viernes, 18 de enero de 2019

PODER Y DINERO

     Se alimentan el uno al otro: el poder atrae y da dinero y el dinero atrae y da poder. En lógica consecuencia, el poderoso como político es (o ha de ser), por una ley no escrita que se pierde en el tiempo,  un vigilante protector de la economía  y el economista un sensato conductor de la política
Si ambos factores no  sintonizan el país (la nave) irá a la deriva y lo que lleva dentro, (el paisanaje) al pairo; pueden estrellarse en cualquier costa roquera.
     En esas estamos, sin norte,  con unos políticos tan ineptos como para creer que el poder del voto da derecho a todo  y el poder del dinero ha de supeditarse a su ideario, a sus ritos, a su memoria.
     El socialismo, andante a la española, ha metido el Caballo de Troya en sus cuadras, al pactar con los ganaderos secesionistas, no se sabe qué. El resultado está a la vista y no hace falta ser muy listo para intuirlo.
     El centrismo libero-social flexible y con aficiones ejemplares ha hecho algo parecido en el polo opuesto, creyendo que el tocino es de oveja.
     Lo, lógico, lo práctico, estaba a la vista: aliar a los partidos principales y constitucionalistas -PP y PSOE- con el poder económico suficiente y mayoritario para retocar la Constitución vigente manteniendo vivo el poder hegemónico en España, dentro de una Europa Unida con mayúscula; no maltrecha cómo la actual.
     Lo que hoy van a sufrir los españoles se pudo evitar dejando de inspirarse en la Guerra Civil  y manteniendo un poder económico equilibrado y dinámico.
     ¿O no?
   
   

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