sábado, 12 de enero de 2019

AL SERVICIO DE LA POLÍTICA

     Advierta usted, amable lector, cómo la deformación interpretativa de los hechos reales, hace que pasen por "buenas" algunas iniciativas que son malas.
     Es indudable que un merecido castigo  económico,  resulta eficaz si se aplica con medida proporcionada y justa a un malhechor; y es contraproducente e injusto, si de lo que se trata es de recaudar fondos para costear otros fines que sobrepasan los efectos de un correctivo.
     En los sistemas democráticos de pacotilla (adivine el lector quién viene a cenar esta noche), es frecuente que se desvíen del objetivo noble ciertas colectas, a pagar en moneda palpable y vigente, para destinar lo recaudado a redimir deudas ajenas al tema. El cambio del destino de fondos oficiales han supuesto la ruina de millones de personas y el mal no se arregla en tres semanas,
     Se acerca el período electoral. Hace falta pasta para  mover voluntades. No valen las viejas recetas para distraer el dinero público. Hay que innovar.
     Tenemos a  Cataluña gobernada por secesionistas que piden más, desde su caballo de Troya, y al jefe de los jefes de la España constitucional -de afiliación socialista- con deseo de complacerlos. ¡Es que, si no, se marchan! (Tiene pelotas). Y Extremadura o Aragón o la Mancha despoblándose  a fuerza de pobreza.
      Es para mover multitudes.  Y para mantener vivos los derechos legales de las personas partiendo de los principios de equidad, que olvida el  de los jefes.
     ¿Y los otros? Dándose aire con el abanico españolista. Y no ven -no saben o no quieren- que estamos en otra onda. Quieren recuperar a la familia. ¿Y la persona?
     ¡Ya hablaremos! (D.m.)

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