Pocos lectores saben que Sabino de Arana y Goiri, fundador del PNV, separatista confeso, divulgador de los valores vascos, defensor de la raza euskérica, euskaldunberri, creador de la ikurriña y de otros símbolos, himnos, santorales, etc. tuvo la humorada de fundar, poco antes de morir, en los albores del siglo XX, una Liga Vasco-Españolista, a través de la cual parecía abjurar de todo cuanto hasta entonces había defendido.
Sus seguidores, patidifusos, se preguntaban si Arana estaba o no en sus cabales y quedaron sumidos en la más tenebrosa de las dudas; con más razón cuando, poco después de esta grave y trascendental decisión, Don Sabino se murió sin despejar la incógnita.
Después de muchas cábalas, sus amigos recurrieron al médico de cabecera con el que Don Sabino tuvo numerosas conversaciones durante su última enfermedad. El Dr. Arriandiaga, dio una explicación extensa, demostrativa de que el jerife nacionalista no desvariaba.
La "Liga Vasco-españolista", invento sabiniano, era un prototipo autonómico a implantar en todas las regiones españolas, "dándo un plan político a España que la divida en trozos mil..." "¿Qué cómo? Pues deseando que el regionalismo prospere en nuestro País y cunda por España, estableciéndose pleitos y contiendas entre las diversas regiones o aislándose unas de otras de modo tal que no las importe la totalidad de España". (Nota del Dr. Arriandiaga del 22-08-1903)
En esas estamos. ¡Y dudaban sobre si Sabino de Arana estaba en sus cabales! Está claro que no se chupaba el dedo, como muchos de sus detractores que siguen creyendo que las ranas crían pelo.
Divide, toma tu parte y corre: un buen lema para todo nacionalista regional.
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