domingo, 23 de noviembre de 2014

TAMBIÉN ES POSIBLE HACER POLÍTICA.

     Me refiero al hablar de política al "arte o traza con que se conduce un asunto o se emplean los medios para alcanzar un fin" (RAE)
     En esta línea interpretativa, entre los objetivos importantes que le cayeron en suerte al Gobierno presidido por D. Mariano Rajoy estaban:  la solución del  problema creado por el movimiento secesionista catalán (muy vinculado, no se olvide, al vasco) y el fin del desbarajuste económico social heredado del Gobierno del PSOE.
     El Gobierno del PP tenía (y tiene) mayoría absoluta para afrontar ambos problemas  y la posibilidad de contar con medios para ilustrar a las masas sobre las decisiones adoptadas, así como sobre su utilidad y sobre los sacrificios justificados que  podían comportar.
     El  Gobierno pudo tener en cuenta lo poco propicios que son en España los partidos políticos de la  izquierda a  solidarizarse, por muy patrióticas que  sean, con las decisiones de la derecha. La tendencia, desde tiempo inmemorial  les inclina a estas izquierdas a dejar sola ante el peligro a la derecha, aunque se pierdan en el intento  bienes inestimables para todos.  Ahora bien, el Gobierno, cuando los demás partidos lo dejan solo, es decir contando con esa soledad, podría pedir el respaldo del pueblo soberano para legitimar aún más sus decisiones.   Y podría, ante problemas  de indubitable gravedad, como es la pretendida secesión catalana,  defender la soberanía del pueblo español recurriendo al artículo 155 constitucional, puesto que es público y notorio que una Comunidad Autónoma, la de Cataluña,  no cumple con las obligaciones que la Constitución y otras leyes le imponen.
     También tiene el Gobierno a su disposición, el artículo 92 constitucional,  que le permite someter, las decisiones  políticas de especial trascendencia,  a un referéndum consultivo de todos los ciudadanos, con el que se ganaría el respaldo del pueblo. Por ejemplo, ahora que  algunos partidos, con  el dinero de todos están alentando el secesionismo catalán desde las propias instituciones del Estado (que se crearon para estar unidos) podría el Gobierno de España preguntar a los españoles su opinión sobre tan trascendental asunto.
     Advierta  el lector, cuán distinta sería la situación de España,  ante  el problema catalán,   si para empezar se hubiera pedido a todos los españoles, en un referéndum,  que contestaran a una sola, sencilla y poco comprometida pregunta: ¿Autoriza usted al Gobierno español para analizar concienzudamente y publicar las consecuencias  que la secesión de Cataluña tendría para los catalanes y para el resto de los españoles? ¿Sí? ¿No? Calcule la importancia de este respaldo que podría ser masivo. Las preguntas inocentes son las que hacen mella y dan conformidades.
     Pero claro, el calendario lo han marcado los secesionistas y la pregunta que más les convenía la hicieron ellos en perjuicio de los demás españoles. Así, cediendo la iniciativa al adversario, no se puede ganar ni siquiera una batalla dialéctica.
    Por cierto, el Gobierno aún está a tiempo de hacer política. Le queda un año escaso. Yo diría que debería hacerla por uebos. No son dos faltas ortográficas. Miren el diccionario de la RAE.

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