambre, enfermedades y miserias, sobre todo, del pueblo llano.
El despertar de ese pueblo español es lento y tardío. Frente a la corrupción muy extendida en una nación donde el índice de analfabetismo es muy elevado, surge una corriente regeneracionista. Una misión imposible entre gentes que utilizan la cabeza más bien para embestir que para pensar. Lo malo de todo esto es que los políticos, dicen de nosotros los votantes, que somos muy listos.
No digo que no. Pero me huelo que algo falla cuando escuelas y universidades españolas -según noticias facilitadas por instituciones extranjeras- estamos en la cola e los países mejor preparados.
Y en medio de este retraso perdiendo el tiempo en saber si somos galgos o podencos.
Un testimonio inquietante, bien sea historia o simple leyenda, nos lo dejó el Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba, emparentado con Fernando el Católico. Fue precisamente este rey quien le pidió cuentas sobre el manejo de fondos puestos a su disposición para guerrear en Italia.
Don Gonzalo se sintió infamado y se justificó con un rasgo literario chulesco y con ropaje de alta alcurnia. Remitió al rey sus cuentas: "Por picos, palas y azadones, cien millones de ducados. Por limosnas para que frailes y monjas rezasen por los españoles, ciento cincuenta mil ducados..." Y terminaba: "Por la paciencia de tener que descender a estas pequeñeces del rey, al que he regalado un reino, cien millones de ducados..."
Y esta lección nos la enseñaban, ensalzando el señorío del Gran Capitán y la falta de delicadeza del Rey Católico.
De ahí en adelante, los fracasos hacendísticos de los gobernantes que se sucedieron en los distintos reinados de Austrias y Borbones, se silenciaban. Y así llegamos al siglo XIX cuando los españoles padecen los males de una corrupción heredada que deriva en ignorancia, hambre, enfermedades y miserias, sobre todo, del pueblo llano.
El despertar de ese pueblo español es lento y tardío. Frente a la corrupción muy extendida en una nación donde el índice de analfabetismo es muy elevado, surge una corriente regeneracionista. Una misión imposible entre gentes que utilizan la cabeza más bien para embestir que para pensar. Lo malo de todo esto es que los políticos, dicen de nosotros los votantes, que somos muy listos.
No digo que no. Pero me huelo que algo falla cuando escuelas y universidades españolas -según noticias facilitadas por instituciones extranjeras- estamos en la cola e los países mejor preparados.
Y en medio de este retraso perdiendo el tiempo en saber si somos galgos o podencos.
lunes, 20 de abril de 2015
LA DEBILIDAD DEL ESTADO NACION
Al pronto surge la desgracia: una embarcación cargada de inmigrantes naufraga y deja centenares de víctimas. Y todos miran al Estado nación, dentro de cuyos límites se registra el suceso, pidiendo responsabilidades; las críticas suelen ser duras y universales.
El fenómeno migratorio -que siempre existió- ha cobrado dimensiones extraordinarias coincidiendo con la globalización. Y quiérase o no, los países receptores de emigrantes, intentan conciliar la aplicación de los derechos humanos en favor de los que llegan, con la reducción a justos límites de la población migratoria, en favor de los autóctonos de cada país.
Al final descubrimos que no se pueden poner puertas al campo y que para abordar la solución de este problema, hay que elevar las condiciones de vida de los posibles emigrantes en sus países de origen. Y esto solo puede conseguirlo una agrupación de naciones.
O dicho de otra forma: esa solución no pueden abordarla naciones como España, Italia y otras, por carencia de medios; ni siquiera las mejor dotadas de cada continente, porque estamos ante un problema globalizado que exige soluciones globales.
Este problema -como el mercado de drogas, o la trata de víctimas del sexo, o la venta de armas, o los paraísos fiscales y otros negocios químicos, energéticos, etc. están en manos de clanes corruptos internacionales y son causa de una podredumbre generalizada en la que participan, en demasiadas ocasiones los políticos de Estados donde las poblaciones están culturalmente indefensas.
Creo en las buenas intenciones de nuevos políticos que ofrecen un paraíso de buenas costumbres cuando ellos gobiernen. Pero no creo que lo consigan, primero, porque tal y como está el Mundo no pueden y, segundo, porque la codicia humana anidará junto a los poderosos que vayan ocupando el poder; por buenas que sean sus intenciones y propuestas; como siempre ha sucedido (y sucede) la codicia se arrima y corrompe, precisamente, a los que tienen mando en plaza.
El fenómeno migratorio -que siempre existió- ha cobrado dimensiones extraordinarias coincidiendo con la globalización. Y quiérase o no, los países receptores de emigrantes, intentan conciliar la aplicación de los derechos humanos en favor de los que llegan, con la reducción a justos límites de la población migratoria, en favor de los autóctonos de cada país.
Al final descubrimos que no se pueden poner puertas al campo y que para abordar la solución de este problema, hay que elevar las condiciones de vida de los posibles emigrantes en sus países de origen. Y esto solo puede conseguirlo una agrupación de naciones.
O dicho de otra forma: esa solución no pueden abordarla naciones como España, Italia y otras, por carencia de medios; ni siquiera las mejor dotadas de cada continente, porque estamos ante un problema globalizado que exige soluciones globales.
Este problema -como el mercado de drogas, o la trata de víctimas del sexo, o la venta de armas, o los paraísos fiscales y otros negocios químicos, energéticos, etc. están en manos de clanes corruptos internacionales y son causa de una podredumbre generalizada en la que participan, en demasiadas ocasiones los políticos de Estados donde las poblaciones están culturalmente indefensas.
Creo en las buenas intenciones de nuevos políticos que ofrecen un paraíso de buenas costumbres cuando ellos gobiernen. Pero no creo que lo consigan, primero, porque tal y como está el Mundo no pueden y, segundo, porque la codicia humana anidará junto a los poderosos que vayan ocupando el poder; por buenas que sean sus intenciones y propuestas; como siempre ha sucedido (y sucede) la codicia se arrima y corrompe, precisamente, a los que tienen mando en plaza.
sábado, 18 de abril de 2015
ASÍ LOS VEN : TAL PARA CUAL
Ciertas cosas dan dolor, ¡de verdad! Cuando ves a dos partidos políticos que han llevado la gobernanza de España durante décadas, subidos al cuadrilátero para la práctica diaria -el uno contra el, otro- del golpe bajo, piensas sin remedio: son mafias. Se disputan el territorio sin piedad, mientras la Justicia mira cómo llevarlos presos para purificar la atmósfera.
¿Entre sus filas hay gente buena, capaz y honrada? ¡No hay duda! Pero. no es menos cierto que quien anda entre pringados, aunque se vista de seda, pringoso se queda.
Esta realidad, asumida entre gentes con decencia, les obliga a luchar por salir limpios, pese a reconocer que se trata de un objetivo de muy difícil logro. Al fin resulta que la cura es preventiva o el mal puede con todo. La pringue llega a tener hundido a un país entero durante siglos.
La reacción de las masas esta a la vista. Cuando, como sucede, afloran dos partidos cuyo principal mérito consiste en no estar contaminados, empieza el trasvase de votos de forma lenta pero constante. Es algo que funciona por puro instinto de conservación de la especie.
Por eso, el PP y el PSOE -los dos partidos más afectados por la corrupción- en vez de alimentar su vanidad con golpes bajos, podrían haberse puesto de acuerdo para limpiar sus respectivas cochiqueras; (no de palabra -que el parloteo es cuento- sino de hecho). Pero al parecer, ni quieren, ni lo saben hacer y el final está cantado.
A no ser que surja un milagro.
¿Entre sus filas hay gente buena, capaz y honrada? ¡No hay duda! Pero. no es menos cierto que quien anda entre pringados, aunque se vista de seda, pringoso se queda.
Esta realidad, asumida entre gentes con decencia, les obliga a luchar por salir limpios, pese a reconocer que se trata de un objetivo de muy difícil logro. Al fin resulta que la cura es preventiva o el mal puede con todo. La pringue llega a tener hundido a un país entero durante siglos.
La reacción de las masas esta a la vista. Cuando, como sucede, afloran dos partidos cuyo principal mérito consiste en no estar contaminados, empieza el trasvase de votos de forma lenta pero constante. Es algo que funciona por puro instinto de conservación de la especie.
Por eso, el PP y el PSOE -los dos partidos más afectados por la corrupción- en vez de alimentar su vanidad con golpes bajos, podrían haberse puesto de acuerdo para limpiar sus respectivas cochiqueras; (no de palabra -que el parloteo es cuento- sino de hecho). Pero al parecer, ni quieren, ni lo saben hacer y el final está cantado.
A no ser que surja un milagro.
viernes, 17 de abril de 2015
CON LA MANO DEL AGENTE EN LA NUCA
El punto número cinco de la Declaración de Derechos Humanos, prescribe que "nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles o degradantes".
Verán: es costumbre inveterada entre agentes de la autoridad, cuando se quiere introducir a un detenido en un turismo, ponerle la mano en la nuca con intención de ayudarle a entrar de cabeza para ocupar uno de los asientos traseros del vehículo. Es un gesto innecesario y degradante. Innecesario porque lo normal para meterse en un automóvil es hacerlo flexionando las rodillas para llegar al asiento en posición de sentado. Y degradante, porque no se trata de ayudar sino, muy al contrario: se quiere demostrar al presunto, por la vía tácita, quién manda y cómo lo hace; o sea, se le impone entrar de cabeza aplastándole la nuca, en demostración tempranera de algo que ha de aprender: esto es que cualquier decisión futura, por retorcida, pintoresca o degradante que sea, ya no depende de su voluntad, sino del agente de turno. Y que nadie se queje, porque si no le ponen la mano en la nuca, igual se la ponen en el culo y nadie sabe qué es peor.
Yo creía que lo de robar, por un lado, y lo de humillar, por otro, era algo genético y por eso muy común entre pueblos que desde siglos ha, siempre anduvieron a porrazo limpio dándose obleas y haciendo pasar al enemigo bajo las horcas caudinas. Pero me dicen que no, que no caiga en esa trampa, que eso si es incurrir en racismo degradante. Si lo decía, era por aludir a una plaga de compatriotas dados a la sisa y a rebajar las orejas del vencido. Pero me doy cuenta de que no. Dicho de otra manera, son rasgos de familia. Que viene a ser lo mismo pero sin discriminar por raza, religión, etc..
jueves, 16 de abril de 2015
EL DERECHO A LA VIDA
La Declaración Universal de los Derechos Humanos, proclama: "Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona".
Ahora bien, ¿qué se entiende por individuo?
En casos así, suelo recurrir al diccionario y la única acepción que parece adaptable al caso, es la de persona. La persona es un individuo de la especie humana. Toda persona tiene derecho a la vida.
¿Y cuándo empieza uno a ser persona?
Los autores científicos no se ponen de acuerdo. Por tanto, el derecho a la vida del nasciturus es un tema discutido y discutible. De cualquier forma, se advierte que los partidarios del aborto apuran este recurso, no por razones científicas y mucho menos humanitarias, sino por pura comodidad: una familia numerosa exige muchos sacrificios y vivir con carga tan pesada es muy duro. Por eso se legaliza el derecho al aborto, previa una dignificación científica que lo legitime y sirva para tranquilizar conciencias.
. ¿Y cómo no? Los ancianos también sobran. Entre pensiones, médicos y boticarios, salen muy caros, a no ser que con su jubilación sea el único que aporta un fijo mes a mes, que también sucede. Ahora las sociedades civilizadas, para rodear de gestos piadosos a la muerte, por la vía rápida, de un anciano, han dado en legitimar el derecho al suicidio voluntario. Esto es como ponerle a la guadaña, una vitola poética: "¿De qué murió Don Juan?" "Fue muy hermoso; rodeado de los suyos encontró una muerte digna". ¡Vamos: que lo suicidaron!
Ahora bien, ¿qué se entiende por individuo?
En casos así, suelo recurrir al diccionario y la única acepción que parece adaptable al caso, es la de persona. La persona es un individuo de la especie humana. Toda persona tiene derecho a la vida.
¿Y cuándo empieza uno a ser persona?
Los autores científicos no se ponen de acuerdo. Por tanto, el derecho a la vida del nasciturus es un tema discutido y discutible. De cualquier forma, se advierte que los partidarios del aborto apuran este recurso, no por razones científicas y mucho menos humanitarias, sino por pura comodidad: una familia numerosa exige muchos sacrificios y vivir con carga tan pesada es muy duro. Por eso se legaliza el derecho al aborto, previa una dignificación científica que lo legitime y sirva para tranquilizar conciencias.
. ¿Y cómo no? Los ancianos también sobran. Entre pensiones, médicos y boticarios, salen muy caros, a no ser que con su jubilación sea el único que aporta un fijo mes a mes, que también sucede. Ahora las sociedades civilizadas, para rodear de gestos piadosos a la muerte, por la vía rápida, de un anciano, han dado en legitimar el derecho al suicidio voluntario. Esto es como ponerle a la guadaña, una vitola poética: "¿De qué murió Don Juan?" "Fue muy hermoso; rodeado de los suyos encontró una muerte digna". ¡Vamos: que lo suicidaron!
martes, 14 de abril de 2015
EL SECTOR PUBLICO Y LA IGUALDAD
Las paginas doctrinarias de algunas izquierdas tienden a defender la igualdad como si fuera uno de los principios prioritarios del género humano.No olvidemos que la gente confunde equidad con igualdad, y un nivel de trato humano con una merecida dignidad personal.
En aras de esta igualdad difusa, son acérrimos defensores del crecimiento del sector público. Si todos tenemos la misma escuela pública seremos más iguales porque tal escuela no distingue entre ricos y pobres.
No es verdad, pero la idea cuaja y el efecto es inmediato. Cientos de miles de personas asumen el silogismo, lo pregonan y se vende como artículo de fe: la escuela pública es justa y la privada
injusta.
Suele suceder que algunos predicadores de izquierdas hacen fortuna y, cuando adquieren nombradía, no es raro que se enriquezcan y asuman las mismas costumbres de los ricachos: gustan de la buena mesa, del buen cobijo, de una buena educación para sus hijos, de una buena asistencia sanitaria, etc. ¡Que casualidad! La buena educación la encuentran en colegios privados de países punteros, a ser posible anglo sajones, y la asistencia sanitaria en clínicas privadas de alto copete.
En España, para empezar, -salvo muy contadas excepciones- tenemos una enseñanza pública generalizada, es decir dependiente más o menos del sector publico. Una de estas enseñanzas es menos pública que la otra (la subvencionada) pero, fundamentalmente, enseñan bajo las mismas leyes, las mismas asignaturas, siguiendo el mismo modelo didáctico.
Lo malo del sistema es que en eficiencia didáctica estamos a la cola de los países de la OCDE, lo cual viene a demostrarnos que, por las razones que fueren, algo no funciona
Todo ello nos lleva a concluir que lo verdaderamente importante, no es si la escuela es o no pública o privada, sino si es buena o mala escuela.
Pero los padres y madres, mientras muestren, como ahora sucede, una resignada aceptación de lo que reciben en materia de enseñanza ¡qué mas les da! Eso sí que es igualdad.
En aras de esta igualdad difusa, son acérrimos defensores del crecimiento del sector público. Si todos tenemos la misma escuela pública seremos más iguales porque tal escuela no distingue entre ricos y pobres.
No es verdad, pero la idea cuaja y el efecto es inmediato. Cientos de miles de personas asumen el silogismo, lo pregonan y se vende como artículo de fe: la escuela pública es justa y la privada
injusta.
Suele suceder que algunos predicadores de izquierdas hacen fortuna y, cuando adquieren nombradía, no es raro que se enriquezcan y asuman las mismas costumbres de los ricachos: gustan de la buena mesa, del buen cobijo, de una buena educación para sus hijos, de una buena asistencia sanitaria, etc. ¡Que casualidad! La buena educación la encuentran en colegios privados de países punteros, a ser posible anglo sajones, y la asistencia sanitaria en clínicas privadas de alto copete.
En España, para empezar, -salvo muy contadas excepciones- tenemos una enseñanza pública generalizada, es decir dependiente más o menos del sector publico. Una de estas enseñanzas es menos pública que la otra (la subvencionada) pero, fundamentalmente, enseñan bajo las mismas leyes, las mismas asignaturas, siguiendo el mismo modelo didáctico.
Lo malo del sistema es que en eficiencia didáctica estamos a la cola de los países de la OCDE, lo cual viene a demostrarnos que, por las razones que fueren, algo no funciona
Todo ello nos lleva a concluir que lo verdaderamente importante, no es si la escuela es o no pública o privada, sino si es buena o mala escuela.
Pero los padres y madres, mientras muestren, como ahora sucede, una resignada aceptación de lo que reciben en materia de enseñanza ¡qué mas les da! Eso sí que es igualdad.
LOS ESLÓGANES POLITICOS
La palabra eslogan está admitida en el Diccionario de la RAE como "fórmula breve y original, utilizada para publicidad, propaganda política, etc."
El eslogan además de breve y original, ha de identificar claramente al que lo pública y al objetivo que se persigue: en este caso el voto para un concreto partido político.
El eslogan puesto en circulación por el PP, no es original. El PNV, no hace mucho, se erigió en autor de otro que decía: "HACER, CRECER". Ahora se quejan del plagio porque el PP ha lanzado el "TRABAJAR, HACER, CRECER" como quien descubre el Mediterráneo. ¡Se ha lucido el asesor de turno!
Lo que necesita el creador de cualquier eslogan, en este caso el PP, es que lo identifiquen por su cualidades; cualidades mal definidas, por cierto, en el "trabajar, hacer y crecer". "Podemos" y "Ciudadanos" hacen y crecen y el PP no sube, sino que baja. Esa es la verdad.
Lo digo y afirmo con cierta tristeza y convencido de que nadie del PP me hará caso. Pero lo cierto es que el asesor o miembro del partido que aprobó este eslogan, ese día no estuvo acertado ni se ganó el jornal. Con estos y otros errores del mismo estilo, el PP se va al garete.
Es elemental entender que este PP, el de nuestros días, si por algo se define frente a todos sus adversarios es porque está en marcha, porque actúa y, pese a lo que dicen todos sus rivales, lo hace con acierto. Esto es demostrable: basta con relatar qué, cuánto y cómo recibió lo que le dejaron sus antecesores en el Gobierno, y qué, cuánto y cómo ha cambiado ya España. Y lo, lo más importante, España y los españoles, están en vías de un futuro prometedor, como se reconoce en todos los países más prósperos de Europa.
Algo así de sencillo y tan claro como decir: "El PP actúa, trabaja y cumple". Un mensaje fácil de entender, un mensaje que identifica al PP por su principal virtud y su gran propósito, (estar activo y en fase de hacer grandes cosas); en fin, un eslogan positivo y capaz de dar ánimos a los suyos, a los de siempre y dejar en su lugar a todos sus adversarios.
¡Pero que habrá hecho, Dios mío, tan buena gente como la que vota al PP, para merecer una propaganda aviesa, torcida, fuera de regla que anima a pasarse a las filas del adversario!
En fin, si lo jerifes no espabilan, ya saben qué les espera.¡Allá ellos!
El eslogan además de breve y original, ha de identificar claramente al que lo pública y al objetivo que se persigue: en este caso el voto para un concreto partido político.
El eslogan puesto en circulación por el PP, no es original. El PNV, no hace mucho, se erigió en autor de otro que decía: "HACER, CRECER". Ahora se quejan del plagio porque el PP ha lanzado el "TRABAJAR, HACER, CRECER" como quien descubre el Mediterráneo. ¡Se ha lucido el asesor de turno!
Lo que necesita el creador de cualquier eslogan, en este caso el PP, es que lo identifiquen por su cualidades; cualidades mal definidas, por cierto, en el "trabajar, hacer y crecer". "Podemos" y "Ciudadanos" hacen y crecen y el PP no sube, sino que baja. Esa es la verdad.
Lo digo y afirmo con cierta tristeza y convencido de que nadie del PP me hará caso. Pero lo cierto es que el asesor o miembro del partido que aprobó este eslogan, ese día no estuvo acertado ni se ganó el jornal. Con estos y otros errores del mismo estilo, el PP se va al garete.
Es elemental entender que este PP, el de nuestros días, si por algo se define frente a todos sus adversarios es porque está en marcha, porque actúa y, pese a lo que dicen todos sus rivales, lo hace con acierto. Esto es demostrable: basta con relatar qué, cuánto y cómo recibió lo que le dejaron sus antecesores en el Gobierno, y qué, cuánto y cómo ha cambiado ya España. Y lo, lo más importante, España y los españoles, están en vías de un futuro prometedor, como se reconoce en todos los países más prósperos de Europa.
Algo así de sencillo y tan claro como decir: "El PP actúa, trabaja y cumple". Un mensaje fácil de entender, un mensaje que identifica al PP por su principal virtud y su gran propósito, (estar activo y en fase de hacer grandes cosas); en fin, un eslogan positivo y capaz de dar ánimos a los suyos, a los de siempre y dejar en su lugar a todos sus adversarios.
¡Pero que habrá hecho, Dios mío, tan buena gente como la que vota al PP, para merecer una propaganda aviesa, torcida, fuera de regla que anima a pasarse a las filas del adversario!
En fin, si lo jerifes no espabilan, ya saben qué les espera.¡Allá ellos!
lunes, 13 de abril de 2015
EL ESTADO DEJÓ DE PAGAR.
El Estado no es el ente figurativo ideado por algunos cretinoides y usado con malicia para eludir el nombre de España e inducirnos a pensar en una nación europea que lleva este nombre en la que no se incluyen algunas de sus CC.AA. El Estado es una unidad política de personas regidas por una misma Constitución; y el País Vasco o Cataluña, hoy por hoy, son una parte más, con plenos derechos, del Estado de una nación llamada España Y sus instituciones son Estado, lo mismo si radican en Madrid, que en Vizcaya (provincia), o en Eibar (municipio), citados a título de ejemplo.
Algunos destacadas autoridades del Estado español, en los años que fueron del 2008 al 2011, negaron la crisis, pero esto no fue obstáculo para que dejaran de pagar cuantiosas cantidades a empresas industriales y comerciales, que se vieron obligadas, unas a cerrar y otras a endeudarse.
¿Qué había pasado? Que con nulo sentido de su responsabilidad algunas autoridades prodigaron un dinero que no tenían, lo que obligó a sus sucesores en el gobierno, a tomar decisiones radicales parar reducir el gasto; todo lo cual afectó a millones de españoles que fueron al paro, vieron disminuir sus ingresos y pasaron por situaciones ruinosas
¿Y donde estaba ese dinero, el del erario público, gastado en demasía por algunas autoridades del Estado, tomado éste en toda su amplitud?
Pues bien: esa es una historia mal contada ya que, en ese malgasto intervinieron muchos españoles de todos los partidos políticos con mando en plaza.
Los primeros perjudicados, moralmente hablando, fueron los políticos honestos e inocentes de cada uno de esos partidos, a los que se ha manchado con basura salpicada en beneficio de una tropa de marranos acogidos a su misma bandera.
Y nos dicen, ahora en tiempo electoral, que esos partidos no comunican bien y por ello pierden muchos votos. Es muy sencillo: bastaría con confesar la verdad sin miedo y pasar la fregona para limpiar sus sedes de las piaras de marranos que por allí aún se mueven, para que sus mensajes surtieran efecto.
¡Ah, los respetos humanos! Hay muchos tapados que resisten con su piel de oveja ocultando la fea realidad; tapados pero conocidos por la militancia más despierta de cada partido, que no se atreve a poner a cada cerdo en el cortijo que les corresponde, aunque de otras cosa presuman.
Tragarse un sapo tan grande, crea divisiones y malas consecuencias. A las pruebas me remito. Esperemos los resultados electorales. Aunque algunos piensen que la corrupción no pasa factura.
Algunos destacadas autoridades del Estado español, en los años que fueron del 2008 al 2011, negaron la crisis, pero esto no fue obstáculo para que dejaran de pagar cuantiosas cantidades a empresas industriales y comerciales, que se vieron obligadas, unas a cerrar y otras a endeudarse.
¿Qué había pasado? Que con nulo sentido de su responsabilidad algunas autoridades prodigaron un dinero que no tenían, lo que obligó a sus sucesores en el gobierno, a tomar decisiones radicales parar reducir el gasto; todo lo cual afectó a millones de españoles que fueron al paro, vieron disminuir sus ingresos y pasaron por situaciones ruinosas
¿Y donde estaba ese dinero, el del erario público, gastado en demasía por algunas autoridades del Estado, tomado éste en toda su amplitud?
Pues bien: esa es una historia mal contada ya que, en ese malgasto intervinieron muchos españoles de todos los partidos políticos con mando en plaza.
Los primeros perjudicados, moralmente hablando, fueron los políticos honestos e inocentes de cada uno de esos partidos, a los que se ha manchado con basura salpicada en beneficio de una tropa de marranos acogidos a su misma bandera.
Y nos dicen, ahora en tiempo electoral, que esos partidos no comunican bien y por ello pierden muchos votos. Es muy sencillo: bastaría con confesar la verdad sin miedo y pasar la fregona para limpiar sus sedes de las piaras de marranos que por allí aún se mueven, para que sus mensajes surtieran efecto.
¡Ah, los respetos humanos! Hay muchos tapados que resisten con su piel de oveja ocultando la fea realidad; tapados pero conocidos por la militancia más despierta de cada partido, que no se atreve a poner a cada cerdo en el cortijo que les corresponde, aunque de otras cosa presuman.
Tragarse un sapo tan grande, crea divisiones y malas consecuencias. A las pruebas me remito. Esperemos los resultados electorales. Aunque algunos piensen que la corrupción no pasa factura.
sábado, 11 de abril de 2015
VOTAR CON LA CABEZA
Siendo joven, terminada la II Guerra Mundial, más que mediada la década de los cuarenta, sometidos los españoles a una férrea dictadura, un amigo recién titulado para ejercer de ingeniero agrónomo, obtuvo una beca para ampliar estudios en Edimburgo (Escocia). A su regreso, estando -como estábamos- imposibilitados por nuestra penuria y otras razones para salir al exterior, estrujaba a mi amigo a preguntas para saber cómo se vivía en el Reino Unido; y, también, cómo se habían comportado los británicos en unas recientes elecciones y conocer así, de primera mano, cómo se conducían en el ejercicio del derecho al voto democrático.
Por mi parte, tenía de España, dos recuerdos de otras tantas votaciones: las elecciones de febrero de 1936, que se desarrollaron en un clima crispado y cargado de odios, y un referéndum que nos organizó el régimen franquista para hacer de España una monarquía sin rey, asunto que a la mayoría lo mismo le daba; y miren por donde es lo único que todavía permanece de aquellos tiempos, ahora con rey incluido.
El ingeniero me informó: Yo he vivido con una familia compuesta por el padre, la madre y una hija ya mayor. Los tres votaron a distinto político, conforme a su conveniencia. No le dieron importancia.
- Eso en España -recuerdo que le dije- sería imposible.
- Nos pasa porque no somos escoceses.
Hoy se acepta mejor este voto familiar a la escocesa, aunque todavía hay muchos que cuando se adscriben a un partido le son fieles hasta la muerte, tanto el cabeza de familia y como toda su descendencia.
Parece que empezamos a cambiar. Es que la política está dejando de ser como una religión, cuando la religión hace tiempo que ya ha dejado de ser una política en las sociedades de origen cristiano.
Los votantes, en las naciones con madurez democrática, hace tiempo que dejaron de votar con el corazón y pasaron a votar con la cabeza.
Ya se sabe: votar con la cabeza es más prosaico y se acerca a un repaso contable por el ,que deducir beneficios o pérdidas. Pero a cambio, es más sosegado y más práctico que votar con el corazón y, además, abre vías a la prosperidad de los pueblos.
Por mi parte, tenía de España, dos recuerdos de otras tantas votaciones: las elecciones de febrero de 1936, que se desarrollaron en un clima crispado y cargado de odios, y un referéndum que nos organizó el régimen franquista para hacer de España una monarquía sin rey, asunto que a la mayoría lo mismo le daba; y miren por donde es lo único que todavía permanece de aquellos tiempos, ahora con rey incluido.
El ingeniero me informó: Yo he vivido con una familia compuesta por el padre, la madre y una hija ya mayor. Los tres votaron a distinto político, conforme a su conveniencia. No le dieron importancia.
- Eso en España -recuerdo que le dije- sería imposible.
- Nos pasa porque no somos escoceses.
Hoy se acepta mejor este voto familiar a la escocesa, aunque todavía hay muchos que cuando se adscriben a un partido le son fieles hasta la muerte, tanto el cabeza de familia y como toda su descendencia.
Parece que empezamos a cambiar. Es que la política está dejando de ser como una religión, cuando la religión hace tiempo que ya ha dejado de ser una política en las sociedades de origen cristiano.
Los votantes, en las naciones con madurez democrática, hace tiempo que dejaron de votar con el corazón y pasaron a votar con la cabeza.
Ya se sabe: votar con la cabeza es más prosaico y se acerca a un repaso contable por el ,que deducir beneficios o pérdidas. Pero a cambio, es más sosegado y más práctico que votar con el corazón y, además, abre vías a la prosperidad de los pueblos.
viernes, 10 de abril de 2015
MI QUERIDO SECTOR PUBLICO
El sector público es, para los dados a defenderlo (aunque solo sea para sacarle las mantecas) como una cisterna con fondo llena de dinero, para prestar y atender toda clase de servicios, muchos en beneficio de los necesitados; también se pagan algunas fruslerías a los privilegiados del clan, ¡qué se le va a hacer!
Cada Municipio, cada Comunidad Autónoma y la Nación suelen convocar elecciones periódicamente para nombrar a las personas que, bajo la bandera de un partido político (o con la coalición o asistencia de otros), asuman la responsabilidad de administrar los recursos de sus respectivas cisternas. De ahí salen los fondos para el sector público.
Para asumir esta responsabilidad, esos políticos, que voluntariamente han querido cargar con este deber, han de ser conscientes, por lo menos, de dos realidades: De dónde vienen los recursos (los dineros) y a dónde van a parar. Dos realidades, insisto: los ingresos y los gastos, que por supuesto tienen un límite
Lo ingresos vienen del sufrido contribuyente. Los gastos se distribuyen, por lo menos en tres canales: a), canal de lo que se van a llevar "os gatunos", como llaman en Portugal a los "chorizos"; b), canal de lo que corresponde a los trabajadores empleados en cada servicio público; c), canal con lo que al fin llega al ciudadano para el que fue creado el servicio.
Ahora, conocidos esos datos, hay que hacerse unas preguntas y sacar conclusiones:
Primera pregunta: ¿Quién aporta esos recursos para llenar cada una de esas cisternas? Les digo que son siempre los mismos. Y dejó que ustedes adivinen a quién o a quiénes les rascan el bolsillo.
Segunda pregunta: Los dineros que entran en esas cisternas, aún incluidos los que corresponde al "choriceo", ¿tienen o no tienen un límite? Sí, digo yo. Y siendo esto verdad, no es menos cierto que algunos políticos prometen como si la cisterna con los dineros no tuviera fondo.
Tercera y última pregunta ¿Quién controla al sector público? ¿Los que ponen los dineros o los que lo reciben?
Yo, amante del sector público, como jubilado que soy porque de él vivo, lo único que pido es un control técnico, despolitizado e independiente, para que se conozca al céntimo y el dinero que entra y sale de las cisternas, y a quién y cómo beneficia.
Pero esto no lo promete político alguno de corazón, aunque muchos sostengan lo contrario. Eso sí, lo fácil es darse golpes de pecho diciendo "ya, yo, voy a ser bueno". Por favor: nunca hagan caso a tales engatusadores. Prometer es fácil. Cumplir es otro cantar.
¿O si?
Cada Municipio, cada Comunidad Autónoma y la Nación suelen convocar elecciones periódicamente para nombrar a las personas que, bajo la bandera de un partido político (o con la coalición o asistencia de otros), asuman la responsabilidad de administrar los recursos de sus respectivas cisternas. De ahí salen los fondos para el sector público.
Para asumir esta responsabilidad, esos políticos, que voluntariamente han querido cargar con este deber, han de ser conscientes, por lo menos, de dos realidades: De dónde vienen los recursos (los dineros) y a dónde van a parar. Dos realidades, insisto: los ingresos y los gastos, que por supuesto tienen un límite
Lo ingresos vienen del sufrido contribuyente. Los gastos se distribuyen, por lo menos en tres canales: a), canal de lo que se van a llevar "os gatunos", como llaman en Portugal a los "chorizos"; b), canal de lo que corresponde a los trabajadores empleados en cada servicio público; c), canal con lo que al fin llega al ciudadano para el que fue creado el servicio.
Ahora, conocidos esos datos, hay que hacerse unas preguntas y sacar conclusiones:
Primera pregunta: ¿Quién aporta esos recursos para llenar cada una de esas cisternas? Les digo que son siempre los mismos. Y dejó que ustedes adivinen a quién o a quiénes les rascan el bolsillo.
Segunda pregunta: Los dineros que entran en esas cisternas, aún incluidos los que corresponde al "choriceo", ¿tienen o no tienen un límite? Sí, digo yo. Y siendo esto verdad, no es menos cierto que algunos políticos prometen como si la cisterna con los dineros no tuviera fondo.
Tercera y última pregunta ¿Quién controla al sector público? ¿Los que ponen los dineros o los que lo reciben?
Yo, amante del sector público, como jubilado que soy porque de él vivo, lo único que pido es un control técnico, despolitizado e independiente, para que se conozca al céntimo y el dinero que entra y sale de las cisternas, y a quién y cómo beneficia.
Pero esto no lo promete político alguno de corazón, aunque muchos sostengan lo contrario. Eso sí, lo fácil es darse golpes de pecho diciendo "ya, yo, voy a ser bueno". Por favor: nunca hagan caso a tales engatusadores. Prometer es fácil. Cumplir es otro cantar.
¿O si?
jueves, 9 de abril de 2015
NOTICIAS MORBOSAS
Cuando uno llega a viejo, el cúmulo de malas noticias que se publican lo despacha de un trago; no se recrea en paladear la cosa ni en darle un paseo por las papilas olfativas para saciarse con tanta desgracia.
- Es el morbo, viejo; el morbo. A la gente le gusta morder médula, como a los buitres picotearla.
- Verás:un mayor como yo, no está para esos trotes. Cuando se cae un avión, una vez recibida la noticia y reflexionado sobre la dimensión de la desgracia, saco del baúl un paño negro y cubro el televisor en señal de duelo y en legítima defensa: no hay derecho a diseccionar a tantos muertos en público, durante una una semana, diez o más días, dale que te pego, hurgando en la noticia para hacer conjeturas que no vienen al caso.
- ¿No se referirá al avión que cayó en los Alpes franceses?
- Me refiero a todo tipo de desgracias espectaculares, Una cosa es noticiarlas y otra bien distinta, recrearse en la suerte o darles carrete alargando el suceso.
- ¿No será que se juntan el hambre y las ganas de comer.
- No sé a dónde me quiere usted llevar...
- ¿No será que a la gente le gusta el morbo y la mass media explota ese filón para aumentar los índices de audiencia?
- Puede que coincidan ambas tendencias...
- ¿Cree usted...?
Por mi parte seguiré cubriendo el receptor con un paño negro. Una rareza de viejo, se comprende. Pero una quincena de asueto es buena para la vista.
- Es el morbo, viejo; el morbo. A la gente le gusta morder médula, como a los buitres picotearla.
- Verás:un mayor como yo, no está para esos trotes. Cuando se cae un avión, una vez recibida la noticia y reflexionado sobre la dimensión de la desgracia, saco del baúl un paño negro y cubro el televisor en señal de duelo y en legítima defensa: no hay derecho a diseccionar a tantos muertos en público, durante una una semana, diez o más días, dale que te pego, hurgando en la noticia para hacer conjeturas que no vienen al caso.
- ¿No se referirá al avión que cayó en los Alpes franceses?
- Me refiero a todo tipo de desgracias espectaculares, Una cosa es noticiarlas y otra bien distinta, recrearse en la suerte o darles carrete alargando el suceso.
- ¿No será que se juntan el hambre y las ganas de comer.
- No sé a dónde me quiere usted llevar...
- ¿No será que a la gente le gusta el morbo y la mass media explota ese filón para aumentar los índices de audiencia?
- Puede que coincidan ambas tendencias...
- ¿Cree usted...?
Por mi parte seguiré cubriendo el receptor con un paño negro. Una rareza de viejo, se comprende. Pero una quincena de asueto es buena para la vista.
miércoles, 8 de abril de 2015
VOTE EN CONCIENCIA
Les confieso humildemente que no soy un experto en asuntos económicos y que personalmente las he pasado canutas en bastantes ocasiones debido a mis penurias, a mis escrúpulos y a mi ignorancia, por este orden.
Para mejorar mi poder adquisitivo viví algunas aventuras de poca monta y siempre me daba el porrazo por mis penurias, mis escrúpulos y mi ignorancia. Un día sumé las pérdidas y me asusté. Y dándole vueltas al asunto, me encontré con esta verdad: "tú (por mi) no tienes ni remota idea del significado que tiene el hábito del ahorro".
El ser humano, en general, no se siente satisfecho con lo que tiene y quiere más.Y paradójicamente, cuanto más tiene más quiere. Pero no por la vía del ahorro que exige sacrificios. La codicia nos aconseja que sigamos la vía del riesgo que en sueños es la más rápida. Y además, seguir también el consejo más generalizado: para ser feliz has de consumir mucho y de todo. Los expertos son los expertos y solo le falta al asno que lo llamen burro.
El político, el bueno, o sea el que no roba (vamos a ser claros) maneja un arma que no falla: promete a los pobres porque al verlos tan necesitados, sabe que por fijarse en ellos, se lo van a agradecer con el voto (tome nota Don Mariano); promete a los menos ricos, porque esclavos como son del "tengo poco y quiero más", saben que a nada que consigan un empleillo (aunque sea a media jornada) y algún subsidio, hasta pueden cambiar de "tele" para mejor ver a la princesa del pueblo (tomen nota los primeros espadas que siguen a Don Mariano.); y prometen -no lo olvidemos- a "las clases medias" (como las menciona Don Pedro el del PSOE de los obreros), empezando por sus retoños a los que hay que garantizar el botellón, el porro, el polvo, la píldora post-coital y, por añadidura, los estudios universitarios, para que, al fin se nos marchen a Alemania y a los países nórdicos a servir de camareros.
Pero prometer, no se olvide, no es lo mismo que cumplir.
A la vista de este panorama, los ricos, -que de tontos, salvo alguna excepción, no tienen un pelo- se han llevado ya sus caudales a otras latitudes con mejor clima, para -según su doctrina- no hacer el primo. Los pobres y menos ricos votarán a los que más prometen aunque solo sea por chingar a los que no cumplieron. Las clases medias, voten a quien voten, pagarán el pato.
¿Y qué puede hacer uno? Buscar la pela como sea y ahorrarla para estar clasificado, por lo menos, entre "las clases medias", crédulas hasta la pasión y último recurso de los políticos.
Visto este papelón que representan la meritadas "clases", podían esos políticos tener en cuenta sus escasos ahorros. Pero no, nunca se privan de pasarlos por la piedra fiscal y mermar la miserable renta que rinde el ahorro familiar, frente a los sustanciosos intereses exentos, con los que saltan de gozo los que viven bajo el paraguas de la macro economía con sus dineros fuera de España. Estar pringado de macro economía es un chollo. Vivir de la economía familiar, una "M" "pinchaita" en un palo.
Ya sabe ¡Vote en conciencia!
Para mejorar mi poder adquisitivo viví algunas aventuras de poca monta y siempre me daba el porrazo por mis penurias, mis escrúpulos y mi ignorancia. Un día sumé las pérdidas y me asusté. Y dándole vueltas al asunto, me encontré con esta verdad: "tú (por mi) no tienes ni remota idea del significado que tiene el hábito del ahorro".
El ser humano, en general, no se siente satisfecho con lo que tiene y quiere más.Y paradójicamente, cuanto más tiene más quiere. Pero no por la vía del ahorro que exige sacrificios. La codicia nos aconseja que sigamos la vía del riesgo que en sueños es la más rápida. Y además, seguir también el consejo más generalizado: para ser feliz has de consumir mucho y de todo. Los expertos son los expertos y solo le falta al asno que lo llamen burro.
El político, el bueno, o sea el que no roba (vamos a ser claros) maneja un arma que no falla: promete a los pobres porque al verlos tan necesitados, sabe que por fijarse en ellos, se lo van a agradecer con el voto (tome nota Don Mariano); promete a los menos ricos, porque esclavos como son del "tengo poco y quiero más", saben que a nada que consigan un empleillo (aunque sea a media jornada) y algún subsidio, hasta pueden cambiar de "tele" para mejor ver a la princesa del pueblo (tomen nota los primeros espadas que siguen a Don Mariano.); y prometen -no lo olvidemos- a "las clases medias" (como las menciona Don Pedro el del PSOE de los obreros), empezando por sus retoños a los que hay que garantizar el botellón, el porro, el polvo, la píldora post-coital y, por añadidura, los estudios universitarios, para que, al fin se nos marchen a Alemania y a los países nórdicos a servir de camareros.
Pero prometer, no se olvide, no es lo mismo que cumplir.
A la vista de este panorama, los ricos, -que de tontos, salvo alguna excepción, no tienen un pelo- se han llevado ya sus caudales a otras latitudes con mejor clima, para -según su doctrina- no hacer el primo. Los pobres y menos ricos votarán a los que más prometen aunque solo sea por chingar a los que no cumplieron. Las clases medias, voten a quien voten, pagarán el pato.
¿Y qué puede hacer uno? Buscar la pela como sea y ahorrarla para estar clasificado, por lo menos, entre "las clases medias", crédulas hasta la pasión y último recurso de los políticos.
Visto este papelón que representan la meritadas "clases", podían esos políticos tener en cuenta sus escasos ahorros. Pero no, nunca se privan de pasarlos por la piedra fiscal y mermar la miserable renta que rinde el ahorro familiar, frente a los sustanciosos intereses exentos, con los que saltan de gozo los que viven bajo el paraguas de la macro economía con sus dineros fuera de España. Estar pringado de macro economía es un chollo. Vivir de la economía familiar, una "M" "pinchaita" en un palo.
Ya sabe ¡Vote en conciencia!
martes, 7 de abril de 2015
TODOS PROMETEN EL PARAISO
Aquí, en España, el dinero contante y sonante, el bueno, el fetén, está limitado. Se pasa uno un pelín en el gasto y empieza a ser deudor. Al principio no lo notas, pero a medida que crece la deuda percibes que los prestamistas te piden con timidez alguna garantía, más tarde la exigen y al final, si no cumples con puntualidad, pasas al listín de morosos y no te dan a crédito ni un clavel.
Si alguien cree que miento, le invito a que haga la prueba. Basta con que deje de pagar el suministro de energía eléctrica y verá la respuesta. El mundo es así, aquí, en la Patagonia o en el Estado Vaticano.
¿Y que pasa cuando son las instituciones del Estado las que dejan de abonar sus deudas? Lo mismo, pero con más lentitud ¿Y por qué es así? Es así porque los Estados tienen reconocido el derecho de exprimir al contribuyente y cuando sus acreedores se ponen pesados y exigen lo suyo, los Estados son capaces de apretar la tuerca hasta el martirio de la sufrida victima. Entonces la desconfianza se generaliza, cunde el miedo, se cierran los negocios, no se abren otros nuevos, aumenta el paro y el poco dinero que se mueve, se va a la especulación o a comprar voluntades; o a las dos cosas.
La deuda admisible, aun la de los Estados, también tiene un límite y ese límite, te lo pones tú o te lo ponen ellos. Ejemplo de "te lo pones tu": España endeudada hasta las cejas por un Gobierno derrochador, hubo de ser sustituido por otro que cortó por lo sano para poner la deuda dentro de unos límites. Ejemplo de "te, lo ponen ellos": A Grecia y a otros países que no cortaron por lo sano, les cerraron el grifo desde distintos organismos proveedores de fondos, y los dejaron a ganarse la vida como a meretriz por campo segado.
Todo esto viene a cuento de las grandes promesas hechas por políticos de tira y afloja, que se piensan que cumplir lo prometido sale gratis o que el dinero se encuentra, a disposición del primero que pasa, en las cunetas de los caminos.
Y, entre tanto, los politólogos -suponemos que de buena fe- andan anunciando tiempos felices y bailándoles el agua a los portadores del cambio, que vienen tan dispuestos como los que se van, a chupar de la goma aunque prometan todo lo contrario.
Pero ¿ya llegará para todos? No se sabe. Pero ¡siempre hay quien pica; quien muerde el anzuelo! Y así nos va.
miércoles, 1 de abril de 2015
VACACIONES HASTA EL DÍA 7
Por la Semana Santa y para recibir a la primavera que a Vitoria siempre llega tarde, he decidido vacar hasta el día siete próximo incluido.
ESPAÑA Y SUS POLÍTICOS
A nadie, medianamente interesado en el tema, le extraña que una mayoría de intelectuales célebres fracasaran durante la II República al ejercer como políticos. Uno de los mas importantes, entre éstos lo fue Don Manuel Azaña. Protagonizó un triste papel que pudo glosar antes de su muerte. Lúcido en sus juicios, dejó ver la gran distancia existente entre su discernimiento y el de la inmensa mayoría de sus conciudadanos.
Los intelectuales al servicio de la República, que tantas esperanzas depositaron en el cambio de aquellas fechas, fueron poniendo los primeros reparos a la llamada "acción directa" ejercida en las más céntricas calles, sin rebozo alguno, por la extrema izquierda. Ortega nos brindó, a modo de advertencia, el artículo titulado "No es esto; no es esto". Detectó el fracaso. La distancia cultural, incluso económica, entre los republicanos de la base y los de la cúspide, era fabulosa. Aun reconociendo los afanes de los más desasistidos, no podían entenderse.
Desde de esa realidad, se comprende que significados anarquistas interpretaran el desengaño de sus seguidores: "Hemos sido la palanca que movilizó a las masas para traer la República, y resulta que seguimos gobernados por una burguesía despreocupada de la "famélica legión".
Ellos querían la que pronto se popularizó como "revolución del proletariado". Las clases medias en su mayoría fueron atesorando miedos. Y el miedo las llevó a reaccionar contra la anunciada revolución después del ensayo de octubre de 1934.
Cuando el Frente Popular se alzó con la victoria en las elecciones de febrero de 1936 desde esa extrema izquierda entendieron que había sonado la hora de hacer justicia. Se mostraron decididos a ejercer el poder de hecho, allí donde tenían fuerzas para hacerlo. La reacción no se hizo esperar. Los políticos al uso se vieron en su mayoría desplazados. Así empezó la guerra.
No digo que la situación sea parecida. No lo es. Pero tampoco creo que la democracia se haya instituido para que nuestros políticos anden todos los días a la greña.
Eso es todo.
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