martes, 28 de abril de 2020

SIN MIEDO A LA VERDAD (73)

     España esta pasando una prueba de fuego sin saber cómo se exterminan las causas de un incendio. Este es un misterio de cuya ignorancia pueden derivarse inconcebibles infortunios. Estoy refiriéndome al derrame de muy variadas y extendidas desgracias que derivan de una enfermedad de reciente difusión, sin saber  cómo ni cuándo puede darse por resuelta su presencia.
     A mí que soy un viejecillo -ahora apartado en una residencia, como nunca, de toda relación humana, por si acaso-  que me veo sometido a una prueba de soledad que si no fuera por la compañía de la  "tele" y la llamada telefónica diaria para saber si me he muerto, sería para edulcorar una pócima  y tragársela en busca de la paz. Si me duele saber que son más quienes se sienten sometidos a la dejación de obligaciones, dispuestos a cometer errores a ellos imputables  y no aciertan a cumplir con sus deberes socio-políticos y aún se quejan.
     No sabemos cómo acabarán estas jornadas de suma inquietud. Y según me parece en mis horas muertas, los que tienen poder y mandan quieren hacernos creer que lo peor ya ha pasado... Ya me dirán qué nos espera si, como calculan algunos expertos, la depresión induce a que aumente el paro, y a que nos llegue de fuera más bien pobreza a la que atender pese a todo.
    Uno,  que sabe lo que era pasar hambre en la posguerra -con un paro del que pocos hacen historia-
y conoce al pueblo que huía de la tisis crónica en los afamados pabellones de "reposo" donde muchos morían sin quererlo,  ya no se asusta.
     Lo siento. Mejor no pensarlo...
   
   

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