sábado, 29 de marzo de 2014

¿POR QUÉ AQUÍ NO?.

Le dieron la receta y salió zumbando en busca de la farmacia de guardia. Combatir la infección exigía acortar plazos. El encargo llevaba el sello de urgencia. No lo dudó: aparcó el coche el doble fila. Al salir con la misión cumplida, fue al automóvil para retornar a la casa del enfermo. Topó con un agente de la autoridad colocando la denuncia en el parabrisas. El "malhechor" se disculpó: "Tenía mucha prisa; se trata de un niño, gravemente enfermo". Y el guardia, cachazudo, le afeó su conducta: "el fin no justifica los medios". La sanción fue abonada en el acto para beneficiarse de un descuento por pronto pago. A los tres días una manifestación callejera, convocada bajo premisas pacifistas, pasó por delante de su tienda dedicada al ramo óptico: gafas, lentillas, prismáticos... Un grupo de encapuchados rompió las lunas y saqueó el establecimiento. Dos integrantes del grupo fueron detenidos e identificados. Los llevaron al tubo y al día siguiente el juez de turno los puso en libertad con cargos. Como eran insolventes, no hubo por donde penalizarlos. Los organizadores de la manifestación le dieron la razón al óptico, pero hubo de cargar con los daños. "Los mataría" -dijo-, pero se acordó del guardia: el fin no justifica los medios. ¿Qué leyes tenemos en esta España nuestra?. Hasta el momento un ciudadano con coche está mucho más penado por faltas menores, que cualquier maldito manifestante encapuchado, por causar daños graves a terceros. Por no mencionar el caso de los políticos que se van de rositas después de forrarse a lo caradura en pocos años. ¿No se podía inventar la forma de que paguen el doble de los daños causados los encapuchados y los político? En otros países funciona el sistema. ¿Por qué aquí no?

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