sábado, 30 de noviembre de 2019

EL ATASCO QUE NOS FRENA

     Estimado lector: siempre tuve en cuenta, desde la apertura de la senda democrática en 1978,  que el centro derecha vasco estaba -o debería de estar- en todo lo referente a una posible demanda secesionista, más cerca del PSOE que del PNV.
    Por esas fechas, y años anteriores, el tardo franquismo trataba de llegar a un reconocimiento económico-mercantil con la Europa unida, sin que se lograra dar un paso en ese sentido. Más o menos los socialismos europeos no estaban por la labor y así nos mantuvieron aislados a los españoles, victimas de los más simples efectos.
    No hacía falta ser muy listos para comprender que en Europa nos darían paso libre si España jugara la baza democrática con otro naipe y otros compañeros de mesa. A partir de esta realidad y de la crisis que nos inquieta, a la Unión Europea actual le tiene más cuenta una hispanidad-portuguesa unida (que incluya a Vasconia y Cataluña) que fraccionada y dividida en territorios regionales. ¿Por qué? Porque la unión da la fuerza y ésta da poder, entendido en sentido constructivo y potencial del bienestar europeo.
    Tengo testimonios ya históricos que prueban cómo la UCD de Alava, partícipe con dos  miembros alaveses del Consejo Preautonómico Vasco en 1978, decidió con su votos que el Presidente fuera un socialista, hecho que fue denostado por ilustres politólogos de la época. Uno de los votos decisivos fue de un servidor. ¡Y no tengo por que, arrepentirme! Aquello solo duró unos meses.
    Posteriormente, en los días actuales, fui muy osado al exponer por escrito que si España quiere salir del atasco, ha de aliarse con el PSOE y viceversa. Tampoco me arrepiento. Ellos no quieren.
    Pero Dios castiga a los que quieren perder. Y los de a pie que se preparen. Hay que buscar otras palancas para salir del barro.



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