jueves, 23 de octubre de 2014

TEMORES EMPRESARIALES.

     Un tema interesante: las negras perspectivas de futuro, ante la arriesgada secesión de Cataluña, para las grades empresas afincadas en ese territorio.
    Es algo que apenas preocupa a los que defienden y dirigen  la secesión. No son gentes acostumbradas a valorar la gestión de las fuentes de riqueza; más bien propenden  al derroche porque los políticos, en gran medida y salvo excepciones, están habituados a tirar con pólvora del rey.
     Nada más triste que ver y oír a través de las pantallas de televisión cómo los más sedicentes politólogos, propugnan la tesis de que los pueblos y sus gobernantes no pueden  ir contra los designios de la historia. ¿Qué designios?
     Sustentan que en el Mundo está en marcha un movimiento creativo de pequeñas repúblicas independientes, titulares de una soberanía de la que hoy carecen. Lo curioso es que al mismo tiempo  defienden la integración de estas pequeñas y nuevas naciones en unidades superiores en tamaño y población; es el caso de Cataluña cuyos independentistas claman por mantenerse en la UE, de la que serían desgajados al lograr la independencia.
     Esto sucede cuando esa Europa unida está pasando por serias dificultades y cuando para salvarlas va a tener que recurrir al ejercicio de competencias de amplio espectro, en detrimento de la soberanía ejercida por los países que la integran.
     Muy al contrario de lo que vocean los soberanistas radicales de pequeños territorios, los designios de la historia van por la vía de la agrupación,  más acentuada cada día, de pequeños países en grandes organizaciones que tengan algo que decir y defender desde su importancia y  tamaño, en esta fase de globalización que vivimos.
     No hay peor progresista que aquel que vive empeñado en adoctrinarnos –como si fueran una bendición- con teorías regresivas.

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