sábado, 2 de mayo de 2015

DÍAS CARGADOS DE PROMESAS


    Estamos viviendo días cargados de promesas  mal llama electorales, cuando en realidad son electoreras. Todo este año, los  partidos políticos nos van a bombardear con  ofertas generosas,  proyectos solidarios y ajustes justicieros.
    Las elecciones se ventilan - lo mismo que  los juegos de envite - entre  apuestas  de farol y fullerías, con ofertas de  libertad, igualdad y solidaridad que  se cumplen  a medias en el mejor de los casos.
    Puede decirse,  sin caer en la mentira, que si los pueblos prosperan es gracias al sacrificio y a la dedicación de millones de personas entregadas a sus tareas. Y cabe pensar que  los gobernantes, lo mejor que pueden hacer  es mantener ese clima de laboriosidad  cumpliendo y haciendo cumplir las leyes y poco más.
    Es decir que nos hacen falta  gobiernos que no estorben a esos ciudadanos que trabajan, producen y empujan a los pueblos por la vía del progreso próspero.
    ¿Pero què dice usted? ¿dónde deja la reparación de injusticias que hacen que mucha gente pase hambre, no tenga hogar, no pueda costearse unos estudios...?
     Las leyes tienen previstos esos casos. Un Gobierno que  cumpla las leyes y las haga cumplir, es suficiente. La ley señala: "Todos los españoles tienen derecho a una vivienda digna y adecuada". "Los poderes públicos garantizarán, mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos durante la tercera edad". "Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad"...Y así, lleno de promesas y avales, está  el libro constitucional, ¿por qué prometer nada?    Bastaría con cumplir la ley de leyes, que no es moco de pavo.
   Y algunos prometen (insensatos) cambiarla por otra.  ¿Para qué? ¿Para, incumplirla de igual modo?
   El pueblo español  (como a otros muchos en el mundo), lo primero que necesita es una buena escuela. Tendríamos mejores políticos  y mejores gobiernos.

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