jueves, 18 de septiembre de 2014

EL DIA DEL INCORDIO.

     Toda la mutación socio-económica que en nuestros días se ha producido y  está produciéndose en el planeta Tierra, ha sido bautizada con un nuevo nombre: globalización.
     Hoy se está votando en Escocia si los habitantes de este territorio se independizan o siguen formando parte del Reino Unido. El resultado de esta votación va a tener efectos en muchos países por algo que, en principio, les tiene sin cuidado. La globalización tiene estas consecuencias: hace que repercutan las decisiones de unos, en los lugares más apartados; así son las cosas,  para lo bueno,  para lo malo y hasta para inmunizarse ante una epidemia, tal que la del ébola.
      También por la globalización se explica que una parte de España esté padeciendo, de forma poco entendible para quien vive ajeno a este fenómeno,   las consecuencias del conflicto que  incumbe  a  ucranianos y a rusos. El hecho de pertenecer a un gran club, como es la Unión Europea,  permite a miles de  españoles mitigar los efectos negativos de este episodio.
      ¿Qué están haciendo los países con problemas socio-económicos para defenderse (y defender a sus pueblos) de estas contingencias globalizadoras? Unirse, porque el viejo dicho de que la unión hace la fuerza sigue funcionando hasta para hacer carreteras.
       Y los que se dividen ¿acaso van a quedar fuera estas asociaciones?
        De momento toda  división es un  incordio a estos efectos. En la UE, sí, se quedan fuera. Veremos las repercusiones que esto tiene.
     

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