domingo, 20 de enero de 2019

NO ES LO MISMO

     Nunca he sentido la necesidad de los proselitistas: hacer que los demás sean fieles a un ideario. ¿Considero, acaso, que tal dominio doctrinal tiene sus méritos? Tampoco. Los tiempos cambian, las ideas también y las personas, no digamos.
      En suma: no es lo mismo ser socialista con Felipe González que con Pedro Sánchez, ni del PP de
Fraga respecto al de Casado.
      Estamos cuarenta años por detrás y hasta la historia se interpreta, ante el gran público,  a gusto del narrador: los suyos son los buenos y los otros los malos.
      A mí me da igual:  estoy preparando las maletas para el último viaje y lo demás es paisaje. Y lo veo, pero no lo disfruto ni me hace hace mejor.
      ¿Cómo veo la actualidad política de España? A nadie le importa. Aquí, cada uno, está llevado por sus necesidades y el humilde sufridor va a dar el voto al que más confianza le inspira. Véase lo ocurrido en Andalucía.
       Pongámonos en el  caso de un vasco-español en Vasconia, después de cuarenta años de dominio ejercido de hecho por un nacionalismo secesionista. Dominio que se lo han ganado a medias entre el terrorismo de ETA y el sentido práctico y positivista del PNV que le llevó a empezar el "cambio" a favor de sus ideas desde la escuela.
       Y los demás con la vitola de españoles en puestos de mando ¿qué?
        Me lo dice el paisaje. Si no se atiende el nido por las aves que  lo construyeron, los pajarillos se mueren.
       Ahí está el cambio.


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