II
España y los españoles han sufrido toda suerte de calamidades y padecido por la muerte de seres queridos, a cuenta de la política equivocada de esclarecidos patriotas que prometían horas de felicidad a cambio de nada o por un simple voto.
El manoseado principio de igualdad se sigue utilizando como si la posesión de bienes, la belleza personal, el talento, la salud o los dolores de muelas, estuvieran al alcance de todos, uno a uno, en la misma proporción...¡Todos iguales! Pues no: cada persona ha de aguantar su carga, cumplir su programa, y nadie como cada uno para resolver sus diferencias y sus problemas que, eso sí, tienen su precio.
El que crea que los políticos les traerán la felicidad a su casa a cambio de un voto o poco más, por aquello de la igualdad predicada, va listo. La igualdad política se limita, y no es poca cosa, a un trato de igualdad ante la ley y pare de contar.
¿Acaso los fueros se crearon para ser todos iguales? No. Al contrario: se crearon para contentar a los que fueran en justicia merecedores de un premio. Funcionaba el principio de la equidad: dar a cada uno lo suyo, según sus méritos.
¿Se cumplía este mandato del fuero? No siempre, como tampoco se cumple el principio de la igualdad. Pero, lo que aún es peor: los distintos Estatutos autonómicos e igualitarios, que funcionan en España, han creado las más sangrantes e injustas diferencias, tanto entre los ricos y pobres de su jurisdicción, como respecto a otros territorios. Los perjudicados protestan y los beneficiados también. Y sin hacer cuentas piden la independencia porque, así lo anuncian, su prosperidad iría en aumento, se darían mejor vida con la ventaja de no tener que dar explicaciones a nadie.
Si por mi parte dijera que, hace mil años, en mi tierra natal estaban mejor resueltas las diferencias gracias a sus buenos usos y costumbres, a sus fueros, muchos se echarían a reír. Pero si les contara como se están despoblando ahora, esa mi tierra querida, se echarían a llorar.
Les contaré algo más sobre otro principio básico: la solidaridad.
(Continuará)
No hay comentarios:
Publicar un comentario