martes, 15 de agosto de 2017

LO PÚBLICO Y LO PRIVADO.

     En los tiempos,que corren se detectan -por lo menos en España- dos corrientes de opinión, referidas a la eficiencia del sector público frente al sector privado; la critica se agudiza cuando ambos sectores coinciden en la prestación de análogos servicios. Por ejemplo la enseñanza.
     Como puede comprenderse es absurdo llegar a conclusiones definitivas sobre que servicio es mejor o peor porque pueden coexistir, de hecho así sucede, escuelas buenas, medianas o malas,   pertenecientes a uno u otro sector.
     Lo prudente y  juicioso, sería saber dónde está lo bueno y  lo malo  y que las mayorías defendieran y se prodigaran en favor de la buena enseñanza,  tanto si fuera pública como privada.
     En este caso concreto,   según las  evaluaciones de PISA, la enseñanza en España -tanto pública como privada- resulta ser mediocre. Y las familias afectadas, pese a ese hecho que se repite al paso de los años, no piden cuentas por estos resultados. Parece que  no valoran las consecuencias que derivan de esta realidad, que va en perjuicio de sus hijos, primero, y de todos después..
       Pero no creamos que esto sólo pasa en la enseñanza. El sector público en España, puede ser ambicioso en cuanto a progreso y modernidad se refiere, pero algo, tal vez una legislación excesiva, compleja y enrevesada, imposibilita cualquier intento en este sentido.
       La eficiencia, que va unida al progreso económico y social, la que nos aproxima al estado del bienestar, obliga a evolucionar con diligencia y constancia por medio de las nuevas tecnologías.
       El sector privado que va en vanguardia así lo hace, y cuando no, termina por vegetar o desaparecer. El sector público quiere, pero no sigue los mismos derroteros. 
       Claro que para progresar hace falta invertir  y hacerlo bien. Y a los españoles -no a todos, pero a muchos- les va mejor la fiesta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario