En la España que hemos vivido desde la guerra del 36 (no olvidemos la democracia orgánica), los mandamases nos predican las bondades democráticas bajo apariencias diversas, pero en el fondo se las arreglan -desde el núcleo político dominante- para imponernos doctrinas totalitarias del cuño más castizo,
No se horroricen. La democracia, el gobierno del pueblo para el pueblo, brilla por su ausencia. Si así no fuera, no tendríamos a millones de españoles sin trabajo y sufriendo carencias impropias de un país civilizado.
Horror: esta es la realidad. Estamos de hecho sometidos al totalitarismo impuesto por un conjunto de almas "generosas" que prometen justicia social prioritaria en favor de los desvalidos y empiezan por dar al grupo, gobernante con mando y ordeno en plaza sin contemplaciones, poder y dinero a espuertas a sabiendas de que no habrá, bajo esta guía, medios económicos para crear puestos de trabajo.
Esa es la realidad y por mucho que nuestro guía y sumo pontífice sostenga lo contrario, no hay tus tus ni de donde sacarlo, si no es con prácticas totalitarias a pagar por los que no pueden huir con sus bienes y oficios parados en posesiones inmuebles.
¿Cómo, a pesar de todo, los votos van donde van? Esto lo resolvieron los totalitarios seguidores de Hitler. Una mentira publicada mil veces pasa por ser verdad.
Y sus oponentes ¿qué hacen? Siguen soñando: palabras, palabras, palabras....
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