sábado, 18 de abril de 2020

SIN MIEDO A LA VERDAD (62)

     Leo en una página de GOOGLE  que la  "globalización" es un proceso histórico de integración mundial. Esto viene a decirnos que si llueve, más o menos, nos afecta a todos.
     Leo que esta "lluvia generalizada" o integración mundial,  influye en los ámbitos políticos, económicos, ecológicos, tecnológicos ... y sus efectos -esto lo estamos viendo- pueden alterar, mundialmente, los usos y costumbres de cualquier pueblo a bote pronto, o sea sin perder el tiempo.
    Vivimos, -está claro-  una oleada perversa, una enfermedad globalizada que se ceba sin freno y a bote pronto, en seres humanos avecindados en las naciones dispersas del globo terráqueo.
     El suceso nos ha pillado en cueros, con el culo al aire, y el remedio puesto en juego para controlar tanta desgracia se limita a prohibir el paso a un veneno que, por el momento, a unos los tiene escondidos sin salir de casa y a otros experimentando científicos intentos para dominar la ruta.
     El mundo revuelto esta imponiéndose al mundo ordenado y -por instinto- los seres vivos, con un proceder cargado de lógica, quieren huir y lo hacen buscando el aire libre, los caminos despejados, la huida hacia las tierras productivas y, si me apuran, el cielo.
      Es la hora de los profetas, de los milagros, de las apariciones sobre naturales... en fin:  dado que el hombre también tiene el recurso del optimismo, podemos soñar...
     En Vitoria -donde resido- cuentan que el cura que asistía a una anciana en trance de muerte, trató de animarla y más o menos le dijo: "Está usted tocando el cielo". Y ella respondió con voz apagada:
; "Yo muy contenta estoy en Vitoria".


   

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