Desde hace muchos años, desde que se instauraron las instituciones democráticas, el centro derecho vasco no ha hecho otra cosa que ir aprovechando los valores heredados de un españolismo que, después de cuarenta años -ante nuevas generaciones de votantes- es residual y rutinario. O dicho de otra manera, la única idea que se opone por el centro derecha a la convocatoria de una consulta popular en el País Vasco, para saber si el pueblo de este territorio quiere o no la independencia, es la constitucional: para reformar el Estatuto de Autonomía y ganarse el derecho a ser independientes, hay que reformar la Constitución y para llevar a cabo esta tarea, se precisa un referéndum, sí, pero con la participación de todos los españoles.
Como puede advertirse, la respuesta es legalista, porque antepone a toda otra consideración la aplicación literal de las leyes y esta dialéctica no cala, no convence. La opinión mayoritaria es desfavorable a este argumento que no priva de legitimidad al referéndum.
Un sector social como el centro derecha vasco (y por tanto el partido que lo represente) ha de manejar argumentos más persuasivos; tiene que sopesar las ventajas e inconvenientes del proyecto separatista y oponerse al mismo, si tiene datos verificables, demostrando que esa separación no conviene a una mayoría de los vascos
Ese argumentario en favor de que Vasconia quiera seguir siendo una parte de España, no existe o es muy pobre; y si existiere no se divulga. Esta es la realidad.
Cuando a un votante de centro derecha no se le dan argumentos para mantener sus convicciones y se ve impelido a todo lo contrario, es porque los suyos van a la deriva. Por ejemplo, cuando se repite mil veces "la independencia de los vascos nos traerá bienestar" y nadie demuestra lo contrario, sucede que, poco a poco, el voto se hace separatista.
Si además los Gobiernos centrales se olvidan por abandono de estos votantes unionistas, ¿qué puede pasar? Muy sencillo: poco a poco, generación tras generación, el votante se aleja de los que primero le abandonaron a su suerte.
¿Y qué argumentos pueden oponerse al separatismo? "Haberlos haylos". Es tarea de los políticos explorarlos y servírselos en bandeja a sus votantes. Tampoco este servicio, en el caso de existir se cumple con diligencia.
¡Y así nos va!
sábado, 30 de mayo de 2015
viernes, 29 de mayo de 2015
CUANDO EL PODER DA SUFICIENCIA
La suficiencia -acepción segunda del diccionario RAE- refleja "presunción, engreimiento, pedantería" y está próxima, y se confunde a veces, al envanecimiento por la contemplación de las propias prendas con menosprecio de los demás. Algo muy corriente entre políticos. Basta ver a dos competidores por la alcaldía de Madrid: Doña Esperanza Aguirre y Don Miguel Ángel Carmona: dos ejemplares vivos que no podrían, como lo han demostrado, vivir en la misma jaula sin contaminar a los restantes moradores de la grillera. Como es lógico no se han puesto de acuerdo para ir unidos, tal y como ha pasado en otros países europeos (gobiernos conjuntos de liberales y social demócratas) conciliando ideas e intereses ante nuevas contingencias o asechanzas.
Me podrán decir: "Fue Doña Esperanza, promotora de este maridaje, la que puso la primera piedra del fracaso". Sí, ciertamente, pero si los precedentes electoreros estuvieron cargados de dinamita por la parte femenina, no es menos es cierto que Don Miguel, sofista calificado con más moral que el Alcoyano F.C., nunca anduvo con miramientos en las respuestas. Hubo de recurrir al ego para rechazar la alcaldía que le brindó la señora más votada: yo soy yo y mi circunstancia.
No hay duda que pudiendo el Sr. Carmona ser alcalde y lucirse proponiendo un programa a la medida del pueblo de Madrid con criterios socialistas, ha preferido -esclavo de sus sofismas- irse por los cerros de Úbeda a correr riesgos inútiles.
En todo ello también influye el jefe de la tribu socialista, Don Pedro Sánchez, que no atina a saber la que le viene encima. La nueva izquierda va a fagocitar al PSOE, como lo ha hecho con IU y con UPyD, cuyos votantes se han ido mayoritariamente a "Podemos". El original se impone siempre a la copia.
Aunque parezca otra cosa, tanto el PP como el PSOE se han visto privados del apoyo de unos votantes no muy satisfechos que han negado el voto, unos al centro derecha y otros al centro izquierda, en los que ya no confían. Esta es la razón de que Ciudadanos y Podemos hayan aparecido en escena. Ambos saben donde está su caladero de votos y van por ellos. Por eso el PP y el PSOE están condenados a entenderse o a ir perdiendo clientela a chorros.
La suficiencia de algunos solo servirá para retrasar el proceso. Si los perdedores se unen mediante un ejercicio de humildad, podrán defenderse si, además, cambian el rumbo para mejorar y convencer. Solo un golpe de timón para dar con el viento a favor sin perder el velamen, podrá corregir un rumbo y cambiarlo por otro que ofrezca nuevas esperanzas. Miremos a Europa. Pero al PSOE no le importa el velamen.
Me podrán decir: "Fue Doña Esperanza, promotora de este maridaje, la que puso la primera piedra del fracaso". Sí, ciertamente, pero si los precedentes electoreros estuvieron cargados de dinamita por la parte femenina, no es menos es cierto que Don Miguel, sofista calificado con más moral que el Alcoyano F.C., nunca anduvo con miramientos en las respuestas. Hubo de recurrir al ego para rechazar la alcaldía que le brindó la señora más votada: yo soy yo y mi circunstancia.
No hay duda que pudiendo el Sr. Carmona ser alcalde y lucirse proponiendo un programa a la medida del pueblo de Madrid con criterios socialistas, ha preferido -esclavo de sus sofismas- irse por los cerros de Úbeda a correr riesgos inútiles.
En todo ello también influye el jefe de la tribu socialista, Don Pedro Sánchez, que no atina a saber la que le viene encima. La nueva izquierda va a fagocitar al PSOE, como lo ha hecho con IU y con UPyD, cuyos votantes se han ido mayoritariamente a "Podemos". El original se impone siempre a la copia.
Aunque parezca otra cosa, tanto el PP como el PSOE se han visto privados del apoyo de unos votantes no muy satisfechos que han negado el voto, unos al centro derecha y otros al centro izquierda, en los que ya no confían. Esta es la razón de que Ciudadanos y Podemos hayan aparecido en escena. Ambos saben donde está su caladero de votos y van por ellos. Por eso el PP y el PSOE están condenados a entenderse o a ir perdiendo clientela a chorros.
La suficiencia de algunos solo servirá para retrasar el proceso. Si los perdedores se unen mediante un ejercicio de humildad, podrán defenderse si, además, cambian el rumbo para mejorar y convencer. Solo un golpe de timón para dar con el viento a favor sin perder el velamen, podrá corregir un rumbo y cambiarlo por otro que ofrezca nuevas esperanzas. Miremos a Europa. Pero al PSOE no le importa el velamen.
jueves, 28 de mayo de 2015
PARTIDOS ESPAÑOLES EN CATALUÑA Y PAÍS VASCO
A medida que en los territorios autonómicos (caso de Cataluña y del País Vasco) los nacionalistas van construyendo su independencia por la vía de los hechos consumados (por ejemplo al suprimir la bandera nacional "invasora" o al silbarla y maldecirla en acontecimientos públicos) sin que nunca pase nada, el sentimiento de patria española va desapareciendo y desdibujándose o se va dejando para su uso en la intimidad.
No se debe confundir al patriota con el nacionalista. El patriota mantiene un sentimiento de amor a la tierra donde uno vive o ha vivido; sentimiento que para existir no es necesario convertirlo en dogma. A diferencia del patriota, el nacionalista sobrepasa ese sentimiento y de él hace doctrina; la patria pasa de ser querida, a ser venerada; de ser un amor, a ser un concepto político y dogmático; de ser un tener, a ser un deber que lleva, si preciso fuere, a morir en su defensa. Es por lo tanto fácil distinguir la diferencia que existe entre patriotismo y nacionalismo.
En la misma medida que la patria España se ha desdibujado en Cataluña y Vasconia, los sentimientos patrióticos españoles también se han difuminado. Los partidos políticos no escapan a esta ley. Así, el partido que funciona en un territorio donde su patria apenas se expresa en público, pierde sentido por pura lógica y pierde, a sus vez, adeptos. ¿Para qué votar al partido español, partido de un país que se nos se muestra como ajeno, un país que pinta poco o nada en la escuela de tus hijos, en el mercado donde compras, en la iglesia donde rezas, ni siquiera en en espacios de puro entretenimiento como puede ser en un espectáculo deportivo?
El PP y el PSOE, por españoles, significan muy poco en Cataluña y en el País Vasco y cuanto más tiempo pasa, de seguir así, menos importan; menos atractivo tiene votar por ellos. Un país llamado España, donde un Guardia Civil, por ser español, está mucho peor pagado que un Policía Autónomo, -porque así lo han querido sus gobernantes- es un país inverosímil. No es que el guardia -y los que padecen situaciones análogas- sea un vasco de segunda, sino que es un español de tercera clase.
¿Tiene solución este problema, - la desaparición el sentimiento español- si los primeros en olvidarlo son las autoridades de España?
Me gustaría oír opiniones porque si para estos partidos (PP y PSOE) solo se vislumbra una muerte lenta, tal vez mereciera la pena pensar en otras soluciones aún inéditas. Al fin y al cabo en ambas demarcaciones territoriales viven muchos españoles que no tienen vergüenza en serlo y que pueden y deben organizarse a los efectos que procedan, ahora que todavía es tiempo.
miércoles, 27 de mayo de 2015
NUEVOS POLÍTICOS PARA VIEJOS PROBLEMAS.
España entera, pendiente de las urnas, dejó en suspenso sus sueños hasta conocer los resultados electorales. Ahora ya podemos empezar a vislumbrar los efectos del cambio teniendo en cuenta, eso siempre, que los triunfantes, cualquiera que fuere su color, no suelen sentirse ligados a las promesas y compromisos hechos en la campaña electoral. Ejemplo, el Sr.Sánchez, nuevo amo del PSOE, que negó más de tres veces a "Podemos" y ahora -vistos los resultados- anda a ver si puede partir un piñón a medias con ellos. La "casta" está queriendo hacer migas con quienes así los calificaron despectivamente. ¡Una novedad para esta España ansiosa de cambios!
Como ganadores con mando en plaza, no van a poder eludir -unos y otros- la compensación económica que exige el sector más necesitado: uno de cada tres españoles vive en la pobreza. Suponemos que ha llegado su hora: ¡Se acabó lo de vivir en la miseria! Ya podrá Cáritas levantarse cada nuevo día sin preocupaciones!
Se acabó también la lucha por unos salarios justos. Todos mejorarán sus ingresos, si se cumplen las promesas de los ganadores electorales que defendieron, llenos de fe y esperanza, ante los votantes. Solo hay un inconveniente serio: los salarios se pagan por el sector público o por los inversores del sector privado..., pero al final el dinero sale siempre de los bolsillos del particular. Y los particulares, como siempre ha sido, unos tienen mucho, otros se valen a medias, otros tienen poco, y muchos nada. Los que mueven el tinglado suelen ser los inversores, que tiene la mala costumbre de aventurar sus dineros con el fin de ganar mucho más. Si no ganan, se aburren, y ¿què sentido tiene abrir una empresa para llenarse de preocupaciones a cambio de nada?
Llegado este caso de arriesgar y no ganar, el inversor se esfuma y hace crecer la cola ante las oficinas oficiales dedicadas al empleo. Entonces, al engordar el censo de los desempleados, hay que subsidiarlos porque lo exige el cambio prometido. Es decir que habremos de pagar más impuestos los de siempre, porque los inversores ya están sacando su dinero a paletadas para ponerlo a buen resguardo desde ahora, antes de que llegue la tormenta, mientras los elegidos democráticamente disfrutan de las mieles del triunfo. Yo sé que es injusto este proceder, pero ¿que puede hacer un simple elector? Para eso están los elegidos, los populistas ganadores. Por lo menos así ha pasado siempre.
Estamos ante un círculo vicioso. Si se ahoga al inversor, huye con sus dineros. Si se le deja que actúe bajo las reglas del liberalismo económicos, se incumple lo prometido por los nuevos políticos y los trabajadores estarán siempre en precario. Si traspasamos al Estado la facultad inversora, sucede otro tanto; ahora los esclavistas serían los amos del sector público: los políticos.
¿Y dónde está el remedio? Paradójicamente en una equilibrada desigualdad. Me dirán: ¡Qué barbaridad! Usted acaba de justificar la desigualdad como si fuera un derecho humano, un principio justo, equitativo y saludable. Y respondo: ¡A mí que me registren! No defiendo ni ataco nada ni a nadie. Simplemente, constato hechos. La desigualdad está ahí, presente en todos los climas y ambientes. Y estará presente durante siglos cualquiera que sea el político que nos prometa o gobierne, o la religión que nos inspire- porque la humanidad no esta compuesta por seres pastueños donde cada uno se conforma con su ración de hierba, sino por depredadores que en tanto tienen fuerza -o poder- se comportan como tales y hasta que ellos no se sacian no hay sitio para el más débil.
No somos bestias. No; desde luego. Pero nos comportamos como ellas en demasiadas ocasiones, con una agravante: sabemos usar la inteligencia y gracias ella funciona la hipocresía.Y con la hipocresía, el engaño: prometen una cosa y dan otra. Sólo los muy débiles se chupan el dedo porque no pueden hacer otra cosa; pero como todo el mundo sabe, el dedo no es la teta.
Mientras los políticos recuentan sus votos y nos las prometen muy felices, permítanme ser un tanto escéptico antes de chuparme el dedo.¡Y que viva la igualdad!
Como ganadores con mando en plaza, no van a poder eludir -unos y otros- la compensación económica que exige el sector más necesitado: uno de cada tres españoles vive en la pobreza. Suponemos que ha llegado su hora: ¡Se acabó lo de vivir en la miseria! Ya podrá Cáritas levantarse cada nuevo día sin preocupaciones!
Se acabó también la lucha por unos salarios justos. Todos mejorarán sus ingresos, si se cumplen las promesas de los ganadores electorales que defendieron, llenos de fe y esperanza, ante los votantes. Solo hay un inconveniente serio: los salarios se pagan por el sector público o por los inversores del sector privado..., pero al final el dinero sale siempre de los bolsillos del particular. Y los particulares, como siempre ha sido, unos tienen mucho, otros se valen a medias, otros tienen poco, y muchos nada. Los que mueven el tinglado suelen ser los inversores, que tiene la mala costumbre de aventurar sus dineros con el fin de ganar mucho más. Si no ganan, se aburren, y ¿què sentido tiene abrir una empresa para llenarse de preocupaciones a cambio de nada?
Llegado este caso de arriesgar y no ganar, el inversor se esfuma y hace crecer la cola ante las oficinas oficiales dedicadas al empleo. Entonces, al engordar el censo de los desempleados, hay que subsidiarlos porque lo exige el cambio prometido. Es decir que habremos de pagar más impuestos los de siempre, porque los inversores ya están sacando su dinero a paletadas para ponerlo a buen resguardo desde ahora, antes de que llegue la tormenta, mientras los elegidos democráticamente disfrutan de las mieles del triunfo. Yo sé que es injusto este proceder, pero ¿que puede hacer un simple elector? Para eso están los elegidos, los populistas ganadores. Por lo menos así ha pasado siempre.
Estamos ante un círculo vicioso. Si se ahoga al inversor, huye con sus dineros. Si se le deja que actúe bajo las reglas del liberalismo económicos, se incumple lo prometido por los nuevos políticos y los trabajadores estarán siempre en precario. Si traspasamos al Estado la facultad inversora, sucede otro tanto; ahora los esclavistas serían los amos del sector público: los políticos.
¿Y dónde está el remedio? Paradójicamente en una equilibrada desigualdad. Me dirán: ¡Qué barbaridad! Usted acaba de justificar la desigualdad como si fuera un derecho humano, un principio justo, equitativo y saludable. Y respondo: ¡A mí que me registren! No defiendo ni ataco nada ni a nadie. Simplemente, constato hechos. La desigualdad está ahí, presente en todos los climas y ambientes. Y estará presente durante siglos cualquiera que sea el político que nos prometa o gobierne, o la religión que nos inspire- porque la humanidad no esta compuesta por seres pastueños donde cada uno se conforma con su ración de hierba, sino por depredadores que en tanto tienen fuerza -o poder- se comportan como tales y hasta que ellos no se sacian no hay sitio para el más débil.
No somos bestias. No; desde luego. Pero nos comportamos como ellas en demasiadas ocasiones, con una agravante: sabemos usar la inteligencia y gracias ella funciona la hipocresía.Y con la hipocresía, el engaño: prometen una cosa y dan otra. Sólo los muy débiles se chupan el dedo porque no pueden hacer otra cosa; pero como todo el mundo sabe, el dedo no es la teta.
Mientras los políticos recuentan sus votos y nos las prometen muy felices, permítanme ser un tanto escéptico antes de chuparme el dedo.¡Y que viva la igualdad!
martes, 26 de mayo de 2015
LOS MALOS POLÍTICOS MUERDEN LA DERROTA
Hace algunos meses, tal vez un par de años, mantuvieron una charla abierta y franca, de la que afortunadamente fui testigo, varios destacados personajes del centro derecho vasco. Conclusión a la que llegaron algunos, que me pareció acertada: "estamos gobernados por los economistas y nos hemos olvidado de la política". Claro: nos hemos olvidado de hacer posible lo razonable y de que así lo entiendan los electores. La economía es una muleta: ayuda a caminar pero la ruta se marca por el que la maneja.
El Alcalde de Vitoria, que también estuvo en aquella charla, se mantuvo callado pero tomó buena nota. Y será porque se lo pide el cuerpo o su talento, pero durante su mandato, manteniendo el tipo, sin hablar de economía, ha ejercido de político puro y reivindicativo, mientras otros de su cuerda se dedicaban al birle por esos mundos de Dios (no hablo del País Vasco), o a mantener cerrados los ojos y taponados los oídos para esconder las vergüenzas de la familia.
El Alcalde de Vitoria, Sr. Maroto Aranzabal, denunciaba abusos en un sector tan delicado como el de las ayudas en favor de gentes necesitadas. Podía hacerlo, lo hizo en su condición de Alcalde y ante muchos votantes: tenia razón y se lo han premiado.
La política ejercida con talento es la que da votos. Cuando el protagonismo se cede a la economía los resultados son inciertos, cuando no letales. Y cuando se niega uno a ser político, aún es peor. Un Ministro de Hacienda no puede anunciar una subida general de impuestos a pagar por los mindundis y anunciar al mismo tiempo una amnistía fiscal en favor de los defraudadores del fisco. Un Ministro de Educación no puede anunciar una reforma de la enseñanza y decir al mismo tiempo que es para españolizar a los niños catalanes. Como estos, hay muchos mas ejemplos.
Decir "no hemos sabido explicarnos" es ,impropio de un político. Vete a casa, amigo. El político que no acierta explicarse sólo se merece unas orejas de burro y ponerlo contra la pared: hace más daño que un ladrón.
Cuando las manadas de burros y chorizos se juntan, el daño es irreversible. En esas estamos.
El Alcalde de Vitoria, que también estuvo en aquella charla, se mantuvo callado pero tomó buena nota. Y será porque se lo pide el cuerpo o su talento, pero durante su mandato, manteniendo el tipo, sin hablar de economía, ha ejercido de político puro y reivindicativo, mientras otros de su cuerda se dedicaban al birle por esos mundos de Dios (no hablo del País Vasco), o a mantener cerrados los ojos y taponados los oídos para esconder las vergüenzas de la familia.
El Alcalde de Vitoria, Sr. Maroto Aranzabal, denunciaba abusos en un sector tan delicado como el de las ayudas en favor de gentes necesitadas. Podía hacerlo, lo hizo en su condición de Alcalde y ante muchos votantes: tenia razón y se lo han premiado.
La política ejercida con talento es la que da votos. Cuando el protagonismo se cede a la economía los resultados son inciertos, cuando no letales. Y cuando se niega uno a ser político, aún es peor. Un Ministro de Hacienda no puede anunciar una subida general de impuestos a pagar por los mindundis y anunciar al mismo tiempo una amnistía fiscal en favor de los defraudadores del fisco. Un Ministro de Educación no puede anunciar una reforma de la enseñanza y decir al mismo tiempo que es para españolizar a los niños catalanes. Como estos, hay muchos mas ejemplos.
Decir "no hemos sabido explicarnos" es ,impropio de un político. Vete a casa, amigo. El político que no acierta explicarse sólo se merece unas orejas de burro y ponerlo contra la pared: hace más daño que un ladrón.
Cuando las manadas de burros y chorizos se juntan, el daño es irreversible. En esas estamos.
lunes, 25 de mayo de 2015
EL CENTRO DERECHA VASCO Y SU FUTURO
Por razones que no hacen al caso, me aparté de la política activa en 1986 y desde entonces he repetido, ante quien quiso escuchar pero sin éxito, que el centro-derecha vasco perdería peso social y votos si dejara de cumplir con dos condiciones básicas, que hicieran posible captar nuevas generaciones de adeptos.
Primera condición: unidad entre los que permanecían fieles a ciertos principios. Segunda condición: enseñanza libre y tres valores a promover: justicia social, innovación científica y avance cultural y desarrollo autonómico sin aspiraciones independentistas.
La escuela libre y propia la tienen hoy en el País Vasco los nacionalismos independentistas desde los principios de la transición, por un regalo de la UCD entonces en el Gobierno. Nadie puede negar la aspiración de un sector político a contar con una enseñanza libre organizada de acuerdo con el artículo 27 de la Constitución. ¿Cómo? Esa es tarea de los políticos si quieren dar la talla. Tarea del centro derecha vasco, pero no imposible
Los valores a promover por esta enseñanza libre serían la justicia social, un profundo avance científico y cultural de vanguardia y no sectario y el desarrollo de un proceso autonómico no independentista, que llevaría implícito el estudio y desarrollo del principio de subsidiariedad unido al de proporcionalidad, aplicable a provincias y municipios,
Lo tengo escrito y grabado en la memoria y hasta lo dije de palabra a quienes desde las alturas no lo quisieron oír. Nada se hizo, creo que por falta de agudeza política, por pereza, por falta de interés y hasta por estos tres reparos juntos. La política da de comer a mucha gente que ni se molesta en pensar. Y si no pìensa ni actúa con acierto, pierde y hasta desaparece.
El centro derecha vasco tiene su propia tarea pendiente pero ha de saber que ir unidos da fuerza y da votos. Ejemplo negativo: Guipúzcoa, con un centro derecha desunido.. Lo que ya estamos viendo y casi palpamos no es un imprevisto: es una consecuencia lógica, ante la falta de un proyecto capaz de unir. Unión que hoy tendría que analizarse con nuevos horizontes para ver si no convendría ampliarla, no con un partido, sino con personas próximas a una izquierda moderada vasca con proyección europea.
Las cosas siempre tienen un principio. Se puede volver a empezar, pero con otros aires, con otras bases. Porque como dijo Calvo Sotelo, refiriéndose a una posible reedición de la UCD, el suflé no se levanta dos veces.
Primera condición: unidad entre los que permanecían fieles a ciertos principios. Segunda condición: enseñanza libre y tres valores a promover: justicia social, innovación científica y avance cultural y desarrollo autonómico sin aspiraciones independentistas.
La escuela libre y propia la tienen hoy en el País Vasco los nacionalismos independentistas desde los principios de la transición, por un regalo de la UCD entonces en el Gobierno. Nadie puede negar la aspiración de un sector político a contar con una enseñanza libre organizada de acuerdo con el artículo 27 de la Constitución. ¿Cómo? Esa es tarea de los políticos si quieren dar la talla. Tarea del centro derecha vasco, pero no imposible
Los valores a promover por esta enseñanza libre serían la justicia social, un profundo avance científico y cultural de vanguardia y no sectario y el desarrollo de un proceso autonómico no independentista, que llevaría implícito el estudio y desarrollo del principio de subsidiariedad unido al de proporcionalidad, aplicable a provincias y municipios,
Lo tengo escrito y grabado en la memoria y hasta lo dije de palabra a quienes desde las alturas no lo quisieron oír. Nada se hizo, creo que por falta de agudeza política, por pereza, por falta de interés y hasta por estos tres reparos juntos. La política da de comer a mucha gente que ni se molesta en pensar. Y si no pìensa ni actúa con acierto, pierde y hasta desaparece.
El centro derecha vasco tiene su propia tarea pendiente pero ha de saber que ir unidos da fuerza y da votos. Ejemplo negativo: Guipúzcoa, con un centro derecha desunido.. Lo que ya estamos viendo y casi palpamos no es un imprevisto: es una consecuencia lógica, ante la falta de un proyecto capaz de unir. Unión que hoy tendría que analizarse con nuevos horizontes para ver si no convendría ampliarla, no con un partido, sino con personas próximas a una izquierda moderada vasca con proyección europea.
Las cosas siempre tienen un principio. Se puede volver a empezar, pero con otros aires, con otras bases. Porque como dijo Calvo Sotelo, refiriéndose a una posible reedición de la UCD, el suflé no se levanta dos veces.
sábado, 23 de mayo de 2015
MIS PUNTOS DE VISTA
El tono agresivo de la campaña electoral que hoy termina nos pone ante un hecho evidente: ha sido una campaña insultante. No es recomendable dedicarle más tiempo
Entre los candidatos con personalidad que he podido escuchar, reconozco a uno distinguido por su ponderación, su buen juicio y atinado criterio: el Sr. Gabilondo. No le votaría porque su jefe de filas no inspira confianza alguna. Le faltan dos hervores y, esto es lo malo: el tal jefe, por su parte, piensa que sucede todo lo contrario y tiene muy engañada a gente de buena fe.
A la candidata más vituperada, doña Esperanza Aguirre -a quien le sobra agudeza mental-, hay que reconocerle que para ganarse la plaza ha derrochado valor, pero le ha faltado astucia. Ha elevado a la categoría de mártir a doña Manuela Carmena, y esto da muchos votos a la víctima. Menos mal que se los restará al Sr. Carmona, especialista en la armadura de sofismas convincentes.
Al ciclista señor Rajoy, incitarlo a ganar popularidad con aires circenses no le va ni le ayuda. Bastantes equilibrios tendrá que hacer para asumir que "lo importante es que hablen de uno aunque sea bien" y con quitarse de encima la plaga heredada de retorcidos malandrines que lo traen de cabeza. El simple hecho de quedarse solo con las buenas gentes que aun le rodean, y acertar en la elección, le dará méritos para pasar a la historia como un gran estadista. Podría haberse ahorrado hasta el elogio a Doña Rita.
Los de "Podemos" (con jota), según los arúspices, se van a dar la "ostra". No se lo deseo, porque no nos vendría mal, pienso yo, saber lo que es bueno. Me huelo que entre los suyos, empezando por Don Pablo, hay más ambición que talento. Esto es difícil de explicar, pero ya son muchos los españoles que se defienden de alguna mercancía solo por el olor.
¿Me olvido de los Ciudadanos? Se dicen de izquierdas y no cuela.¿Por qué? Que se lo pregunten a la señora Díez.
Entre los candidatos con personalidad que he podido escuchar, reconozco a uno distinguido por su ponderación, su buen juicio y atinado criterio: el Sr. Gabilondo. No le votaría porque su jefe de filas no inspira confianza alguna. Le faltan dos hervores y, esto es lo malo: el tal jefe, por su parte, piensa que sucede todo lo contrario y tiene muy engañada a gente de buena fe.
A la candidata más vituperada, doña Esperanza Aguirre -a quien le sobra agudeza mental-, hay que reconocerle que para ganarse la plaza ha derrochado valor, pero le ha faltado astucia. Ha elevado a la categoría de mártir a doña Manuela Carmena, y esto da muchos votos a la víctima. Menos mal que se los restará al Sr. Carmona, especialista en la armadura de sofismas convincentes.
Al ciclista señor Rajoy, incitarlo a ganar popularidad con aires circenses no le va ni le ayuda. Bastantes equilibrios tendrá que hacer para asumir que "lo importante es que hablen de uno aunque sea bien" y con quitarse de encima la plaga heredada de retorcidos malandrines que lo traen de cabeza. El simple hecho de quedarse solo con las buenas gentes que aun le rodean, y acertar en la elección, le dará méritos para pasar a la historia como un gran estadista. Podría haberse ahorrado hasta el elogio a Doña Rita.
Los de "Podemos" (con jota), según los arúspices, se van a dar la "ostra". No se lo deseo, porque no nos vendría mal, pienso yo, saber lo que es bueno. Me huelo que entre los suyos, empezando por Don Pablo, hay más ambición que talento. Esto es difícil de explicar, pero ya son muchos los españoles que se defienden de alguna mercancía solo por el olor.
¿Me olvido de los Ciudadanos? Se dicen de izquierdas y no cuela.¿Por qué? Que se lo pregunten a la señora Díez.
viernes, 22 de mayo de 2015
EUROPA ANTE LA INMIGRACION
La Unión Europea ha regulado en alguna medida los movimientos migratorios que afectan a los países que la integran, pero esto no ha impedido que, por separado, las naciones más desarrolladas de esa Unión hayan puesto límites a los recién llegados para acogerse a ciertos beneficios sociales, si es que no encuentran un puesto de trabajo en el plazo de seis meses. Pasado ese tiempo lo devuelven a su país de origen.
El país receptor tolera al emigrante siempre que con su trabajo contribuya a sostener la asistencia social de todos. Si no trabaja, no interesa, a no ser que llegue como turista. El turista ha de acreditar que cuenta con medios suficientes para llevar esa vida o, si no, lo consideran extranjero "sin papeles". Ya sabemos lo que eso significa.
Ahora bien, estas corrientes migratorias intereuropeas, no generan problemas tan graves como las que avanzan sobre la Europa unida desde otros continentes.
¿Qué pasa entonces? Por razones humanitarias hay que darles acogida a los que huyen y por tanto una mínima asistencia social. A tal fin, a cada país de la UE, se le ha asignado un cupo de inmigrantes y la atención que reciban dependerán de factores que aún no se pueden precisar. En resumen, una forma aleatoria de enfocar un problema de muy difícil solución.
A esta "parida", -repartir el problema entre países varios- añaden otra: la de poner puertas al campo o al mar. Lo importante es, en consecuencia impedirles el paso aun que se sepa de antemano que, desde sus orígenes, las masas humanas siempre se movieron en busca de mejores condiciones de vida y no hubo quién pudiera frenarlas en tal intento.
¿Tanto cuesta detenerse a pensar que la solución hay que llevarla a los países de donde son originarios los que huyen?
Por lo visto, no interesa.
El país receptor tolera al emigrante siempre que con su trabajo contribuya a sostener la asistencia social de todos. Si no trabaja, no interesa, a no ser que llegue como turista. El turista ha de acreditar que cuenta con medios suficientes para llevar esa vida o, si no, lo consideran extranjero "sin papeles". Ya sabemos lo que eso significa.
Ahora bien, estas corrientes migratorias intereuropeas, no generan problemas tan graves como las que avanzan sobre la Europa unida desde otros continentes.
¿Qué pasa entonces? Por razones humanitarias hay que darles acogida a los que huyen y por tanto una mínima asistencia social. A tal fin, a cada país de la UE, se le ha asignado un cupo de inmigrantes y la atención que reciban dependerán de factores que aún no se pueden precisar. En resumen, una forma aleatoria de enfocar un problema de muy difícil solución.
A esta "parida", -repartir el problema entre países varios- añaden otra: la de poner puertas al campo o al mar. Lo importante es, en consecuencia impedirles el paso aun que se sepa de antemano que, desde sus orígenes, las masas humanas siempre se movieron en busca de mejores condiciones de vida y no hubo quién pudiera frenarlas en tal intento.
¿Tanto cuesta detenerse a pensar que la solución hay que llevarla a los países de donde son originarios los que huyen?
Por lo visto, no interesa.
jueves, 21 de mayo de 2015
RELATOS CORTOS. LA NOGALA SE SECÓ. (3)
Días después, el veinticuatro de
julio, viernes, Secundino Carballeira estaba en Mioma donde varios clientes le
dieron ocupación para toda la jornada.
Al despedirse, preguntó en tono distendido por el anarco sindicalista
Simón Parejo y le dijeron que se fue de vuelta a tierras de Vizcaya por un
camino de herradura que descendía, por la Peña de Orduña, hasta las cercanías
de Tertanga.
Al día siguiente, festividad del
Apóstol Santiago, una vez aseado en la fuente pública de Mioma, Secundino
Parejo tomó su bicicleta taller, enganchó el carrito de las provisiones y
asistencias y se fue por el camino de Valpuesta, donde pensaba oír misa mayor en
la iglesia parroquial en homenaje al apóstol, patrón de su tierra. Un pinchazo
en la rueda delantera lo detuvo no muy lejos de la nogala achaparrada y
umbrática de la vera del camino. Y decidió llegar hasta ella en busca de sombra
para desmontar la rueda, sacar la caja de parches y arreglar la avería.
Allí había un hombre apostado que
oteaba el camino de Mioma. Agarraba un arma de fuego con aire de estar al
acecho, a la espera de una pieza de caza mayor. Al aproximarse lo reconoció
Secundino Carballeira: era Onofre el bilbaino, adosado a su escopeta. Al llegar
y tras un saludo, el afilador tomó la iniciativa:
- Buenos días, Don Onofre. ¿Va
usted de caza?
- No. He venido a probar la
escopeta, soltando un par de tiros.
- ¡Me extrañaba! Porque según
creo, aún no se levantó la veda.
- No; se abre el quince de agosto, cuando casi todo el
campo es ancho rastrojo.
- Pero don Onofre -le dijo
Secundino el afilador mientras atendía a la mirada del veraneante; una
mirada de odio envenenado-: Usted y yo
somos cristianos y son cerca de las diez, hora de oír misa; hoy es día de guardar. ¿No me dirá que se la
va a fumar por abatir una pieza?
- Tiene usted razón. ¡Qué horror!
Me he distraído. Sí: he estado a punto de perder la misa.
La perspicaz agudeza del afilador,
lo llevó a deducir que ni esa apelación sacrosanta aplacaba el odio que tenía atenazado al veraneante bilbaino.
- De cristiano a cristiano don
Onofre: ¿A quién esperaba? ¿Quién lo puso a punto de faltar a la ley de Dios?
- No esperaba a nadie. Si usted va a Valpuesta. ¿No le importa que hagamos
juntos el camino?
- Sí, claro: voy a Valpuesta.
Podemos ir juntos. Ya arreglaré más tarde el pinchazo.
- Permítame –dijo don Onofre en
tono humorístico-: “Antes he de cambiar el agua…”.
- Faltaría más –respondió el
afilador.
Don Onofre se situó detrás de la
nogala, desabrochó su bragueta y orinó larga y cálidamente. Un vapor emanado de
aquel líquido, como el de un veneno corrosivo, ascendió desde las raíces
descubiertas del árbol al entrar ésas en contacto con la orina.
Antes de llegar a la iglesia
toparon con Narcisa, la valpostana que preparaba nueces verdes en almíbar con
la receta de las monjas de clausura de San Juan de Acre.
El gallego afilador, perspicaz y
medio brujo le dijo:
- Narcisa: será el último año. Se
acabó lo de conservar nueces verdes en almíbar. Se secará la nogala de raíz y
sin remedio. Todo por la meada de un cristiano.
- ¿Cómo lo sabe?
- Lo sé. Se secará la nogala. A
cambio se ha salvado un alma. ¡De veras!
La nogala se secó. Y Narcisa extendió
por el Valle la leyenda de que Secundino el afilador era medio brujo.
INVECTIVAS ELECTORALES.
Al discurso o escrito acre y violento contra alguien o algo se le llama invectiva. El clima creado por un constante uso de invectivas se le califica de ambiente hostil. Doña Esperanza y doña Manuela Carmena, candidatas ambas a la Alcaldía de Madrid, se las dieron a diestro y siniestro haciendo uso de invectivas a las que solo faltaba, como remate, un buen tirón de pelos.
No hay duda de que el espectáculo tiene su morbo, pero bien mirado es bochornoso, porque una cosa es un debate cargado de ironía y otra muy distinta la coz dialéctica del todo vale.
Aquí, en España, todos presumen de demócratas, olvidando que una cosa es el disenso (no ajustarse al sentimiento o al parecer de alguien) otra el debate o discusión sin faltar al respeto personal y otra muy distinta andar a la greña.
La democracia es útil a los pueblos si es constructiva, como sucede en cualquier reunión de vecinos cuando; pese a discrepar en asuntos mil, son capaces de aunar esfuerzos para acabar con las goteras. España está llena de goteras y, nuestros políticos, en vez de reconocerlas, unirse y acopiar ideas para taponarlas, están todo el día metiendo el dedo para -con el pretexto de mostrarlas- aumentar su tamaño para beneficio de nadie.
Cuando la democracia no es constructiva, pasa a ser memocracia, en la que caen hasta los padres de la patria; un mal ejemplo, en muchas ocasiones para las gentes de la calle que, gracias a Dios, les hace poco caso.
Esperemos que doña Esperanza y doña Manuela Carmena hagan las paces, para su propio bien y en bien todos. Al fin, tendrán que convivir en las cámaras municipales y no es bueno para la salud de nadie hostigarse con invectivas.
No hay duda de que el espectáculo tiene su morbo, pero bien mirado es bochornoso, porque una cosa es un debate cargado de ironía y otra muy distinta la coz dialéctica del todo vale.
Aquí, en España, todos presumen de demócratas, olvidando que una cosa es el disenso (no ajustarse al sentimiento o al parecer de alguien) otra el debate o discusión sin faltar al respeto personal y otra muy distinta andar a la greña.
La democracia es útil a los pueblos si es constructiva, como sucede en cualquier reunión de vecinos cuando; pese a discrepar en asuntos mil, son capaces de aunar esfuerzos para acabar con las goteras. España está llena de goteras y, nuestros políticos, en vez de reconocerlas, unirse y acopiar ideas para taponarlas, están todo el día metiendo el dedo para -con el pretexto de mostrarlas- aumentar su tamaño para beneficio de nadie.
Cuando la democracia no es constructiva, pasa a ser memocracia, en la que caen hasta los padres de la patria; un mal ejemplo, en muchas ocasiones para las gentes de la calle que, gracias a Dios, les hace poco caso.
Esperemos que doña Esperanza y doña Manuela Carmena hagan las paces, para su propio bien y en bien todos. Al fin, tendrán que convivir en las cámaras municipales y no es bueno para la salud de nadie hostigarse con invectivas.
miércoles, 20 de mayo de 2015
RELATOS CORTOS. LA NOGALA SE SECÓ. (2)
Ese mismo día el Obispo de
Vitoria andaba por el Valle impartiendo el sacramento de la confirmación. Los
de Gurendes lo vieron pasar raudo en el
coche de los Díaz de Tuesta conducido por Juan Manuel, uno de los hijos de don
Celerino, en ruta hacia Vitoria sede de la diócesis vasca.
Simón Parejo lo reconoció al
paso, soltó una blasfemia y tildó al jerarca de la Iglesia de “come hostias” en
voz alta, para que todos lo oyeran. Dos
mujeres se santiguaron ante el horror de la blasfemia.
Y pese a la religiosidad de los
paisanos que oyeron el exabrupto del sindicalista, nadie se atrevió a pararle
los pies. Nadie salvo Onofre, el bilbaIno de Valpuesta, que lo agarró por el cuello de la camisa y,
de poder a poder, con un par le dijo: “Tú te vas a meter la lengua en el culo,
el sitio más adecuado para la basura que
vomitas”.
El ácrata
dio un tirón, se desprendió del veraneante y sacando una navaja cabritera fue a
endilgarle un tajo en el bajo vientre.
Todo transcurrió en cosa de segundos. El filo de la cuchilla estuvo cerca de
rajar las tripas del veraneante, si no es
por un tal Secundino Carballeira, gallego y afilador,
circunstancialmente por tierras de Valdegovía en el ejercicio de su
profesión, que le arrebató la navaja.
- Este tío me quería matar –dijo
Onofre.
- Lo mejor sería –se expresó el
afilador con acento gallego cerrado- que todos corriéramos la cremallera para
estar callados.
E hizo un gesto con los dedos
índice y pulgar apretados, corriendo un supuesto cierre para dejar sellados los
labios.
La faca cabritera, testimonio de cargo de un intento de agresión, quedó depositada
en el establecimiento de Erasmo Bardeci con encargo de que le fuera entregada a
la Guardia Civil cuando diera parte del
suceso.
El afilador Carballeira, tipo
singular peinado con raya en medio, patillas en hacha, bigote a lo káiser,
cráneo braquicéfalo, cuadrado de tórax y facha de forzudo, era un adelantado en
su oficio; iba en vanguardia. Viajaba en bicicleta adaptada con un soporte fijo
que le permitía estacionarla con la rueda trasera alzada un palmo sobre el
pavimento. Así, hacía funcionar un juego de muelas de distinto grano y afilaba
al tiempo que daba a los pedales. De este modo lograba afinar el corte lo mismo a las toscas hachas, que a dalles, picos y
azadones, cuchillos y tijeras y hasta las más delicadas navajas de afeitar. En
la parte posterior del cuadro del ciclo móvil llevaba enganchado un carrito de
una sola rueda donde guardaba todos sus menesteres, alguna ropa y ciertas
vituallas y un singular toldo para armar una tienda de campaña. Muchos del
oficio lo imitarían después de la guerra, dejando a un lado el viejo armatoste
de madera, de bajo rendimiento, empujado a mano con mucho sacrificio.
Carballeira era un hombre curtido
y perspicaz y tan pronto liberó de la cuchillada al bilbaino Onofre, advirtió
en sus ojos un ramalazo de odio; un odio
corrosivo y amargo que lo invadió durante mucho tiempo. El bilbaino, humillado
por el agresivo sindicalista, intuyó que una rebelión armada crearía un clima
de impunidad que facilitaría muchos deseos de venganza. Y Carballeira hizo in mente esta reflexión: “No somos nada; si yo fuera el navajero,
saldría zumbando para poner tierra por medio”.
A LA REMANGUILLÉ
Dice un refrán gitano que "entre calé y calé no hay remanguillé". "A la remanguillé" es una locución que define un estado de cosas desordenado o impreciso, según la RAE. Si se observan bien las promesas de los políticos en campaña electoral, advertiremos que las sueltan a la remanguillé, alborotadamente y sin precisar su alcance; es decir, cuánto nos van a costar y quién va a correr con el gasto.
Las buenas intenciones de un político que quiere conmover a las multitudes, están por verse. Se da por valor entendido -tal y como dijo un acalde de Madrid, intelectual y socialista- que "es cosa sabida que las promesas electorales se hacen pero no se cumplen". Pero las masas tienen tragaderas de dimensión incalculable, hasta comulgar con ruedas de molino.
Uno de los sonsonetes más repetidos, no sin ironía, es el de asegurar a todo inmigrante eso que llaman la medicina universal, algo que ni siquiera tienen garantizado los nativos, como ha sucedido en más de una ocasión, porque la técnica sanitaria avanza, es muy costosa y no hay dinero para tanto como se necesita para los de casa.
El grave problema que trae consigo la emigración, es la pobreza, que incorpora al país receptor. Pobreza que no se puede testimoniar, porque aunque nadie la quiere, si uno lo pone de manifiesto, termina por ser tachado de "facha", "racista", "genocida" y cosas, por este estilo.
Es muy prometedor igualar por arriba, reconocer derechos sin imponer deberes, dar mucho a cambio de nada. A renglón seguido vienen las crisis y nos igualamos, es cierto, pero bajando escalones. ¡Con lo que cuesta subir un peldaño!
¿Entonces que hacemos? ¿Dejar en la puñetera calle a toda esta gente que viene sin nada?
No ese mi deseo. Pediría más bien, para empezar, el estudio de una carta de derechos y otra de deberes a cumplir por todos: emigrantes y residentes.
Redactar un programa realizable es tarea de un político y no la de prometer lo que no puede dar.
Las buenas intenciones de un político que quiere conmover a las multitudes, están por verse. Se da por valor entendido -tal y como dijo un acalde de Madrid, intelectual y socialista- que "es cosa sabida que las promesas electorales se hacen pero no se cumplen". Pero las masas tienen tragaderas de dimensión incalculable, hasta comulgar con ruedas de molino.
Uno de los sonsonetes más repetidos, no sin ironía, es el de asegurar a todo inmigrante eso que llaman la medicina universal, algo que ni siquiera tienen garantizado los nativos, como ha sucedido en más de una ocasión, porque la técnica sanitaria avanza, es muy costosa y no hay dinero para tanto como se necesita para los de casa.
El grave problema que trae consigo la emigración, es la pobreza, que incorpora al país receptor. Pobreza que no se puede testimoniar, porque aunque nadie la quiere, si uno lo pone de manifiesto, termina por ser tachado de "facha", "racista", "genocida" y cosas, por este estilo.
Es muy prometedor igualar por arriba, reconocer derechos sin imponer deberes, dar mucho a cambio de nada. A renglón seguido vienen las crisis y nos igualamos, es cierto, pero bajando escalones. ¡Con lo que cuesta subir un peldaño!
¿Entonces que hacemos? ¿Dejar en la puñetera calle a toda esta gente que viene sin nada?
No ese mi deseo. Pediría más bien, para empezar, el estudio de una carta de derechos y otra de deberes a cumplir por todos: emigrantes y residentes.
Redactar un programa realizable es tarea de un político y no la de prometer lo que no puede dar.
martes, 19 de mayo de 2015
RELATOS CORTOS. LA NOGALA SE SECÓ (1)
LA NOGALA SE SECO (1)
Mioma, pueblecillo alavés colgado
en una loma del Valle de Gobea, a setecientos metros de altitud, vive envuelto
entre vientos arrebatados de la Sierra Salvada y remusgos vespertinos procedentes de los
páramos de Losa.
A la vera del camino, bajando hacia Valpuesta,
vivía una nogala joven, muy productiva pese a su corta estatura y a su copa
achaparradita y de poco vuelo. No era de nadie y era de todos: un bien comunal
que daba frutos y rendía sombra.
Con sus nueces verdes, precoces y
tiernas de principios del verano, la
señora Narcisa elaboraba un postre en almíbar nada empalagoso, siguiendo
fielmente los dictados de una receta
cedida por las monjas enclaustradas en el convento de San Juan de Acre, de
Salinas de Añana.
Por
el año treinta y uno, cuando los
republicanos mandaron al exilio a don Alfonso XIII y en el libro de historia
que se manejaba en las escuelas del Valle sustituyeron su fotografía a toda
página por la de don Niceto Alcalá Zamora -al que sus detractores con mala uva
apodaban “El Botas”-, la economía iba mal y nos
acabó de chingar -en versión del malandrín herrador de Espejo- el quinquenio republicano.
La crisis se inició en los EE.UU. Los americanos pasaron por el crac
del veintinueve y nos contagiaron su peste financiera. La notaron más las zonas
fabriles. En la industriosa Vizcaya, muchos tuvieron que trancar sus negocios. Y los obreros en paro,
bastantes, buscaron entre los campesinos
del sur el corrusco de pan que le negaban las empresas en trance de cerrar.
Por el puerto de Orduña subían a
pie, pisando el galipote reblandecido por el calor del verano de la carretera
del Señorío, las mesnadas hambrientas.
Algunos de sus miembros encontraron cobijo y comida en casas de labriegos
valdegobeños; entre ellos Simón Parejo, cenetista, de verbo ardoroso y boca
caliente . Le dieron trabajo en Mioma.
En julio del treinta y seis, el
domingo diecinueve, fiesta de guardar,
Parejo bajó a Gurendes para alternar en la taberna. En el
establecimiento de Erasmo Bardeci, pidió un chiquito de vino y se puso a
charlar del hecho noticiable de esa fecha: el golpe armado iniciado en
Marruecos.
Estaban también allí, a la orilla de la
carretera de Bóveda, grupos de personas curiosas y alertadas por la gravedad de
la noticia y, entre ellos, un veraneante
bilbaino llamado Onofre, a la sazón residente en Valpuesta; le preocupaba el
alzamiento y sus repercusiones.
Desde la madrugada de aquel día
fueron muchos los convencidos de estar viviendo una jornada comprometida que
haría historia. Tanto en Burgos como en
Vitoria, los militares se habían alzado en armas contra el Gobierno de la República. Se suponía que el Valle estaba en zona
nacional. Pero aún no era así.
PARECE UN CUENTO Y FUE VERDAD
A lo largo de una vida luenga, uno puede ser testigo de circunstancias insospechadas. A mí me tocó ser miembro de un tribunal que juzgaba los ejercicios de unos opositores que aspiraban a ocupar una plaza de caminero. Era la época pre democrática, cuando a Franco le temblaba el pulso, a los curas les estorbaba la sotana y, superado el bikini, la juventud pedía más carnaza.
Un avisado redactor de los ejercicios a superar, añadió a las pruebas teóricas (redacción, aritmética, etc.,), varios ejercicios prácticos, entre los cuales estaba preparar una cuneta de dos metros de largo, albañilería incluida, en un tiempo limitado.
- Y esto ¿por qué? -pregunto uno.
- Por causa de los curas.
- ¿Qué pasa con los curas?
- Que algunos, cuando cuelgan la sotana, se presentan a estas oposiciones para ellos fáciles y, si logran la plaza, todos buscan la forma de subir, como hacen los políticos, por la vía del enchufe con el mínimo esfuerzo. Cuando se les piden ejercicios profesionales que exigen pericia y fortaleza física, se rajan. A pesar de todo, tenemos a un ex cura matriculado para esta oposición.
O sea -me dije-. que el noble ejercicio de una oposición para seleccionar a los más capacitados, se puede envilecer, como se envilecen las contratas de servicios o suministros oficiales o tantos otros nobles oficios o carreras.
Los poderosos rasgan las leyes; los astutos las burlan. En medio queda una gran masa de ingenuos creyentes de buena fe que, como dicen en mi pueblo, piensan que el tocino es de oveja.
Por eso, porque soy de pueblo, no me creo el cuento de las "primarias" como medio limpio, cristalino y eficiente para elegir buenos políticos. Los de "Podemos" y el Sr. Sánchez lo demuestran a diario.
Un avisado redactor de los ejercicios a superar, añadió a las pruebas teóricas (redacción, aritmética, etc.,), varios ejercicios prácticos, entre los cuales estaba preparar una cuneta de dos metros de largo, albañilería incluida, en un tiempo limitado.
- Y esto ¿por qué? -pregunto uno.
- Por causa de los curas.
- ¿Qué pasa con los curas?
- Que algunos, cuando cuelgan la sotana, se presentan a estas oposiciones para ellos fáciles y, si logran la plaza, todos buscan la forma de subir, como hacen los políticos, por la vía del enchufe con el mínimo esfuerzo. Cuando se les piden ejercicios profesionales que exigen pericia y fortaleza física, se rajan. A pesar de todo, tenemos a un ex cura matriculado para esta oposición.
O sea -me dije-. que el noble ejercicio de una oposición para seleccionar a los más capacitados, se puede envilecer, como se envilecen las contratas de servicios o suministros oficiales o tantos otros nobles oficios o carreras.
Los poderosos rasgan las leyes; los astutos las burlan. En medio queda una gran masa de ingenuos creyentes de buena fe que, como dicen en mi pueblo, piensan que el tocino es de oveja.
Por eso, porque soy de pueblo, no me creo el cuento de las "primarias" como medio limpio, cristalino y eficiente para elegir buenos políticos. Los de "Podemos" y el Sr. Sánchez lo demuestran a diario.
lunes, 18 de mayo de 2015
RELATOS CORTOS. EL TERCER MILAGRO (4)
Las apariciones de Petrás se
desmontaron por la brava pues una tarde noche, cuando la explanada ante el
peñasco de las apariciones estaba llena hasta los topes, con feligreses
llegados de Bachicabo, de Espejo, de Barrio, de Villamaderne, Bellogín y Tuesta,
de Villanañe y Nograro, más gentes de Vitoria, alguna de Bilbao y muchos
mirandeses, aparecieron unos jóvenes, los “sin Dios” –según dijeron- y se
liaron a golpes hasta
El cura se adelantó, se puso bajo
el derrumbadero con los brazos en cruz y habló:
- ¡Dios mío! Ofrezco mi vida por
todos mis feligreses. Matadme a mí. Yo
os perdono. Pero dejad en paz a la grey del Señor. ¡Matadme! ¡Hacedme mártir!
No se sabe qué pudo pasar, pero
los mozos, mansamente, dejaron las piedras y se fueron de aquel paraje.
- Conociendo a esos salvajes -dijo Encarnación Barredo- ha sido un
milagro; un milagro de la Virgen de Petrás.
Y lo apuntaron como tal.
- ¿Y el segundo milagro?
- Fue con un perro de lanas; “un perro
pilonero”, según dijo Siro el guardia, muy cabreado con las Barredas. Milagro,
éste, que se tenía por dudoso.
-
Y eso ¿por qué?
- Porque, en fin, el hecho de
salvar a un perro, no parece que lo vayan a considerar como algo serio por los
de la curia romana. Las Barredas lo dan por bueno. ¡Ya se verá! El caso es que
el chucho se moría de un estreñimiento. Lo llevaron a Petrás, rezaron a la
Virgen y en aquel momento el perro dio
un ladrido de alegría y un brinco, y se puso morder con furia unas plantas
verdes al pie de la peña del milagro. Se tragaba a puñados los tallos tiernos.
A las dos horas el perro obraba que era una bendición. Y se salvó. Ya tenían
dos milagros. Pero les faltaba un tercero para terminar el año con buen pie.
- Pero si las Barredas lo tienen
ahí, ante sus narices. ¿O es que no se dan cuenta?
- ¿Qué milagro?
- Joer –dijo el espejeño
partícipe en esta conversación, que además era un mal hablado- ¿Quién crees que
salvó a las Barredas de la respuesta furibunda, leña incluida, que les habría dado el guardia Siro cuando
Encarna le tocó las meninges, bien tocadas, el día del interrogatorio, si no
fuera por la Virgen de Petrás…?
- Puede que tengas razón. Se lo
diré a Encarna.
En fin… eran tiempos difíciles.
¿Cómo sería hoy el Valle si las Barredas
se hubieran alzado con el triunfo? El expediente de consagración de la Virgen de Petrás no prosperó. Pero si hubiera prosperado, allí el balneario
del milagro podría haber dado alta rentabilidad a las aguas de las que hoy, a corto precio y
prosaicamente, se abastece el pueblecillo de Espejo.
es que
no se dan cuentaO O
LA POLÍTICA CONTRA LA LOGICA.
Me inclino, con vergüenza (ante algunos especímenes que da el gremio), por un programa de gobierno de centro derecha, siempre que éste defienda prioritariamente el principio de libertad, reconocido en la Carta de las Naciones Unidas en favor de las personas individualmente consideradas. Es decir, no me convence -por muchas que sean sus bondades-, la defensa de los derechos colectivos con merma de los que corresponden a cada persona. Por ejemplo el derecho de la igualdad -mediante la imposición de la enseñanza publica- cuando se cargan el derecho de los padres. a elegir con libertad la enseñanza que desean para sus hijos.
¿Ustedes no advierten, acaso, que casi nadie defiende esa libertad, sino que se inclinan a favor de una enseñanza igualitaria, pese al daño que pueda producirse al educando que termina por estar más adoctrinado que instruido?
La libertad está limitada por las leyes y nada más. Pero, la doctrina puede sobre las leyes, y como consecuencia la doctrina se impone.
Dentro de una democracia, nadie da razones convincentes que avalen las ventajas del pluripartidismo, frente al bipartidismo, y, sin embargo, la doctrina en boga -que no la ley- nos quiere imponer el primero. Nadie asegura que las primarias garanticen la elección de candidatos eficientes para las tareas de gobierno, y sin embargo se impone el sistema porque así se hace en los EE.UU.
Los españoles confunden fácilmente la doctrina con la conveniencia. Si de verdad hubiera libertad de elección de candidatos eficientes para ocupar puestos de responsabilidad política, no existirían las primarias que tanto elogian aquellos que van a la política a ordeñar las vacas del Estado, de las Comunidades, Diputaciones y Municipios. Si la lógica para elegir a un médico, decide que tal profesional acredite de siete a diez años de estudios- ¿qué no habría de exigirse a un político que ha de velar por la salud de todo un pueblo?
Los políticos han apoyado las primarias, dándoles categoría de casi infalibles, por mediar una elección. Claro que el propio PSOE, -que tanto elogia las primarias- tuvo que echar a la calle con cajas destempladas a un "primario", elegido con toda solemnidad, y sustituirle por un "secundario" designado de forma vergonzante, ya que éste daba muestras de supremacía intelectual y discursiva muy por encima del su rival, convertido así en desecho de tienta y cerrado.
La libertad es mayor cuanto más se esfuerza uno en prepararse para ejercerla. No se otorga en unas primarias. A más dedicación y estudios, más libertad. Pero a la gente se le engatusa con la igualdad arbitrada desde la mala política; fácilmente convertible en nepotismo, que es la fuente de todas las corrupciones.
¿Ustedes no advierten, acaso, que casi nadie defiende esa libertad, sino que se inclinan a favor de una enseñanza igualitaria, pese al daño que pueda producirse al educando que termina por estar más adoctrinado que instruido?
La libertad está limitada por las leyes y nada más. Pero, la doctrina puede sobre las leyes, y como consecuencia la doctrina se impone.
Dentro de una democracia, nadie da razones convincentes que avalen las ventajas del pluripartidismo, frente al bipartidismo, y, sin embargo, la doctrina en boga -que no la ley- nos quiere imponer el primero. Nadie asegura que las primarias garanticen la elección de candidatos eficientes para las tareas de gobierno, y sin embargo se impone el sistema porque así se hace en los EE.UU.
Los españoles confunden fácilmente la doctrina con la conveniencia. Si de verdad hubiera libertad de elección de candidatos eficientes para ocupar puestos de responsabilidad política, no existirían las primarias que tanto elogian aquellos que van a la política a ordeñar las vacas del Estado, de las Comunidades, Diputaciones y Municipios. Si la lógica para elegir a un médico, decide que tal profesional acredite de siete a diez años de estudios- ¿qué no habría de exigirse a un político que ha de velar por la salud de todo un pueblo?
Los políticos han apoyado las primarias, dándoles categoría de casi infalibles, por mediar una elección. Claro que el propio PSOE, -que tanto elogia las primarias- tuvo que echar a la calle con cajas destempladas a un "primario", elegido con toda solemnidad, y sustituirle por un "secundario" designado de forma vergonzante, ya que éste daba muestras de supremacía intelectual y discursiva muy por encima del su rival, convertido así en desecho de tienta y cerrado.
La libertad es mayor cuanto más se esfuerza uno en prepararse para ejercerla. No se otorga en unas primarias. A más dedicación y estudios, más libertad. Pero a la gente se le engatusa con la igualdad arbitrada desde la mala política; fácilmente convertible en nepotismo, que es la fuente de todas las corrupciones.
sábado, 16 de mayo de 2015
QUE VIVA VITORIA. RELATOS CORTOS.
EL TERCER MILAGRO. (3)
El guardia Siro volvió a
rascarse, ahora su pabellón auricular, y contó esta vez hasta veinte. Encarna y
su hermana entendieron que se había terminado el interrogatorio y se pusieron
en pie y con las manos juntas, puestas en actitud de ser esposadas, le dijeron a Siro el guardia:
- Y si tiene eso, ya sabe, nos
puede llevar presas.
El guardia, encorajinado, salió a
consultar con el cabo y éste le dijo:
- ¿Han declarado que estuvieron
en Petrás? Pues ya vale. ¡Déjalas libres!
Las apariciones de Petrás se
desmontaron por la brava pues una tarde al anochecer, cuando la explanada ante
el peñasco de las apariciones estaba llena hasta los topes con feligreses
llegados de Bachicabo, de Espejo, de Barrio, de Villamaderne, Bellogín y
Tuesta, de Villanañe y Nograro, más otras gentes de Vitoria, algunas de Bilbao
y buen número de Miranda, aparecieron
unos jóvenes, los “sin Dios” –según dijeron- y se liaron a golpes hasta provocar
la desbandada de los “con Dios”. Los tales descreídos despejaron el terreno
y cargaron contra la enramada y los
adornos de flores y arbustos colocados en torno de la hornacina rocosa donde la
Virgen se hacía visible, con este anuncio gritado a todos los vientos: “Como se
os ocurra volver por aquí, no saldrá ni uno vivo del intento”
Entre esta amenaza, el ten con
ten que por razones políticas mantenía el Gobernador Civil con el Obispo de
Vitoria y la presión de los guardias sobre
el paisanaje, antes del invierno desapareció Petrás como punto de
reunión de fieles, dado que, además, aumentó el clima hostil y anticlerical que los tenía
acongojados.
Pero ni Encarna ni Lucrecia se
arredraron. Mantuvieron contactos con el
vidente de Bachicabo y siguieron a solas acudiendo a la explanada a rezar y a
encender velas litúrgicas en la hornacina donde se hacía visible Nuestra Señora
de Petrás. Y empezaron, de paso, a recoger información sobre los milagros
atribuibles a la Virgen. Habían conseguido probar dos que, a su juicio, daban
verosimilitud a las apariciones.
Dieron por milagroso lo sucedido
el mismo día del furioso ataque de los descreídos, los “sin Dios”. Ante la
avalancha salvaje del mocerío ateo, el cura de Barrio, con la cruz recogida
y la ropa litúrgica embaulada, emprendió
el regreso al pueblo seguido de su feligresía. Fueron por el camino rural
que desemboca en la carretera de Espejo
a Barrio. Poco antes de llegar a la “Fuente del Judío” y de alcanzar
el paso estrecho que se abre bajo un roquedal altivo, por donde discurre
antes de llegar al casco urbano, los feligreses y el cura vieron en actitud
amenazante y esperando su llegada al grupo de
mozos más agresivo de los que montaron el asalto de Petrás; estaban en
lo alto del roquedal, armados con
morrillos de dos o más kilos de peso, dispuestos a lanzarlos sobre los fieles y
el cura, aprovechando la angostura del
camino bajo la peña.
- ¡Eh! Vosotros: los “melleros”
(por la Virgen de Mellera, con ermita cerca de Barrio). Si tenéis huevos
atreveos a pasar.
FALTAR A LA VERDAD NO SIEMPRE ES MENTIRA.
Confieso -y en parte me arrepiento- de ser un acusica que la tiene tomada con los políticos. Lo único que me salva es que no distingo de colores. Me da igual el tema que defiendan. Cuando quieren convencer y dicen simplezas, siento comezón: como un desasosiego interior irresistible.
¿Acaso mienten? No lo sé, pero tengo la sospecha justificada de que una mayoría de políticos no distingue las diferencia que existe entre mentir y faltar la verdad.
Uno escucha las preguntas y repreguntas que se hacen entre políticos parlamentarios de la Alta Cámara y después de adivinar que no les guía un sentido constructivo - por la mala leche que destilan - resulta, en consecuencia, que no tienen ni chispa de ingenio. No ironizan; se dan dentelladas como vulgares caninos.
De otro parlamento, posiblemente anglosajón, (hasta puede que el dicho sea apócrifo), cuentan que uno de sus miembros para desacreditar a su rival, dijo: "¿Qué se puede esperar de un político que lleva el calzoncillo a rayas?". Y claro, le llegó la respuesta merecida en el turno de réplica: "Quiero manifestarle mi dolor antes de entrar en materia: "Por cierto, ¡qué indiscreta es su señora!"
Aquí, entre nosotros: ¿por qué aplauden los políticos las intervenciones de sus compañeros de equipo? Para cualquier observador perspicaz, a eso, en castellano, es como poner albarda sobre albarda. En política todo lo que no es evidente siempre conviene apoyarlo con una explicación. No hacen falta aplausos, ya que, entre gente de la misma camada, suenan a falso: como si las crías aplaudiesen a su mamá después de tomar la teta. Hay manifestaciones que por explícitas, están de más: sobran.
En fin, mentir es decir lo contrario de lo que se piensa con intención de engañar. Donde esa mala intención no se da, no hay mentira aunque se falte a la verdad.
¿Acaso mienten? No lo sé, pero tengo la sospecha justificada de que una mayoría de políticos no distingue las diferencia que existe entre mentir y faltar la verdad.
Uno escucha las preguntas y repreguntas que se hacen entre políticos parlamentarios de la Alta Cámara y después de adivinar que no les guía un sentido constructivo - por la mala leche que destilan - resulta, en consecuencia, que no tienen ni chispa de ingenio. No ironizan; se dan dentelladas como vulgares caninos.
De otro parlamento, posiblemente anglosajón, (hasta puede que el dicho sea apócrifo), cuentan que uno de sus miembros para desacreditar a su rival, dijo: "¿Qué se puede esperar de un político que lleva el calzoncillo a rayas?". Y claro, le llegó la respuesta merecida en el turno de réplica: "Quiero manifestarle mi dolor antes de entrar en materia: "Por cierto, ¡qué indiscreta es su señora!"
Aquí, entre nosotros: ¿por qué aplauden los políticos las intervenciones de sus compañeros de equipo? Para cualquier observador perspicaz, a eso, en castellano, es como poner albarda sobre albarda. En política todo lo que no es evidente siempre conviene apoyarlo con una explicación. No hacen falta aplausos, ya que, entre gente de la misma camada, suenan a falso: como si las crías aplaudiesen a su mamá después de tomar la teta. Hay manifestaciones que por explícitas, están de más: sobran.
En fin, mentir es decir lo contrario de lo que se piensa con intención de engañar. Donde esa mala intención no se da, no hay mentira aunque se falte a la verdad.
viernes, 15 de mayo de 2015
APÓSTOLES SECTARIOS
Me valgo de la palabra "apóstol" en su acepción número cinco: "Propagador de cualquier género de doctrina importante".
En este tiempo, días de elecciones, los apóstoles de los distintos partidos políticos se sueltan la melena y en tono desgarrado, con firmeza, sacando pecho, nos dan sus bendiciones, aseguran nuestro futuro y nos prometen días de felicidad, eso sí, siempre y cuando el voto que vayamos a introducir en la urna, sea para ellos.
Yo también voto, pero no por lo que dicen ni por lo que hacen los políticos -salvo muy contadas excepciones- sino para evitar un mal mayor. Voto -con arreglo a mi leal saber y entender- al menos malo.
Tengo conciencia de que este proceder crea tristeza -votar a un partido porque si ganan los otros todavía sería peor, es penoso- y sé que mi manera de proceder pone en entredicho al sistema democrático que, como dijo el clásico, es malo pero, sin duda, el menos malo entre los que fueron ensayados en el planeta Tierra.
Un panegirista de reciente promoción, poseedor de verdades etéreas, de la escuela cínica y seguro de si mismo, va por los pueblos de España defendiendo los Derechos Humanos, por todo programa, y entre ellos "la escuela pública". ¿Tiene cara de hormigón armado? No. Sabe que está ofreciendo, bajo la máscara de los Derechos Humanos, una versión populista de su invención: la escuela pública, como prototipo de enseñanza asequible para el pueblo llano, frente a la enseñanza privada de los pudientes.
Los Declaración de los Derecho Humanos indica que la enseñanza elemental ha de ser gratuita, pero no habla de escuela publica. Y sobre todo da derecho preferente a los padres para escoger el tipo de educación que quieren para sus hijos. Y eso no se ofrece en la escuela pública española (incluidas Cataluña y Vasconia).
El político al que aludo, además de apóstol es sectario. Por eso, pese a la tristeza que siento, votaré al menos malo; nunca a este prójimo ni a su secta.
En este tiempo, días de elecciones, los apóstoles de los distintos partidos políticos se sueltan la melena y en tono desgarrado, con firmeza, sacando pecho, nos dan sus bendiciones, aseguran nuestro futuro y nos prometen días de felicidad, eso sí, siempre y cuando el voto que vayamos a introducir en la urna, sea para ellos.
Yo también voto, pero no por lo que dicen ni por lo que hacen los políticos -salvo muy contadas excepciones- sino para evitar un mal mayor. Voto -con arreglo a mi leal saber y entender- al menos malo.
Tengo conciencia de que este proceder crea tristeza -votar a un partido porque si ganan los otros todavía sería peor, es penoso- y sé que mi manera de proceder pone en entredicho al sistema democrático que, como dijo el clásico, es malo pero, sin duda, el menos malo entre los que fueron ensayados en el planeta Tierra.
Un panegirista de reciente promoción, poseedor de verdades etéreas, de la escuela cínica y seguro de si mismo, va por los pueblos de España defendiendo los Derechos Humanos, por todo programa, y entre ellos "la escuela pública". ¿Tiene cara de hormigón armado? No. Sabe que está ofreciendo, bajo la máscara de los Derechos Humanos, una versión populista de su invención: la escuela pública, como prototipo de enseñanza asequible para el pueblo llano, frente a la enseñanza privada de los pudientes.
Los Declaración de los Derecho Humanos indica que la enseñanza elemental ha de ser gratuita, pero no habla de escuela publica. Y sobre todo da derecho preferente a los padres para escoger el tipo de educación que quieren para sus hijos. Y eso no se ofrece en la escuela pública española (incluidas Cataluña y Vasconia).
El político al que aludo, además de apóstol es sectario. Por eso, pese a la tristeza que siento, votaré al menos malo; nunca a este prójimo ni a su secta.
QUE VIVA VITORIA. RELATOS CORTOS
EL TERCER MILAGRO (2)
La entrada principal del
cuartelillo daba paso a un portal de suelo encachado. A la derecha estaba la
oficina con su pequeño armario archivo, mesa de despacho y sillón giratorio de
madera, un perchero, la papelera y una máquina de escribir de segunda mano y,
en sitio accesible pero disimulado, un mueble armero con cerradura “yale” de
seguridad, donde reposaban cinco fusiles y unas cajas con munición. Por un paso
angosto abierto en la pared de la izquierda, cerrado con puerta enrejada, se
pasaba al calabozo algo tétrico, habilitado en el hueco existente bajo la rampa
de la escalera principal del edificio; era el sitio que en otras casas se
utilizaba como cochiquera.
Encarna y Lucrecia, las Barredas,
se personaron a las once en punto de la mañana en el cuartelillo, y se
encontraron con Siro el guardia, cejijunto, ojos grises, tipo enjuto, gesto
abrupto y cara de mala leche, nadie supo bien por qué, aunque malas lenguas decían era, “por causa de su
señora que no cumplía como hubiera querido”. Así que la tomaba con el personal
a nada que este se descuidara.
- ¿Es cierto –preguntó Siro el
guardia- que ustedes dos han ido a
Petrás en varias ocasiones, siguiendo al cura vestido con los ornamentos de
iglesia, rezando en voz alta el Rosario, incluidas la letanías y oraciones del
caso, así como la Salve, sin contar con la autorización del poder civil
exigible en estos casos?
Encarna, con el temple de una
superiora conventual, sin desmelenarse, le dijo al guardia con mala intención:
- ¿Por qué no se lo pregunta a su
mujer que también estuvo allí?
El guardia se rascó encima de la
oreja mientras contaba hasta diez y muy serio, una vez que sujetó el pronto, en
plan comedido y respetuoso, contestó:
- Cuando le llegue su turno, ya
responderá mi mujer. Ahora le toca a usted. Le repito la pregunta, -y se la
dijo de nuevo-.
-Pues verá –le dijo Encarna-: He
ido a Petrás tras el cura, recé porque rezar a nadie hace daño, e intente ver a
la Virgen. No la vi pero si llego a
verla, la noticia estaría en los periódicos. ¿Estamos?
(Continuará)
(Continuará)
jueves, 14 de mayo de 2015
QUE VIVA VITORIA. RELATOS CORTOS.
EL TERCER MILAGRO (1)
Las dos
hermanas Barredo vivían días de preocupación y angustia. Habían recibido recado
de pasarse por el cuartelillo de la Guardia Civil para declarar sobre las
apariciones de Petrás.
- Fíjate
-le decía Encarna a su hermana-: ¿Cómo se puede creer que, por subir a Petrás
tras un cura en procesión y rezando el
Santo Rosario, se nos acuse de participar en una manifestación política no
autorizada? ¡Habráse visto!
- ¿Y por
eso tenemos que ir al cuartelillo?
- Por eso
y porque, según parece, también creen que somos nosotras las instigadoras de
las apariciones. ¿Sabes qué dicen? Que estamos tratando de atraer a Petrás a
cientos de miles de personas a presenciar el milagro, porque lo que pretendemos
es montar varios hoteles y restaurantes y un pabellón para vender agua
milagrosa, estampitas y rosarios y forrarnos a cuenta de tanta visita. ¡Por eso
nos llaman a declarar! Estos republicanos son unos desgarra mantas. ¿Tú piensas
que si eso fuera cierto se lo íbamos a contar así, por las buenas?
Lo cierto era que el cabo de la Guardia Civil,
siguiendo órdenes de la superioridad competente, cursó citaciones a varios de
los supuestos implicados por ir en procesión hasta Petrás, tras el cura párroco
del pueblo, a rezar ante un peñasco, donde, aprovechando un hueco con forma de
hornacina, según decía un supuesto pastorcillo de Bachicabo, la Virgen María se
le había aparecido al modo que lo había hecho ya en Lourdes o en Fátima en
tiempos pasados y, por esos días, también en Ezkioga (Guipúzcoa). No era una
broma, porque algunos de los videntes de Ezkioga terminaron en la cárcel y,
luego, en un manicomio.
- Ponte guapa -le dijo Encarna a
Lucrecia- que me van a oír.
Y allá se fueron ambas hasta la
residencia de los cuatro guardias civiles y un cabo –comandante del puesto-
acuartelados en Espejo (donde luego estuvo la herrería de Manuel Salazar) en un
edificio que se abría a la carretera del Señorío de Vizcaya.
(Continuará)
(Continuará)
EL FÚTBOL AL PARO.
¿Es un deporte, un espectáculo, una empresa, un símbolo, una religión...? Estamos ante un hecho importante que mueve millones de euros e ingentes masas de aficionados. Hablamos nada mas y nada menos que de y del fútbol.
Mi afición al fútbol, encarnada en el Deportivo Alavés, acabó en el otoño de 1939, cuando se reanudaron las competiciones de liga y copa, una vez terminada la guerra. Iba a cumplir dieciocho años y era tal mi desengaño que decidí no ir a partido alguno donde los futbolistas cobraran dinero.
El Alavés tuvo un equipo apañadito, durante los años de la guerra, que competía con otros de la región en la que se llamó Copa de las Brigadas de Navarra. Jugaban: Quincoces, Ciriaco, Olivares... y otras figuras, "ficharon" por el Alavés y ganaban los partidos "de calle". Pero cuando terminó la guerra y los grandes equipos reclamaron la presencia de sus estrellas, todos se fueron, porque el dinero, era el dinero. Y yo, patriota alavés, por eso no pasaba.
No era mi equipo el que perdía; era el equipo de Álava, el que se diluía por falta de numerario. Y con esas cosas no se juega. Acto seguido dejé de interesarme por un fútbol que mezclaba los intereses patrióticos con los económicos. ¡Que se vayan al quinto pino!, y no volví por uvas.
Le preguntaba a mi conciencia (y le pregunto aún): ¿Tienes o no tienes razón? Creo que sí, pero no estoy seguro.
Ahora, anuncian que se van de huelga. No sé quiénes ni por què, pero veo que hay futbolistas de alta nómina. Supongo que con el paro defienden sus intereses económicos. Si es así creo que mi decisión fue razonable, cuando casi imberbe me alejé para siempre de los campos y estadios del fútbol negocio.
¡Joder que tropa!, que decía el Conde de Romanones cuando intentó ingresar en la Real Española, como académico de la lengua y le dejaron sin voto muchos de quienes se lo habían prometido. No estaba preparado para esos trotes.
Mi afición al fútbol, encarnada en el Deportivo Alavés, acabó en el otoño de 1939, cuando se reanudaron las competiciones de liga y copa, una vez terminada la guerra. Iba a cumplir dieciocho años y era tal mi desengaño que decidí no ir a partido alguno donde los futbolistas cobraran dinero.
El Alavés tuvo un equipo apañadito, durante los años de la guerra, que competía con otros de la región en la que se llamó Copa de las Brigadas de Navarra. Jugaban: Quincoces, Ciriaco, Olivares... y otras figuras, "ficharon" por el Alavés y ganaban los partidos "de calle". Pero cuando terminó la guerra y los grandes equipos reclamaron la presencia de sus estrellas, todos se fueron, porque el dinero, era el dinero. Y yo, patriota alavés, por eso no pasaba.
No era mi equipo el que perdía; era el equipo de Álava, el que se diluía por falta de numerario. Y con esas cosas no se juega. Acto seguido dejé de interesarme por un fútbol que mezclaba los intereses patrióticos con los económicos. ¡Que se vayan al quinto pino!, y no volví por uvas.
Le preguntaba a mi conciencia (y le pregunto aún): ¿Tienes o no tienes razón? Creo que sí, pero no estoy seguro.
Ahora, anuncian que se van de huelga. No sé quiénes ni por què, pero veo que hay futbolistas de alta nómina. Supongo que con el paro defienden sus intereses económicos. Si es así creo que mi decisión fue razonable, cuando casi imberbe me alejé para siempre de los campos y estadios del fútbol negocio.
¡Joder que tropa!, que decía el Conde de Romanones cuando intentó ingresar en la Real Española, como académico de la lengua y le dejaron sin voto muchos de quienes se lo habían prometido. No estaba preparado para esos trotes.
miércoles, 13 de mayo de 2015
LA ESPAÑA CORROMPIDA Y ROTA.
El político Sr. Lerroux (D. Alejandro), líder del Partido Radical Republicano, Presidente de uno de los Gobiernos que mal funcionaron tras las elecciones de noviembre de 1933, se jugó su futuro político a una carta, cuando se descubrió que un hijo adoptivo suyo, -gracias a sus influencias y con el acompañamiento de otros- consiguió que fuera permitida la instalación de una ruleta en el casino de San Sebastián y otra en el Hotel Formentor en Baleares, bajo el supuesto de que gracias a un mecanismo que llevaba el aparato, desaparecía el azar, y el hecho de ganar o perder dependía del acierto o desacierto en el cálculo que podía hacer el jugador al elegir postura. Partíamos del hecho de que los juegos de azar estaban prohibidos en toda España.
Esto pasaba en 1935 y si todo andaba manga por hombro, este hecho actuó de resorte para que la política saltara por los aires. Descubierta la corrupción junto a otras circunstancias, dieron pié a que el Presidente Alcalá Zamora convocara elecciones.
¿Resultado electoral? El Partido Radical Republicano se esfumó y los primeros en marcharse fueron los compañeros de Lerroux con Martínez Barrio, segundo líder, a la cabeza. Cualquier parecido con lo que ocurre en nuestros días, es mera coincidencia. ¡Aquello era una broma, respecto a lo que hoy pasa y la que se montó!
Claro está: la podredumbre, hoy, se comparte entre varios partidos y aunque el mal de muchos es un consuelo de idiotas, así está la cosa en un año electoral de abrigo.
Para que en España se produzca una reacción parecida la del Reino Unido, alguien tendría que pensárselo y demostrar, tras un acto de perfecta contrición precedido de un meditado examen de conciencia y seguido de una concienzuda limpieza -en prueba de un arrepentimiento sincero- tendría que arbitrarse una promesa seria, con el fin de seguir de cerca a los culpables para ponerlos sin excepción a devolver todo lo sustraído al margen de la ley, por el procedimiento que fuere.
Todo lo demás sería como despertar con músicas de cuerda a un sordo de nacimiento.
El tiempo lo dirá.
Esto pasaba en 1935 y si todo andaba manga por hombro, este hecho actuó de resorte para que la política saltara por los aires. Descubierta la corrupción junto a otras circunstancias, dieron pié a que el Presidente Alcalá Zamora convocara elecciones.
¿Resultado electoral? El Partido Radical Republicano se esfumó y los primeros en marcharse fueron los compañeros de Lerroux con Martínez Barrio, segundo líder, a la cabeza. Cualquier parecido con lo que ocurre en nuestros días, es mera coincidencia. ¡Aquello era una broma, respecto a lo que hoy pasa y la que se montó!
Claro está: la podredumbre, hoy, se comparte entre varios partidos y aunque el mal de muchos es un consuelo de idiotas, así está la cosa en un año electoral de abrigo.
Para que en España se produzca una reacción parecida la del Reino Unido, alguien tendría que pensárselo y demostrar, tras un acto de perfecta contrición precedido de un meditado examen de conciencia y seguido de una concienzuda limpieza -en prueba de un arrepentimiento sincero- tendría que arbitrarse una promesa seria, con el fin de seguir de cerca a los culpables para ponerlos sin excepción a devolver todo lo sustraído al margen de la ley, por el procedimiento que fuere.
Todo lo demás sería como despertar con músicas de cuerda a un sordo de nacimiento.
El tiempo lo dirá.
QUE VIVA VITORIA.RELATOS CORTOS ( y 3)
Los dos boxeadores quedaron frente a frente, sus puños enguantados cubriendo la cara, la mirada atenta, juego de piernas incansable, mente despierta. "El Gorila de la Jungla" se adelantaba con instinto agresor, pero "El Vitoriano Retana", uno noventa de estatura, brazos largos, mantenía alejado al "Gorila" mientras se sentía observado. Pero a la par, él fraguaba en su mente la forma de machacarle con el puño la quijada: un gancho de derecha, que lo asara en frío, podría ser demoledor.
Retana midió la longitud de su brazo: era superior en un palmo al de su contrario. Ideó un golpe al hígado para que su contrario bajara los puños en un gesto instintivo de defensa; en ese momento, amagaría con la izquierda y, por el hueco, y solidificaría un gancho de derecha en pleno arco mandibular.
Visto y no visto: El Gorila sintió la acometida, puso los ojos en blanco, se le iba la cabeza, perdió el control, se flexionaron sus piernas y cayó al suelo como un gusarapo dormido. El arbitro empezó la cuenta y culminó su tarea dando por ganador a Retana.
Los espectadores se sintieron defraudados y al son de "tongo", "tongo", "tongo", repetido a gritos y unánimemente, dirigiéndose al árbitro, hicieron que éste, con el miedo en el cuerpo, hiciera mutis por el foro
Retana pensó: Se deduce que esa mayoría que grita apostó a que yo perdía. Se sienten defraudados. Soy el causante de todo. ¿Cómo escapo de esta encerrona?
- Hay que llamar a los "guardias de asalto", gritó uno de los jueces de la pelea.
Los "guardias de asalto" era un cuerpo de seguridad inventado por los republicanos. La gente, en plan cachondo, les cantaba; "Mamá yo quiero ser/guardia de asalto/ no quiero trabajar/porque me canso./Sesenta duros dan y una pistola/y una porra de goma de estira y toma".
Vinieron los guardias y se armó -como se decía entonces- la de Dios es Cristo.
Vinieron los guardias y se armó -como se decía entonces- la de Dios es Cristo.
Retana, autor de un azaroso gancho, no se atrevió en meses a darse a ver en las calles céntricas y más animadas de Vitoria. Por allí paseaban sus víctimas. Andaba escondido. Esto le ayudó a terminar
la carrera de perito agrícola. Tuvo un final feliz: se casó con una viuda adinerada. Dejó el boxeo, porque según decía, vio la luz cuando, con las porras desenfundadas, los guardias de asalto arrearon estopa a media noche en el centro de Vitoria.
FIN
FIN
martes, 12 de mayo de 2015
QUE VIVA VITORIA. RELATOS CORTOS (2)
La afición deportiva de Vitoria, expectante y crítica, daba por seguro que el organizador de la velada boxística -abierta para que un espontáneo pudiera enfrentarse a un rival acreditado-, llenaría el local, cuyo aforo era de unos mil quinientos espectadores después de colocar sillas plegables en todos los rincones del teatro, sólo si aparecía ese valiente.
Para sorpresa de todos, durante la tarde del miércoles, pegados con el mejor engrudo -al estilo clásico- en paredes y vallas, aparecieron impresos en murales apaisados, los retratos de ambos combatientes en traje de tarea: "El Gorila de la Jungla" (foto a la izquierda) contra "El Vitoriano Retana" (a la derecha). Y debajo el nombre del local, el día y la hora del acontecimiento y un reclamo que vibraba como el sonido de un clarinete: "MIL PESETAS EN JUEGO PARA QUIEN GANE AL GORILA" "Se admiten apuestas en taquilla".
"El Gorila de la Jungla" era un boxeador curtido, bien musculado, con cara de zorro viejo y mañas de mono resabiado; representaba al malo. "El Vitoriano Retana" iba de bueno como aficionado que militaba en los pesos medios. Despertaba las simpatías de los que apostaron a su favor. (Lógico)
Todos los elementos favorecían la atención del público y pese a las limitaciones económicas de los aficionados al deporte, se agotaron las entradas.
El espectáculo estaba anunciado para el sábado después de cenar: once de la noche. Lleno el local, resueltos los combates de rutina, preparados y cubiertos con sendos y vistosos albornoces, aparecieron los contendientes del combate estrella por una puerta del fondo, haciendo juego de brazos y dando puñetazos al aire, mientras avanzaban hacia el escenario. Los berridos de ánimo y los aplausos se confundían con el himno a "Celedón", personaje mitológico festivo que en Vitoria estaba ya a punto de subir al cielo, para bajar todos los años en las fiestas de la Blanca.
Los rivales se saludaron y escucharon las recomendaciones del árbitro. Iba a empezar el combate.
Ambos luchadores se acercaron con cautela. "Segundos fuera", sonó el gong y alzaron los puños..
Un silencio sepulcral se adueñó del recinto.
(Continuará)
SE TIENEN POR DEMÓCRATAS
No sé si lo he entendido bien, pero me ha parecido que las bases de ciertos partidos de izquierdas tratan de unir sus votos en una sola firma, para evitar que el PP gane las elecciones, a ser posible en punto alguno de España.
Esto pasó en 1936 y el resultado de esa alianza se llamó el Frente Popular y, tal y como estaba de líada la política, condujo al desgobierno primero, a la guerra civil después, y a una dictadura al final. La democracia es un sistema político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho que éste tiene a elegir a sus gobernantes con el fin de alcanzar la paz y prosperidad de su país, que es la paz y prosperidad de todos los paisanos.
Si empezamos a discurrir la forma de que un sector social, por pequeño que fuere, sea anulado -cuando las minorías en una democracia también cuentan- estaremos utilizando las vías democráticas, para, al fin, dejar al gobierno en manos de una dictadura.
Hay precedentes que supongo no es necesario recordar a los lectores. El voto es un medio -no un fin- adecuado para decantar la opinión de los votantes, pero con él solo no basta para instituir un régimen democrático. En muchas dictaduras también se vota.
Los partidos no sólo pueden, sino que deben ir de acuerdo en aquellas propuestas que sean favorables para la paz y prosperidad de un país. Si algo nos permite juzgar a un líder como Pedro Sánchez, que se tiene por demócrata, y además por estadista, es su disposición a cerrar alianzas, desde el PSOE con cualquier partido menos con BILDU o con el PP. La idea retrata al que la divulga.
¡Pero bueno! tampoco es para llevarse un disgusto. Al PSOE le conviene, para bien de España y los españoles, -que es lo que importa- un ser humano (hombre o mujer) para líder que no hable tanto ni sonría a destiempo: sólo para ahorrarse dichos y gestos inoportunos o tontos.
¡Pero bueno! tampoco es para llevarse un disgusto. Al PSOE le conviene, para bien de España y los españoles, -que es lo que importa- un ser humano (hombre o mujer) para líder que no hable tanto ni sonría a destiempo: sólo para ahorrarse dichos y gestos inoportunos o tontos.
lunes, 11 de mayo de 2015
QUE VIVA VITORIA. RELATOS CORTOS (1)
De mi vida vitoriana guardo en mi memoria algunos recuerdos dignos de ser relatados. ¿Qué cosas pasaban en Vitoria que no se recuerdan o nadie cuenta?
Verán: la calle de la Florida, la más larga de Vitoria en los años treinta del pasado siglo, terminaba donde hoy se cruza con el comienzo del puente de San Cristobal; pero seguía trazada hasta el Polvorín, la zona de Judimendi, donde crecieron pabellones y algún edificio de poca altura..
Vino la II República, un poco más tarde que el cine sonoro, y vino un aire de libertad desconocido; un clima propicio a dar por asumidas novedades exóticas, como las películas del lejano Oeste, el claqué, baile acogido con furor, los tebeos de Walt Disney con Mickey Mouse y otros dibujos, o la popularidad del boxeo, hasta contar en Vitoria con varios profesionales boxísticos que dieron su juego.
Los chavales de unos doce años, no teníamos dinero para ir a espectáculos como este del boxeo. Pedíamos a los mayores especialistas que nos dieran una referencia de lo sucedido en cada combate.
El ring solía montarse en la cancha del Frontòn Vitoriano; en aquella ocasión lo llevaron al escenario del Teatro Príncipe, en la calle de San Prudencio. Además de varios combates se ofrecía un premio en metálico (1.000 pesetas) al aficionado que . dando el peso, combatiera contra un boxeador estrella que traía el organizador del espectáculo, siempre que el primero ganara al segundo. Mil pesetas de entonces eran como mil euros de nuestros días. No era moco de pavo.
¿Saldría alguno dispuesto a vencer al profesional estrella?
(Continuará)
De mi vida vitoriana guardo en mi memoria algunos recuerdos dignos de ser relatados. ¿Qué cosas pasaban en Vitoria que no se recuerdan o nadie cuenta?
Verán: la calle de la Florida, la más larga de Vitoria en los años treinta del pasado siglo, terminaba donde hoy se cruza con el comienzo del puente de San Cristobal; pero seguía trazada hasta el Polvorín, la zona de Judimendi, donde crecieron pabellones y algún edificio de poca altura..
Vino la II República, un poco más tarde que el cine sonoro, y vino un aire de libertad desconocido; un clima propicio a dar por asumidas novedades exóticas, como las películas del lejano Oeste, el claqué, baile acogido con furor, los tebeos de Walt Disney con Mickey Mouse y otros dibujos, o la popularidad del boxeo, hasta contar en Vitoria con varios profesionales boxísticos que dieron su juego.
Los chavales de unos doce años, no teníamos dinero para ir a espectáculos como este del boxeo. Pedíamos a los mayores especialistas que nos dieran una referencia de lo sucedido en cada combate.
El ring solía montarse en la cancha del Frontòn Vitoriano; en aquella ocasión lo llevaron al escenario del Teatro Príncipe, en la calle de San Prudencio. Además de varios combates se ofrecía un premio en metálico (1.000 pesetas) al aficionado que . dando el peso, combatiera contra un boxeador estrella que traía el organizador del espectáculo, siempre que el primero ganara al segundo. Mil pesetas de entonces eran como mil euros de nuestros días. No era moco de pavo.
¿Saldría alguno dispuesto a vencer al profesional estrella?
(Continuará)
TODOS IGUALES
No somos iguales. No lo vamos a ser. No lo fuimos nunca. Y sin embargo, por desearlo que no quede. La mejor igualdad que conocen los seres humanos es la de la muerte, pero tiene el inconveniente de que a la mayoría, entre los vivos, le llega tarde.
"No quiera confundirnos", dirá más de uno. Estamos hablando de la igualdad de todos ante la ley; o de la igualdad de oportunidades; o de la exagerada desigualdad salarial...
Sí, es cierto. Incluso hemos ideado una consoladora ley religiosa: todos somos iguales ante Dios. ¿Y cómo se plasma esta igualdad? Si eres bueno, vas, al cielo y si no, al infierno, para compensar las desigualdades sufridas en vida. Es decir, ideamos otra desigualdad para equilibrar la que antes sufrimos en el planeta Tierra.
La gente es más igual, aunque no del todo, cuando renuncia a ser persona y no le importa convertirse en multitud o mejor aún en turba: es decir en una muchedumbre confusa y desorientada sobre los valores decisivos propios. Nada más igual que las masas enchiqueradas en un estadio deportivo para sentirse superiores si gana su equipo. Gritan al unísono, hacen la ola, hasta son capaces de algún exceso ritual para alcanzar una meta que en nada va a alterar sus circunstancias vitales; una meta a la que llegan por la vía del engaño: identificarse con el triunfo conseguido por unos asalariados de lujo, muy desiguales, para afirmar la superioridad de unos hinchas: es decir otra desigualdad.
Cuando veo a un líder predicar la igualdad, tiemblo y con razón. Empieza por anunciar que el pueblo manda y en cuanto gana la primera partida, organiza jerárquicamente al pueblo, ejerce y dispone como cualquier amo lo que ha de hacer ese pueblo , y termina convenciendo a los demás que donde hay patrón no manda marinero.
Hay que ser rebañego para conformarse con la misma dosis de hierba. El ser humano tiende a la polifagia porque sus antepasados llegaron a morirse de hambre -la gran desigualdad- y el invento de la despensa bien surtida, además de ser muy viejo, es prueba de una de las desigualdades que más han movido al mundo: el hambre.
En suma, la igualdad -hasta donde es posible-. hay que trabajársela para que sea duradera. No se regala.
"No quiera confundirnos", dirá más de uno. Estamos hablando de la igualdad de todos ante la ley; o de la igualdad de oportunidades; o de la exagerada desigualdad salarial...
Sí, es cierto. Incluso hemos ideado una consoladora ley religiosa: todos somos iguales ante Dios. ¿Y cómo se plasma esta igualdad? Si eres bueno, vas, al cielo y si no, al infierno, para compensar las desigualdades sufridas en vida. Es decir, ideamos otra desigualdad para equilibrar la que antes sufrimos en el planeta Tierra.
La gente es más igual, aunque no del todo, cuando renuncia a ser persona y no le importa convertirse en multitud o mejor aún en turba: es decir en una muchedumbre confusa y desorientada sobre los valores decisivos propios. Nada más igual que las masas enchiqueradas en un estadio deportivo para sentirse superiores si gana su equipo. Gritan al unísono, hacen la ola, hasta son capaces de algún exceso ritual para alcanzar una meta que en nada va a alterar sus circunstancias vitales; una meta a la que llegan por la vía del engaño: identificarse con el triunfo conseguido por unos asalariados de lujo, muy desiguales, para afirmar la superioridad de unos hinchas: es decir otra desigualdad.
Cuando veo a un líder predicar la igualdad, tiemblo y con razón. Empieza por anunciar que el pueblo manda y en cuanto gana la primera partida, organiza jerárquicamente al pueblo, ejerce y dispone como cualquier amo lo que ha de hacer ese pueblo , y termina convenciendo a los demás que donde hay patrón no manda marinero.
Hay que ser rebañego para conformarse con la misma dosis de hierba. El ser humano tiende a la polifagia porque sus antepasados llegaron a morirse de hambre -la gran desigualdad- y el invento de la despensa bien surtida, además de ser muy viejo, es prueba de una de las desigualdades que más han movido al mundo: el hambre.
En suma, la igualdad -hasta donde es posible-. hay que trabajársela para que sea duradera. No se regala.
sábado, 9 de mayo de 2015
ADIVINOS, MAGOS Y JUEGOS MALABARES
"Mucho ratón y poco queso" era la frase predilecta de un jugador de ventaja vitoriano, que montaba unas timbas clandestinas durante el primer franquismo, para echarle picante a la rutina del hambre que, para más chinchar, vino acompañada del escarabajo de la patata. Cuando hago una valoración comparativa entre aquellos y estos tiempos, me siento de culo para no caer de bruces y me digo: "Con lo que nos ha costado... ¿ya podremos reservar algo de queso?"
Con la frase "mucho ratón...", el avisado tahúr se recreaba morbosamente, dándonos a entender que, pese a todo, entre tanta birlonga era el rey y al final el poco queso iría a su talego.
Cuando contemplo la política española y todo el mundillo que la rodea - incluídas prensa, radio y televisión - , les confieso que me pierdo porque viendo y oyendo a unos y otros, llego a dudar si ese maremágnum del poder y sus consecuencias no es un "club" (como llaman ahora a las casas de mala nota) en la que los (y las) más listos y caraduras siempre llevan las de ganar.
La señora vicepresidenta del Gobierno, para confirmar mi dudoso aserto (si la política es o no una casa de lenocinio), nos informa que el aligeramiento de organismos públicos innecesarios ha supuesto un ahorro de veinte mil millones de euros para España. ¿Es posible?
Me echo a temblar cuando pienso que toda la izquierda española quiere aumentar la participación del sector público para traer la felicidad a los hogares españoles.
¿Será posible?
viernes, 8 de mayo de 2015
LA HUELGA COMO DEPORTE
Los inventores de la huelga trataron, sin duda, al organizarlas, de castigar a los causantes de injusticias graves, sufridas por los más débiles en beneficio de una minoría de explotadores aprovechados.
Hay que leer las circunstancias que dieron pie a conflictos laborales durante la revolución industrial (siglo XIX en España), cuando las diferencias entre un peón y un burgués eran casi las propias de un esclavo respecto a su amo.
Mucho más tarde las huelgas no pudieron rehuir un contenido político y para conseguir eficacia reivindicatoria frente al autor o autores de la injusticias, se machacaba a personas inocentes, tal que a los viajeros tras un paro de trenes organizado en los días de más demanda viajera. No se castigaba al autor o autores de la injusticia, sino al pueblo, para que se enteraran los políticos de lo caro que puede salir un peine. Así fue la ya olvidada huelga de los controladores aéreos, hasta que al Gobierno de turno se le hincharon los ganglios seminíferos, declaró el estado de excepción y arreglo la cosa de una vez para siempre.
No sé por qué me huelo que los futbolistas y alguno de sus dirigentes, -forrados como están- han elegido un camino equivocado, porque muchos (gente que malamente cubre gastos; no digo los que pasan mayores necesidades) se preguntarán: ¿Pero qué quieren los futbolistas, siendo, como son, de los pocos que viven a pierna suelta en un país lleno de pobres y además sin trabajo? Es normal que los profesionales del balón de alto copete reclamen justicia, pero, por vergüenza de la buena, no parece que concilien bien el espíritu deportivo del que alardean públicamente los tales deeportistas, con la convocatoria de huelgas propias de obreros verdaderamente maltratados de por vida.
Da no se qué desearles que se les autorice holgar, para ver la reacción del paisanaje ante tamaño desafuero.
Hay que leer las circunstancias que dieron pie a conflictos laborales durante la revolución industrial (siglo XIX en España), cuando las diferencias entre un peón y un burgués eran casi las propias de un esclavo respecto a su amo.
Mucho más tarde las huelgas no pudieron rehuir un contenido político y para conseguir eficacia reivindicatoria frente al autor o autores de la injusticias, se machacaba a personas inocentes, tal que a los viajeros tras un paro de trenes organizado en los días de más demanda viajera. No se castigaba al autor o autores de la injusticia, sino al pueblo, para que se enteraran los políticos de lo caro que puede salir un peine. Así fue la ya olvidada huelga de los controladores aéreos, hasta que al Gobierno de turno se le hincharon los ganglios seminíferos, declaró el estado de excepción y arreglo la cosa de una vez para siempre.
No sé por qué me huelo que los futbolistas y alguno de sus dirigentes, -forrados como están- han elegido un camino equivocado, porque muchos (gente que malamente cubre gastos; no digo los que pasan mayores necesidades) se preguntarán: ¿Pero qué quieren los futbolistas, siendo, como son, de los pocos que viven a pierna suelta en un país lleno de pobres y además sin trabajo? Es normal que los profesionales del balón de alto copete reclamen justicia, pero, por vergüenza de la buena, no parece que concilien bien el espíritu deportivo del que alardean públicamente los tales deeportistas, con la convocatoria de huelgas propias de obreros verdaderamente maltratados de por vida.
Da no se qué desearles que se les autorice holgar, para ver la reacción del paisanaje ante tamaño desafuero.
jueves, 7 de mayo de 2015
LO ESENCIAL Y LO EFÍMERO DE LA POLÍTICA
Cuando los "indignados", hace unos años, se aposentaron en la Puerta del Sol madrileña, para dar su batalla, todo era radicalismo y propuestas resolutivas de inmediata aplicación. Era una ola arrolladora que prometía un cambio definitivo de todo el tejemaneje político español, esta vez en paz, ya que casi todos aparecían en escena con ganas de dar ruido pero sin causar daños mayores.
Ahora, en un año electoral antonomástico, va a producirse un cambio muy profundo a la par que interesante, pues van a entrar en competencia las grandes promesas de la mayoría para el futuro, frente a las pequeñas soluciones puestas en marcha por una minoría en tiempo presente. Les confieso que es la primera vez, a lo largo de mi vida que no es manca, que he visto nada parecido. Siempre viví promesas contra promesas que -como es natural- quedaron incumplidas en gran parte.
Si analizamos con frialdad el proceso seguido por unos u otros, habremos de reconocer, además, que dos países, que nunca influyeron en España políticamente hablando, están en candelero en la actualidad: Venezuela y Grecia. Como también influye la Unión Europea de forma indirecta, para que los españoles se den cuenta de que con las cosas de comer no se juega.
¿Quién, entre los españoles aspirantes a gobernar la Nación, trata de excitar los ánimos electoreros con reformas inviables? Verán que todos se han sosegado y que la mayoría se mueve, con algunas variantes, en tono social-demócrata, apoyándose en la experiencia profesional de asesores economistas.
Ahora los electores tienen cuatro opciones intercambiables, a las cuales dar el voto sin pasión, lo cual, para muchos, es decepcionante. Porque al final todo se resume en decidir que es mejor, si el pájaro en mano o ciento volando. Elegir entre lo esencial y lo efímero de la política.
Eso es todo. Por una vez en España, se abre paso la moderación, pese al cabreo morboso de unos pocos. ¡Ojalá no me equivoque! Bien pensado parece un milagro, sin olvidar que están por decidirse las aspiraciones secesionistas de algunos problemáticos políticos.
Ahora, en un año electoral antonomástico, va a producirse un cambio muy profundo a la par que interesante, pues van a entrar en competencia las grandes promesas de la mayoría para el futuro, frente a las pequeñas soluciones puestas en marcha por una minoría en tiempo presente. Les confieso que es la primera vez, a lo largo de mi vida que no es manca, que he visto nada parecido. Siempre viví promesas contra promesas que -como es natural- quedaron incumplidas en gran parte.
Si analizamos con frialdad el proceso seguido por unos u otros, habremos de reconocer, además, que dos países, que nunca influyeron en España políticamente hablando, están en candelero en la actualidad: Venezuela y Grecia. Como también influye la Unión Europea de forma indirecta, para que los españoles se den cuenta de que con las cosas de comer no se juega.
¿Quién, entre los españoles aspirantes a gobernar la Nación, trata de excitar los ánimos electoreros con reformas inviables? Verán que todos se han sosegado y que la mayoría se mueve, con algunas variantes, en tono social-demócrata, apoyándose en la experiencia profesional de asesores economistas.
Ahora los electores tienen cuatro opciones intercambiables, a las cuales dar el voto sin pasión, lo cual, para muchos, es decepcionante. Porque al final todo se resume en decidir que es mejor, si el pájaro en mano o ciento volando. Elegir entre lo esencial y lo efímero de la política.
Eso es todo. Por una vez en España, se abre paso la moderación, pese al cabreo morboso de unos pocos. ¡Ojalá no me equivoque! Bien pensado parece un milagro, sin olvidar que están por decidirse las aspiraciones secesionistas de algunos problemáticos políticos.
miércoles, 6 de mayo de 2015
UNA POLÍTICA SOCIAL POSIBLE
En el País Vasco la política social va por delante del resto de España, si se toman como referencia las ayudas que se prestan en otras comunidades autónomas. Se puede decir que, por parte de los contribuyentes, no hay quejas por los servicios que los organismos oficiales vascos vienen consignando para ayudar a los más desasistidos.
Sin embargo, son pocos, entre la masa de opinantes, los que tienen conciencia de que el dinero público procede del bolsillo de los particulares, forzados a sacrificarse y a soportar muchas privaciones para atender puntualmente sus obligaciones tributarias.Y son muchos los que suponen que las arcas públicas, como un cajón sin fondo, dan para todo y todos los días.
Reconocido el sacrificio de una gran masa de contribuyentes y los límites del erario público, cada día nos asalta esta duda: ¿ya es justo y equitativo que yo y mi familia, que hemos soportado deficiencias asistenciales y hemos sufrido privaciones durante décadas, sumadas a las de millones de convecinos, para costear le existencia de cuatro servicios pensados para los que aquí vivimos... ya es justo -repito- que ahora sirvan para llenar esto de forasteros que desde el primer día, es decir recién llegados, tengan derecho a servirse gratuitamente del fruto de nuestro esfuerzo de años
Si dijera que sí, -que es justo, equitativo y saludable ser bondadosos-, podría gozar de las mil loas y alabanzas, vertidas "generosamente" por los que aún creen que la justicia social solo consiste en ser generoso con lo que es de todos, y no dando de lo propio a quien se lo merece.
Si dijera que no, sería tachado de racista y estaría dando oportunidades y votos a los buenistas para llegar a ser concejales (por lo menos) y sacar así tajada del caso en provecho propio.
Ir por delante en materia de Justicia social con los dineros del pueblo contribuyente, está siendo un recurso muy socorrido en política, aunque sepamos de sobra que el pan de hoy, si no lo administramos, puede ser causa del hambre de mañana.
Solo una política social posible podrá aplicarse a largo plazo.
Sin embargo, son pocos, entre la masa de opinantes, los que tienen conciencia de que el dinero público procede del bolsillo de los particulares, forzados a sacrificarse y a soportar muchas privaciones para atender puntualmente sus obligaciones tributarias.Y son muchos los que suponen que las arcas públicas, como un cajón sin fondo, dan para todo y todos los días.
Reconocido el sacrificio de una gran masa de contribuyentes y los límites del erario público, cada día nos asalta esta duda: ¿ya es justo y equitativo que yo y mi familia, que hemos soportado deficiencias asistenciales y hemos sufrido privaciones durante décadas, sumadas a las de millones de convecinos, para costear le existencia de cuatro servicios pensados para los que aquí vivimos... ya es justo -repito- que ahora sirvan para llenar esto de forasteros que desde el primer día, es decir recién llegados, tengan derecho a servirse gratuitamente del fruto de nuestro esfuerzo de años
Si dijera que sí, -que es justo, equitativo y saludable ser bondadosos-, podría gozar de las mil loas y alabanzas, vertidas "generosamente" por los que aún creen que la justicia social solo consiste en ser generoso con lo que es de todos, y no dando de lo propio a quien se lo merece.
Si dijera que no, sería tachado de racista y estaría dando oportunidades y votos a los buenistas para llegar a ser concejales (por lo menos) y sacar así tajada del caso en provecho propio.
Ir por delante en materia de Justicia social con los dineros del pueblo contribuyente, está siendo un recurso muy socorrido en política, aunque sepamos de sobra que el pan de hoy, si no lo administramos, puede ser causa del hambre de mañana.
Solo una política social posible podrá aplicarse a largo plazo.
lunes, 4 de mayo de 2015
LA CORRUPCIÓN DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS
En tiempos de la II República las instituciones religiosas perdieron las ayudas oficiales de las que disfrutaban (aunque en línea descendente) desde tiempo inmemorial; tuvieron que arreglarse incentivando la generosidad de los fieles y restringiendo el gasto. Lo pasaron mal pero aguantaron la rebaja porque la pobreza, voluntariamente aceptada, era una de sus virtudes.
Con los partidos políticos no sucede lo mismo. Para iniciarse en las prácticas democráticas, tras el franquismo, les hacía falta dinero y los tales partidos españoles -unos recién paridos y otros llegados tras su travesía por desiertos varios durante casi cuarenta años- , estaban más esquilmados que las ratas en los años del hambre. La lluvia de los primeros donativos, unos procedentes de fundaciones extranjeras y de algunos esperanzados negociantes -según decían-, y otros de créditos bancarios abiertos con cierta tolerancia de riesgos, quedó convertida en publicidad chillona en menos de tres meses. Y otra vez vuelta a empezar.
El caso es que los amos de los partidos no tenían ni la mínima idea de qué era eso de la pobreza conventual, y se echaron a vivir a cuerpo de rey. Todas las ayudas publicas las fundían como si fueran cera, los créditos iban a su aire, las deudas crecían y claro, al fin el que pone el dinero manda y el partido se pudre. Como decía aquel niño de Madrid, por haberlo oído de sus padres, "un partido político pringado es una mierda "pinchaita" en un palo".
Así se pusieron las bases de la corrupción política y por muchas vueltas que demos a la cosa, o se cambian las reglas del juego y la disciplina de los árbitros, o todo seguirá igual porque con lo que hay, no les llega.
Hay que tener menos políticos, exigirles un "currículum vitae" de pistón, pagarles un alto salario, porque nos va mucho en ello, con dedicación exclusiva de la buena y obligarles a mantener un depósito personal que nos garantice a los contribuyentes, ante cualquier veleidad o pecadillo en el puntual rendimiento de cuentas, tanto suyas como de los organismos o personas bajo su influencia.
Todo lo demás son ganas de perder el tiempo y el dinero. Lo que sobran son malandrines. Pero no se preocupen: aunque estén de acuerdo, nadie nos hará caso.
El caso es que los amos de los partidos no tenían ni la mínima idea de qué era eso de la pobreza conventual, y se echaron a vivir a cuerpo de rey. Todas las ayudas publicas las fundían como si fueran cera, los créditos iban a su aire, las deudas crecían y claro, al fin el que pone el dinero manda y el partido se pudre. Como decía aquel niño de Madrid, por haberlo oído de sus padres, "un partido político pringado es una mierda "pinchaita" en un palo".
Así se pusieron las bases de la corrupción política y por muchas vueltas que demos a la cosa, o se cambian las reglas del juego y la disciplina de los árbitros, o todo seguirá igual porque con lo que hay, no les llega.
Hay que tener menos políticos, exigirles un "currículum vitae" de pistón, pagarles un alto salario, porque nos va mucho en ello, con dedicación exclusiva de la buena y obligarles a mantener un depósito personal que nos garantice a los contribuyentes, ante cualquier veleidad o pecadillo en el puntual rendimiento de cuentas, tanto suyas como de los organismos o personas bajo su influencia.
Todo lo demás son ganas de perder el tiempo y el dinero. Lo que sobran son malandrines. Pero no se preocupen: aunque estén de acuerdo, nadie nos hará caso.
TRABAJOS PRECARIOS, SALARIOS ENVILECIDOS
Llamamos trabajo precario al de poca duración o falto de estabilidad; y salarios envilecidos a aquellos cuyo valor se ha depreciado respecto a la media del mercado, dicho así un poco a la llana para entendernos. La acusación con la que atacan al Gobierno los discrepantes con su política laboral, se resume: no hay trabajo y cuando se consigue es precario y con salario envilecido.
Al parecer, si se pusieran más trabas a los despidos o se subieran por decreto los salarios, aumentaría el paro de forma fabulosa y sería más difícil, de lo que ya es, activar la economía de una nación; en tal caso, desaparecerían mas empresas de las que ya cerraron por no poder vencer, unos, a la competencia que ya padecemos en España a cuenta de países con contratos más precarios y salarios más envilecidos que los nuestros, u otros, porque, con la tecnología de vanguardia -de la que España carece- producen más, mejor y más barato que nuestros industriales.
El recurso está en manos de los Gobiernos de estos países con problemas, -caso de España- que deben cargar con la obligación de ayudar a todos los que padecen necesidades, para lo cual, hasta el momento, actúan presionando a las clases productivas -es decir a la iniciativa privada- a las que muchas veces se descalifica por parte de los políticos más exigentes. La respuesta está a la vista: unos empresarios se marchan a países más tolerantes, y otros cierran pues, ya se sabe, que de donde no hay no se puede sacar.
El problema nos vino por gastar los Gobiernos más de la cuenta, en asuntos no productivos. Hemos de ser conscientes de que, luego, son siempre los mismos quienes pagan con mayores sufrimientos: los más necesitados.
Uno no es político profesional ni tiene poder alguno, que si lo fuera y lo tuviere, en honor a tantos que sufren, empezaría suprimiendo de raíz todo gasto inútil, reduciría alguno de los no tan necesarios y cumpliría mejor con los deberes que afectan.a las personas que más padecen.
No es un programa inasequible. Por decirlo con claridad en España se derrocha dinero en inversiones disparatadas. Por ejemplo en el exagerado número de políticos que hemos movilizado a los que dotar de rica parafernalia; habría que reducir la nómina. Como sobran tantas elecciones. ¿No se podrían hacer todas de una tacada y en una misma fecha? ¿Para qué tantos Gobiernos autonómicos, tanta burocracia, tantos funcionarios y tantos boletines oficiales si luego cada uno va por libre? ¿No sería posible arreglarnos con cierto rigor intelectual y menos intermediarios entre el legislador y los legislados? ¿Ni vivir sin tanto tinglado oficial, sin tantas universidades, sin tantas televisiones públicas, sin tantos aeropuertos y autopistas y automóviles y escuelas vacías, etc. etc.?
Nos sobran políticos y faltan Estadistas, con mayúscula. Ellos harían posible un auténtico cambio. Pero es que a la gente le gusta el subsidio, los coches oficiales, estar en nómina con cargo al erario público y eludir el pago de impuestos. (Me incluyo; yo también soy celtibérico, con cataláunicos y vascones dentro).
Y para todos no llega. Por eso, no hay que chingar a la iniciativa privada. ¡A ver si nos damos cuenta!
Al parecer, si se pusieran más trabas a los despidos o se subieran por decreto los salarios, aumentaría el paro de forma fabulosa y sería más difícil, de lo que ya es, activar la economía de una nación; en tal caso, desaparecerían mas empresas de las que ya cerraron por no poder vencer, unos, a la competencia que ya padecemos en España a cuenta de países con contratos más precarios y salarios más envilecidos que los nuestros, u otros, porque, con la tecnología de vanguardia -de la que España carece- producen más, mejor y más barato que nuestros industriales.
El recurso está en manos de los Gobiernos de estos países con problemas, -caso de España- que deben cargar con la obligación de ayudar a todos los que padecen necesidades, para lo cual, hasta el momento, actúan presionando a las clases productivas -es decir a la iniciativa privada- a las que muchas veces se descalifica por parte de los políticos más exigentes. La respuesta está a la vista: unos empresarios se marchan a países más tolerantes, y otros cierran pues, ya se sabe, que de donde no hay no se puede sacar.
El problema nos vino por gastar los Gobiernos más de la cuenta, en asuntos no productivos. Hemos de ser conscientes de que, luego, son siempre los mismos quienes pagan con mayores sufrimientos: los más necesitados.
Uno no es político profesional ni tiene poder alguno, que si lo fuera y lo tuviere, en honor a tantos que sufren, empezaría suprimiendo de raíz todo gasto inútil, reduciría alguno de los no tan necesarios y cumpliría mejor con los deberes que afectan.a las personas que más padecen.
No es un programa inasequible. Por decirlo con claridad en España se derrocha dinero en inversiones disparatadas. Por ejemplo en el exagerado número de políticos que hemos movilizado a los que dotar de rica parafernalia; habría que reducir la nómina. Como sobran tantas elecciones. ¿No se podrían hacer todas de una tacada y en una misma fecha? ¿Para qué tantos Gobiernos autonómicos, tanta burocracia, tantos funcionarios y tantos boletines oficiales si luego cada uno va por libre? ¿No sería posible arreglarnos con cierto rigor intelectual y menos intermediarios entre el legislador y los legislados? ¿Ni vivir sin tanto tinglado oficial, sin tantas universidades, sin tantas televisiones públicas, sin tantos aeropuertos y autopistas y automóviles y escuelas vacías, etc. etc.?
Nos sobran políticos y faltan Estadistas, con mayúscula. Ellos harían posible un auténtico cambio. Pero es que a la gente le gusta el subsidio, los coches oficiales, estar en nómina con cargo al erario público y eludir el pago de impuestos. (Me incluyo; yo también soy celtibérico, con cataláunicos y vascones dentro).
Y para todos no llega. Por eso, no hay que chingar a la iniciativa privada. ¡A ver si nos damos cuenta!
sábado, 2 de mayo de 2015
DÍAS CARGADOS DE PROMESAS
Estamos viviendo días cargados de promesas mal llama electorales, cuando en realidad son electoreras. Todo este año, los partidos políticos nos van a bombardear con ofertas generosas, proyectos solidarios y ajustes justicieros.
Las elecciones se ventilan - lo mismo que los juegos de envite - entre apuestas de farol y fullerías, con ofertas de libertad, igualdad y solidaridad que se cumplen a medias en el mejor de los casos.
Puede decirse, sin caer en la mentira, que si los pueblos prosperan es gracias al sacrificio y a la dedicación de millones de personas entregadas a sus tareas. Y cabe pensar que los gobernantes, lo mejor que pueden hacer es mantener ese clima de laboriosidad cumpliendo y haciendo cumplir las leyes y poco más.
Es decir que nos hacen falta gobiernos que no estorben a esos ciudadanos que trabajan, producen y empujan a los pueblos por la vía del progreso próspero.
¿Pero què dice usted? ¿dónde deja la reparación de injusticias que hacen que mucha gente pase hambre, no tenga hogar, no pueda costearse unos estudios...?
Las leyes tienen previstos esos casos. Un Gobierno que cumpla las leyes y las haga cumplir, es suficiente. La ley señala: "Todos los españoles tienen derecho a una vivienda digna y adecuada". "Los poderes públicos garantizarán, mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos durante la tercera edad". "Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad"...Y así, lleno de promesas y avales, está el libro constitucional, ¿por qué prometer nada? Bastaría con cumplir la ley de leyes, que no es moco de pavo.
Y algunos prometen (insensatos) cambiarla por otra. ¿Para qué? ¿Para, incumplirla de igual modo?
El pueblo español (como a otros muchos en el mundo), lo primero que necesita es una buena escuela. Tendríamos mejores políticos y mejores gobiernos.
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