viernes, 31 de enero de 2020

VAMOS POR MAL CAMINO.


      ¿Mal camino? ¿Y lo digo ahora? Sí, ahora, cuando los agricultores se dan cuenta  de que los productos cosechados por ellos con mimo, se cotizan con pérdida. Y, naturalmente, los perjudicados se sienten víctimas de una mala política; conducta tan nula y desatenta como parece estar, para empobrecer a colectivos humanos -sin ser rivales-, a los dejan dejan morir en la miseria pese a ser sus más fieles electores.
      ¿Por qué pasa ésto?
       Yo -pobre de mi, tan viejecito y tan cansado-, no hago otra cosa que apuntar a los buitres rutinarios de siempre y a los sagaces quebranta-huesos que al fin mal limpian el escenario. Y me pregunto, ¿cómo se puede evitar el descalabro y cómo alejar del espacio vital que el ser humano necesita, a tanta y tan infecta basura de las cercanías habitables?
       Parece ser -y si esto es verdad es para comer cerillas- que los  pródigos aliados y comparsa que rodean al Poder, están más atentos a los prodigios que vive su rebaño casi apostólico, que a la realidad de la desventurada calle del pobre guripa.
      ¿Se puede evitar este desmán del que da noticia la marea que nos inunda? Sí: Está en manos del poderoso si es inteligente y ve más allá de su nariz y de su propio bienestar.
      ¿Para que dedicar tanto político a bien vivir hasta en Europa, para luego tener que perder  millones de naranjas exportables porque no rinde el hecho de cosecharlas?

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