Si se observa con imparcialidad el desarrollo de los partidos políticos españoles, su peso específico, su valía según el talento de sus directivos y los subsiguientes resultados electorales coincidirán en que cuando triunfan -los que triunfan- no es tanto por méritos propios, como porque desde el poder propiciaron su derrota. El PP alcanzó la mayoría absoluta porque así lo quiso el Gobierno de Rodríguez Zapatero a fuerza de no dar una en el clavo.
Verán: el enemigo a derribar ahora es el PP, sobre el cual han caído toda suerte de dicterios. Un auténtico cierre de filas contra este partido se mantiene vivo, al precio que fuere, acusándoles -desde todas las izquierdas y de parte de un centro derecha resentido- , de toda suerte de vilezas.
El chivo expiatorio ha sido y lo está siendo el PP, por no prestar atención -a su debido tiempo-a un oportuna tarea purificadora de sus militantes. La limpieza de la ropa sucia se hace en casa, pero hay que hacerla. Nada de poner manos en el fuego, por éste o aquél. En la primera pernocta cuartelera que sufrí en el año de 1945, me aliviaron de la única manta que me prestó la madre patria para no pasar tanto frío. Además de reponerla con mis escasos medios, padecí las risas burlonas de la soldadesca. España es así. Pero no me volvieron a robar porque a quien lo intentara podría salirle cara su osadía.
No se olviden: entre los que ahora llegan a la política, hay quien ya está preparando su futuro. A un buen número de logreros les importa su beneficio personal y al primer descuido de los superiores de la orden, sin perder de vista que alguno de los principales puede estar implicado en la partida, los veremos actuar impávidos, como buenos conocedores del oficio.
A mi entender las turbias aguas que el PP no supo purificar a su debido tiempo le han hecho perder millones de votos. Mucho más importante que cambiar el aparato gubernativo en casos como éste, es la catarsis, la limpieza purificadora dentro del partido. Da la sensación de que aún tienen mucha basura debajo de las alfombras.Y si no se dan cuenta y no se deciden por utilizar la lejía a chorros lo pagarán en las urnas: asistirán a un lento trasvase de votos hacia otro partido que ya funciona y que también quiere abatir al PP.
El centro derecha español (al margen de los partidos, es mayoritario y, téngase en cuenta- encontrará su sitio, sobre todo si acierta a no perder el apoyo de Europa. El mismo apoyo que ahora se lo está jugando a cara y cruz el longevo y corto placista social demócrata PSOE. Es el segundo partido a derrumbar por los recién llegados. ¡El tiempo lo dirá!
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