viernes, 15 de mayo de 2015

QUE VIVA VITORIA. RELATOS CORTOS

EL TERCER MILAGRO (2)

La entrada principal del cuartelillo daba paso a un portal de suelo encachado. A la derecha estaba la oficina con su pequeño armario archivo, mesa de despacho y sillón giratorio de madera, un perchero, la papelera y una máquina de escribir de segunda mano y, en sitio accesible pero disimulado, un mueble armero con cerradura “yale” de seguridad, donde reposaban cinco fusiles y unas cajas con munición. Por un paso angosto abierto en la pared de la izquierda, cerrado con puerta enrejada, se pasaba al calabozo algo tétrico, habilitado en el hueco existente bajo la rampa de la escalera principal del edificio; era el sitio que en otras casas se utilizaba como cochiquera.
Encarna y Lucrecia, las Barredas, se personaron a las once en punto de la mañana en el cuartelillo, y se encontraron con Siro el guardia, cejijunto, ojos grises, tipo enjuto, gesto abrupto y cara de mala leche, nadie supo bien por qué, aunque  malas lenguas decían era, “por causa de su señora que no cumplía como hubiera querido”. Así que la tomaba con el personal a nada que este se descuidara.
- ¿Es cierto –preguntó Siro el guardia- que ustedes dos  han ido a Petrás en varias ocasiones, siguiendo al cura vestido con los ornamentos de iglesia, rezando en voz alta el Rosario, incluidas la letanías y oraciones del caso, así como la Salve, sin contar con la autorización del poder civil exigible en estos casos?
Encarna, con el temple de una superiora conventual, sin desmelenarse, le dijo al guardia con mala intención:
- ¿Por qué no se lo pregunta a su mujer que también  estuvo allí?
El guardia se rascó encima de la oreja mientras contaba hasta diez y muy serio, una vez que sujetó el pronto, en plan comedido y respetuoso, contestó:
- Cuando le llegue su turno, ya responderá mi mujer. Ahora le toca a usted. Le repito la pregunta, -y se la dijo de nuevo-.

-Pues verá –le dijo Encarna-: He ido a Petrás tras el cura, recé porque rezar a nadie hace daño, e intente ver a la Virgen. No la vi  pero si llego a verla, la noticia estaría en los periódicos. ¿Estamos?
(Continuará)

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