LAS CUATRO ESQUINAS (6)

   
     Queramos o no la España insólita, revuelta y sentimental anda a la deriva. Todo ser humano que palpe la realidad político-social española se da cuenta de que además de muchos pobres que sufren por los cuatro costados, nos hemos conformado con padecer a unos políticos, poseídos de suficiencia que aparentan sabiduría y presumen de estadistas. (Salvo excepciones, porque las hay).
     La mediocridad ocurrente ahí está: presumiendo -por ejemplo- de libertad de expresión y defendiendo -a un tiempo- que los padres, durante la minoría de edad de sus hijos, no son los indicados para orientar el futuro que les salve de sus miserias. Para eso está el Estado.
     No se sabe pero ¡Dios nos libre! de estos politicastros que, para colmar una realidad que avergüenza,  presumen de "progresistas" y "oportunos" cuando los hechos nos demuestran que quienes mayoritariamente triunfan son aquellos que vivieron la lucha por el porvenir de los suyos, en y con su familia, poniendo tesón, sacrificios, horas de estudio y dinero. Todo menos la ignorancia que derrama ilusiones,  falsas promesas y unos platos de  mijo para enseñarnos cómo dominar el arte de descubrir mentiras.
     Trabajo, ahorro, estudio y sacrificio vocacional son las cuatro esquinas a superar por los que pueden fomentar el progreso.
      Lo demás es dar pasos en falso. ¡A la vista está!
      Lo demás no pasa de ser un cuento.