domingo, 16 de febrero de 2020

SIN MIEDO A LA VERDAD (2)

     Vayamos -para entendernos- a manifestar nuestros anhelos políticos con cierta precisión histórica: los fueros vascongados están reconocidos en la Constitución española vigente y en su complementario Estatuto autonómico. Si un político se proclama constitucionalista, está defendiendo las autonomías vigentes y sus Estatutos.
      Los nacionalistas vascos quieren más. Han aceptado la Constitución y la han tomado como base del independentismo que desean, procurando que la interpretación de esta ley de leyes favorezca la soberanía euskérica. La independencia soberana es su destino.
      Esa es la lucha que está montada porque los nacionalismos quieren implantar la independencia de Euskadi;  quieren ser nación sin salir de Europa y lo demás, por el momento, lo que ya existe, les sirve como sucedáneo  Y dicen: nuestra propuesta avanza con lentitud, pero avanza; y ustedes, los constitucionalistas en el poder, ceden porque no viven la ley vigente y se les va de la mano el cumplir y hacer cumplir esa ley como es su obligación.
     Llegados a esta situación, los dirigentes constitucionalistas en gran número -por la paz un avemaría- se ponen las gafas del color que les conviene y ceden hasta el punto de que  sus compañeros mártires,  se echan a un lado porque no quieren ser cómplices de una jugada impune. Hay excepciones; menos mal.
     Y en estas circunstancias hay derechosos que se proclaman "foralistas" desde el mal poder,  queriendo llamar la atención del votante en vísperas de unas elecciones convocadas para tender otro puente con el que pasarse por la entrepierna la citada Constitución.
     Estamos asistiendo  a la venta del poder nacional por un plato de lentejas y quieren que terminemos chupándonos la higa.
     ¿Qué se puede esperar de unas gentes que a cualquier ocurrencia le llaman democracia?

No hay comentarios:

Publicar un comentario