lunes, 18 de mayo de 2015

LA POLÍTICA CONTRA LA LOGICA.

   Me inclino, con vergüenza (ante algunos especímenes que da el gremio), por un programa de gobierno de centro derecha, siempre que éste defienda prioritariamente el principio de  libertad, reconocido en la Carta de las Naciones Unidas en favor de las personas individualmente consideradas. Es decir, no me convence -por muchas que sean sus bondades-, la defensa de los derechos colectivos  con merma de los que corresponden a cada persona. Por ejemplo el derecho de la igualdad -mediante la imposición de la enseñanza publica- cuando se cargan el derecho  de los padres. a elegir con libertad la enseñanza que desean para sus hijos.
   ¿Ustedes no advierten, acaso, que casi nadie defiende esa libertad,  sino que se inclinan a favor de una enseñanza igualitaria, pese al daño que pueda producirse al educando que termina por estar más adoctrinado que instruido?
    La libertad está limitada por las leyes y  nada más. Pero, la doctrina puede sobre las leyes, y como consecuencia la doctrina se impone.
    Dentro de una democracia, nadie da razones convincentes que avalen las ventajas del pluripartidismo, frente al bipartidismo, y, sin embargo, la doctrina en boga -que no la ley- nos quiere imponer el primero. Nadie asegura que las primarias garanticen la elección de candidatos eficientes para las tareas de gobierno, y sin embargo se impone el sistema porque así se hace en los EE.UU.
    Los españoles  confunden fácilmente la doctrina con la conveniencia. Si de verdad hubiera libertad de elección de candidatos eficientes  para  ocupar puestos de responsabilidad política, no existirían las primarias que tanto elogian aquellos que van a la política a ordeñar las vacas del Estado, de las Comunidades, Diputaciones y Municipios. Si la lógica para elegir a un médico, decide que  tal profesional  acredite de siete a diez años de estudios- ¿qué no habría de exigirse a un político que ha de velar por la salud de todo un pueblo?
   Los políticos han  apoyado las primarias, dándoles categoría de casi infalibles, por mediar una elección. Claro que el propio PSOE, -que tanto elogia las primarias-  tuvo que echar a la calle con cajas destempladas a un "primario",  elegido con  toda solemnidad, y sustituirle  por un "secundario" designado de forma vergonzante, ya que éste daba muestras de supremacía intelectual y discursiva muy por encima del su  rival, convertido así  en desecho de tienta y cerrado.
   La libertad es  mayor cuanto más se esfuerza uno en prepararse para ejercerla. No se otorga en unas primarias. A más dedicación y estudios, más libertad. Pero a la gente se le engatusa con la igualdad arbitrada desde la mala política; fácilmente convertible en nepotismo, que es la fuente de todas las corrupciones.

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