sábado, 11 de enero de 2020

EL PROGRESO POLÍTICO

      Al decir "progreso político" me refiero a la oferta de proyectos renovadores para ir por el camino de la felicidad, a cambio de que las gentes de buena fe cumplan con el simple hecho de darles el voto (a los progresistas) para, alcanzado el poder,  progresar de una tacada.
       Hago uso de esta advertencia preventiva para distinguir el "progreso político", de fácil oferta, que en nada se parece al "progreso científico" que se logra con la dedicación, el trabajo y el estudio de cada persona sin perder el tiempo que a nadie se lo regalan.
       Dejémonos de charangas: el progreso esta al alcance de todo el que quiera progresar y lo mejor que suelen hacer éstos - diría que hasta los apóstoles - es no hacer mucho caso a los "progresistas políticos".
       En un país cargado de problemas donde los inversores  huyen a sabiendas de que el vacío que dejan se llenará de "progresistas políticos" (mayoritariamente "progresistas" de mentira, aunque muy bien pagados), no hay más remedio para los gobernantes que recurrir, con obligaciones e impuestos, al negativo sistema de esquilmar a las clases medias que no pudieron huir; claro está que el sistema fomenta pobreza entre la muchedumbre que sigue a la espera de que vuelva a funcionar el "progreso científico" que produce riqueza.
      Los hechos mandan y además pueden comprobarse: los españoles que con sus familias arriesgaban sus ahorros y vivían progresando, se han ido a pique a medida que prosperaba la "progresía política" y sus ayudantes. Entre todos se llevan la tajada del león y la deuda que pagarán  los más necesitados, ahí está. Son  pocos los que se preguntan ¿quién pagará el entuerto?


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