martes, 2 de septiembre de 2014

A LOS AMIGOS DE LA VERDAD

    Reconozco que no soy quién para dar lecciones a nadie y menos de política. Pero tampoco hay razón para que me calle cuando, como es mi caso, la naturaleza (gracias a Dios) me ha permitido acumular experiencias y otorgado la posibilidad de razonarlas, aunque sólo sea por puro interés comunicativo.
    ¿Cómo veo al sector  social del centro derecha vasco peninsular?
     Es un sector muy evolucionado  respecto al que yo conocí en los años de la transición.  Me quedo, puesto a elegir, con el actual. Pero no podemos confundir la evolución con la indefinición ante los problemas de la sociedad vasca, o por lo menos de aquella parte de tal sociedad que no es nacionalista y se inclina por no votar, o por votar como mal menor al nacionalismo más inocuo.
     A ese sector social -el centro derecha vasco español- debería de atenderlo un partido capaz de identificarse, desde una posición amable y constructiva, con una mayoría de vasco-españoles inmersos en esa cultura.
      Este partido, por congruencia,  no podría ser nacionalista -interesado fundamentalmente en las cultura vasca- porque dejaría de atender con el empeño que se merece la cultura etnográfica española.
      Se ha de reconocer que, en Vasconia, así como  lo pretendidamente vasco está en alza, lo español no. Todo empieza en la escuela que, en el País Vasco,  está en manos nacionalistas. No es tanto la enseñanza que se imparte como el sentimiento que se cultiva.
      Claro está: los partidos de ámbito español, por el camino que actualmente siguen o por el que se dejan conducir, están llamados a desaparecer. Algo que también sucede en Cataluña.

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