Ayer (23/01/2019) intenté exponer el débil planteamiento ideológica, la crisis doctrinal que domina a los partidos políticos españoles. Quizás se salven unos pocos, entre los personajes del ramo, bien como estudiosos por costumbre o como profesionales por servidumbre.
El resultado, por lo demás, ante una crisis como la que padecemos en España a la vista de todo un pueblo, no puede ser más falso. Quieren salir de la crisis con ofertas, pero la cartera del erario va muy floja y no pueden cumplir lo prometido.
Como consecuencia del fracaso, aumenta el número de los empobrecidos entre los votantes y las deudas entre los más débiles. La crisis , por lógica, induce a la apertura de ofertas especulativas. Para hacerlas cuajar como es debido, se tienen que superar leyes y costumbres e imponer otras nuevas. Nada mejor, a tal fin, que hacerse los amos de la calle. Naturalmente, ¡sin violencias! (Algún que otro herido demuestra que todo es cariño).
No me siento preparado para el caso, pero me cautiva ver cómo se dan palos de ciego -con lo caro que estás todo-. Como para perder tiempo y dinero.
¿Dónde está la clave del problema? En la falsa democracia que nos hemos dado. Y en la más falsa ideología de nuestros partidos políticos. No creen ni ajustan su conducta a lo que predican. Están ejerciendo un neo caciquismo de libro.
Promesas, promesas y más promesas. Mentiras, mentiras y más pobreza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario