jueves, 23 de abril de 2020

SIN MIEDO A LA VERDAD (67)

     Cualquier país que se preste a promover su prosperidad, ha de tener en cuenta una idea clara y profunda sobre el fenómeno identificado con el término de "globalización". Y, naturalmente, cuando se habla de un país, se tienen muy en cuenta a sus gobernantes y a toda la cuerda de políticos en activo.
     Para que esta referencia  no se confunda, voy a precisar que el significado de este neologismo, la "globalización" es un proceso histórico integrador que influye en el laborioso proceder ante los problemas económicos, políticos, tecnológicos y muchos más artísticos,  sociales, culturales, deportivos, etc. etc...."
     Sin introducirnos en más profundidades, si se quiere que progrese un pueblo como el español, tendrá que darse a cultivar, desde la escuela,  el método a seguir para familiarizarse con las rutinas del lenguaje técnico que permite el manejo del sistema "globalizador"; sistema que es muy generoso si se maneja con éxito; es decir apuntando con precisión y dando en la diana sin excesivos e inesperados gastos.
     Por lo que se comenta en los medios informativos neutrales -los otros no se sabe- el trato que se ha dado, sin acabarse el duelo,  a la problemática curativa, ha sido lento, costoso y desnortado por causas poco divulgadas, imputables a las directivas políticas  en el ejercicio del puedo y mando.
     No tengo derecho ni puedo ejercer una crítica documentada, ni siquiera lo reclamo. Quede claro que me limito a interpretar un diagnóstico que sin quererlo se ha ido deslizando en los medios de opinión. Y lo difícil es saber el precio sin pagar que espera a las clases medias y al pueblo llano en futuro próximo.
     Ya se verá.

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