viernes, 7 de noviembre de 2014
LOS POLITICOS A LA DERIVA
Toda España se lleno de augures economistas, mientras al sufrido contribuyente de las clases medias para abajo, se le sometía a unas dosis de austeridad para caballos.
Antes de estas medidas, era una necedad de libro no reconocer que la bolsa de fraude fiscal española era fantástica y gozaba de muy buena salud para atacar el mal con eficiencia; que la economía sumergida rebosaba todos los límites y se incentivaba desde el propio Estado, y eso no podía continuar así; que el gasto superfluo de la administración pública se había disparado desde que funcionó la reforma autonómica y era necesario corregir la situación con urgencia; que los despilfarros para costear la vida de políticos nunca satisfechos con sus haberes, para el pago de asesores para todo, para abonar al personal de confianza y otros capítulos anexos, se habían ido a las nubes. Y estaban ahí a caño abierto, los coches oficiales, los viajes, los regalos, las comilonas, las fiestas, las inauguraciones, las inversiones inútiles, etc. No eran como algunos sostenían el chocolate del loro…
¿Qué esperaban? Los resultados están a la vista.
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