No es de mi agrado participar en las peleas patrias y menos cuando rezuman odios insatisfechos. Hay, en España, muchos "patriotas" -sobre todo entre políticos de ambos sexos-; están ideando cómo hacer, unos para conservar y otros para alcanzar el poder.
Quiero colocarme ante hechos ya pasados y otros que se anuncian como inevitables, en actitud neutral. Pero es imposible : las pasiones humanas pueden con todo. Vivimos y vemos cómo se atacan sin piedad; cómo se ponen tibios los unos a los otros. No se perdonan, sin que eso impida alianzas circunstanciales y endemoniadas, para medrar, con los que ayer se cruzaban insultos.
Según dicen, se fragua un alianza -tipo frente populista- para echar del poder a los enemigos, tildados de heredo fascistas sanguinarios y de ladrones consumados. Funcionan las predicaderas mediáticas de ambos bandos a toda pastilla. Hay muchos intereses en juego. Van en serio.
Se anuncia una moción de censura para salvar a la Patria, y a los fieles patriotas promotores del cambio; de un desastre irremediable.
Los enemigos -que no adversarios- también patriotas, tienen en sus manos los mandos de una respuesta que les asusta: cortar por lo sano sin anestesia. La respuesta que esta medida pueda ocasionar, se desconoce. Pero las cicatrices son duraderas.
Soluciones prácticas: ninguna.
¿Estado de bienestar? Para unos cuantos, como siempre.
El que más chifla, capador. De ahí, no pasamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario