lunes, 21 de julio de 2014

SE DESCUELGAN DE LOS BALCONES

     España, ¡pobre España!, está, en parte, como esos turistas que hartos de alcohol, de droga y de frustraciones sexuales, lo enseñan todo, dan vía libre a los más  bajos instintos y se muestran  capaces de hacer equilibrios y caerse (descolgarse o tirarse) de los balcones. Y de matarse.    
     Cualquier observador externo termina diciendo: "Anda y que les den... ¡Ellos se lo han buscado!". Pero, ¡No es esto, no es esto" que dijo don José Ortega y  Gasset cuando  los extremistas republicanos en el lejano 31 se fueron por los cerros de Úbeda.    
     Los catalanes dependientes del secesionismo (los separatistas de siempre)son peligrosos en cuanto no  controlan su insatisfacción y se sienten  víctimas de  subjetivas carencias. En tal estado de ánimo  pueden llegar al disparate. Algo no bueno para nadie.
     Las gentes más serenas y comedidas de toda España no desean llegar a esta situación y hasta proponen un examen de conciencia para establecer una equidad, un trato justo y según merecimientos,  aplicable a las distintas nacionalidades y regiones de España. Hasta hablan algunos de federalismo, sin  debatir el alcance de esta melonada.
     Ellos, los  dependientes del independentismo, no miden el límite de sus demandas.  A lo peor están subiéndose a los balcones.  ¿Y si se caen  y hasta se matan? Todo tiene un límite. Pero los avisos de prudencia, mucho es de temer,  no valen para estos casos.

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