jueves, 25 de junio de 2015

LOS ESPAÑOLES ANTE EL PELIGRO.

   Digan lo que quieran,  la mayoría de las iniciativas, aspiraciones, trabajos, esfuerzos, estudios, debates, peleas, teorías políticas, etc. y hasta cierto punto las oraciones elevadas al cielo por las personas nacidas en España, están adscritas a motivaciones materialistas. En este tipo de asuntos  nuestros compatriotas siguen las tendencias de otros pueblos que alcanzaron  grados de prosperidad que nunca tuvieron los españoles,  ni siquiera tras el descubrimiento de América, donde se organizó un movimiento idealista de apostolado católico y a su sombra creció la más desnaturalizada  codicia que terminó por arruinar a España y a la inmensa mayoría de sus moradores.
    ¿Cuáles fueron  las causas de ese despropósito?
     Adviertan esto que les voy a decir: España tuvo siempre unas minorías cultas, en medio de un mar de analfabetos.  Ahora en nuestros días, se nos hace creer que  España esta leña de listos,  de masas de votantes  magníficamente preparadas para tomar decisiones. Si así fuera, estaríamos a la cabeza de Europa en ese sector  llamado ciencia, donde si alguien nos salva no son sino unas minorías que tienen el mérito de sobresalir en un pueblo capaz de rendirse de admiración ante un futbolista,  pero que ignora por completo a la élite de investigadores científicos apreciados no aquí, sino en el resto del mundo civilizado.
     Esta es la realidad española y de tal pueblo, tales políticos, salvo esa minoría que se corresponde con la de españoles bien formados.
    ¿Acaso me equivoco? ¿Acaso no fue la guerra civil  una lucha organizada contando con la escasa preparación cultural de la inmensa mayoría del pueblo? ¿Habrían peleado entre ellos, con tal saña, los suizos, los ingleses, los alemanes, etc. de 1936 ?
    Basta ver el estilo político de algunos líderes españoles y sus planteamientos (tan elementales como falsos), para deducir que ellos cuentan conque el pueblo no se merece otra cosa porque no da más de sí.
    Ojalá esté  equivocado. Sería la mejor prueba de que los españoles vamos cambiando. Confíemos en una clase media incorrupta que aún puede jugar un papel decisivo ante el peligro.

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