viernes, 1 de mayo de 2020

SIN MIEDO A LA VERDAD (74)

     Un paisano valdegobeño, allá por los cuarenta del pasado siglo me contaba con dolor la pérdida de su cosecha de patatas por culpa de una plaga de bichos que se comían el fruto. Y cuando le dije que en Vitoria -capital de una provincia patatera- estaban aplicando a estas plantas un liquido -algo así como un insecticida- replicó: "¡Mal asunto darle química a una plantación de comestibles!"  No sé el porqué pero aún conservo esa advertencia.
     Ahora, ochenta años después, cuando nos invade una plaga de un contaminante ser vivo y perverso que se nos cuela lo mismo en la calle que en las casas -y hasta en misa- y envenena con preferencia a los ancianos de ambos sesos, me echo a temblar.  En estas circunstancias me entero de que son los políticos quienes están resolviendo el desaguisado y concluyo: "Mal asunto darle a un político la caja de los venenos para hacernos felices".
    ¿Y qué se puede hacer?
     Según parece este asunto, problema con veneno, fue identificado en China y  es en esta nación donde más adelantados andan en defensa o expulsión, o las dos cosas, del mal causado. Lógico: es una nación que prospera y marcha en vanguardia.
     Es un hecho que, según dicen, para ellos esta resuelto. No solo han conseguido  vencer al bicho sino que, en premio a su progreso, están sacando partido a la exportación de métodos que ayudan a los demás a seguir vivos.
     Y nosotros discutiendo quién sale o no a pasear con el peligro cargado a las espaldas.
     Es como mearse con las bragas puestas.
   

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