lunes, 29 de junio de 2015

LA EXPRESIÓN IDIOTA DE MUCHOS POLÍTICOS

   Expresarse no es otra cosa que manifestar con palabras, miradas o gestos lo que se quiere dar a entender.
   Admitir que un político se expresa mal es tanto como decir que Dios no le ha llamado por el camino de la prédica y, en consecuencia, lo mejor que se puede hacerse es, si no por las  buenas, retirarlo por las malas. El vocablo "idiota"  -según el diccionario de la RAE, segunda acepción- quiere decir  "engreído sin fundamento para ello". Hablamos de expresiones construidas sobre bases falsas (ahí tenemos el caso de Grecia: todo un pueblo encelado por no saber -o no querer saber - toda la verdad de su situación). Hay que manejarse con la verdad, oportunamente y tener razón.
   Aclarado este extremo pongámonos ante una evidencia: cada candidato político, bien sea elegido por el sistema del dedo, por el  ejercicio del  nuevo engaño que se ha dado en llamar "primarias" o por inspiración divina haciendo intervenir al Espíritu Santo,  debería demostrar que sabe expresarse y es capaz de convencer a un lagarto. Ejemplo: el éxito del Sr, Gabilondo, que desplazó a un "primario" con el  apoyo de los jerarcas del PSOE porque el elegido no daba la talla ( creando un precedente de inseguridad para candidatos primarios). Como lo ha demostrado el Sr. Gabilondo sabe expresarse mejor que muchos curas. ¡Por algo será!.
    El caso es, que muchos políticos, si  servir para otra cosa, no saben expresarse; por tanto, no convencen; por tanto, son malos políticos; por tanto,  no se ganan el salario que reciben y, ademas, no les da vergüenza. Entonces, para justificarse, forman una claque. La "claque" la constituyen "un grupo de personas que asisten a un espectáculo (como las sesiones, del Parlamento) con el fin de aplaudir en momentos determinados". (Para comprobarlo conecten TV-2  los  miércoles a las 9 de la mañana).
    Si a un político le prestan un micrófono para hablar y no aprovecha la ocasión para convencer a quien le escuche y ganar votos, hace el idiota (coloquialmente, el tonto). Por lo general esos políticos suelen,- en vez de convencer con su dialéctica a los votantes de base- , aprovechar la ocasión que les brinda el micrófono, para  arremeter contra sus adversarios, sin advertir que  éstos no cambian de forma de pensar o de sentir ni a tiros de cañón.
    Un político nunca ha de olvidar que lo importante son los votos y que éstos no vienen del  enemigo: vienen de otros electores y hacia ellos debe orientar su discurso en toda ocasión y momento. Aunque otra cosa parezca, para eso le ceden el micrófono. Al enemigo nada mejor que ignorarlo. El viento de contra es el que levanta  las cometas y las hace más visibles. Ejemplo: Doña Esperanza colaboró como nadie a que doña Manuela sea hoy alcaldesa de Madrid,  a fuerza de tomarla como objeto  de sus disparos dialécticos.
     A propósito: no es que bastantes políticos del centro derecha no sepan explicarse:  es que, además,  se exceden poniendo a  parir a sus enemigos, que es como hacerles publicidad de la buena y gratis.
No tienen remedio.

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