sábado, 2 de noviembre de 2019

UN CAMBIO QUE NO LLEGA

    No llega porque los mandamases trajinan como si viviéramos los tiempos de hace cien años. Les cuesta adaptarse y no echan de menos una modernidad capacitada para enfrentarse a los problemas que tantas desgracias causan en el escenario actual. Para ellos, los mandamases, la historia no enseña. Ahí los tienes. Se sienten suficientes respirando mierda -y haciendo que los demás la mastiquen - en las grandes ciudades para demostrarnos su eficiencia, que quiere decir su valía, tanto como la anuncian para rodearnos con un mínimo bienestar.
     A un quinteto elegido para ganarse el voto, ante una inmediata renovación de diputados y otros cargos, les dieron la oportunidad de mostrar su talento y valía por medio de un debate televisado.
     El tema discutido en primer termino fue la llamada unidad de España y la forma de joderla -en el mejor sentido de la palabra y perdonen la grosería- en perjuicio de todos. Cuando medio mundo está forjando uniones de pueblos vecinos para vivir mejor y combatir los peligros y guerras de pequeñas o empequeñecidas naciones, nos ponen como remedio el repartirnos fronteras y deificar idiomas para encontrar un medio de justificar nuevas guerras en nombre de la pequeña patria, donde los que mandan viven y los mandados padecen en el olvido pertinaz y pobre. Estamos ya en ese camino, y no  a la vista del progreso de los mejor unidos de verdad y no con estatutos y apaños abusivos.
     Pero ¿acaso por el camino de la grandeza se gana en felicidad?  Se gana en medios materiales para vivir mejor. La felicidad se gana por otros derroteros. Pero... es difícil de explicar.

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