sábado, 1 de febrero de 2020

CONSTITUCIONALISMO, ENCAJE DE BOLILLOS

     Hecho probable: elecciones autonómicas en plena primavera, mes de mayo, en el País Vasco. Importancia máxima: está prevista una nueva dimensión del secesionismo vasco, sin salirse de los límites previstos en el archivo constitucional (Filigrana: encaje de bolillos).
      Bien armados al efecto, los partidos nacionalistas vascos de derechas e izquierdas saben donde posan. Les sigue, preparado ni fu ni fa: el PSOE y sus compañeros de viaje. Quedan a la expectativa, para sacar provecho del resultado fuera el que fuere, los Populistas. Y, por último, rascándose tras la oreja, sorprendidos en pleno sueño por el encaje, quedan a un lado los del Penoso Parir,  porque no se enteran o disimulan su vitalismo.
      Veo al País Vasco, con su nacionalismo a cuestas, dispuesto a reposar del cansancio-empeño que acarrea ser "nación"  con los equipos deportivos de pura raza perdiendo -por ser pocos- en los torneos por sistema. Es lógico que la nueva nación reclame terrenos para superar su pequeñez y tener más habitantes. No es tarde: la España actual tiene de sobra tierras vacías. ¿Cabe mejor destino que nacer con superficie más extensa y productiva? ¿Y quien lo puede agradecer mejor que los vascos nacionalistas que según la toponimia fueron los abuelos en tiempos idos de una gran parte de la España que se nos va?
      España haría un favor a los castellanizados vascos. Ya lo creo!

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