lunes, 8 de junio de 2015

SABER Y LLEGAR A TIEMPO

 
   Un viejo y astuto aldeano de mi tierra - oeste alavés, donde el Ebro comienza a lamer el sur de Vasconia -, haciendo uso de  una personal jerga que le permite romancear por libre, decía: "Donde no te llaman ¿para qué te quedrán?"
   Es evidente que el, partido político que preside el Sr. Rajoy tiene punto débiles, pero no está  desarmado. La mejor prueba la dan sus oponentes  que vienen a ensayar de nuevo la  forja de un "frente popular" cuyo objetivo proclamado ha salido  a la superficie por pasiva, diciéndole los socialistas por boca de su mandamás:  "No son los del PSOE quienes  excluyen al PP; son ellos mismos los que se quedan solos".
  "Donde no te llaman, ¿para que te quedrán...?"  Quieren  asar vivo al centro derecha  español y  a todo lo que representa. Al centro izquierda no le da vergüenza unirse a los extremistas recién llegados. El PSOE peca, pero se disculpa. "Excusatio non petita, accusatio manifesta", es la respuesta andante.
   Esas son las lentejas que tendrá que comer el centro derecha.  Si no  le gustan -como a millones de votantes- tendrá que pasarlas con agua y ajo. Lo dice el olfato: no es momento de convertir infieles, porque ha llegado el tiempo del desencanto para una feligresía que soñaba con el cambio. Es preciso que prueben la amargura. Sentirán el haberse ido del redil.
    Ya no habla el señor Sánchez (don Pedro) del PSOE de redimir a las clases medias.  Dado que los ricos se van con sus caudales a otros países ¿quién va pagar los platos rotos? No se puede reanimar a las gentes con un repertorio de promesas sin tener en cuenta otros  irremediables efectos. Pero tampoco hay derecho a caer en manos de tanto desaprensivo pensando  que Dios  los ha dotado de una varita mágica.
   Los españoles  están  esperando un cambio.  O todo el centro derecha se revuelve contra el tsunami que nos viene encima y advierte que no hay mejor cambio que el ofrecido por Europa, -pese a que tiene un precio-,  o los votantes entrarán  en una  fase de decadencia muy parecida a la que afecta a los griegos de nuestros días. Los mas identificados con ese centro derecha, que son mayoría, se van a  ver desorientados y más pobres si no dan en España la respuesta electoral que las circunstancias aconsejan.
  Basta ver el estado en que dejaron los socialistas a España en el año 2012. Para ello, tan solo hay que comparar aquel estado de cosas, con el de hoy, a medio camino de una recuperación que ya se palpa hoy a punto de terminar la legislatura. Esa es la verdad que más nos interesa. No es miedo, el  que nos avisa; es precaución.
  En España  esa idea la entienden todos, y queda probado que es de esa Europa de hoy y con futuro de la que no puede alejarse el centro derecha español. Esto puede hace entrar en razón a muchos votantes hoy alejados de la política europeizante. Pero si la explicación no se divulga  y llega a las gentes de buena voluntad, que son mayoría,  surgirán sorpresas desagradables. Si el centro derecha español no triunfa con claridad manifiesta en próximas elecciones  a fin de año, ¡Ya se verá!.  
   Ahí está el secreto: en saber llegar y llegar a tiempo. Para eso el centro derecha español no necesita unirse a nadie. Basta con que ellos solos voten unidos. Porque donde no te llaman...













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