miércoles, 6 de mayo de 2020

SIN MIEDO A LA VERDAD (79)

     Si alguien ha metido horas para entender las explicaciones referidas a la llamada "globalización", ha sido un servidor. Me costó un riñón entender la mezcla que hacen los entendidos de aquellos productos o servicios "globalizables", cuando en realidad el denominador común de toda iniciativa en marcha, es la moneda, el vil dinero pero bien valorado; el dinero -insisto- es el que mueve el río revuelto y pone en juego todo aquello que dé  más jugo en los mercados  separados geográficamente del planeta Tierra.
     O sea que la facilidad abierta para comunicarse con los más lejanos poseedores del producto salvador,  posibilita que --por ejemplo- a ocho mil kilometros de distancia en pocas horas,  pagando el coste,  tenga el enfermo sus remedios curativios gracias a la globalización del vuelo.
      ¿De verdad ha sido el vuelo algo más que una fase del "milagro"? No. La verdad está en el dinero.
       Insisto: el denominador común, la moneda viva y reconocida como solvente, gracias a la cual se mueve el carro, depende de una generosa aportación económica,
       Y detrás de esa moneda -o monedas- para sacar a flote a la España sufridora del coronavirus ¿quién está?
       En el caso que nos ocupa está la Unión Europea. ¿Y de dónde Sánchez saca para limpiar tanta caca?
       Ahí esta la clave del problema.
       El gobernante español quiere y promete hacerse con un dinero de regalo o poco menos. Mal harán los gobernados si se tragan tal sardina. La globalización no perdona Eso sí: no perdona pero lo hace con buenas maneras,

No hay comentarios:

Publicar un comentario