miércoles, 31 de agosto de 2016

VIEJO, GRANDE, APASIONADO PROBLEMA

     Si se analiza fríamente el batiburrillo que han montado los políticos y sufrimos los españoles, llegamos a la conclusión de que se complica el problema de cómo repartirse el poder,  en gran manera por las demandas secesionistas. ¡Hay que ver cómo han reaccionado Mariano  Rajoy para defender la "indisoluble unidad de la Nación española" (según la Constitución vigente, artº. 2) apelando nada menos que a la "Pepa" (Constitución de 1812).
     Esta irritación demuestra que el tal problema, por viejo, grande y apasionado, es capaz de movilizar réplicas y contra réplicas tan grandes, viejas y apasionadas como la  causa que las motiva. Bien mirada la Pepa no hizo sino  poner en marcha el fin de la monarquía, muy desacreditada -por cierto- y con ello el progreso de los nacionalismos republicanos de allende el océano.  
    Los secesionistas españoles son una réplica tardía (finales del XIX) de aquellos seismos políticos. El inconveniente en el que tropiezan los adversarios de esos nacionalismos periféricos de España, es que ellos también son nacionalistas y no hay peor cuña que de la misma madera. A las doctrinas nacionalistas no se les puede combatir desde otro nacionalismo.
   Para defender el integrismo de España o mejor de la Península Ibérica (¿por qué no?) hacen falta argumentos creativos que atiendan a las demandas urgentes y actuales sobre todo en el plano socio-económico. Y para eso, los pueblos vecinos han de unirse en piña si no quieren ser orillados y arrollados -vieja historia- por migraciones formadas por seres humanos dispuestos a todo porque en ello les va la supervivencia.
     Claro está que cuando se suscitan puntos de debate relacionados con la causa secesionista del territorio autonómico que fuere, los resortes del artificio disgregador saltan automáticamente. Y la respuesta integradora, lenta y mirando al pasado, parece haber sido engrasada con tocino. No funciona.
     Como vivo en el País  Vasco y he comprobado cómo la eficacia del desprestigio de los defensores de la unidad de España  actúa en favor de sus  contrarios, no me lo puedo callar. Hay que cambiar de naipe, dejar de jugar al mus y pasarse al tresillo. Curiosamente  un juego éste muy didáctico, ya olvidado porque hace trabajar al cacumen. Y en España, los políticos hablan, hablan y hablan, pero rara vez piensan. Por eso se contradicen tanto.
     Y cuando un político no piensa y además da coces... ¿Para qué nos vale?


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martes, 30 de agosto de 2016

LIBERTAD DE ENSEÑANZA Y CONVIVENCIA

     Es indudable que la libertad de enseñanza, no por ser reconocida en la Constitución española, garantiza de hecho una neutralidad doctrinal. En teoría la libertad de enseñanza equivale a que existan escuelas que enseñen bajo criterios varios; escuelas que funcionen según su credo, y  pueden ser católicas, comunistas,  islámicas, democráticas, separatistas, etc., etc. Los padres y los alumnos tienen el derecho a elegir la que más le convenga.
     En efecto, ante esta supuesta y variada oferta, lo concluyente, lo  prometido, es un derecho en favor de cada persona para poder elegir libremente el conocimiento de la doctrina que le interesa cultivar -si  lo desea- o el derecho a recibir el aprendizaje que facilite la convivencia con los demás en todas sus dimensiones. Una escuela libre en pro y para la convivencia podría sintetizar sin sectarismo a todas esas escuelas.
     La pregunta inmediata es ésta: ¿La convivencia es un valor positivo? Y, relacionada con ella,     ¿hasta que  punto ciertas doctrinas facilitan o perjudican  la convivencia? Y si  fuera que la perjudican ¿por qué se imponen en las escuelas las enseñanza que diferencian y separan a las personas y, como factor añadido,  a los  pueblos y países?
     La escuela libre en pro de la convivencia exige una disciplina ética y un avanzado proyecto didáctico y científico. La escuela  libre convivencial ha de ser exigente en el cultivo de  valores éticos, ciudadanos y científicos. La experiencia demuestra que una escuela de este tipo,  no puede depender de organismos oficiales  ni estar subvencionada o pagada directamente por grupos políticos o instituciones  que ellos dominen.
     Una enseñanza libre a todos los efectos debe de ser autónoma libre y responsable directa de sus actos. La enseñanza libre ha de ser atractiva para las familias partidarias de la convivencia  libre de proyectos sectarios o condicionada por intereses políticos.
     ¿Pero acaso, en nuestros días hay escuelas que no se preocupan por educar en la convivencia a su alumnado?
      Puede ser. Pueden existir. Pero ¿acaso somos los españoles -incluidos catalanes y vascos- modelo de convivencia?
      Respondan, no  sin antes consultar lo bien que se llevan nuestros políticos. No lo olviden: salieron de nuestras escuelas. Y no aprendieron a convivir.




lunes, 29 de agosto de 2016

EL CIRINEO AYUDA AL PP A LLEVAR LA CRUZ.

    Acabo de presenciar,  gracias al mejor medio de propaganda que conocieron los siglos (TV), el final esperanzador del pacto firmado entre el PP y "C.s" con idea de hacerlo valer para superar el acto de investidura y formar nuevo  gobierno. El PP ha encontrado su Cirineo
     ¿Qué significado se le puede dar a todo este tejemaneje?
     Muy sencillo: Hemos escuchado el primero y básico discurso  de la campaña ya prevista para unas nuevas elecciones; discurso que servirá de cierre a un ciclo depurador de la política, al que, los del
"C´s",  han dado la puntilla con el tino de un cachetero bien formado. Han puesto punto final a la responsabilidad política y prometido agilidad para exigir y ejecutar la  judicial. Con esto, al menos, se le priva de todo sentido al "NO" reiterado, cansino y en fase de retirada del PSOE.
     No es que sea una solución definitiva, pero dejará descolocado a  tanto lamento, tanta verborrea y tanta y tan pobre filosofía ("manera de pensar o de ver las cosas", 6ª acepción de la RAE) que no resuelven los  graves problemas que  acosan a los españoles.
      Lo probable, después de agotada la firmeza del "NO", es que el PSOE -al que  en su propia casa lo tratan como para echarlo  a perder- siguiendo la tendencia de su líder, persiga la convocatoria de unas nuevas elecciones con idea de ganarlas, argumentando su   "limpia" trayectoria de siempre, cuando resulta  que tiene el culo pringadillo y lleno de combustible.
      Nos espera -si se convocaran unas nuevas elecciones- un ciclo movido a base de lejía y otros depuradores que, en un río revuelto,  no servirá para nada, salvo para sacar del escalafón a unos políticos que ya no podían  robar más y poner a otros nuevos en sustitución de unos insufribles negativistas.
      ¡Ya veremos...! !La tentación está encima!

sábado, 27 de agosto de 2016

LA CULTURA COMO VEHICULO POLÍTICO



El sector cultural, en la política,  abarca un conjunto de actividades pero si, como sucede en el País Vasco, el campo de la enseñanza está en manos de los nacionalistas,  lo dominan todo. Una vez constatada esta realidad es urgente, para los demás, la adopción de medidas que les permita recuperar una competencia que es de los alumnos y, en su nombre, de los padres,  cuando aquéllos son menores de edad. Pero los partidos de ámbito español, que para vergüenza de todos se consideran constitucionalistas, miran para otro lado. 
Hay un debate que surge entre los más afectados, sobre si la enseñanza ha de ser pública o privada, prejuzgando cuál de las dos es más eficaz. Es un error. No tienen en cuenta que lo perverso es el grado de adoctrinamiento impuesto en muchas escuelas de España bajo un manto cultural. Esto influye en la calidad de la docencia. En los informes PISA no se distingue el País Vasco de los conjuntos nacionales encuestados; nuestro alumnado ocupa los últimos puestos entre  los países de la OCDE.
El que los niños aprendan depende sobre todo de la libertad para elegir  el centro docente donde educar al alumnado. En España el derecho a esa libertad está recogida en la vigente Constitución y leyes concordantes, pero la realidad,  en rigor, se traduce en una limitada libertad para elegir un centro educativo en las cercanías del  domicilio familiar. De hecho, la libertad de enseñanza no existe.
Los partidos de ámbito nacional no  dieron importancia a la escuela y se la entregaron, en bandeja, a los gobiernos autonómicos, muchos de ellos controlados por nacionalistas,  que imponen una  orientación docente marcada por los didactas afines a tal doctrina.
Lo primero y más  urgente, en beneficio de los docentes, sería instaurar la libertad de enseñanza, tarea lenta cuando se ha perdido el poder en las escuelas,  colegios e ikastolas. Habría que empezar fundando una escuela libre, acogida a los Derechos Humanos de la Naciones  Unidas y al texto  constitucional español que  recoge y ratifica estos principios.       Pero una escuela libre no puede depender de subvenciones oficiales, ya que  éstas tienden a condicionar la enseñanza a impartir.
Nos encontramos ante un futuro incierto: la implantación  de una enseñanza que  administre fondos propios. Lo cual solo es posible si se abarata la enseñanza y se adapta a los métodos seguidos por ejemplo, por las instituciones de docencia “on line”, tema a estudiar por ser viable.
¿Quiere esto decir que es una tarea a emprender de un día para otro? Sí.  ¿Significa que es un tema a estudiar sin dilación por los que en Vasconia siguen siendo españoles? Sí. ¿Este estudio tendría que estar dirigido por gente experta apoyándolo en una tarea experimental? Sí.
La libertad de enseñanza es una idea olvidada.  La libertad de enseñanza es una oferta pendiente. Es una oferta política. 


viernes, 26 de agosto de 2016

UN CAMBIO DIGNO DE ESTUDIO



Dudo que partido alguno de ámbito español,  entre los que buscaron apoyo y votos  en el País Vasco peninsular, se haya dedicado seriamente al examen crítico y global de este territorio. No digo que no existan estos estudios. Hablo de un examen crítico. 
 Esta indiferencia (o desidia) explica en parte la evolución negativa en votos de esos partidos.  Mal asunto para la política, caer en esa indiferencia; no es el camino a seguir.
            Ante un planteamiento autonómico, conducente a fomentar la prosperidad de la sociedad vasca, hay que  obrar con arreglo a criterios racionales y no dejándose llevar por  intuiciones inspiradas en sentimientos patrióticos. Todo el funcionamiento foral a cargo de las Diputaciones que se desarrolló gracias al Concierto Económico (siglo XIX  últimas décadas) se fundaba en una administración austera y muy básica en favor de los contribuyentes. Las economías conseguidas iban en beneficio directo  del  ciudadano, al que se prestaban los  mejores servicios adecuados a las demanda de los tiempos, con la menor presión tributaria.
               Superada  aquella fase-eran otros tiempos- estamos ahora viviendo el caso de la Unión Europea,  que trata de  alcanzar una federación de Estados de diverso proceder y cultura. Los pasos se dan de uno en uno, bien meditados, de forma que se puedan corregir o  rectificar para eludir desvíos o errores. El resultado viene siendo  positivo aunque hayan de corregirse fallos y reafirmar aciertos.
                Miremos pues a Europa. Desde la UE, para dirimir quién y cómo ha de asumir cada competencia – bien por parte de la Unión o de cada Estado-  se  tienen en cuenta – además de otras previsiones - tres  principios básicos: proporcionalidad,  subsidiariedad y solidaridad. 
            Sin entrar en pormenores, en España, cuando se instituyeron las autonomías,  la pelea y ambición desatada por asumir competencias nos llevó a no tomar en cuenta estos principios. Los nacionalistas primero -y a imitación de ellos los autonomistas, después-hicieron  pasar por buena esta idea: cuantas más competencias para las circunscripciones autonómicas, mejor, para así justificar y sostener un auténtico anhelo: montarse a lo grande, establecer un centralismo regional y no ser menos que los territorios que aspiran a ser naciones independientes. Este modelo nos lleva al disparate y en buena lógica, en bien de todos, habría que intentar suplirlo  por otro más racional y por tanto más eficiente y menos costoso; más rentable.  
           Esta es la línea de conducta a estudiar: racionalizar la cesión de competencias a los territorios forales en Vasconia, y a las Diputaciones en el resto de España, donde pudiendo ser útiles se han convertido  en un estorbo y en un nido del nepotismo. La racionalidad obliga, pero no se trata de deshacer o desmontar nada: al revés.  Se trata de alcanzar una superior eficacia al mínimo coste, para, lo cual, eso sí, hay que introducir cambios. 
              No lo olvidemos: proporcionalidad, subsidiariedad y solidaridad. ¡Ya hablaremos!

jueves, 25 de agosto de 2016

EL CENTRO DERECHA VASCO SIN NORTE

            En la actualidad -agosto del 2016-  el futuro autonómico de España está pasando por momentos críticos. Los movimientos  secesionistas en Cataluña han llegado a una fase decisiva. Para oponerse a la declaración de independencia proyectada por los separatistas,  se anuncian –por algunos  partidos políticos- programas reformistas de la Constitución en busca de un nuevo acuerdo nacional que reduzca los envites secesionistas de Cataluña y otras Comunidades Autónomas, entre las que destaca el País Vasco.
            Esta realidad justifica que, desde algunos sectores políticos, se estudie un  nuevo posicionamiento, una nueva respuesta a estos intentos de ruptura, teniendo en cuenta las experiencias vividas desde que se aprobaron la Constitución, primero,  y poco después los Estatutos de Autonomía de toda España.
            Me tocó vivir muy de cerca la salida a la palestra del centro derecha en Álava que,  a última  hora, en 1977,  trató de formar una candidatura sin tiempo para preparar un  programa. Lo único que pudieron anunciar fue su condición de alaveses, foralistas e independientes. Esta candidatura se vio apoyada, una vez constituida, por la UCD de Adolfo  Suárez, que trajo tranquilidad económica al grupo promotor alavés, a cambio de aminorar la versión foral de su proyecto; los alaveses foralistas tuvieron que plegarse a las directrices de la UCD.
        Pudo haberse estudiado la versión foral autonómica alavesa, -como hicieron en Navarra- pero la presión nacionalista tenía tal fuerza y el apoyo que les prestaba el  PSOE tal intensidad que, sirvieron de poco las sugerencias forales que se hacían en este sentido.
           Si algo estaba claro, en esas fechas, era  el propósito de los nacionalistas de poner todos sus argumentos sobre la mesa y hacer jugar todas sus influencias para dejar instituidas las bases de una futura independencia de Euskadi, con el  viejo reino de Navarra incluido en el intento.
                La  idea foralista,  preconizada desde Álava, no podía ceñirse a una sola provincia de las tres vascas, ni podía anclarse en evocar instituciones medievales. Era un punto de partida para basar la autonomía en las peculiaridades de cada territorio histórico y no en una supuesta nación emergente,  llamada Euskadi, que asumiría un proyecto independentista -como así ha sido- de ámbito nacional vasco. 
         Los que sucesivamente dirigieron y controlaron el centro derecha vasco no supieron o no quisieron seguir por ese cauce foral, que se distinguía del nacionalista en que las competencias autonómicas no correspondían a la nación Euskadi, sino a cada territorio histórico (Álava, Guipúzcoa y Vizcaya) por separado. 
    El centro derecha vasco aún está a tiempo de reconducir sus difusos criterios autonómicos. La disposición adicional primera de la Constitución "ampara y respeta los derechos históricos de los territorios forales". Es cuestión de interpretar con rectitud esta disposición. Todo un ideal para un partido que quisiera luchar por ello.
          Entre tanto algunos centro derechistas están buscando alianzas con el PNV. ¡Es para descuajaringarse de risa!
     
      
    
    

miércoles, 24 de agosto de 2016

¿DE QUIÉN SE RÍEN?

     Es costumbre que los políticos se presenten en escena formando grupo y en compañía de su jefe, como brigadilla en camino a la línea de combate,  risa en rostro dibujada de oreja a oreja, pero... ¿de qué o de quién se ríen?
     Es cierto que los líderes políticos están obligados por su vocación a ser tolerantes con las personas y exigentes con sus conductas; exigentes,  de forma especial  con la suya, la propia, que ha de estar disciplinada, al igual que  las de sus colaboradores y compañeros de partido.
     Es cierto que los polìticos han de ser simpáticos:  vocacionalmente son es esclavos de los buenos modos, han de ser amables. Cuando sonríen, no han de fingir ni interpretar; han de sentir.
     Pero no es el caso. La espontaneidad para la sonrisa está fallando;  en unos casos porque el protagonista ha hecho de la risa amanerada un tic, un gesto convulsivo, una expansión muscular dictada por sus asesores que les piden ademanes gestuales pregoneros  de la felicidad que le invade. Si van en grupo todos ríen aunque no venga a cuento.
     Tampoco sirve ir al polo opuesto. Estos mismos  políticos, se toman tan en serio su tarea que la convierten en un sacerdocio; emanan un sentido exagerado de la responsabilidad y trascendencia de su cargo; y por ese camino llegan a la ofensa personal para  defender sus ideas. Entonces, nunca ríen porque su estilo es de púlpito.
      Se comprende: para ellos su  Nación, su Pueblo, tiene un valor secundario. Su esfuerzo y sus risas se orientan al acoso y derribo del adversario. Su  discurso carece de dimensión espiritual, de profundidad. Su pensamiento no está con los que fueron, con los que nos precedieron y dejaron una herencia saneada; ahora están y con los que han de venir, a quienes dicen han  de legar un País  muy mejorado.  Mentira. No les importa. Está a la vista. ¿De qué se ríen?
     Pero los  buenos políticos, citados como tales en los libros de historia, ya no existen, se les da por desaparecidos. Se fueron para siempre. Eso  sí. ¡Podemos soñar con ellos! Y entre tanto, los actuales, ¿de quién se ríen?
   





martes, 23 de agosto de 2016

ES UNO DE LOS NUESTROS

     Por circunstancias que no vienen al caso, a finales de los cuarenta del pasado  siglo,  en plena dictadura, quedó encausado un farmacéutico porque,  desde su oficina, uno de sus mancebos traficaba con drogas valiéndose de recetas conseguidas ilegalmente. Implicaron al titular del despacho por negligencia o cosa parecida. Pero se vió libre de toda culpa porque alguien, con poder, puso sobre el tapete este argumento: "Han de saber, señores, que se quieren cargar a uno de los nuestros".
     Entonces se sobrevaloraba la camaradería. Hoy, parece una  frase gastada, propia  de un régimen autoritario, inútil en una democracia y...sin embargo, funciona,
     Casi todo el lenguaje que se viene utilizando  para justificar ciertas conductas sirve de forma eficaz, para la salvación de "uno de lo nuestros". Nunca como en la actualidad los partidos democráticos, por lo menos en España,  se han comprometido tanto, hasta las cachas, para liberar a "uno de los nuestros". ¡Es un lenguaje y son unas conductas deplorables que  no  se llegan a superar! ¡Tenemos unos partidos clientelares! No cuentan los comportamientos justos; si cuentan  las personas  si "son de los nuestros".
      Entre "los nuestros" y sus secuaces, en todos los  partidos, se crean amigos y resentidos. Y sus rectores, apegados -ensu mayoría- al buen vivir sin dar ni golpe, terminan  por adocenar la que podría ser noble tarea de la política.
      Y no se salva ningùn partido, ni mucho menos si es sectario.

lunes, 22 de agosto de 2016

EL PODER INSTINTIVO

      Con  más o menos fuerza, ningún otro afán genera entre los seres humanos las inquietudes y desvelos que se detectan entre quienes padecen ansias de poder. Estas ansias son instintivas, se orientan hacia la primaria necesidad de todo aspirante a ser poderoso: ser el amo para mejor conservar su vida. El bien general se proclama, pero es el pretexto.
       El género humano no llega a dominar del todo los comportamientos instintivos. Lo que  sí tiene aprendido es el uso de apariencias positivas con las que vestir el muñeco;  en ocasiones, a darles  forma de virtud. El matrimonio, dignifica el instinto de la reproducción (conservación de la especie) y, por esa vía, se puede llegar a  la santidad. El derecho a la propiedad de cada cual (otra forma de poder) dignifica el instinto vital que ayuda a la defensa personal (conservación del individuo); por esa vía, uno puede ser millonario sin límites, en perjuicio de la especie.
     A mí arriesgado entender -ustedes perdonen-, el  NO rotundo utilizado por algunos políticos como sistema de lucha, dándole un carácter protector o defensivo, es instintivo y muy elemental. ¿A quién protege, a quién defiende? ¿Al socialismo o a su jefe?  ¿En perjuicio de quién irá  el NO sistemático? ¿En perjuicio del colectivo o de la persona que abusa del  NO?
     En ese afán de poder, los posicionamientos negativos delatan el miedo, a sabiendas de que -muy al contrario- no hay mejor defensa que un buen ataque.
     Pueden decir: ¿Pero no se advierte por todos que el aludido sólo actúa con la mira puesta en en el bien de todos los españoles y con un completo olvido de sus intereses particulares?
     Respondan con sinceridad. ¿Cuántos entran en docena de verdad preocupados por  el bienestar general? ¿No estarán dignificando sus repetidos fracasos?





sábado, 20 de agosto de 2016

EL "NO" COMO SOLUCIÓN DE NADA

     En resumen, aquí en España cada político interpreta su papel por libre y como resultado el artilugio no funciona. Y a mí, perdido lector y sacrificado escucha, me inducen - una pérdida de tiempo- a la búsqueda de la vía de escape de ese laberinto.
     Recuerdo al Sr. Rajoy dando el aviso una y otra vez: "Si el PSOE no colabora en una gran alianza, no se puede formar gobierno; no salen las cuentas".
     Responde el Sr, Sánchez: "No, no y no. Y no, es no". Y por añadidura, no sabiendo hacer la "o" con un canuto, buen maestro Ciruela, aconseja: "lo que ha de hacer el Sr. Rajoy es convencer a los nacionalistas de derechas..." ¡Como si el aludido fuera tonto!
     Pero, ¿quién es el más, listo?
     Vean: El Sr. Rajoy es correoso, resistente y calculador;  el Sr.Sánchez, no. El Sr. Rajoy mueve con soltura las piezas del ajedrez político; el Sr. Sánchez, no. El Sr. Rajoy, está de vuelta; el Sr. Sánchez, no.
      No. no y no. Puede suceder que el  Sr. Rajoy sea derrotado  en su doble intento de superar la investidura, hecho con el que ya cuenta.  ¿Qué puede pasar? Hay dos salidas: una,  dejar paso a un período bimensual de espera y al final, si  no surgiera otro candidato para formar gobierno, se convocarían nuevas elecciones. Pero, -segunda salida-  que no deja de ser probable: el Sr. Sánchez -ambicioso de poder- antes de que tal plazo  se acabe, puede intentar  -de acuerdo con PODEMOS y haciendo concesiones de fácil desarrollo- la alianza del PSOE con las izquierdas populistas y con el separatismo ahora rampante, que le darían sus votos para formar Gobierno.¡Asunto resuelto!
.      Lo probable es que fuera un Gobierno de breve duración por dos  razones: la heterogeneidad de la alianza de izquierdas con separatistas, que dificulta los acuerdos entre sus miembros, y la eficaz oposición del PP y "C´s" con mayoría absoluta en el Senado,  que puede ser  muy eficaz.
     ¿Y si esto o algo parecido estuviera ya previsto por alguien que va de vuelta? Sería un buen golpe de efecto. Sería un Gobierno inutilizado para los grandes cambios.
      Pero lo probable es que  ante unas nuevas y no lejanas elecciones, todo siga más o menos igual. Eso sí: con el PSOE de capa caída. La culpa la tienen las primarias que celebraron para elegir a su Secretario General.
      No olvidemos el ansia generalizada en España de olvidar el "NO" como solución de nada.
 
     






viernes, 19 de agosto de 2016

LA ESPAÑA QUE RÍE Y LA QUE SUFRE

     A España, tantas veces crucificada por los hijos que dicen más la quieren  -o sea sus políticos- ahora metida de lleno en la vía del Calvario, la están poniendo en  ridículo, que perdurará hasta que a los  mercaderes no los echen  del templo que profanan.
     De entre estos, uno de sus preclaros varones ha descubierto en el NO -ratificado con patadita en el suelo, propia de niño mal educado y caprichoso- el mantra milagroso que le aseguren sus deseos irrefrenables de poder a cualquier precio.
     Otro, el mediador, se ha autoproclamado prototipo a imitar, sin tener en cuenta el dogmatismo de sus propuestas, programadas  para enmendar la plana de los corruptos, en un país donde el mal tiene carácter de endémico. La corrección ha de empezar en la escuela, donde tanto tiempo se pierde en preparar a gentes que luego han de mostrarse amigas del politiqueo improvisado.
    El tercero, aparente sufridor, atraído por la corriente del compañerismo y por las más extrañas compañías de cama, es el que al final -de veras- más hace sufrir a sus votantes que no se lo merecen; sufren como nadie, cuando advierten que a su Cristo muy amado lo pintan con  dos pistolas.
    Y el cuarto que por fin ha descubierto su secreto, no  trata de asaltar el cielo, sino de hacerse con el poder, si no total (no se olvide, son totalitarios) hasta donde la escalera alcance. Les urge no esperar. Son capaces de participar en cualquier sorteo.
     Pero no  olvidemos al componente electromagnético que quiere desconectarse de España.     Puedo estar equivocado pero algo me dice que en el plano político los soberanistas llevan gran ventaja a los sonrientes y estereotipados políticos de libro. El nacionalismo posee un atractivo cuasi religioso, un sentimiento que siempre fue clientelar y valora las felicidades del pasado y con futuro: con los que fueron y ya no están y con los que han de venir, que tampoco están. Mucho talento han de prodigar sus oponentes para ganarles la partida.
     Entre tanto, la España más necesitada sufre. ¡Es muy triste!



jueves, 18 de agosto de 2016

EL VOTO IMPERATIVO EN ESPAÑA

     En el artículo  67-2 de la Constitución española se dispone: "Los miembros de las Cortes Generales no estarán ligados por mandato imperativo".
     Soy consciente de dos cosas: una, de que el voto imperativo, es decir el voto  impuesto por los jerifes de cada partido a los parlamentarios del montón, se ejerce con espontaneidad manifiesta pese a no estar permitido; y otra, que el artículo 67 constitucional ha sido  y sigue sometido a libre interpretación por los leguleyos de turno, personas que aplican el derecho sin rigor, y  ésto  ha permitido al  poder legislativo, como ya dijera el Sr. Guerra:  "el que se  mueva no sale en la foto".
      Conseguido tal avance,-en España se idolatra al progreso- era lógico que funcionara la claque parlamentaria. La claque viene a ser el grupo de personas que asisten a un espectáculo con el fin de aplaudir en momentos señalados (Diccionario de la RAE). La claque es la pera que madura con el tiempo allí donde las circunstancias climáticas y terreras le son favorables (entre ellas la corrupción que hayla, aun sin dineros por medio). Si seguimos así, a no tardar surgirán los silbidos, las increpaciones y el "¡fuera, fuera!" impuesto por la dicha claque.
      En suma: los valores de la democracia (el gobierno del pueblo) se manipulan  para dirigir  el poder en favor de la casta. Es lo que decían los populistas de PODEMOS y sus  compañeros de viaje. Ya no lo dicen: ¡Por algo será!   Tal vez porque, como los demás partidos, han visto que es más rentable y productivo dirigir al equipo con el voto imperativo, ahora impuesto -si conviniera- desde la consulta directa a las masas.
      En España se ve con normalidad que  los parlamentarios,  de cada partido, voten al unísono -todos igual- sobre los temas más delicados. Han eliminado, de hecho,  el voto en conciencia. Podríamos ahorrarnos la  presencia de tanto personaje en las bancadas  y, de paso, sus salarios y otros gajes; bastaría con un solo parlamentario por cada camada partidaria. Uno solo, con derecho a un  voto, con valor  proporcional al número de escaños conseguidos por los suyos en las elecciones correspondientes.
      Los políticos, incapaces de llegar a un acuerdo en asuntos decisivos para los españoles en general, rara vez votan desobedeciendo las órdenes superiores. Y  si lo hacen, es que ya han preparado su despedida de la política activa, por aquello de no salir en la foto.
      Y luego dicen que con ellos no va la corrupción. Si en las jornadas de una futura supuesta investidura funcionara el voto en conciencia -no digo en qué sentido-  tendríamos nuevo Gobierno para España en cosa de quince días.
       ¡Va un café!



miércoles, 17 de agosto de 2016

ESPAÑA TRAS LA ÚLTIMA GUERRA



     He de ser cruel y pido perdón de antemano. Pero los hechos tambièn lo fueron para una inmensa mayoría de españoles. Ahì está la cofesiòn de Manuel Azaña cuando ya nada tenía remedio.
     Cuando en España se acabó la última guerra incivil, una inmensa mayoría de españoles reconoció en su fuero interno: hemos hecho un pan como unas tortas, alimento ácimo judaico poco apreciado por la cristiandad;  tortas, que hubieran  querido  para ellos los españoles en los años del hambre, tras el período belicoso.
     La guerra española, con todas sus miserias -buscada,  querida e impuesta por unos políticos ambiciosos de poder al precio que fuera- dejó a España convertida en un inmenso páramo,  pobre en pastos  y,  a  sus gentes,  en un triste rebaño de bípedos implumes, sin otra meta que la marcada por el rabadán victorioso  rodeado de pastores fieles y canes sumisos  para que nadie se desviara y se perdiera en parajes, según ellos,  peligrosos.
     ¡Estaba claro! Al final, el rebaño solo busca subsistir;  la mayoría desconocedora del camino a emprender  para evitar su definitiva ruina, se aplicó a una  monocorde tarea: a  no perecer de hambre.
     En ese trance, al cabo de los años, las generaciones de españoles sucesivas adquirieron el hábito de  huir de los conflictos para tener tiempo  con el que ganarse el pan   y hablar de fútbol.
     En momento dado y más o menos previsto, a esos españoles les dieron a elegir  entre una transición pacífica o una nueva revolución guerrera; la mayoría hizo funcionar su memoria,  propia o heredada,  y optó por aceptar la alternativa pacífica. Ese era el dilema que funcionó. No faltaron los gestos picarescos, ni los desengaños. Topo muy español. Era la llamada transición
     Era realidad, lo menos malo para un pueblo inerme, ignorante de la gramática parda  que suelen gastar  muchos polìticos; un pueblo que creía,  y sigue creyendo  de buena fe, en  todos los profetas  y paridores de encuestas y  proyectos, al mismo tiempo que no confíaba en su vecino, ni en su propio esfuerzo.
     En la transición hicieron de nosotros lo que quisieron. En la que hoy, en nuestros días, ahora, podríamos llamar la desmembración de España, pueden hacer -como el pueblo siga una línea pastueña- algo parecido.
     No les conviene a los españoles, que son muchos más, entregarse maniatados los no españoles que son muchos menos,  sin votar por la pacífica prosperidad en un País donde  hay madera para encontrar  buenos políticos y sanear la democracia.
     Pero no hay que fíarse: esto de ahora, no es una transición; tal y como vamos,  es un timo patrocinado por los más tontos del  pueblo; salvo muy contadas excepciones.
      ¡Lo siento! Eso es todo.


lunes, 15 de agosto de 2016

LA SOLUBLE UNIDAD DE ESPAÑA

     A decir verdad, cuando la Constitución española "se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española" (Artº. 2 Constitucional) y al propio tiempo "reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas", se planteó la existencia y puesta a punto de una aspiración ideal de muy difícil o imposible plasmación.
      La "indisoluble unidad de la Nación española" fue  una ironía puesto que, a medida que surgían las primeras nacionalidades y regiones autónomas -País Vasco y Cataluña-,  se iban estableciendo por los nacionalistas, con una claridad impúdica, las bases de sendas futuras naciones. Cualquier observador sensible a las modificaciones que se fueron estableciendo desde que  contaron ambas "nacionalidades" con su respectivo Estatuto de Autonomía, se asombra de que el único freno a su pretendida independencia esté, en la práctica, sólo en manos del poder Judicial.
      La prueba de que todo está bien previsto para proclamar la soberanìa de ambos territorios en un futuro no lejano, se confirma por la sencillez con  la que anuncian su operación de  vuelo libre: basta con  desconectar los mecanismos legales que unen a Cataluña con España; ni siquiera se ven forzados a romperlos.
     Los separatistas catalanes, como aquel sargento de un batallón de Regulares, con sus leyes hacen juegos malabares. Y en Madrid, nuestros Gobiernos, según las muestras que dan,  se la soplan y, como el que se abriga con una leve bufanda,   pasan el tanto de culpa al dominio de los magistrados constitucionales.
     Todo esto, para las personas medianamente instruidas,  es una muestra de la debilidad del Gobierno central, puesto que al renunciar al empleo de otras medidas legales, de efectos más inmediatos  y eficaces, da manifiestas pruebas de carácter, propio de quien no puede contener al poder secesionista catalán. Y  los débiles no captan votos, que dan el poder. (Se verá en las próximas elecciones vascas).
      En cuanto estalle el primer incidente serio en  Cataluña -a cuenta de su deseada desconexión con el resto de España (que estallará)-, oiremos el silencio de muchos españoles en   lógica respuesta a ese abandono. El incumplimiento  de la obligación que, sin ruidos y con el texto constitucional en mano, debieron cumplir  los distintos Gobiernos que se sucedieron en España desde 1978, es ya la causa de ese silencio.
      Silencio muy justificado por el abandono que supone, en perjuicio de los vascos y de los catalanes que se sienten también españoles.
      La clientela electoral abandona  a los políticos olvidadizos y desinteresados.
   
   
   







INCONSECUENTE Y CHAPUCERO

     Creo en la libertad de expresión pero no en la libre interpretación de lo dicho o escrito. Es curioso, a la par que causa de preocupación, que allí donde la ley dicta (Artº. 99 constitucional) "...el Rey... propondrá un candidato...", muchos periodistas, y otros tantos políticos,  lo interpreten así:  "...el Rey... ha dado un mandato...".  Convierten al Sr. Rajoy en un  mandatario y si no se presta a la investidura está traicionando  a la Corona, o poco menos. No hay  tal cosa. El arftículo 99, rersulta ser protocolario en cuanto se refiere a las facultades reales. Luego vienen los derechos y deberes del "candidato" a "presidir" el  Gobierno  que pudiera constituirse, si llegara a formarlo. Esto es lo importante; y lo difícil,  cuando el viento sopla a la contra.
     Si la formación del Gobierno no fuera posible, porque el candidato no cuente con votos suficientes, ¿qué sentido tiene escenificar la investidura? Al no haber Gobierno sobra la Presidencia. Al no haber Presidencia, sobra la candidatura. El derecho a presidir un Gobierno imposible,  decae por su propio peso. El derecho del "candidato" a formar Gobierno, se  esfuma. ¿Por qué negar al Candidato su renuncia a un derecho circunstancial como es el que nos ocupa?? La ley no castiga esa renuncia que  responde a  pura lógica. Y si no la penaliza, ¿por qué no utilizarla?
     El Sr. Rajoy como es sabido, -otros defectos tendrá, como su derecho a divulgar filmaciones de sus antiestéticos paseos deportivos-, desde que prometió bajar los impuestos y tuvo que subirlos en el año 2012, no se arriesga en hacer  ofertas ni anestesiado. Por eso de su investidura ha hecho un misterio.
     Será mi  propio pálpito, pero algo me dice que  la polémica organizada sobre este misterio, sobre su investidura, se  quedará convertida, dadas las circunstancias, en un frustrado numerito de feria, a no ser que se despeje el horizonte.
     O sea, que se dé la posibilidad de que se pueda formar un gobierno estable.


    

sábado, 13 de agosto de 2016

ASÍ EMPEZÓ LA COSA

     Algunos políticos (eruditos a la violeta que dijo Don José  Cadalso) se las ingenian para sentar plaza de listos y por demás honrados. Y con un cinismo (un morro que se lo pisan) hacen historia y nos ponen como ejemplo a imitar al PSOE. ¡Dios  nos libre!
     Tras todo régimen, desde tiempo inmemorial, España ha cobijado pillos y granujas bajo mil banderas. En consecuencia hemos de tener en cuenta que,  con símbolos varios y  hasta en las mejores familias, nadie con vergüenza puede decir de este agua no he bebido ni ese cura no es mi padre.
     La picaresca, cuyo genoma encontró un clima favorable -como ningún otro- en la celtiberia peninsular,  ha merecido la atención de geniales creadores literarios. Ahí, a disposición de curiosos, están las bibliotecas llenas de libros y revistas para ilustrarse.
     Así empieza la cosa. Pero  vamos a examinarla de cerca, cuando nos hicimos demócratas. Los creyentes en la ya consagrada fe democrática eran tantos que, si volaran, obscurecerían el sol. Y claro, todos querían gobernarnos. Los partidos en gestación (años de la sopa de letras) se endeudaron para costearse las campañas  electorales, principal, vía para alcanzar el poder.
     ¿Se endeudaron? Sí señor. Aún  quedan "pellas" por pagar. Pero la historia del desarrollo democrático español, está por ser tratada históricamente con criterios objetivos y científicos. Bajo ese toldo de la trampa se cocieron jugosos relatos picarescos. Muchos de ellos han permitido que el dudoso negocio de la crítica viva en nuestros días su siglo de oro. Pero el  gran libro, los episodios nacionales (también los plurinacionales) de  la picaresca democrática, está inédito.
     ¡Así empezó la cosa! Tranquilidad: todavía no  ha terminado. Nuevas generaciones de políticos vienen dispuestos a renovar el muestrario.





viernes, 12 de agosto de 2016

LOS AÑOS DIFÍCILES

   


     Estamos, en pleno verano del 2016, viviendo la mayor crisis política declarada desde los años de la transición a partir de 1977. Con una particularidad: no sabemos cómo, ni cuándo, va a terminar la metamorfosis gubernamental que no acaba de ponerse en marcha. Puede alargarse el trámite.
     Entre las inexactitudes divulgadas por los medios de comunicación, está la de que Mariano Rajoy ha recibido un "mandato" del Rey para formar un nuevo Gobierno. No es verdad. El Rey no hace otra cosa que proponer un candidato. Por otra parte ha cobrado cuerpo la obligatoriedad del candidato,  a pasar la prueba de la investidura; prueba cargada de sustancioso morbo: ahí es nada, ver a Mariano Rajoy chapoteando en la mar brava de una tempestad política ante millones de personas: darían dinero por no perderse el espectáculo.
      Rajoy ha dicho en diáfano castellano que, si previamente no consigue la confianza del PSOE, no habrá investidura  y que los más probable sería que  se convocaran nuevas elecciones. Pero expertos politólogos, contra sus deseos, sostienen ahora que no queda otro remedio: Rajoy está obligado a protagonizar la sesión de investidura  y éste reitera su respuesta:  si el PSOE no me otorga su confianza, tendremos terceras elecciones. Todo menos morder el polvo de una derrota. ¿Dónde está la clave?
      Un lego en la materia razona: si el Presidente de un Gobierno puede renunciar a su cargo  y a las responsabilidades inherentes, ¿cómo no va a poder dimitir un candidato? Si lo hiciera, nadie ha previsto que fuera a ser castigado  por tal causa. Luego si dimitiera, no parece que podrían penalizarlo.
      Y me pregunto: ¿Por qué  no se penaliza a los parlamentarios que se someten al voto imperativo, prohibido constitucionalmente?






jueves, 11 de agosto de 2016

LA LEY Y SU LÓGICA.

     Arnaldo Otegi, dijo: no hay ley que me impida aspirar al cargo de Lehendakari. Démonos cuenta de que tal aspiración  trata de ejercerla en unas elecciones convocadas con arreglo a una ley dimanante de la Constitución vigente española. Para Otegui sólo vale lo que digan los electores,  a los que hace omnímodos dueños del cotarro.
     Que conste un hecho cierto: no soy jurista, ni mucho menos un jurisperito, pero nadie podrá negarme el derecho a exponer mis argumentos dentro de la más ortodoxa lógica; no con lógica legalista, sino convivencial.
      Las elecciones vascas se convocan con arreglo a lo dispuesto en el Estatuto de autonomía vasco y este último rige ajustándose a lo dispuesto en la Constitución española y leyes que de ella dimanan. Por pura lógica, quien participa en unas elecciones vascas está  legitimando las leyes españolas. Salvo excepciones que puedan estar reguladas por leyes también españolas  (son españolas también las vascas peninsulares), si alguien está inhabilitado para desempeñar cargos públicos, puede verse, impedido a participar en unas elecciones como las del País Vasco.
     Claro está que Arnaldo Otegi podría estar acogido a una excepciòn legal que le permitiera su plena participación en estas elecciones. Pero el meollo de la cuestión está en que Otegi se cisca en las leyes, las desvirtúa y,  frente a su vigencia, opone la voluntad de las masas. Se siente legitimado para ser elegido, porque lo quiere una masa de votantes que para él son soberanos.
     Por lógica, interpretando asì la realidad convivencial, en una reuniòn de copropietarios, podrían por voto de la mayoría quedarse con el piso de un vecino los demás  condueños de la casa, bajo cualquier pretexto.
     Cada ley tiene su lógica razón de ser. Por eso suele quedar abierta la posibilidad de cambiarla  por otra más perfecta  o más justa.
     Por el hecho de participar  en una convocatoria electoral, o de presentarse a unas elecciones como candidato, estamos ratificando la legitimidad de la ley que la regula y su vigencia;  en este caso, de la Constitución Española.
     A esto ha de atenerse el Sr. Otegi.








miércoles, 10 de agosto de 2016

LA TRAMPA DE UNA PROPUESTA

     Me refiero a la propuesta, condicionada y rodeada de publicidad,  que el Sr. Rivera, en nombre de  "C´s",  ha hecho al PP, en trance este último de recibir apoyos para que el Sr. Rajoy pueda superar la prueba de la investidura, necesaria para formar Gobierno.
    Quiero detenerme en la trampa de esa propuesta, entendiendo por tal el ardid que con buenas formas e intenciones se desprende del texto condicionante, que permitiría, desde un principio,  tener al PP en el Gobierno, tal vez, pero vigilado de cerca, atado y bien atado por "!C´s".
     Albert Rivera, rodeado de  sus conmilitones,  ha planteado, a cambio de su apoyo al PP,  el cumplimiento de unas medidas regeneracionistas -con su carácter  humillante, penitencia incluida-, para un futuro dudoso e inconsistente.
    "C´s" entiende que el PP y  sus altos directivos son responsables de una corrupción generalizada; algo que en ningún un caso se ha sustraído a  la competencia  de los Tribunales de Justicia que están actuando con lentitud pero con eficacia.
     La propuesta de "C´s" lleva implícita la confesión de culpabilidad de toda la directiva del PP,  en especial de su Presidente, por lo sucedido en su ámbito de influencia,  sin contar con que  la Justicia no se ha pronunciado en toda la amplitud sobre los procesos abiertos.
     Desde esta perspectiva, la trampa está en el compromiso, inexcusable para el candidato señor Rajoy, de someterse al trámite de investidura en un plazo breve para lo que podría contar con el apoyo -insuficiente- de "C´s". Superado el proceso "C´s"  pasaría  a ser oposición. Acto que le permitiría,  una vez firmado el texto condicionante, contar con  la llave generadora de una  moción de censura contra el Gobierno del PP si no cumpliera lo pactado o concurrieran otras circunstancias que sirvieran de pretexto para romper lo pactado.
     El PP, como es lógico,  está libre para morder este anzuelo. Si lo hiciera, su Gobierno, inestable,  duraría meses. Lo probable es que el PSOE intentara de nuevo probar  fortuna y, con el propósito de no volver a convocar nuevas elecciones; lograría formar gobierno contando con alianzas extrañas  a sus principios.
     ¿Y qué sería del PP? El PP se vería en el Parlamento con una nutrida representación desde la que  mantener una tarea opositora fuerte y en muchos casos definitiva, teniendo en cuenta que  en el Senado tienen  mayoría absoluta. Desde el Senado, en la oposición, se  pueden frenar muchos desmanes y hacer patria además de buenos amigos, que hoy no los tiene el PP.
      El PP está en condiciones de luchar por España con altura de miras y con independencia  desde la oposición; pero con muchas desventajas desde el Gobierno en las condiciones actuales.
 


martes, 9 de agosto de 2016

INMADUREZ DE UN POLÍTICO

     Ciertamente la política ha de ser persuasiva, prometedora, convincente y para ello hay que contar con  buenos oradores. Tengo en la memoria un político actual, fecundo y pródigo orador que lleva callado tres semanas, en calculado silencio. En este corto lapso de tiempo ha ganado en la estima del público, hecho que viene a demostrar que en muchos casos la elocuencia está emparejada con prudentes salidas por el foro. Porque la vida, en el fondo, es teatro.
     Entre los consejos que Don Quijote dio a Sancho Panza, antes de tomar posesión del gobierno de la ínsula Barataria, hay dos que no han perdido vigencia, y que nunca tuvo en cuenta el político aludido en el párrafo anterior:
     -  Cuando juzgues el caso de tu enemigo, aparta tu injuria y resalta la verdad del caso.
     -  Si castigas con obras, no maltrates con palabras pues basta con lo indicado.
     Y -sigo  con el aludido- no apartó su injuria, ni se preocupó por la verdad del  caso;  y desde ese mismo instante perdió votos a paletadas. Y maltrató de palabra al que ya estaba castigando con obras, y a partir de entonces muchos pensaron: está inmaduro. Dejaron de votarle
      Detrás de tanta verborrea como gastó el susodicho, de tanto amagar, de tan numerosos intentos fallidos,  de tanto fracaso, nadie le ha pedido cuentas. Pero se las pedirán. En cualquier caso, también le aconsejó el Hidalgo a Sancho: "...has de poner los ojos en quién eres procurando conocerte a tí mismo, que es el más difícil conocimiento que puede imaginarse. Del conocerte saldrá  el no hincharte como la rana que quiso igualarse con el buey..."
      ¡El diablo las carga! Alguien saldrá tarifando de este infierno.






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lunes, 8 de agosto de 2016

INTOLERANCIA ENTRE POLÍTICOS

     Si me preguntaran cuál es el principal defecto de nuestros políticos, diría que la mutua e irreprimible intolerancia. Empecemos por reconocer que la intolerancia es una debilidad y la tolerancia una habilidad.
     Nos guste o no reconocerlo, todos sacamos a relucir de alguna forma nuestra intolerancia. Hacemos uso de ella sin darnos cuenta: es algo instintivo, poco o nada razonable. El intolerante suele ser doctrinario, para reforzar su actitud, y muchas  veces hostil; no obstante, también procura justificar su intolerancia vistiéndola con sedas y haciendo víctimas con las ideas. De ahí derivan las péleas y hasta las guerras
     Personalmente,  creo al Presidente del Gobierno en funciones arrepentido de haber tolerado, consciente o inconscientemente,  la corrupción epidémica desarrollada en su partido. Un ser humano sinceramente arrepentido,  vale tanto o más que otro limpio de polvo y paja. Desde la, tolerancia, merece plena confianza. Desde la intolerancia no. Ese pretexto, ya no vale.
     En estos términos, ¿qué pasa en la España de nuestros días que no acaba de encontrar su sitio?       Sencillamente, el adversario socialista del Sr. Rajoy no tolera que éste llegue a formar Gobierno, algo imposible si  no cuenta con la aquiescencia del PSOE.
     No tolerar es ser  intolerante, y así aparece como tal el personaje y sus acólitos que dirigen a este PSOE que no  mereció, en votación libre y ordenada (en un  proceso anterior),  la superior confianza del Parlamento. De ahí nace esta no disimulada intolerancia actual, aunque otra cosa se quiera insinuar desde el PSOE, contra el PP y su Presidente.
     Pero, ¡cosas de la vida y de sus extraños compañeros de cama! La intolerancia lleva a no entenderse y, en este caso,  es malísima para el PSOE. A cambio, el buen  entendimiento es bueno para todos y, en este caso, para los españoles en general y  para el PSOE y el PP en particular, siempre que las cosas se hagan bien y con altas miras.
     No olvidemos que estamos en la Unión Europeas, donde España puede figurar entre sus líderes; no olvidemos, tampoco, que en este Continente los socialistas  asumen ciertos principios liberales y los liberales aceptan otros de signo socialista. En eso consiste la tolerancia.
     Parece que el PP del Sr. Rajoy está dispuesto; y que el PSOE del Sr. Sánchez, no. Otros  socialistas, sí lo están.
    ¡Así veo yo el problema! Sencillo de resolver: con un simple pacto de consenso con  proyección de futuro.





 

sábado, 6 de agosto de 2016

EL RACISMO Y LA POBREZA

     Si a un país cualquiera llegara un jeque árabe con todo su cortejo y se alojara en un hotel de cinco estrellas con  su servidumbre y se le viera visitando las atracciones más caras, los restaurantes de lujo, los círculos sociales más distinguidos, nadie osaría a discriminarlo por sus características raciales. Si, al contrario, los que llegaren a  territorio español fueran pobres,   además de árabes, el rechazo estaría en la calle y a eso ya le llaman racismo. Pero a la que se discrimina no es a la raza, sino a la pobreza y sus costumbres, por las que una gran parte de españoles sienten una sensación desagradable y condenatoria: ¡Vienen a quitarnos el pan de nuestros hijos!¡Manchan allí donde pisan!¡Dejan todo hecho un establo!
      En el último tercio del siglo XIX,  Vizcaya -por su acelerado desarrollo industrial-  fue punto de acogida de una migración campesina; los inmigrantes llegaban con lo puesto a trabajar de peones en las minas. Eran pobres, poco formados, que se ganaban el pan y poco más sometidos a una explotación inhumana y eran piadosamente despreciados por maquetos. Allí nació y  creció el socialismo obrero vasco, coetáneo con un carlismo foral que derivó hacia un nacionalismo reivindicativo de libertades medievales. Los pobres forasteros eran "famélica legión". Los nativos, no es que fueran ricos, pero, en comparación con el peonaje minero, eran unos potentados. Aparecieron las reivindicaciones propias de un racismo económico espontáneo, popular; no era, aún, el racismo doctrinal que aparecería màs tarde en respuesta a unos hábitos no coincidentes con los usuales entre vascos. El racismo clasista -no el de nuestros dìas-,  tomó como referencia a los inmigrantes pobres de las minas. El racismo doctrinal es otra cosa.
     ¿Ha desaparecido el racismo auténtico? Decididamente no. Existe, pero tiene otro aspecto. Está presente, pero vestido con sedas. Al racismo  le llaman ahora etnia cultural y bajo esa bandera se protege, se enseña, se propaga.  
      Si usted lector rasca un poco en la sociedad que vive verá cómo la mayoría de las  comunidades autónomas  españolas, exaltan e imponen los principios de una concreta etnia cultural, dominante  con mayor o menor intensidad.
      Es curioso, cuando el universo culto trata de borrar fronteras para progresar, en España se levantan en nombre del progreso cultural.
      ¡Cada día importa menos la España de nuestras desdichas! Empezando  por una gran parte de nuestros políticos.



viernes, 5 de agosto de 2016

EL SOBERANISMO VASCO

     Vayamos con la verdad por delante: no hay partido alguno defensor del nacionalismo vasco que no sea independentista; es decir,  que no anhele la soberanía de Euskadi a reconocer por su condición de nación estado, formado por las Provincias Vascongadas y Navarra, del lado español, y por los departamentos del País Vasco francés. Cierto que se conformarían -de  momento- con la nación integrada por Álava, Guipúzcoa y Vizcaya.
      El PNV aprobó y aceptó el Estatuto Autonómico vigente,  como un anticipo a cuenta, con esta cláusula aprobada y  bienquista por los partidos e instituciones  unitarias españolas: "La aceptación del régimen de autonomía que se establece en el presente Estatuto no implica renuncia del Pueblo Vasco a los derechos que como tal le hubieran podido corresponder en virtud de su historia, que podrían ser actualizados de acuerdo con lo que  establezca el ordenamiento jurídico".
       Todos los  que sugieren como posible  una alianza del PNV con el PP, para gobernar a España, ignoran? que este partido es independentista y tal condición hace inviable, desde el lado vasco, esta propuesta, si es que no va acompañada de alguna concesión que suponga un  profundo avance de signo secesionista.
       Esto que digo, sí lo saben los auténticos nacionalistas: lo saben y al dedillo. En cambio, es un tema desconocido para la mayoría de los que votan al PP y al PSOE en Vasconia; desconocido  por una sencilla razón: no hay escuelas donde se enseñe nuestra realidad autonómica ni cómo las Comunidades autónomas se alejan de España.
       No es extraño que el Secretario General del PSOE también ignore? esa realidad y que guiado por sus ambiciones -aunque otra cosa predique- esté tentado en promover alianzas de alto voltaje con separatistas vascos y catalanes,  incompatibles con el principio unitario constitucional.
      El PNV -tenganlo en cuenta- no quiere saber nada de federalismos, ni de cualquier otra componenda que suponga compartir soberanías con España, si no es  como anticipo a cuenta y pagándoles con generosidad. Aceptarían un convenio bilateral pero eso, así de pronto y como se viene planteando, ha de ser en pie de igualdad. O sea un trato entre iguales.
      Estoy seguro de que los jerifes del PNV lo tienen bien pensado. Claro está, en el PP y el PSOE, no se enteran..
     ¡Les juro por mis ancestros, que yo no tengo la culpa!







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jueves, 4 de agosto de 2016

POR QUÉ SE RETRAEN LOS EMPRESARIOS


     No trataré, ni por un descuido, de refitolear con divagaciones económicas,  por ser consciente de lo poco que sé del tema. Y lo poco que sé se lo debo a mi abuela, una mujer culta  que -ella sabría el porqué- siempre sostuvo: "mejor  plaza cara que  despensa abarrotada" para la buena marcha de la hacienda hogareña. Una forma de poner en práctica o de ayudar al discurrir austero de la familia. Todo lo contrario de lo que hoy predican los doctores en economía: hay que activar el consumo.
     El caso es que los empresarios de tipo medio, ante la carestía de la vida (plaza cara), se retraen, se han vuelto austeros y administran sus negocios con criterios franciscanos. No invierten, sencillamente porque tienen miedo a  (o no se fían de) los políticos y  sus vaivenes. Y digo empresarios de tipo medio, porque son los más fieles generadores de caudales -por la vía directa o indirecta- a los que recurren para llenar sus arcas las haciendas públicas.
     El empresario no disfruta pagando poco y mal al personal que trabaja a sus órdenes. Salvo excepciones, tiene ajustados los salarios porque el grueso de los negocios está muy competido;  no dan para más y si, todavía, algunos aún funcionan  es porque sus dueños resisten en la confianza de que algo ha de cambiar  para ver cómo sus sacrificios son rentables.
     O sea que tienen miedo a cargarse de obligaciones y encima perder dinero.
     ¿Y ustedes, los políticos,  creen que esto se arregla con una reforma laboral que conduzca  al reajuste hacia arriba de los salarios? Prepárense para un nuevo aumento del paro.
      A este tipo de empresario se le viene machacando por las distintas administraciones desde hace muchos años y no sólo por la vía tributaria.
       Porque me parece un despropósito,  por eso, lo destaco: ellos, los empresarios, están educados a callarse y la revancha se la toman por otras vías. Al tiempo, los  políticos más que pensar en el buen gobierno, sólo están  educados para mantenerse en el poder. ¿Dónde está el origen del fraude?
      Ya  lo  saben: "Mejor empresa cerrada que  oficialmente expoliada" que habría dicho mi abuela

miércoles, 3 de agosto de 2016

CORRUPTOS AGAZAPADOS

    No me cabe duda de que la llamada transición española (de la dictadura a la democracia) se nos ha contado a medias. Y me atrevo a sugerir a los narradores de historia (o mejor de  historias) que indaguen sobre la procedencia de los dineros que  copiosamente llegaron a España para, ¡qué se yo! mover voluntades.
    Aquella teoría  interpretativa de las leyes fundamentales del Movimiento, implantadas por Franco, había que teñirlas  con los colores democráticos. El fin no era otro: desmontar la "democracia orgánica" para poner a punto la considerada como auténtica, la otra democracia, que podría adjetivarse como "parlamentaria".
     Un artífice de la interpretación legislativa, descubrió (o inventó) cómo hacerlo: reformar la  ley desde la ley; es decir, interpretarla para pasar de lo "orgánico" a lo "parlamentario" o sea, sin echar del todo a los que están, hacer sitio para los que llegan .
     La teoría  prosperó  hasta maravillar al mundo; y prosperó sin darnos cuenta de cuánto nos costó la broma  ni cómo se pagó el gasto. No se dice,  pero se movió mucho dinero;  éste,  activó  muchas voluntades; éstas,  hicieron milagros. (Lo pagaríamos más tarde con una reforma fiscal, dijeron que para modernizarnos).
     La cosa se inició con el tardofranquismo. ¿Hubo corrupción generalizada? Creo que se inició al calor de una esperada reactivación económica. De lo que no hay duda es  de que la ocasión propicia llegó con la democracia. Como  tantos españoles fuí testigo de cómo se iba el dinero en unas elecciones montadas a la americana. El aparataje que se aportó para buscar los votos, fue descomunal. ¿Quién lo pagó, dado que los partidos políticos no tenían dinero ni para pagarse un viaje corto en taxi?
     Pero el dinero en grandes sumas, no se regala: se presta. ¿Quién al final corrió  con la cuenta pendiente?  Se lo diré: la corrupción agazapada bajo las, alfombras democráticas. Y todos se pringaron. ¡Todos!
      El caso es que hubo gente que se sintió engañada y no de las filas franquistas. Fueron  muchos los que habiendo  perdido la guerra,  sentían que iban a perder la paz, como así está sucediendo.
      Al paso de los años, el "cambio"  en favor de la podredumbre se generalizó, pero aún no se conocen sus ramificaciones. Y son muy pocos los que se libran.
     Por eso, y por algo más que me callo, a todo político avisado le tiene cuenta obrar y hablar desde la más cautelar prudencia.
     Ya lo recogió la historia del Gran Capitán: "En picos, palas y azadones, cien millones"...

martes, 2 de agosto de 2016

UNA DEJACIÓN LAMENTABLE


       España sigue sin formar un gobierno capaz y con plenitud de derechos; si no llegara a  resolverse esta situación con diligencia, se paralizarían bastantes proyectos que no puede abordar un gobierno en funciones. Urge un acuerdo.
       Pero en medio de esta crisis política que padecemos, es curioso -a la par que preocupante- advertir la reducida importancia que se le da, en medios oficiales,  al principal problema que afecta a España: la escisión de Cataluña que, se quiera o no, avanza sin dilaciones  por la vía de los hechos consumados.
      Entre tanto, las instituciones defienden la unidad constitucional de España con la  posible aplicación de leyes penales  que afectarían  a unos pocos responsables; como si, ante un enjambre de avispas, cazáramos con lazo a media docena para hacerlas  mártires. El problema es multitudinario y exige abordarlo con urgencia.
      Pero ¿qué les pasa a los políticos  que se tienen por constitucionalistas?  ¿Consideran broma o pasatiempo los avances secesionistas catalanes? ¿Por qué, al mismo tiempo, se les reconoce legitimidad para participar en las Cortes de España? ¿Por qué sigue vigente la legislación autonómica, sin la cual la Cataluña actual sería muy distinta?  ¿No es un burla todo lo que sucede? ¿Por qué nos hacen  padecer a los demás españoles este desinterés, como si fuéramos ciudadanos de tercera?
      El artículo 155 constitucional dispone que "si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes les impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento  al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general".
       No copio este artículo con ánimo de afear al Gobierno, y a los partidos que se tienen por constitucionalistas,  su falta de valor para enfrentarse unidos a este principal problema que nos afecta a todos los  españoles y cuya solución no admite demora. ¡Dios me libre! Lo pongo en  primer plano, para que los lectores vean cómo nuestros políticos, en  general,  presumen de saberlo todo y se sienten incapaces de acabar con los males patrios, todo en un pis pas, y de ponerse de acuerdo para evitar los daños de un tsunami.
        Visto lo que sucede, si  los tres partidos de referencia (PP, PSOE y  "C´s")  se olvidaran por un momento de lo que les separa, podrían dedicarse a la tarea de reparar el desorden constitucional de Cataluña que  afecta a toda España
         La desconexión de Cataluña, habría que evitarla sin faltar a la justicia, pero resolverla  sin caprichosas decisiones, lo mismo separatistas que centralistas; resolverla racionalmente, empezando ya. Puede hacerse y es lo quería hacer constar.  Porque el desmadre que vivimos es un capricho separatista, por mucho que quieran demostrarnos lo contrario, que puede costarnos muy caro. Eso es todo.
       Resuelto este problema,   los demás caerían en picado.
       Todo tiene un límite y el Gobierno parece no  percibirlo, al igual que los otros dos partidos constitucionalistas.
        ¡Y no quieren tomarlo en cuenta!
   

     



lunes, 1 de agosto de 2016

EL DERECHO A DIMITIR

     La investidura del hoy candidato con derecho a formar y presidir un nuevo Gobierno de España, está siendo sometida a una crítica jurídica que desde la lògica que funciona a pie de calle, es  como hablar  en solfa, es decir con poca seriedad o rigor.
     Se  nos dice por jurisperitos que la ley es la ley y que si, el Sr. Rajoy, candidato a la  presidencia de un nuevo Gobierno para  España,  por designación del Jefe del Estado, quisiera dimitir y renunciar así a esta encomienda, no podría eludir el proceso de investidura que prescribe el artículo 99 constitucional; algo así como someter al candidato, por imperativo "legal" a una tortura, a cargo de los oradores de signo opuesto al del candidato.
      ¿Por qué y para qué esa imposición? Para que el dimitido sufra una cascada de discursos en su contra y perder luego la votación de apoyo -que el interesado  ya daba por perdida-  e irse a casa con el rabo entre piernas y humillado.
     Este aserto,-ineludibles sesión de investidura-  no  convence, porque va contra la lógica que justifica el objetivo principal del artículo 99 constitucional y concordantes. La ley lo que pretende es designar un nuevo Presidente del Gobierno para cubrir  con diligencia y con acierto la vacante producida por los resultados electorales. Se trata, dentro de un sistema democrático, de llenar  un vacío atendido por un Gobierno en funciones; por un poder ejecutivo provisional.
     Según la lógica, en la ley que regula este proceso (artículo 99 y concordantes)  no se impide, ni se podría condicionar acto alguno que facilitara el proceso de relevo,  si se cumplen los demás condicionamientos democráticos.
      Si un candidato prueba que no va a poder cumplir el objetivo para el que fue propuesto -por no contar con los apoyos necesarios- cuanto antes dimita, mejor. Queda abierta así, adelantando  plazos, la posibilidad de nombrar un nuevo candidato. Se activa, por tanto,  el proceso del nombramiento, que es lo que importa.
      Ahí acaba mi razonamiento. La lógica  de cada ley enseña el objetivo a cumplir. La ley complementa y regula este propósito.
      Si alguien se empeña en evitar la dimisión de un candidato, se comportaría como el que tañe la campanilla a un sordo.  No serviría de nada. Y menos cuando la ley no niega, no impide, el ejercicio del derecho a dimitir a un candidato que demuestra que no goza de la confianza mayoritaria de la Cámara para ser nombrado jefe de un futuro Gobierno.
      Además, en el caso  concreto que puede darse,  es muy difícil hacerle pasar al Sr. Rajoy bajo las horcas caudinas de una investidura adversa, si él no quiere.
      Ahora bien, cuando los políticos pìerden el tiempo en fruslerías como ésta, ni amasanos ni cocemos, que decían nuestras abuelas.
       ¡Eso si que es perder el tiempo!  Y el dinero.