viernes, 10 de octubre de 2014

EL FUTBOL COMO ESCUELA

    Fui un gran aficionado al fútbol pero lo dejé muy joven,  cuando descubrí que era un espectáculo de masas cada vez más caro y no un deporte para entretenimiento gratuito de aficionados a ver ganar a los de su pueblo.
    Ahora que, en ocasiones,  vuelve a ser posible su gratuidad gracias a la televisión, suelo asomarme a la ventana mágica, previa supresión del sonido para  evitarme el ruido de unos señores comentaristas que no entienden de fútbol o no saben qué decir y cumplen a su aire.
    Las cosas han cambiado. Entre aquellos partidos jugados en un barrizal a base de patada adelante y tente tieso y estos de ahora, media un abismo. El  verde del terreno de juego cada día se parece más al tapiz de una mesa de billar y,  así, se deben bordar  las jugadas.
   Pero no; no es tan fácil y  lo demostró ayer el equipo de España. Retuvo mucho el balón, pero sin fruto.
   ¿Por qué esa retención excesiva? Por pura imitación;  se lo han visto hacer a las  grandes figuras, digo yo. Pero eso es tanto como  copiar lo elemental sin ver su sentido.
    Vean la diferencia: las grandes figuras sueltan el balón, como si les quemara, en dos direcciones: o al hueco libre donde alguno de sus compañeros pueda llegar antes que cualquier  rival y continuar la jugada sin perder el control de la pelota, o directamente a la portería en busca del gol.
    Ayer los jugadores de España se paraban con el balón entre los pies y miraban por dónde andaba algún compañero para ponérselo a su fácil alcance,  perdiendo unos segundos vitales y preciosos.  Para bordar la jugada no hay que perder el tiempo: se debe recibir y enviar el balón en el acto. Hay que salir al campo de juego con la lección ensayada y bien aprendida  para desconcertar al contrario. Y no como ayer que dieron de todo  menos espontaneidad y frescura al juego; nunca mejor dicho: confundieron la velocidad con el tocino.
    Yo lo siento por el entrenador, tan buena persona como parece. Lo van a matar a disgustos.
     El fútbol es una escuela. El maestro:  Del Bosque. (En la vida política:  Mariano Rajoy). Los alumnos: la selección nacional. (En la vida política: los ministros del Gobierno). Esperemos a los próximos partidos. (En la vida política, a las elecciones). Adivinen  su resultado.

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