martes, 23 de septiembre de 2014

LA POLITICA Y EL EMPLEO

    Economistas y sociólogos, políticos y teorizantes, docentes y periodistas, padres e hijos, abuelos y nietos y miles de compatriotas, se acuestan y madrugan con  el mismo sueño en forma de pregunta: ¿Cuándo se creará empleo en España capaz de absorber las tres cuartas partes -por lo menos- de las listas de parados?
    Es una pregunta razonable - no emotiva - que si tuviera solución rápida ayudaría a resolver otros problemas.
    ¿Cómo crear empleo? Los partidarios del ordeno y mando,  por mas que lo nieguen, trasladan a los Estados e instituciones  paralelas su obligación de crear empleo. Para salir del paro, cuando la inversión privada se esfuma, es el Estado -dicen- quien ha de actuar de patrón. No puede una nación mantenerse - insisten - con un porcentaje tan elevado de población activa en el paro, como sucede en España,  sin que el Estado  tome parte directa en la solución del problema.
    Para eso hace falta dinero y ¿de dónde puede sacarse? Porque si se aprieta la tuerca fiscal sobre los pocos empresarios y trabajadores en activo, se corre el peligro de que cierren más empresas. Es decir, puede -casi seguro-  que aumente el paro.
    De otra parte, el  Estado si no saca el dinero del sufrido contribuyente, ha de pedirlo prestado. O, las dos cosas, como ya sucede en España.  En suma nos empobrece. Pero todo tiene un límite: la insolvencia. Cuando un Estado pasa a ser insolvente, los ciudadanos lo pagan hundidos en la miseria. Recordemos el corralito argentino.
    ¿Y cómo salir del apuro?
     Los años -más que la ciencia- me dicen que hemos de aprender a sacar chispas de lo que tenemos y para esto se necesitan menos políticos y más personas dispuestas,  no poner la mano, sino a emprender, a trabajar y sacar buenos rendimientos a lo poco que tenemos.
     ¿Miedo a los políticos de poco fuste, incluso a los nuevos? Sí; incluso a los nuevos: "Nosotros  tenemos la solución", anuncian. "Vamos a cambiar todo,  echando fuera de la vida política a la casta".
    Y proyectan: "Repartiremos con  justicia lo poco que tenemos" . "El dinero para crear trabajo, saldrá de los ricos que  lo defraudan, de los que cobran salarios de fábula y de los que llevan sus ahorros a los paraísos fiscales".
     Suena bien, pero en el fondo de lo que se trata es de una operación de relevo. No tengan miedo. Ya ha pasado en otros países y no han resuelto nada.
     En suma, un país, para que de verdad funcione, necesita que el  sector público -donde se cobija la picaresca de nuestro tiempo- sea pequeño y  eficiente,  que  no consuma grandes sumas de dinero  y energías, cosa que hoy no sucede. Un sector público que no ponga excesivas trabas a la iniciativa privada, que es la que de verdad crea puestos de trabajo productivos.
     Se trata de mantener un equilibrio imprescindible entre lo público y lo privado, teoría que no acaban de entender los políticos, porque no les conviene ¿dónde meter a tanta gente  amiga que vive de la política?
    Hay cosas que tienen difícil arreglo cuando a los perros se los quiere atar con longaniza.
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