miércoles, 12 de marzo de 2014

SIETE VECES ADOCTRINADO

Hoy, de madrugada, me he sumido en un exámen de conciencia. Ha sido tras escuchar una cargante emisión sobre el atentado acaecido hace diez años en la estación de Atocha. Nada de carácter informativo, ni siquiera descriptivo, que añadiera algo nuevo a lo ya conocido; ha sido una sesión de adoctrinamiento, casi diría electoral, para distinguir a los buenos de los malos. ¡Como si no conociéramos el percal, o sea la calidad de nuestros políticos! He echado cuentas. A lo largo de mi vida, siete veces adoctrinado, han conseguido hacer de mí un escéptico. Primero caí en manos de un cura carlista que me convirtió al tradicionalismo. Luego con la guerra pasé, por la influencia del Imperio a cargo de un maestro falangista, a ser un doctrino del fascio. Una caterva de frailes patriotas hicieron de mí un nacional-catolicista. Los remilgados estetas del Opus,tan convincentes y bien vestidos, me llevaron a ser fiel devoto tecnocrático,camino directo hacia Dios. Pero vino la democracia y con ella llegaron los santones del socialismo izando la bandera de la libertad; algo nuevo a lo que no me pude resistir y ¡allí estaba yo! Entonces me dio por leer textos neoliberales y descubrí que la libertad socialista era una falacia; me dejé influir por la causa neoliberal y terminé siendo una víctima de la crisis. Y ahora, séptima fase, quieren que me apunte a los "conspiranoicos" (algo con muchos bemoles) o a los de la movida morisca, es decir que vuelva a la edad media. ¡Es demasiado! Asi que he decidido tumbarme a la bartola para meditar en cómo salir de ésta. Y me he puesto a buscar cómo reencontrarme con el Angel de la Guarda, que en un cuadro de mi infancia estaba representado por un efebo con alas que daba la mano a un niño para que no cayera de un puente, al borde de un precipicio.¡Eso han hecho de mí estos bárbaros!

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