domingo, 9 de marzo de 2014

UNA VIEJA HISTORIA

El Conde Duque de Olivares fue valido del Rey Felipe IV en la primera mitad del siglo XVII. Era un reformista que quiso represtigiar e impulsar el poder de la Corona, para lo cual ideó un conjunto de medidas hacendísticas que aumentaron la presión tributaria y que fueron protestadas desde los poderes locales. Al mismo tiempo mantuvo guerras con otros reinos de su época y entorno.-El resultado de su gestión fue catastrófico,hasta el punto de que la hacienda real se declaró en quiebra.-En Vizcaya se organizó el motín de la sal -elemento necesario para la conserva de pescados- producto encarecido por los tributos reales-. En Portugal se declararon independientes. En Cataluña se sublevaron "els Segadors". En Andalucía se alzó en armas el Duque de Medina Sidonia. Aquellos reinos unidos en tiempos de los Reyes Católicos estuvieron en trance de dividirse de nuevo. Las presiones de los adversarios y enemigos del Conde Duque de Olivares provocaron su cese. Y el Reino empobrecido de España, a la muerte de Carlos II, estuvo a punto de ser poco menos que subastado entre varias potecias europeas. Fue cuando Luis XIV de Francia impuso a su nieto Felipe V, pasando por encima de otras pretensiones. El embrión -podríamos decir- de una nación llamada España, aunque arruinada y deprimida por errores de sus gobernantes, se vio sumido en su primera guerra civil. Solo al rehacer su hacienda volvió a prosperar en tiempos de Fernando VI. Pues bien, ahora, hoy, en nuestros días, solo si la hacienda del Estado se rehace sin hundir a la iniciativa privada, volveremos a olvidar los conflictos secesionistas. Los castellanos pobres que, sufragaron tantas veleidades regias, saben de sobra que donde falta cecina todo es mohína.

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