QUE VIVA VITORIA. RELATOS CORTOS (1)
De mi vida vitoriana guardo en mi memoria algunos recuerdos dignos de ser relatados. ¿Qué cosas pasaban en Vitoria que no se recuerdan o nadie cuenta?
Verán: la calle de la Florida, la más larga de Vitoria en los años treinta del pasado siglo, terminaba donde hoy se cruza con el comienzo del puente de San Cristobal; pero seguía trazada hasta el Polvorín, la zona de Judimendi, donde crecieron pabellones y algún edificio de poca altura..
Vino la II República, un poco más tarde que el cine sonoro, y vino un aire de libertad desconocido; un clima propicio a dar por asumidas novedades exóticas, como las películas del lejano Oeste, el claqué, baile acogido con furor, los tebeos de Walt Disney con Mickey Mouse y otros dibujos, o la popularidad del boxeo, hasta contar en Vitoria con varios profesionales boxísticos que dieron su juego.
Los chavales de unos doce años, no teníamos dinero para ir a espectáculos como este del boxeo. Pedíamos a los mayores especialistas que nos dieran una referencia de lo sucedido en cada combate.
El ring solía montarse en la cancha del Frontòn Vitoriano; en aquella ocasión lo llevaron al escenario del Teatro Príncipe, en la calle de San Prudencio. Además de varios combates se ofrecía un premio en metálico (1.000 pesetas) al aficionado que . dando el peso, combatiera contra un boxeador estrella que traía el organizador del espectáculo, siempre que el primero ganara al segundo. Mil pesetas de entonces eran como mil euros de nuestros días. No era moco de pavo.
¿Saldría alguno dispuesto a vencer al profesional estrella?
(Continuará)
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