O sea que, desde la más alta instancia, el PP -en coalición con CIUDADANOS-, han acordado valerse del Parlamento Vasco para reafirmar la Constitución que nos une, frente al nacionalismo secesionista que nos divide.
Corre el riesgo, la tal coalición PP-CS, de perder votos según indican los resultados previstos en las encuestas electorales.
Aseguran los coaligados -a bote pronto- que están a favor de la autonomía de Álava, de Guipúzcoa y de Vizcaya sin salirse del tiesto; esto es sin desentenderse de lo dispuesto en la ley de leyes y nunca por otros medios susceptibles de apaños interpretativos de la aludida Constitución vigente .
Esta idea -cambiar la ley sin salirse de la ley- fue más o menos lo que indujo en los meses de la Transición a cambiar un Estado totalitario por otro, que luego serviría para equiparar la liberalidad con el libertinaje.
Este es el caso -dicho sea de paso- que sorprende y cabrea a los españoles de buena fe ante las tolerancias impuestas en favor de ciertos forasteros y en perjuicio de sus equivalentes nativos, pobres, sin trabajo, sin sitio donde caerse muertos. ( Basta con ver los derechos constitucionales incumplidos en perjuicio de millones de españoles y la lista de deberes tolerados a forasteros con osadía, que no son pocos).
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