viernes, 11 de agosto de 2017

TURISMO DESBORDANTE Y GOLFO

     La primera realidad que palpa un español a poco que pase por instruido, es que España, cada año que pasa, está más endeudada y necesita, para enjugar tanto gasto, iniciar una clara promoción de sus ingresos, aunque fuere perdiendo el equilibrio. ¿El recurso? Fomentar el ocio, exaltar la playa, divulgar el magreo de masas, vulgarizar la droga... ir de fiesta por la vida.
     En el fondo un pueblo debería ser como una gran familia,  preocupada de que  no les faltare lo esencial, a cuyo fin estarían muy controlados los gastos superfluos. Llego tarde. Una mayoría   de españoles ha descubierto que la familia es es un invento anticuado que solo  sirve para  llenarnos de hijos y  disgustos. (no lo digo; está en la calle).
     Cuando surge una crítica, desde el marco político,  dirigida a los Gobiernos que descansan tapándonos la boca dando publicidad a los ingresos brutos que España recibe gracias al turismo, es para inquietarse. Nadie  nos dice cuánto gastamos en recoger  basura ni en la  reposición de daños causados por esa tropa desnortada;  ni mucho menos, quién o  quiénes se llevan la tajada del león a la hora de repartir los beneficios obtenidos. Y quede claro: no ataco, sino que defiendo al turista consciente que respeta y sabe respetar lo que es de todos.
     Si de verdad creemos que este turismo que nos devora es el deseable, vean el estado de gran parte de nuestras costas, pueblos y ciudades.  Cada día aumentan los que comprueban que no tienen remedio.  
     Y si vamos a los territorios del interior, donde todavía no es rentable ese turismo de rompe y rasga, uno reza para que no los descubran los agiotistas de turno, que además se tienen por patriotas.
      Para terminar: no se puede tolerar que las iniciativas turísticas se apoyen en el criterio de todo es bueno "p´al convento".
      ¡Así nos va!

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